Muerte y reencarnación: El viaje de la Eternidad

I. El reino de la muerte

¿Por qué es necesaria la muerte? ¿Por qué no puede el alma seguir progresando y evolucionando en un mismo cuerpo?

Sri Chinmoy: Ahora mismo se requiere la muerte; es una necesidad para nosotros. No podemos hacer nada durante mucho tiempo seguido. Jugamos durante cuarenta y cinco minutos o una hora y entonces nos cansamos y tenemos que hacer una pausa. Sucede lo mismo con nuestra aspiración. Supongamos que vivimos durante sesenta o setenta años en la tierra. Durante estos sesenta o setenta años, tal vez meditemos veinte o treinta días, e incluso así, tan sólo unas horas. Un ser humano ordinario no puede aspirar en su meditación durante cuatro horas, dos horas o incluso una hora sin interrupción. ¿Cómo podrá entonces tener la aspiración o la realidad o la conciencia que le conducirá a la Verdad eterna o a la Conciencia imperecedera de una vez?

Ahora mismo, la muerte nos ayuda, en cierto sentido; nos permite hacer un descanso. Así, cuando regresamos, llegamos con una nueva esperanza, una nueva luz y una nueva aspiración. Pero si tuviéramos una aspiración consciente, una llama ascendente ardiendo continuamente en nuestro corazón, veríamos que la muerte física puede ser conquistada fácilmente. Amanecerá un día en que la muerte no será necesaria; pero ahora mismo no tenemos esa capacidad; somos débiles. Los Maestros espirituales, las almas liberadas, sin embargo, poseen el dominio sobre la muerte; no obstante, abandonan su cuerpo cuando el Divino quiere que lo hagan.

Una persona común que haya llevado la carga de una familia entera a lo largo de veinte, treinta o cuarenta años, dirá: «Estoy cansada; ahora necesito parar». Para ella, la muerte tiene verdaderamente significado; el alma se dirige a la región del alma y disfruta de una breve tregua. Pero para un guerrero divino, para un buscador de la Verdad Última, la muerte no tiene sentido; él desea hacer su progreso continuado, sin detenerse. Así pues, procurará vivir en aspiración constante, eterna aspiración. Y con esa aspiración eterna intentará conquistar la muerte para poder ser una eterna manifestación exterior del Divino en él.

¿Es posible aprender lo que es la muerte entrando de hecho en ella, mientras aún se está vivo?

Sri Chinmoy: Se puede conocer fácilmente lo qué es la muerte, cuando nos hallamos en el nivel más elevado de meditación. Cientos de veces lo he experimentado y también muchas veces he ido más allá de la muerte en mi meditación, cuando he tenido que ayudar a mis discípulos. En trance, uno va a muchos mundos, muchos planos, muchas regiones más allá de los dominios y límites de la muerte. A veces, podemos de hecho seguir a un alma cuando ésta abandona el cuerpo y vivir la experiencia completa de la muerte permaneciendo aún en el cuerpo. Experimenté esto por vez primera con una de mis hermanas, que murió cuando yo tenía dieciocho años. Tenía esta facultad, así que seguí al alma de mi hermana durante casi tres horas en el mundo de la muerte. Lo que sucede es que sientes que estás realmente muerto; el cuerpo no existe y sólo estás volando con la conciencia, volando como una cometa. Cuando se posee esta facultad, se puede tener la verdadera experiencia de la muerte en este mundo. Durante la meditación, se puede fácilmente partir, manteniendo el cuerpo en el mundo de la vida y la luz de la conciencia en el mundo de la muerte.

¿Podría explicar el significado espiritual de esta práctica o su necesidad?

Sri Chinmoy: No hay necesidad de ella pero, si se desea aprenderla en este mundo, se puede hacer fácilmente. Estas cosas no nos ayudarán lo más mínimo en nuestra realización de Dios, pero si tenemos tiempo, paciencia y afán, no hay nada malo en intentarlo. Es como viajar por una carretera; podemos dirigirnos al destino directamente, o bien, si lo deseamos, dar un rodeo y admirar el paisaje o recoger fruta de los árboles y, mientras la comemos, proseguir hacia la meta. Todos tendrán la experiencia de la muerte al menos una vez en la vida espiritual, antes de la Autorrealización.

¿Es dolorosa la muerte?

