13 - LA META DE LAS METAS: REALIZACIÓN, MANIFESTACIÓN Y PERFECCIÓN / 1 - Realización

Iluminación

En este mundo solo hay una cosa que vale la pena tener, y es la iluminación. Para tener la iluminación, debemos tener sinceridad y humildad. Desafortunadamente, en este mundo, la sinceridad murió hace mucho tiempo y la humildad no ha nacido aún. Tratemos de revivir nuestra sinceridad e intentemos, en virtud de nuestra aspiración, acelerar el nacimiento de nuestra humildad. Solo entonces podremos realizar a Dios.

La iluminación no es algo muy lejano; está muy próxima; está justo dentro de nosotros. En todo momento podemos desarrollar conscientemente la iluminación mediante nuestro progreso interno. El progreso interno se hace mediante el constante sacrificio. ¿El sacrificio de qué? El sacrificio de los pensamientos erróneos y nocivos, y de un entendimiento equivocado de la Verdad. El sacrificio y la renuncia van juntos. ¿A qué vamos a renunciar? ¿Al cuerpo físico, a la familia, a los amigos, a los familiares, a nuestro país, al mundo? ¡No! Hemos de renunciar a nuestra ignorancia, a nuestras falsas ideas acerca de Dios y de la Verdad. También, tenemos que ofrecer a Dios el resultado de cada acción. La visión divina deja de ser un clamor lejano cuando ofrecemos el resultado de nuestra acciones al Piloto Interno.

En nuestra vida cotidiana hablamos a menudo a nuestra esclavitud y nuestra libertad. Pero la realización dice que tales cosas no existen. Lo que existe realmente es la conciencia —conciencia en varios niveles, conciencia que disfruta de sus variadas manifestaciones—. En el campo de la manifestación, la conciencia tiene diferentes grados. ¿Por qué rezamos? Rezamos porque nuestra plegaria nos lleva de un grado inferior a un grado superior de iluminación. Rezamos porque nuestra plegaria nos acerca a algo puro, bello, inspirador y colmador. La iluminación más alta es la realización de Dios. Esta iluminación no solo debe tener lugar en el alma, sino también en el corazón, la mente, el vital y el cuerpo. La realización de Dios es una unión consciente, completa y perfecta con Dios.

Queremos amar al mundo; el mundo quiere amarnos. Queremos satisfacer al mundo; el mundo quiere satisfacernos. Pero no hay un eslabón que nos conecte con el mundo. Sentimos que nuestra existencia y la existencia del mundo son dos cosas totalmente distintas. Creemos que el mundo es algo separado de nosotros, y en esto cometemos un error deplorable. ¿Cuál es el nexo de unión adecuado entre nosotros y el mundo? Dios. Si nos acercamos primero a Dios y vemos a Dios en el mundo, no importa entonces cuántos millones de errores cometamos, el mundo no solo será indulgente con nuestros errores sino que también nos amará con toda el alma. De modo similar, cuando veamos los defectos, debilidades e imperfecciones del mundo, seremos capaces de perdonar al mundo y luego inspirar, energizar e iluminar al mundo, sencillamente porque allí sentimos la Existencia de Dios.

Si no vemos a Dios en todas nuestras actividades, la frustración se cernirá sobre nuestra vida diaria. No importa lo sinceramente que tratemos de complacer al mundo, no importa lo sinceramente que el mundo trate de complacernos, la frustración se hallará entre nuestro entendimiento y el entendimiento del mundo. El origen de la frustración es la ignorancia. La ignorancia es la madre de la devastadora frustración, la dañina frustración y la sofocante frustración. Si nos adentramos en la ignorancia, vemos que es todo un juego de inconsciencia. La frustración puede eliminarse por completo de nuestras vidas únicamente cuando entramos en el Origen de toda la existencia. Cuando entramos en el Origen de nuestra propia existencia y la existencia del mundo, nos estamos acercando a la Realidad. Esta Realidad es nuestro Deleite constante, el Deleite del Respirar de Dios.

