Cuando un nuevo jefe de departamento llega a la oficina, los empleados se burlan; no le escuchan o no hacen lo que les pide. Pero, poco a poco, él va comprendiendo la situación de la oficina y comienza a ejercer su autoridad. Entonces los empleados temen ser despedidos, así que le prestan el debido respeto. En la vida espiritual también, al principio el alma tolera todas las cosas; el físico, el vital y la mente son todos miembros rebeldes de la familia y se burlan, desobedecen y hacen todo equivocado.
El ser físico es como un niño travieso que no quiere bañarse en la piscina; piensa que el agua está muy fría y no quiere entrar en en la piscina. Pero hay otro niño a su lado, es decir, el corazón, que entra en la piscina por sí mismo, se da un baño adecuado y está feliz. La madre, en este caso el alma, observa la situación y ve que el niño travieso no va a entrar a la piscina. Finalmente, al cabo de un rato ella misma lo empuja al agua y le obliga a bañarse.
El alma espera su propio momento. El mundo está lleno de ignorancia, pero dentro del alma está la Luz infinita de Dios y la Voluntad adamantina de Dios. Llega un día en que la Voluntad divina es ejercida a través del alma, aunque al principio el alma permanece como un testigo, como el Purusha. El alma sencillamente observa qué partes de la persona son buenas y que partes son malas. Cuando las partes buenas quieren escuchar al alma, esta les da la bienvenida. «Ahora, corramos hacia la Meta», les dice. Las partes del ser que todavía están durmiendo en la ignorancia y creando problemas serán referidas por el alma al Supremo. Finalmente, el Supremo usará un día Su Poder omnipotente y dirá que ha llegado el momento de mostrarles la Luz divina por medio de la Autoridad divina. En este momento, la Hora escogida de Dios, cuando el alma quiere liberar a alguien de las redes de la ignorancia, la oscuridad de milenios será expulsada.From:Sri Chinmoy,Más allá-dentro (Una filosofía para la vida interior)., Agni Press, 1975
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