Para ser veraces, puros, fuertes y valientes, lo que necesitamos es la voz interior. Nuestra voz interior es el poder-verdad dentro de nosotros. Nuestra voz exterior es el poder-dinero fuera de nosotros. El ser humano no es lo bastante puro como para ver el poder-verdad operar su mundo externo de deseo y demanda. El ser humano no es lo bastante afortunado como para ver el poder-dinero operar en su mundo interno de aspiración y necesidad. El poder-verdad al servicio de la humanidad y el poder-dinero al servicio de la Divinidad pueden cambiar y cambiarán la faz del mundo. El poder-verdad levantará e iluminará a la humanidad adormecida y apagada. El poder-dinero servirá y colmará a la Divinidad aún incompleta sobre la tierra.
La voz interior es la riqueza del corazón. Cuando un aspirante utiliza esta riqueza, ella sonríe con toda el alma. Cuando un escéptico o un no-creyente en Dios intenta utilizar está riqueza, la ahoga despiadadamente.
La voz interior nos dice que ayudemos al mundo únicamente conforme a la expresa Voluntad de Dios. Si la ayuda es rendida de otro modo, está destinada a convertirse en completa calamidad más adelante. Aquel cuya ayuda a los demás está inspirada por Dios y ordenada por Dios no solo es divinamente liberal, sino supremamente bendito.
Dar algo que se ha pedido, después de pensarlo bien, es dar una vez. Dar algo en cuanto se pide, es dar dos veces. Dar algo no buscado, es dar tres veces. Dar algo cuando Dios quiere que sea dado es darlo para siempre y junto con el propio corazón y alma.
Nunca oiremos el canto de la voz interior si hacemos amistad, consciente o inconscientemente, con la ansiedad. ¿Qué es la ansiedad? Es el destructivo hálito de la pobreza de la vida. No puede haber mejor elección ni mayor premio que escuchar a la voz interior. Si voluntariamente rehusamos escuchar la voz interior, nuestras falsas ganancias nos conducirán a una inevitable pérdida. Si escuchamos a la voz interior con toda el alma, nuestras verdaderas ganancias no solo nos protegerán de la inminente destrucción, sino que acelerarán sorprendentemente nuestra realización de la Verdad Trascendental.
Un aspirante debe darse cuenta de que la voz interior no es un regalo, sino un logro. Cuanto más la procura fervorosamente, antes la posee inequívocamente.
La sinceridad le dice al hombre que debería estar verdaderamente orgulloso de tener la voz interior que todo lo discierne. La humildad le dice al hombre que debería estar supremamente orgulloso de que la voz interior, la cual elude el error, ejecuta lo correcto y colma el bien, lo tiene a él.
La voz interior es la guía incansable del hombre, y su amiga verdadera al mismo tiempo. Si una persona profundiza en si misma, la voz interior le dirá qué hacer. Si profundiza más, la voz interior le dará la capacidad para hacerlo. Si profundiza aún más, la voz interior lo convencerá de que está haciendo lo correcto de la manera correcta.
Hay una palabra muy dulce, pura y familiar para nosotros. Esta palabra es conciencia. Conciencia es otro nombre de la voz interior.
La conciencia puede vivir en dos lugares: en el corazón de la verdad y en la boca de la falsedad. Cuando la conciencia nos golpea una vez, debemos pensar que nos está mostrando su amor incondicional. Cuando nos golpea por segunda vez, debemos sentir que nos está mostrando su interés sin reservas. Cuando nos golpea por tercera vez, debemos comprender que nos está ofreciendo su compasión sin límite, para evitar que nos sumerjamos profundamente en el mar de la ignorancia.
Conciencia y pasión no tienen por qué contradecirse, si la persona aspira a ofrecer la luz de su corazón a su pasión y la entrega de su corazón a su conciencia. De esta manera, puede trascender fácilmente esta contradicción aparentemente irreconciliable.
La voz interior es el templo dentro de nosotros. La voz interior es la deidad dentro de nosotros. La voz interior es el deber divino dentro de nosotros. La voz interior es la necesidad suprema dentro de nosotros.
Dios ha ordenado a la voz interior que sea amiga de las almas aspirantes y juez de las almas no aspirantes. La voz interior no solo es una constante fidelidad, sino también una perfecta perfección.From:Sri Chinmoy,Más allá-dentro (Una filosofía para la vida interior)., Agni Press, 1975
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