Existen cinco tipos de prana. El primero es propiamente prana, la energía de vida dentro de nosotros. Dondequiera que haya vida, hay prana. El segundo es apana. Ésta es la energía específicamente usada en la excreción y la generación. El tercero es samana. Samana se localiza alrededor del ombligo y se utiliza en la digestión y la asimilación. El cuarto es llamado vyana. Se encuentra en el loto de nuestro corazón espiritual. Hay ciento un nervios espirituales sutiles alrededor de este loto, y de cada uno de estos nervios se ramifican ciento un nervios más. Cada uno de éstos, a su vez, tiene setenta y dos mil ramas, y a través de todos estos nervios se mueve vyana. Estos números pueden sonar fantásticos, pero muchos Videntes y Yogis los han contado efectivamente. Cuando yo tenía veintidós o veintitrés años, quise contar estos nervios y lo intenté. Alcancé a contar unos cuantos miles, hasta que un ser luminoso se detuvo frente a mí y me dijo: «No pierdas tu tiempo. Los Videntes tienen razón».
El último tipo de prana es udana. Udana se encuentra en medio de la espina dorsal. Este prana es sumamente importante. Si este udana del medio de la espina dorsal asciende en el momento de la muerte, uno irá a alguno de los mundos superiores. Si desciende, uno irá a alguno de los mundos inferiores. Cada lugar en el cuerpo representa un loka, un mundo celestial. En la India, en el momento de la muerte, los familiares y amigos siempre intentan observar el área por donde pasa el último aliento de vida del difunto. Si el último aliento sale por cualquier parte debajo del ombligo, uno deberá ir a alguno de los mundos inferiores y sufrir considerablemente. Si sale por algún lugar encima del ombligo, uno irá a alguno de los mundos superiores para disfrutar del Deleite del Supremo.From:Sri Chinmoy,El cuerpo: fortaleza de la humanidad, Agni Press, 1974
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