Deseo liberarme

Deseo liberarme del desasosiego, el temor y la duda. El desasosiego aminora mi velocidad, mi velocidad interna. El temor me desconcierta. La duda me envenena. Necesito la quietud que sustituya a mi desasosiego. Necesito el coraje que sustituya a mi temor. Necesito la fe que sustituya a mi duda. Mi quietud es mi confianza y la certidumbre de mi Señor. Mi coraje servirá a Dios-el-hombre a lo largo y ancho del mundo. Mi coraje amará al hombre-el-Dios en el mundo interno y en el mundo externo. Mi fe no sólo va a acelerar mi viaje, sino también el viaje de todos los buscadores sinceros; porque somos uno, uno inseparable. La fuerza de mi fe los fortalecerá a ellos y la fuerza de su fe me fortalecerá a mí.

Deseo liberarme de la insinceridad, la inseguridad y la impureza. La insinceridad me separa de la grandeza de mi Señor. La inseguridad me separa de la inmensidad de mi Señor. La impureza me separa de la intimidad de mi Señor. La sinceridad sustituirá a mi insinceridad. La seguridad sustituirá a mi inseguridad. La pureza sustituirá a mi impureza. Mi sinceridad será mi salvaguardia; me salvará siempre de la destrucción interna y externa. Mi seguridad me hará sentir que mi Origen, mi Amado Supremo, es siempre para mí, para mí, para mí. No importa lo que yo haga o diga, Él es eternamente para mí. Mi pureza me capacitará para hablar con Él, cantar con Él y jugar con Él, aquí, allá y en todas partes, en todo momento.

Deseo liberarme de la auto-imposición, la auto-exposición y la auto-explotación. No impondré más severa austeridad a mi vida, puesto que ese no es el camino correcto. No expondré más mi sueño de ignorancia al mundo entero. No me explotaré más a mí mismo. Ya he explotado la Compasión infinita de mi Supremo. Ya he explotado la abundante paciencia del mundo. Ya he explotado mi débil desamparo. Pero ya nunca más explotaré a Dios, ni explotaré al mundo, ni me explotaré a mí mismo.

Deseo liberarme de lo que soy en el mundo externo y de lo que soy en el mundo interno. Hasta ahora soy una esperanza desesperada en el mundo externo y una promesa infructuosa en el mundo interno. Quiero transformar mi mundo de esperanza en un mundo de realidad, la realidad que es plenitud en sí misma. Quiero transformar mi promesa infructuosa en acción fructífera. Esto sólo puedo hacerlo en virtud de mi incesante llanto interno. Puedo cultivar mi llanto interno, sólo cuando Le ofrezco a mi Amado Supremo la cosa más preciosa que Él me ha concedido por Su infinita Generosidad, y esta cosa tan sumamente preciosa es la diminuta llama de mi corazón de gratitud.

15:20
9 de julio, 1977
Norwalk High School
Norwalk, Connecticut