Sri Chinmoy: Depende de la persona. Si no ha orado y meditado, si no ha llevado una vida espiritual, será realmente doloroso separarse de esta vida, porque no desea someterse a la Voluntad de Dios. En primer lugar, no tiene ninguna idea o sentimiento de lo que puede ser la Voluntad de Dios. Tampoco siente Su Protección, Su Guía y Su Cuidado conscientes, por lo que se ve totalmente perdido. En este mundo, no puede hacer nada; en el otro, todo es incertidumbre. Si se carece de aspiración, se siente un miedo tremendo, porque la gente común considera la muerte algo totalmente desconocido; no saben adónde van. Por el contrario, los buscadores saben que se dirigen hacia el Supremo, hacia la morada del Señor. Temporalmente es algo desconocido para ellos; pero esa conciencia, ese plano, es un reino de paz y descanso que pertenece al Supremo, su Padre Eterno. Por tanto, no tienen miedo.

Evidentemente, también hay dolor físico. En la hora de la muerte, incluso hasta el último instante, si alguien sufre una enfermedad no puede arrojarla en algo más elevado o más profundo, sus últimos días serán extremadamente dolorosos. Incluso el último momento será muy doloroso, porque el ser de la muerte se presentará ante él bajo una apariencia muy destructiva. La fuerza de la muerte, el ser de la muerte, se le aparece a cada persona de una forma diferente, según el logro y la realización de su alma en la tierra

La gente corriente que no aspira, la gente que literalmente se regodea en los placeres de la ignorancia, experimentará la muerte como un ser espantoso y brutal, como un personaje oscuro y horrible. A veces, la fuerza de la muerte tiene numerosos subordinados que se presentan ante el moribundo, y éste a menudo ve tigres o inmensas criaturas inimaginables, y se asusta. Por el contrario, los buscadores sinceros ven a su Maestro espiritual o a un ser luminoso, semejante a un ángel, que acude para conducirlos en una carroza. Estos buscadores han trabajado duramente en la tierra a lo largo de muchos años, y ahora la Madre Tierra desea ofrecerles conscientemente su bienaventurada y divina gratitud. Su Piloto interno o su Maestro los toma, pero ellos ven la Mano bienhechora de Dios conduciéndolos hacia la otra Orilla en Su Barco Dorado. Algunas personas, en el momento de la muerte, ven a sus seres queridos que partieron hace mucho tiempo. Sus más amados acuden a ellos y es sencillamente como alguien que conoce el camino guiándolos hacia un nuevo mundo.

Si estamos atrapados por las cadenas de la ignorancia, habrá dolor, tanto dentro como fuera de nosotros, a la hora de nuestra muerte física. Este sufrimiento es debido a la ignorancia en la mente y en el cuerpo humano, la cual nos impide entrar al reino de la muerte y después ir más allá de éste consciente y deliberadamente. Pero si el velo de la ignorancia es retirado, no puede haber sufrimiento, ni en la muerte, ni en la atmósfera del mundo. Si podemos penetrar hasta la raíz de nuestro sufrimiento y dolor, que es ignorancia, y transformar la ignorancia con la Luz de nuestra alma, entonces la muerte será como un pasaje que nos conducirá a otra orilla. Esta otra orilla es la Luz Eterna que nos guía, nos protege, nos forma y nos moldea a través de la eternidad.

¿Por qué tantas personas sufren largamente antes de morir?

Sri Chinmoy: Muchas personas enfermas quieren morir porque su sufrimiento es insoportable y desean liberarse de él. Pero ¿por qué siguen existiendo y sufriendo? Porque la purificación de su naturaleza no se ha completado todavía. A través de la purificación, entramos en una vida superior y en una divinidad más plena. Aquí es donde opera la ley del karma. En nuestra serie de vidas pasadas, hemos hecho muchas cosas mal y, a través de esta tortura física, somos purificados. Esta experiencia es necesaria porque, a través de ella, despunta en la conciencia de la persona una nueva sabiduría. Pero cuando alguien sufre amargamente, no deberíamos pensar en sus acciones pasadas, en si llevó una mala vida o si tuvo un mal carácter y por ello está sufriendo. No, más bien identifiquémonos con la experiencia por la que está pasando. Cuando somos uno con la experiencia, obtenemos una verdadera satisfacción en nuestra existencia humana.

