Esto saca a colación otro punto: el corazón es el asiento de las emociones y siempre identificamos nuestros sentimientos más profundos con el corazón. “Te quiero con todo mi corazón”, decimos. Aunque el corazón físico es tan solo un órgano, las emociones —lo que llamamos el vital o naturaleza emocional del ser humano— están alojadas invisiblemente en esta área del corazón. Esta naturaleza vital está alojada realmente en el medio del tórax, pero no en el corazón físico mismo. Aun así, siempre que el corazón de una persona es trasplantado en el cuerpo de otra, una cierta confusión y desorientación emocional va inevitablemente a producirse.
No estoy realmente a favor del trasplante de corazón, ya que este impide el fluir espontáneo de la energía de vida. También, la envoltura física, que está compuesta de cinco elementos, encuentra que el trasplante es una intrusión tangible de un elemento extraño de modos sutiles que la ciencia médica no comprenderá. La ciencia médica puede prolongar la vida de una persona al trasplantar un corazón, pero la mera prolongación de la vida no sirve de nada cuando la aspiración interna de uno por la perfección del propio cuerpo está faltando. Un aspirante real no será capaz de aspirar por un propósito más elevado con las potencialidades y capacidades de un corazón diferente.From:Sri Chinmoy,Astrología, lo sobrenatural y el Más Allá, Agni Press, 1973
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