Si el cabeza de familia medita en Dios, en la Luz, —porque Dios significa Luz— entonces la Luz desciende. Esta comienza a disminuir sus preocupaciones y ansiedades. Cuando uno se concentra, cualquier cosa que quiere hacer se vuelve más fácil. Igualmente, si una persona que tiene muchos problemas familiares medita cinco o diez minutos antes de pensar en su familia, esto le ayudará inmediatamente reduciendo las dificultades que tiene que afrontar; además, la Luz que recibe operará en él. No tiene que meditar diez o doce horas; él sabe que su progreso quizá no sea muy rápido necesariamente, pero que despacio y con constancia se gana la carrera.
Si intentas todos los días sentir a Dios, al Dios viviente, dentro de tus hijos y de los miembros de tu familia, gradualmente verás y sentirás la Luz operando dentro de ellos. Pero la gente no hace esto. Consideran a sus hijos como posesiones, y sienten que tienen todo el derecho a formarlos y guiarlos a su propio antojo. Pero si pueden sentir que aman a sus hijos y a todos los miembros de su familia precisamente porque Dios está dentro de ellos, si piensan en eso y meditan en eso, están haciendo lo mejor para su propio progreso y el de su familia.From:Sri Chinmoy,Más allá-dentro (Una filosofía para la vida interior), Agni Press, 1975
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