Además, debo decir que la ley del karma no es sencilla; por el contrario, es muy, muy complicada. Algunas almas son muy puras y espirituales y, a pesar de ello, sufren al morir. ¿Es debido a su mal karma del pasado? No, es porque se identifican con la humanidad y desean experimentar por si mismas el más amargo tipo de sufrimiento. La mayor parte de los grandes Maestros espirituales han tenido muertes muy dolorosas. ¿Por que? Habrían podido abandonar sus cuerpos por propia voluntad, pero no lo hicieron. En su lugar, contrajeron cáncer y otras enfermedades graves, y sólo murieron después de mucho sufrimiento. En su caso, lo que hacían era entrar en el sufrimiento de la humanidad e intentar sentir cómo ésta sufre. Si no entramos en el sufrimiento de la humanidad, todo es teórico; nada es práctico. Pero si la gente corriente sufre, vemos que es la ley del karma, la rueda del karma, lo que está actuando.

Sin embargo, si una persona muere por un repentino paro cardíaco, eso no significa necesariamente que fuera muy espiritual o religiosa. No; es porque Dios quiso tener esa experiencia particular a través de ella y, quizás también, a través de sus seres queridos, en ese momento determinado. Aquí no es una cuestión bueno o malo, de divino o no divino, sino del tipo de experiencia que Dios quiso tener en esa persona concreta. A fin de cuentas, todo lo que estamos viendo o teniendo es una experiencia de Dios.

¿Puede una persona espiritual que agoniza dolorosamente transformar su dolor en alegría a través de la meditación?

Sri Chinmoy: Si la persona es un buscador sincero, sentirá una gran alegría incluso cuando está muriendo. Aunque el cuerpo físico pueda sufrir, el deleite del alma se presentará y le permitirá meditar conscientemente. A veces, cuando uno entra conscientemente en el dolor, la propia valentía interior en el dolor mismo se transforma en alegría. Se puede penetrar conscientemente en el dolor incluso durante una operación quirúrgica seria. Cuando era un muchacho de dieciocho o diecinueve años, lo hice. Mientras el médico me operaba, entré conscientemente en el dolor y sentí verdadera alegría. Sonreía al médico, y él, sencillamente, no lo podía comprender. Todo el mundo puede tener esta experiencia.

En una de las meditaciones en su diario, menciona que la muerte era una obstrucción. He creído siempre que consideraba la muerte como una transición que nos permite renacer y progresar continuamente.

Sri Chinmoy: Magnífico. He dicho que la muerte es una transición. He comparado la vida y la muerte con dos habitaciones: la vida es mi cuarto de estar y la muerte mi dormitorio. Cuando digo que la muerte es una obstrucción, hablo de la muerte desde un punto de vista diferente. ¿Qué es una obstrucción? Una obstrucción es algo que nos impide avanzar. Es un límite que no podemos atravesar.

Esta vida es una oportunidad de oro que nos ofrece el Supremo. Pero la oportunidad es una cosa y el logro otra. Nuestra evolución espiritual, nuestro progreso interior es muy constante, muy lento, pero, al mismo tiempo, muy significativo. Naturalmente, hay personas que, durante cientos y miles de encarnaciones, seguirán un ciclo normal y natural de nacimientos y muertes, y que un día, en la Eternidad de Dios, llegarán a realizar a Dios. Pero algunos aspirantes reales, sinceros, auténticos, hacen la fervorosa promesa de realizar a Dios aquí y ahora, en la encarnación actual. Lo hacen sabiendo que esta vida no es ni la primera, ni la última. Pero saben que hay personas que han realizado a Dios y no quieren esperar a otra vida en un futuro lejano. Piensan que no tiene sentido vivir sin la realización de Dios y desean alcanzarla lo antes posible. En tales casos, si sobreviene la muerte cuando aún no han alcanzado la realización, la muerte es un obstáculo. Cuando alguien que está destinado a morir a los cincuenta años está aspirando fervorosamente, si puede retrasar la muerte otros veinte o treinta años, con la amable aprobación del Supremo, ¿qué hará en ese lapso de tiempo? Continuará su sincera aspiración, su más profunda meditación, su más elevada contemplación. Será como un corredor que se lanza sin obstrucción hacia su Meta. Durante esos veinte o treinta años más, puede alcanzar el final más lejano, donde se halla su Meta. Pero si la muerte se interpone, no realizará a Dios en esta vida.

