La semilla de la humildad es excepcionalmente fértil; tal vez no haga germinar plantas de poder y fuerza, pero produce flores de dulzura, gracia, modestia y luz.
El amor por el Divino es, en su esencia, una espontánea humildad espiritual.
La humildad no tiene necesidad de sentarse en el trono del Rey, pero el Rey no puede evitar llevar el trono a la humildad. ¿Y quién es el Rey?: la Compasión de Dios.
Una oración, en su definición más sencilla y efectiva, es humildad escalando el firmamento del Deleite todo-colmador.
Solo el verdadero sentido de humildad puede levantarnos de nuestras rodillas tan alto como aspiremos.
Debemos comprender que solo hay una manera de adquirir infinitas posibilidades futuras; esa manera radica en el gran poder de la humildad.From:Sri Chinmoy,Más allá-dentro (Una filosofía para la vida interior), Agni Press, 1975
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