El mundo no es mío ni tuyo ni de otro. ¡Jamás! Pertenece a Dios, y solo a Dios. Por tanto, hemos de ser realmente sabios; hemos de ir primero al Poseedor, no a la posesión. La posesión está desvalida; no puede hacer nada por sí misma. Es el Poseedor quien puede hacer lo que quiera con Su posesión. Por tanto, primero hemos de volvernos uno con Dios. Entonces, automáticamente llegaremos a ser uno con las posesiones de Dios. Cuando devenimos uno con Dios y Sus posesiones, podemos sentir de manera cierta e inequívoca que el mundo es nuestro y nosotros del mundo.

La ignorancia y la iluminación son como la noche y el día. Tenemos que entrar primero en la iluminación, y luego traer la iluminación a la noche de ignorancia. De no ser así, la transformación de la ignorancia será difícil, lenta e incierta. Entrar en el campo de la ignorancia sin lograr primero iluminación, es tomar un sendero negativo. Si seguimos el sendero de la oscuridad y tratamos de encontrar la luz en la oscuridad, estamos tomando el sendero negativo. El mejor modo, el modo positivo de encontrar la luz es seguir el sendero de luz, más luz, abundante luz, infinita Luz. Si seguimos el sendero de la luz, la iluminación ciertamente amanecerá en nosotros.

Miremos hacia arriba y hagamos descender la Luz de lo alto. En cuanto miramos hacia arriba, la Gracia de Dios desciende. La naturaleza misma de la Gracia de Dios es descender sobre cada individuo en la tierra. Cuando queremos subir hacia Dios con la ignorancia, es como escalar una montaña con un pesado bulto sobre nuestros hombros. Naturalmente, es una tarea difícil. En lugar de eso, podemos quedarnos al pie de la montaña y clamar por la Gracia de Dios, la cual está dispuesta y deseosa de bajar hasta nosotros desde lo Más Alto. Huelga decir que para Dios es infinitamente más fácil descender hasta nuestra ignorancia, que para nosotros subir nuestra ignorancia hasta Dios.

La iluminación es el conocimiento consciente del alma. La iluminación es la visión consciente de la Realidad que va a ser manifestada. La iluminación es posibilidad transformada en utilidad. La iluminación es como la varita mágica de Dios. En este mundo, un mago ordinario utiliza su varita mágica para convertir una cosa en otra. Cuando Dios emplea la iluminación en el mundo, inmediatamente la conciencia finita de la tierra entra en lo Infinito y deviene lo Infinito.

La iluminación es la primera realización que la humanidad tiene del Poder omnipotente, la Compasión ilimitada, la Luz infinita y la Perfección perfecta de Dios. Nuestra iluminación nos hace sentir lo que Dios es realmente. Antes de la iluminación, Dios es teórico; después de la iluminación, Dios se vuelve práctico. Así pues, la iluminación es el divino poder mágico que nos hace ver la Realidad que hace mucho tiempo fue imaginación. Cuando la iluminación despunta en un ser humano, Dios ya no es más una mera promesa, sino un verdadero logro.

La iluminación está en la mente y en el corazón. Cuando la mente se ilumina, nos convertimos en la Elección de Dios. Cuando el corazón se ilumina, nos convertimos en la Voz de Dios. Aquí, en el mundo físico, la mente ha evolucionado considerablemente. Puesto que el hombre ha desarrollado su mente intelectual se ha vuelto superior a los animales ya que el estándar de la mente es más alto que el estándar del físico o del vital. El hombre ha cultivado la capacidad de la mente, pero no ha cultivado la capacidad del corazón. Cuando cultivemos el corazón veremos que su capacidad es, con gran diferencia, mayor de lo que habíamos imaginado. Cuando cultivemos en nuestro corazón la inigualable sensación de que somos de la más elevada Visión de Dios y estamos para la perfecta Manifestación de Dios, entonces se producirá la iluminación.

From:Sri Chinmoy,Más allá-dentro (Una filosofía para la vida interior), Agni Press, 1975
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