En su siguiente encarnación, son raras las almas que pueden retomar inmediatamente el hilo de su aspiración pasada. Tan pronto como se entra en el mundo, las fuerzas cósmicas no divinas aparecen y atacan, y la ignorancia, las limitaciones y las imperfecciones del mundo tratan de cubrir el alma. En los años formativos de la infancia, no nos acordamos de nada. El niño es inocente, ignorante e indefenso. Entonces, algunos años después, comienza a funcionar la mente. Entre los ocho y los doce años, la mente lo complica todo. De este modo, durante los once, doce o trece primeros años de su vida siguiente, casi todas las almas, por muy grandes y espirituales que sean, olvidan sus realizaciones pasadas y su profundo llanto interior. Es cierto que hay Maestros espirituales o grandes buscadores que tienen experiencias elevadas en su infancia, o que empiezan a pensar en Dios y cantar Sus alabanzas a muy temprana edad; pero, habitualmente, no hay un vínculo de conexión fuerte entre los logros del alma en la Tierra durante su anterior encarnación y los años de infancia en la encarnación presente. Existe un vínculo, un vínculo muy sutil, pero éste no se hace evidente durante los primeros doce o trece años de vida.

Algunas almas no recuperan la aspiración de su encarnación pasada hasta la edad de cincuenta o sesenta años. Desde el punto de vista espiritual, esos cincuenta o sesenta años representan un tiempo totalmente desperdiciado. Así, si alguien pierde cincuenta años en esta encarnación, y veinte o treinta en su encarnación pasada, son en total ochenta años mal gastados. En este caso, digo que la muerte es una verdadera obstrucción que debemos apartar con nuestra aspiración, con nuestra aspiración ininterrumpida. La aspiración debería ser como una bala, debería atravesar el muro de la muerte.

Pero, aunque pueda tardar tiempo, el ser interior emergerá conscientemente, y la persona empezará a meditar y a orar a Dios con mucha fuerza y sinceridad en su nueva encarnación. En ese momento, advertirá que nada de su pasado se ha perdido realmente. De hecho, todo ha sido salvaguardado en la conciencia de la Madre Tierra, que es el banco común para todo el mundo. El alma sabrá cuánto ha logrado en la tierra; y todo esto es guardado celosamente en la conciencia de la Tierra, el banco de la tierra. Aquí, puedes depositar dinero en un banco. Entonces, puedes ir a Inglaterra y regresar después de seis años o más y retirar tu dinero. El alma hace lo mismo después de haber abandonado la tierra durante diez o veinte años. Todos los logros del alma han sido conservados aquí intactos en la Madre Tierra. Entonces ésta se los devuelve cuando el alma regresa para trabajar por Dios en la tierra.

Nada se pierde excepto tiempo, en la mayoría de los casos, durante esos pocos años de la infancia. Pero es preferible realizar a Dios en una sola encarnación, de manera que no se pierda nuevamente la aspiración consciente en este periodo transitorio. Si podemos continuar en la tierra de cincuenta a cien años con una gran y sincera aspiración, podremos conseguir mucho. Si obtenemos ayuda real de un Maestro espiritual, es posible realizar a Dios en una, dos o tres encarnaciones. Si no hay un Maestro real y se carece de aspiración, llevará cientos y cientos de encarnaciones.

¿Qué es lo mejor que podemos hacer al morir?

Sri Chinmoy: Para una persona espiritual, lo mejor es invocar la presencia de su Maestro. Los amigos íntimos y queridos del buscador deberían colocar una imagen de su guía espiritual frente a él y dejar que el Maestro le acompañe espiritualmente mientras expira. Que el Maestro esté presente en el último aliento del buscador. A continuación, es el deber, la responsabilidad del guía interior, hacer lo necesario. Mucho antes de que tú dejes el cuerpo, tu Maestro ya lo habrá hecho, así que puedes meditar en mí y te ayudaré.

El año pasado murió tu padre. Si hubieras estado presente físicamente, lo que deberías haber hecho en ese momento es meditar muy fervorosamente. Aunque tu padre no era conscientemente mi discípulo y no había aceptado nuestro camino, ¿quién sabe lo que hará en su próxima encarnación? Tú sabes que hay alguien que puede ayudar a tu padre mientras está muriendo, de modo que deberías haber meditado en mí. Uno siempre sabe quien puede ayudar en cada situación. Cuando alguien está enfermo, llamamos al médico. Cuando alguien tiene problemas legales, consigue la ayuda de un abogado. Si tú hubieras querido ayudar a tu padre, inmediatamente deberías haber pensado en mí y meditado en mí. Si tuvieses tremenda aspiración o poder espiritual, le habrías dado toda tu fortaleza espiritual. Pero tu fortaleza espiritual ahora mismo es tu aspiración, y la fuente de tu aspiración está dentro de este Maestro, tu Gurú. Así pues, si quieres ayudar a tus seres queridos, has de hacerlo de este modo.

