Otra forma de protegerte, que es más rápida, es tener paz mental. En nuestras meditaciones hacemos descender una paz muy sólida. No es algo imaginario. Puedes sentir la paz, puedes nadar en el mar de la paz en nuestras meditaciones. La injusticia es un poder no-divino, pero la paz es un arma divina infinitamente más poderosa. Es poder sólido. Cuando estás en paz, ningún poder humano puede alterarte.
Cuando tengas que defenderte o protegerte, procura usar un arma superior. Si algunas personas dicen algo y tú te desquitas al mismo nivel, nunca se llegará a un final. Por otra parte, si sencillamente te tragas tu ira, continuarán aprovechándose de ti. Pero cuando vean y sientan tremenda paz interna en ti, estarán viendo algo que nunca puede ser conquistado. Verán un cambio en ti, y este cambio no solo los desconcertará sino que también los amenazará y los atemorizará. Sentirán que sus armas son inútiles.
La paz es el arma más efectiva para conquistar la injusticia. Cuando rezas y meditas, todo tu ser llega a estar inundado de paz. Entonces, hagan lo que hagan las otras personas, sencillamente sentirás que son como tus propios niños jugando delante de ti. Dirás: «Son todos unos niños. ¿Qué otra cosa puedo esperar de ellos?». Pero ahora mismo, en lugar de eso, puesto que son adultos en términos de edad, te molestas y te enfureces. Si rezas y meditas con regularidad, pronto sentirás que tu paz es infinitamente más fuerte, más colmadora y energizadora que cualquier desafortunada situación que ellos creen.From:Sri Chinmoy,Más allá-dentro (Una filosofía para la vida interior), Agni Press, 1975
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