Pregunta: ¿Podrías hablar un poco acerca del secreto de la respiración yóguica o _pranayama_?

Sri Chinmoy: Existen tres Yogas principales de acuerdo a nuestra filosofía espiritual hindú: Jnana Yoga, Karma Yoga y Bhakti Yoga; el camino del conocimiento, el camino de la acción y el camino de la devoción. En Jnana Yoga, el camino del conocimiento, hay una rama llamada Raja Yoga. Raja significa “rey”. Esta rama se llama el Yoga Real. En Raja Yoga hay ocho pasos o estadios en la travesía del buscador hacia Dios, y el cuarto se llama pranayama. Es el Yoga de la respiración sistemática, del aliento controlado. Todos respiramos, pero la mayoría no sabemos cómo respirar adecuadamente. Sin embargo, si podemos respirar correctamente, podemos librarnos de enfermedades y por último podemos incluso desafiar a la muerte.

Hay dos tipos de aliento: uno es prana y el otro es apana. Cuando inhalamos energía cósmica para purificar y energizar nuestra vida, la llamamos prana. Cuando exhalamos nuestras impurezas, se denomina apana. Cuando inhalamos prana, conquistamos la enfermedad, y cuando exhalamos apana, dejamos en perfecto estado aquellos órganos físicos que no están funcionando bien; es decir, ponemos el cuerpo entero en perfecto orden. He aquí un ejercicio sencillo que puedes hacer en cualquier momento: cuando estés caminando, durante cinco pasos inhala y durante cinco pasos exhala con mucha regularidad. Si haces esto por solo dos manzanas, te sentirás renovado.

Existen tres pasos en la respiración sistemática propiamente dicha. El primero es puraka, o inhalación; el segundo es kumbhaka, o retención; el tercero es rechaka, o exhalación. Cuando inhales, debes sentir que estás inhalando el Aliento de Dios, el Supremo, el Amado divino. Cuando retengas el aliento, debes sentir que estás reteniendo el Aliento todo-colmador del Supremo. Y cuando exhales, debes sentir que estás ofreciendo el inmortal aliento o energía de Vida de Dios a toda Su creación.

Para practicar la respiración sistemática, cuando inhales, sencillamente pronuncia la palabra puraka mentalmente o en silencio. Luego, cuando retengas tu aliento, silenciosamente pronuncia la palabra kumbhaka. Y cuando exhales, pronuncia silenciosamente la palabra rechaka. O puedes repetir el nombre de Dios mientras inhalas, mientras retienes el aliento y otra vez mientras exhalas. Utiliza el nombre que usas cuando rezas —Supremo, Dios, Aum, el nombre que te plazca más—. Cuando te encuentras en problemas o en peligro, inmediatamente pronuncias el nombre de alguien, porque sientes que esa es la persona que te salvará. Cuando respires, también debes sentir que áquel que es lo primero y principal en tu vida debería ser invocado.

El ritmo de tu respiración es de suma importancia. Si inhalas durante un segundo o una repetición del nombre del Supremo, entonces debes retener el aliento durante cuatro segundos o cuatro repeticiones. Luego, cuando exhales, debes hacerlo durante dos segundos o el tiempo que te tome repetir el nombre del Supremo dos veces. La respiración debe hacerse suave y silenciosamente. Cuando inhales y exhales, debes hacerlo tan suave que, si hubiera un hilo justo delante de tu nariz, tu respiración no lo movería.

En la respiración normal, nuestras dos fosas nasales están habitualmente funcionando. Pero cuando respiramos propiamente a través de canales alternos, obtenemos alivio inmediato de nuestras ansiedades mentales, preocupaciones, depresiones y muchas otras cosas que causan perturbaciones en nuestra naturaleza. La respiración por fosas alternas es un ejercicio respiratorio sumamente importante. Comenzamos tapando la fosa nasal derecha con el pulgar derecho. A continuación, inhalamos a través de la fosa nasal izquierda, repitiendo silenciosamente el nombre de Dios, Supremo o puraka, una sola vez. Luego cerramos la fosa nasal izquierda con el dedo anular derecho, y con ambas fosas cerradas, repetimos silenciosamente el nombre de Dios, Supremo o kumbakha cuatro veces mientras retenemos el aliento. Finalmente levantamos el pulgar de encima de la fosa nasal derecha, aún manteniendo la izquierda cerrada, y exhalamos, repitiendo Dios, Supremo o rechaka dos veces.

