Déjame contarte una corta historia. En una ocasión, el discípulo de cierto Guru se dirigió al Señor Buda. El Buda le preguntó: «Por favor, ¿podrías decirme lo que tu Guru enseña respecto a la realización de Dios?».
El discípulo dijo: «Lo que mi Guru me ha dicho es muy sencillo. Mi Guru dice que cuando caminas debes cerrar tus ojos. Entonces no verás ninguna hermosa mujer que distraiga tu mente y te impida pensar en Dios. Y también debes tapar tus oídos».
«¿Por qué?»
«Para no escuchar ningún ruido que te perturbe. No oirás a la gente discutiendo o chismorreando. Además, debes mantener la boca cerrada. Si dejas de hablar, entonces no dirás mentiras».
El Señor Buda dijo: «En ese caso, todos los ciegos, sordos y mudos ya deben haber realizado a Dios. Vayamos y toquemos sus pies, ya que son todos almas realizadas».
El Buda nos enseñó el camino del medio, el camino de la moderación. Él recorrió el sendero extremo del ayuno y la extrema austeridad, pero descubrió que no era satisfactorio. Si sometemos a privación nuestros órganos, nuestros ojos, nariz, oídos y boca, ¿crees que nos estamos dirigiendo hacia Dios? ¡No! Todo debería ser moderado. Deberíamos usar cada cosa para un propósito divino, para una causa divina.From:Sri Chinmoy,El cuerpo: fortaleza de la humanidad, Agni Press, 1974
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