Conócete a ti mismo

Universidad de Puerto Rico, Río Piedras, Puerto Rico
26 de Agosto de 1968

Atmanam viddhi — «Conócete a ti mismo». Cada individuo tiene que conocerse a sí mismo. Tiene que conocerse como la Conciencia infinita, eterna e inmortal que es. Los conceptos de Infinitud, Eternidad e Inmortalidad son absolutamente extraños para nosotros. ¿Por qué? La razón es muy sencilla. Vivimos en el cuerpo, más que en el alma. Para nosotros el cuerpo lo es todo. No hay ni puede haber nada más allá del cuerpo. La existencia del alma la consideramos pura imaginación. Pero les aseguro que el alma no es imaginaria. Es al mismo tiempo la vida y la revelación de la Realidad Cósmica. La mayoría vivimos en el cuerpo, en la conciencia física ligada a la tierra. Nuestro profesor es la oscuridad; nuestro tutor la ignorancia. Pero si alguna vez vivimos en el alma, veremos que nuestro profesor es la Visión y nuestro tutor la Iluminación.

«La vida es esfuerzo.» Eso dice el cuerpo. «La vida es bendición.» Eso dice el alma. Lo humano en el hombre no quiere ir más allá de la moralidad, la sociedad y la humanidad. Lo divino en el hombre desciende desde la divinidad hasta la humanidad, desde la unidad hasta la multiplicidad.

Atmanam viddhi — «Conócete a ti mismo». Los visionarios upanishádicos no sólo descubrieron esta Verdad Trascendental, sino que la ofrecieron a la humanidad que sufre, llora y lucha. Para poder conocerse, primero tiene uno que descubrirse. ¿Qué es el autodescubrimiento? El autodescubrimiento es la realización de Dios.

Sin Yoga no hay autodescubrimiento. El Yoga no es una religión. El Yoga es la Verdad Universal. Es la verdad tradicional de la India. Es la experiencia más importante de la vida. El verdadero Yoga y la vida van juntos. No pueden ser separados. Si tratas de separarlos, fracasarás. El Yoga y la vida son tan inseparables como el Creador y la Creación.

¿Es Yoga otro nombre del ascetismo severo? No, nunca. ¿Es Yoga otro nombre de la autodisciplina? Decisivamente sí. ¿Exige el Yoga el rechazo del mundo y la privación de los sentidos? No, nunca. ¿Exige el Yoga la aceptación del mundo y el control de los sentidos? Sí, un vigoroso sí. ¿Es el Yoga para todo el mundo? Sí y no. Sí, porque cada alma humana ha venido de Dios e internamente aspira a regresar a Él. No, porque algunas personas, en su nivel actual de desarrollo, sienten que pueden vivir sin Dios.

Can learning and reasoning offer man self-realisation? No. Mere book knowledge ends in self deception. Why? Because a man of knowledge feels that he has achieved the infinite wisdom. Unfortunately, he does not know that the real Infinite Wisdom can come only from God, from God-Realisation. Mere mental reasoning ends in self-frustration.

¿Pueden la dedicación y la aspiración ofrecerle al hombre la autorrealización? Sí. La dedicación del hombre es la flor de su corazón ofrecida a los Pies de Dios. La aspiración del hombre es el fruto de su alma colocado en el Regazo de Dios.

Para la autorrealización el hombre necesita libertad. Dios le da libertad. ¿Qué es la libertad? La libertad es el poder-sacrificio de Dios y el poder-milagro del hombre. Sri Ramakrishna, el gran Maestro espiritual de la India, señaló en cierta ocasión: «El infeliz que repite constantemente, “Estoy atado, estoy atado,” sólo consigue estar atado. Aquél que día y noche dice, “Soy un pecador, soy un pecador,” verdaderamente se convierte en un pecador. Uno debe tener una fe tan ardiente en Dios, que pueda decir, “He repetido el nombre de Dios, por lo tanto, ¿cómo puede el pecado adherirse todavía a mí?, ¿cómo puedo ser un pecador nunca más?”»

Debemos albergar pensamientos positivos, ideas positivas, ideales positivos. Sólo entonces nuestra meta dejará de estar a una enorme distancia. Cada hombre tiene que sentir, «estoy a los Pies de Dios, mi propio Maestro. Estoy en las Manos de Dios, mi propio Creador. Estoy en el Corazón de Dios, mi único Amado.»

«Pedid y os será dado, buscad y encontraréis, llamad y se os abrirá.» Yo pedí. Mi Señor me agració con Su ilimitada Compasión. Yo busqué. Mi Señor me dio Su Amor infinito. Yo llamé. Para mi absoluta sorpresa, la puerta no estaba cerrada desde dentro. Mi dulce Señor estaba ávidamente esperando mi llegada. ¡Mira, aquí estoy!