Pregunta: Ahora que he entrado a la vida espiritual, tengo más problemas con los deseos. ¿Está el Supremo dándome estos deseos adicionales para fortalecerme?

Sri Chinmoy: Cuando hemos entrado en la vida de la aspiración y la espiritualidad, el Supremo no va a traer deseos e impurezas adicionales a nuestra mente o a nuestra vida. Es Él quien nos ha dado la aspiración, por lo tanto, ¿por qué iba a darnos deseos que son directamente lo opuesto a la aspiración? No. Él no impedirá deliberadamente nuestro progreso de esta manera. Estos deseos parecen surgir de repente, pero realmente no son nuevos para nosotros; ya existían antes en nuestra vida, aunque no los notábamos tanto porque nuestra vida estaba totalmente envuelta en infinidad de deseos.

Antes de entrar en la vida espiritual todos éramos inconscientes; el tigre en nosotros estaba durmiendo. Pero cuando el tigre ve que estamos intentando abandonar su dominio, dice: «¿Adónde vas? ¿Qué derecho tienes a abandonarme? Te voy a devorar antes que me dejes». Mientras el tigre del deseo está confiado de que estaremos todo el tiempo con él, no siente la necesidad de asustarnos o amenazarnos. Pero cuando comenzamos a intentar salir de nuestra jaula de cautividad, el tigre de la ignorancia trata de impedírnoslo; nos ataca muy vehementemente con dudas y otras fuerzas no-divinas en cuanto siente que estamos amenazando abandonarlo.

Mientras estamos en la vida ordinaria no hay intensidad; hoy tenemos un deseo, mañana cuatro, y al día siguiente diez o veinte. Pero raramente somos intensos, ni siquiera a la hora de lograr y colmar nuestros propios deseos. Nuestros deseos son meros anhelos; no tenemos la capacidad o la voluntariedad de trabajar para colmarlos. Queremos ser ricos, famosos, grandes, brillantes, hermosos, pero lejos de nosotros está el trabajar para lograr estos deseos, ni siquiera rezaremos sinceramente para que se cumplan.

Un buscador que entra en el sendero espiritual, pero no lo ha aceptado de todo corazón, o no está muy avanzado, puede ver esos mismos deseos aflorar durante su meditación. Comenzará a pensar: «Esta persona es muy rica, esta persona es muy bella, esta persona tiene algunas buenas cualidades que yo no tengo». Mientras está rezando por la Paz, la Luz y la Dicha, tal vez una parte de su ser esté abrigando consciente y deliberadamente el deseo de llegar a ser multimillonario. En ese momento, la intensidad de la meditación del buscador se encuentra con esos deseos terrenales. ¿Y qué ocurre? Que la intensidad entra en los deseos y los hace mucho mas fuertes de lo que eran.

A través de la mente no iluminada, los deseos intentan acercarse a nosotros incluso después de que hemos entrado en la vida de aspiración. Lo mejor que podemos hacer es no permitir nunca que cualquier impureza en forma de deseo, duda, ansiedad, envidia, o cualquier pensamiento sin aspiración entre en nuestra mente durante la meditación. Si un deseo viene a nosotros cuando no estamos meditando, no es bueno alimentarlo; pero es infinitamente peor alimentarlo durante la meditación. Si alimentamos deseos o cualquier pensamiento impuro durante la meditación, estamos simplemente fortaleciendo el poder de las fuerzas negativas y haciendo más dificultoso nuestro propio viaje espiritual.

Cuando los deseos entran a nuestra vida de aspiración, no debemos tenerles miedo. Debemos considerarlos como obstáculos. Es cierto que si no hay obstáculos o impedimentos en nuestro camino, correremos más rápido. Pero si hay impedimentos, cada vez que superamos un obstáculo obtenemos fortaleza y ánimo adicionales para intentar superar otro. Si no tenemos obstáculos, somos afortunados. Pero si tenemos algunos debido a nuestra larga asociación con la ignorancia, deberíamos sentir confianza en que podremos trascenderlos porque tenemos aspiración, el ímpetu interno para atravesar los obstáculos y alcanzar la Meta.

Si profundizamos, podemos ver cada dificultad como un favor. Antes estábamos solos con nuestras dificultades. Ahora nos hemos vuelto aspirantes conscientes, por tanto, la Gracia de Dios ha entrado en nuestras vidas. La Gracia de Dios está ayudando constantemente al buscador. Ella se coloca entre la dificultad y el buscador. Si uno ve millones de dificultades cuando entra sinceramente en la vida espiritual, también las puede ver como millones de bendiciones, porque la Gracia de Dios está en ellas, iluminándolas. Cuanto antes aparezcan las dificultades ante nosotros, mejor, porque así podemos superarlas enseguida. No deberíamos estar desagradecidos a Dios ni deberíamos maldecir nuestro destino cuando surgen dificultades. Deberíamos estar agradecidos a Dios por hacer salir todas nuestras impurezas para ser iluminadas y trascendidas lo antes posible. Hemos de hacer frente y conquistar a nuestros enemigos, ya sea hoy o mañana. Haciéndonos merecedores de la Compasión y la Gracia de Dios, podremos fácilmente vencer nuestras dificultades.

From:Sri Chinmoy,Más allá-dentro (Una filosofía para la vida interior)., Agni Press, 1975
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