Debes considerar a las personas que te rodean como extremidades de tu propio cuerpo. Sin ellas estás incompleto. Quizá sientas que ellas están menos desarrolladas, pero también tienen su papel que desempeñar. Tu dedo pulgar es mucho más poderoso que tu meñique, pero el meñique también tiene su tarea. Dios ha creado cinco dedos. Aunque unos son más cortos y más débiles que otros, sabes que únicamente eres perfecto cuando tienes los cinco dedos. Tu dedo medio es el más largo, pero si por esta razón crees que no necesitas los dedos más cortos, te equivocas tristemente. Si quieres tocar el piano o quieres mecanografiar, necesitas los cinco dedos.
Solo cuando sientes la necesidad de la perfección real, puedes amar a las personas que te rodean. Si te aíslas como individuo, tus logros serán limitados; tu sentido mismo de la perfección será limitado, muy limitado. Pero cuando piensas en términos de perfección ilimitada, tienes entonces que amar a la humanidad, porque únicamente aceptando a la humanidad como parte integral de tu vida y perfeccionando a la humanidad con tu propia iluminación, puedes colmarte a ti mismo.From:Sri Chinmoy,Más allá-dentro (Una filosofía para la vida interior), Agni Press, 1975
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