Ahora bien, has estudiado a Dios en los libros y otros te han dicho que Dios está en cada una de las personas, pero no has realizado a Dios en tu vida consciente. Para ti, todo eso es especulación mental. Pero, cuando uno ha realizado a Dios, uno conoce conscientemente lo que es Dios, qué apariencia tiene, y lo que Él quiere. Cuando uno alcanza la autorrealización permanece en la Conciencia de Dios y habla con Dios cara a cara. Uno ve a Dios tanto en lo finito como en lo Infinito; ve a Dios tanto en el aspecto personal como en el impersonal. Y en este caso, no se trata de alucinación mental o imaginación; es realidad directa. Esta realidad es más auténtica que el hecho de verte aquí, justo delante de mí. Cuando uno habla con un ser humano siempre hay un velo de ignorancia —oscuridad, imperfección, mala interpretación—. Pero entre Dios y el ser interno de quien Le ha realizado no puede haber ignorancia ni velo de ningún tipo. En ese momento uno puede hablar a Dios más claramente, más convincentemente, más abiertamente que a un ser humano.
Como seres humanos comunes y corrientes sentimos que la Paz infinita, la Luz infinita, la Dicha infinita y el Poder divino infinito son pura imaginación. Somos víctimas de la duda, el temor y fuerzas negativas que sentimos como normales y naturales. No podemos amar nada puramente, ni siquiera a nosotros mismos. Estamos en lo finito peleando y luchando, y no hay tal cosa como la paz, la luz o la dicha en nosotros. Pero, quienes practican la meditación profundizan en lo interior y ven que hay paz, luz y dicha reales. Obtienen fortaleza interna sin límite y ven que la duda y el temor pueden ser desafiados y conquistados. Cuando alcanzamos la realización de Dios nuestra existencia interna es inundada de Paz, Equilibrio, Ecuanimidad y Luz.From:Sri Chinmoy,Más allá-dentro (Una filosofía para la vida interior), Agni Press, 1975
Obtenido de https://es.srichinmoylibrary.com/bw