Todas las creencias religiosas tienen el mismo Dios, pero se dirigen a Él de diferentes maneras. Alguien será llamado «padre» por una persona, «hermano» por otra y «tío» por otra. Del mismo modo, Dios es nombrado de varias maneras, según el sentimiento más dulce y afectuoso de cada uno.
En lugar de la palabra «Dios», yo utilizo casi siempre la palabra «Supremo». Digo a mis discípulos que hagan lo mismo, porque siento que nos da una conexión más íntima con Él. Aunque Dios y el Supremo son uno, hay una sutil distinción entre ambos. El Supremo más elevado es diferente de lo que llamamos Dios. Cuando hablamos de la realización de Dios, en este caso, «Dios» es sinónimo de «Supremo». Pero generalmente, cuando decimos «Dios», sentimos que Él encarna una altura que es estática. Él es como una montaña alta pero plana. Cuando empleamos el término «Dios», sentimos que Él ha alcanzado Su Cima y se ha detenido; que no tiene una Conciencia evolutiva constante; que es un producto final. Pero cuando decimos «Supremo», estamos hablando del Señor Supremo que no solo alcanza lo absolutamente Más Elevado, sino que va todo el tiempo más y más allá, y transciende constantemente Su propia Cima más alta. Hay un constante movimiento ascendente.From:Sri Chinmoy,Más allá-dentro (Una filosofía para la vida interior), Agni Press, 1975
Obtenido de https://es.srichinmoylibrary.com/bw