Si alguien tiene un sirviente —una empleada doméstica, por ejemplo— y esta muere, si quiere vengarse, puede permanecer en el mundo vital durante algunos meses o años. Desde allí su espíritu puede crear muchos problemas. Pero luego, todo está limitado; ella no puede continuar torturándole para siempre.
No os podéis imaginar cómo sufrió X cuando su primer marido se suicidó. Dos o tres horas después de celebrarse la boda, él tuvo la brillante idea de quitarse la vida. ¡Cómo sufrió esta mujer por esto durante cinco, seis, siete años —tal vez incluso más—. Todos los días era atacada, amenazada, atemorizada, torturada de muchas maneras. Yo estaba en India en ese entonces y no la conocía, pero un amigo mío me pidió que la ayudara. Utilicé mi poder, y después de tantos años torturándola, el espíritu la dejó finalmente en paz.
Pensamos que tan pronto como el alma abandona el cuerpo se vuelve generosa, pura, indulgente; pero no sucede eso. Si así fuera, siempre daríamos la bienvenida a la muerte. Diríamos a la muerte: “En cuanto tú me aceptes, me liberaré de todo cautiverio”. Pero no es así. El nivel que alcanzamos en esta vida es un escalón. En nuestra próxima encarnación tenemos que comenzar con nuestro logro actual. Si hemos cultivado el perdón, el amor y el sacrificio en esta encarnación, entonces, en virtud de nuestro perdón, amor y sacrificio iremos un paso adelante en nuestra próxima encarnación.
Las personas que tratan de vengarse de sus amigos o conocidos después que su alma ha dejado el cuerpo, está cometiendo realmente un error garrafal. Están dificultando su futura encarnación, porque no están abandonando el mundo vital. Están quedándose en el mundo vital y entrando en el mundo físico denso para asustar, amenazar o dar algunas noticias. Si en vez de eso, intentaran entrar en el mundo mental o en el plano de la intuición o en la mente superior o en la sobremente o en la región del alma, harían verdadero progreso, pero no lo hacen.
Cuando ese hombre, al que te refieres en tu pregunta, se llevó el cráneo a su casa, él mismo se puso en contacto con las fuerzas vitales. Estaba invitando a los problemas al hacer eso. Cuando tenía nueve o diez años, fui a un lugar donde vi un cráneo; vi unas palabras escritas en sánscrito sobre el cráneo. Más tarde, mientras volvía a mi casa, vi internamente que en esas pocas palabras estaba escrita una larga carta, y en esta carta la persona fallecida contaba cómo su esposa e hijos habían sido crueles e injustos con él. Si me hubiera llevado el cráneo a mi casa, habría corrido la misma suerte que el hombre al que te has referido en la pregunta. Por más que yo no estaba relacionado con la persona fallecida, por el simple hecho de haber mostrado interés en ese cráneo en particular, habría sido molestado por él.From:Sri Chinmoy,Astrología, lo sobrenatural y el Más Allá, Agni Press, 1973
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