Lo que deberías hacer antes de acostarte es intentar concentrarte durante cinco minutos en la hora específica a la que deseas levantarte. Si te quieres levantar a las seis menos cuarto, intenta visualizar con tu ojo mental las manecillas del reloj marcando las seis menos cuarto justo delante de ti. Verás que a la mañana siguiente te será más fácil levantarte. Podrá llevarte dos o tres días, o podrá llevarte una semana, pero te aseguro que podrás levantarte, porque estás aplicando la voluntad consciente del alma por la noche antes de acostarte. Esta voluntad consciente deviene una con el tiempo terrestre, que representa el reloj. Entrará en el tiempo terrestre y lo controlará. Entonces, temprano en la mañana, el alma entrará nuevamente en el tiempo terrestre y lo obligará a situarse ante ti. Así, fácilmente te será posible levantarte y meditar a esa hora específica.
Quienes meditan a las seis o seis y media de la mañana no deben volver a acostarse. Hay quienes meditan a las tres y media en contadas ocasiones, a las cuatro y media o a las cinco menos cuarto. Quienes meditan antes de las cinco pueden acostarse nuevamente, durante algunos minutos o media hora o incluso una hora si sienten que es necesario. Pero quienes meditan hacia las seis no deberían acostarse nuevamente. Es perjudicial, porque el día ya ha amanecido y la capacidad del día ha entrado ya en ellos. La capacidad de la noche debe ser separada de la capacidad del día. La noche ha desempeñado ya un papel en su aspiración, al otorgarles descanso. Ahora, el día debe desempeñar su papel con la actividad dinámica, que es una forma de aspiración en el mundo físico y material.From:Sri Chinmoy,El cuerpo: fortaleza de la humanidad, Agni Press, 1974
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