¿Tienen alma las cosas o los lugares? Por ejemplo, ¿tiene alma una silla o una ciudad?

Cada cosa y cada lugar tiene un alma. Como todas las demás ciudades, Nueva York tiene un alma. El Supremo, amablemente, me ha mostrado muchas veces el alma de la ciudad de Nueva York. La diferencia entre las almas de las cosas y las almas de los seres humanos es una cuestión de su grado de evolución, del grado en que manifiestan sus potenciales divinos. Mediante el proceso de la reencarnación, el alma va manifestando gradualmente los poderes ocultos en su interior y finalmente alcanza su Plenitud absoluta.