Después de un tiempo, podemos aumentar las repeticiones gradualmente. En lugar de hacer esta respiración uno-cuatro-dos, podemos practicar una respiración contando cuatro-dieciseis-ocho. Algunos Yoguis indios hacen este ejercicio durante horas, pero debe hacerse cómodamente y sin fuerza o tensión.

Pero si practicamos este ejercicio en exceso, podemos adquirir problemas del corazón. Es por ello que Pranayama debe ser instruido por alguien que ha practicado al amparo de una gran figura espiritual. Si lo haces por tu propia cuenta, en lugar de cosechar los beneficios, podrías arruinar tu salud. Así que lo mejor es comenzar con la técnica uno-cuatro-dos. Puedes hacerlo tres veces al día —temprano en la mañana, al mediodía y en la tarde— y sentirás cuánto serás capaz de aumentar con el tiempo.

Mientras respiramos de esta manera, nuestros pensamientos deben ser muy, muy puros. Si un pensamiento impuro entra en nosotros mientras inhalamos, es como si estuviésemos ingiriendo veneno. Si la limitación, el ego, o cualquier pensamiento que nos atará finalmente entra en la respiración, es un veneno lo que entra. Si podemos practicar este ejercicio fervorosamente tres o cuatro veces al día, los beneficios serán inimaginables.

Este Pranayama desafía el tiempo y el espacio. Si tenemos realmente éxito en hacerlo, fácilmente podremos conquistar las enfermedades y obtener poder espiritual. En este momento yo me encuentro aquí, pero si pienso en mi madre, mi padre o mis amigos que se encuentran muy lejos, y si tengo éxito en esta técnica respiratoria, puedo entrar en la conciencia de cualquier persona y obtener información completa sobre lo que está pensando. Si tienes un violento dolor de cabeza o algún otro malestar, esta respiración alterna te ayudará de muchas formas a mejorar tu condición. Si tienes miedo de hablar con alguien, practica dos o tres minutos de pranayama y podrás hacerlo. Si estás enojado con alguien y quieres conquistar tu ira, entonces en ese momento, justo en el lugar donde te encuentres sentado o parado, practica la respiración alterna y tu ira desaparecerá.

Puedes sentir que es imposible vivir más de unos pocos minutos sin respirar. Pero si practicas este ejercicio podrás permanecer incluso algunas horas sin respirar. No solo es posible; es inevitable. Esta ha sido mi propia experiencia personal. Comencé a aprender esta técnica hace veinte años, y quieras creerme o no, deseo decirte que durante dos horas y media seguidas he sido capaz de detener mi propia respiración. Yo solía ir al atardecer a un parque cerca de mi casa a meditar, e hice esto. Así que si yo puedo hacerlo, tú también puedes hacerlo si lo deseas.

La mayoría de vosotros ha oído hablar de Kundalini. Es el Yoga más sagrado. Dentro de la espina dorsal, en nuestro cuerpo físico sutil, tenemos tres corrientes. Se llaman Ida, Pingala y Sushumna. Pingala está conectada con el sol, Ida con la luna, y Sushumna con el Altísimo. Tenemos seis centros espirituales en la espina dorsal, conectados por estas tres corrientes. Si podemos abrir estos centros podemos hacernos poseedores de Paz, Luz y Poder infinitos. Un centro más, al que llamamos Sahasrara, el loto de los mil pétalos, se ubica en el cerebro y no se cuenta junto con los otros seis. Los otros centros son Muladhara en la base de la espina dorsal, Svadisthana en el plexo sacro, Manipura en el ombligo. Anahata en el corazón, Vishuddha en la garganta y Ajna en la frente. Podemos abrir estos centros con el poder de nuestra concentración, o con la respiración espiritual alterna.

No tiene porqué tomarnos años el obtener la liberación; puede ser una cuestión de meses. Uno puede obtener la realización del Ser en seis meses, ocho meses o un año si tiene la capacidad de controlar su respiración y enfocar toda su atención en cada uno de los seis centros espirituales. Esta no es una idea teórica mía. Han existido muchos aspirantes espirituales en la India que han alcanzado esta elevación al practicar pranayama durante siete u ocho meses. Pero tiene que hacerse con la máxima fe y la máxima dedicación. El aspirante debe tener un dominio perfecto sobre todos los sentidos y sobre la mente. Si uno puede practicar este pranayama sincera y devotamente, entonces la realización de Ser está al alcance de todos los presentes en esta sala de meditación, en esta vida misma.

From:Sri Chinmoy,El cuerpo: fortaleza de la humanidad, Agni Press, 1974
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