Capítulo IV: El conocimiento, la acción y el sacrificio

En el segundo y tercer capítulo del Gita, Sri Krishna bendijo a Arjuna con algunos atisbos de luz yóguica. En el presente capítulo, bendice a Arjuna con un diluvio de luz espiritual. Amplia y abiertamente revela los secretos del Yoga. Difícil le resulta a Arjuna creer que Sri Krishna enseñase a Vivaswan (el Dios-Sol) este Yoga eterno. Vivaswan lo ofreció a su hijo Manu, y Manu lo impartió a su hijo lkshwaku; de él fue transmitido a los regios rishis. Vivaswan vio la luz del día mucho antes del nacimiento de Sri Krishna. Naturalmente, la declaración de Sri Krishna pondría a Arjuna en un mar de confusión. El eterno misterio de la reencarnación es ahora revelado. Dice Krishna: «Arjuna, tú y yo hemos pasado por innumerables nacimientos. Yo los conozco todos, tu memoria te falla. Aunque no tengo nacimiento ni muerte y soy el Supremo Señor de todos los seres, me manifiesto en el universo físico a través de Mi propia Maya, manteniendo Mi Prakriti (Naturaleza) bajo control».

From:Sri Chinmoy,Comentario del Bhagavad Gita: el Canto del Alma trascendental, Rudolf Steiner Publications, Blauvelt, New York, 1971
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