Afecto y apego no siempre necesitan ir juntos. El rechazo de todas las relaciones nunca puede ser un signo prometedor de progreso hacia la realización.
El deseo controlado es bueno; el no-apego es mejor; el sentirse apartado de la trampa de la naturaleza es lo mejor. La supresión es tan hostil e indigna como el apego. Es solo nuestro no-apego quien es el amo de la naturaleza.
El deseo y el hambre tienen un enemigo común: el desapego.
El desapego, y no la posesión, debería ser el puente entre ti y el objeto de tu amor.
El desapego espiritual intensifica la búsqueda de nuestros corazones, purifica la vibración de nuestros cuerpos y transforma la ignorancia de nuestra conciencia en conocimiento.
De acuerdo, la soledad es una especie de enfermedad espiritual. Pero la asociación humana nunca puede ser su medicina duradera. La única cura permanente para ella es la experiencia interna.From:Sri Chinmoy,Más allá-dentro (Una filosofía para la vida interior), Agni Press, 1975
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