Dios le dice a la vida humana: «¡Levanta, despierta, aspira! Tuya es la meta». La vida humana le dice a Dios: «Espera, estoy descansando. Estoy durmiendo. Estoy soñando». De pronto, la vida se avergüenza de su conducta. Llorando, dice: «Padre, ya voy». Palpitando, dice: «Padre, estoy yendo». Sonriendo, dice: «Padre, he venido».
La vida —el problema— puede ser resuelto por el alma —la solución—; pero, para ello, primero hay que estar despierto desde dentro.From:Sri Chinmoy,Comentario del Bhagavad Gita: el Canto del Alma trascendental, Rudolf Steiner Publications, Blauvelt, New York, 1971
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