Si estás hablando de otras personas, para saber lo que es mejor hacer cuando están muriendo, hay que saber quién les proporcionó mayor alegría en la tierra o en quién depositaban su mayor fe. Si alguien tenía mucha fe en Jesucristo, aunque tal vez tú no sigas el camino de Cristo, debes de inmediato invocar conscientemente y con la mayor devoción la presencia de Cristo. En ese momento, debes ayudar a tu amigo a reforzar su fe en Cristo. Puedes repetir en voz alta el nombre de Cristo, llevarle una imagen de Cristo y leerle la Biblia. De este modo, serás capaz de ayudarle en su aspiración. Si alguien espiritual que me conoce está muriendo, en ese momento deberías leerle mis escritos y hablar de mí. Pero si es simplemente un conocido, deberías fomentar su fe a su propia manera.

¿Existe una manera específica de meditar en una persona que está muriendo?

Sri Chinmoy: Supongamos que has ido a visitar a alguien conocido que está en el hospital. En este caso deberías concentrarte en su corazón. No necesitas mirar a la persona en cuestión, sino poner toda tu concentración en su corazón. En primer lugar, intenta imaginar un círculo en su corazón y siente que el círculo está girando allí como un disco. Ese movimiento significa que la energía de vida está ahora rotando conscientemente en la aspiración o en el recipiente de la persona enferma. A través de tu concentración y de tu meditación estás entrando en el latido de esa persona. Cuando entras en su latido, tu propia conciencia y la conciencia aspirante o agonizante de la otra persona rotan juntas. Mientras rotan, dirige con todo tu ser esta oración al Supremo, que es tu Gurú y el Gurú de todos: «Que Tu Victoria sea lograda. Que se cumpla Tu Voluntad a través de esta persona. Sólo deseo Tu Victoria». La victoria no significa necesariamente que la persona se curará; no, Dios puede haber decidido por una buena razón que esta persona debe abandonar su cuerpo. Si rezas a Dios con entrega y la persona abandona su cuerpo, estás colmando a Dios y estás luchando por Su Victoria. Si Dios desea llevar a esta persona al Cielo para que haga allí algo por Él, entonces, naturalmente es la Victoria de Dios cuando la persona abandona el cuerpo. Si rezas por la Victoria del Supremo, con tu aspiración estás dándole toda la responsabilidad al Supremo; y cuando puedes conscientemente remitir la responsabilidad al Supremo, estás haciendo lo correcto.

¿Cuál debería ser la actitud de los seres queridos cuando alguien cercano está muriendo?

Sri Chinmoy: Todos somos pasajeros de un mismo tren. El destino ha llegado para un pasajero en particular. Tiene que bajar en esta parada, pero nosotros aún tenemos que seguir y cubrir más distancia. Hemos de saber que la hora de cada muerte ha sido ordenada por el Supremo. Ningún ser humano puede morir sin Su aprobación o Su tolerancia. Así pues, si tenemos fe en el Supremo, si tenemos amor y devoción por el Supremo, sentiremos que Él es infinitamente más compasivo que cualquier ser humano, infinitamente más compasivo que nosotros mismos, que deseamos conservar a nuestros seres queridos junto a nosotros. Aunque la persona que muere sea nuestro hijo, nuestra madre o nuestro padre, debemos saber que para el Supremo es infinitamente más querido que para nosotros. El Supremo es nuestro Padre y nuestra Madre. Si un miembro de la familia va a ver al padre o a la madre, los demás miembros nunca se sentirán tristes. Si hemos aceptado la vida espiritual y queremos tener verdadera alegría, debemos saber que podemos obtenerla sólo mediante la entrega de nuestra vida a la Voluntad del Supremo. Ahora es posible que no sepamos cuál es la Voluntad del Supremo, pero sabemos lo que es la entrega.

Si el Supremo desea apartar a alguien de nuestra vida, debemos aceptarlo. «Que se haga Tu Voluntad». Si ésta es nuestra actitud, sentiremos la mayor alegría. Y esta alegría rinde el mayor servicio al que va a partir. Cuando nos sometemos totalmente al Supremo, esta sumisión deviene en una fuerza y una energía suplementarias para el alma que se dispone a partir y que está sufriendo aquí, en la esclavitud. De este modo, si sometemos verdaderamente nuestra voluntad a la Voluntad del Supremo, esta sumisión verdaderamente proporcionará paz, paz duradera, al alma que se dispone a abandonar la escena terrestre.

Los que han empezado a meditar y a concentrarse tienen vislumbres momentáneos de sus encarnaciones pasadas. Si creemos que hemos tenido un pasado y sabemos que tenemos un presente, podemos también sentir que tendremos un futuro. Sabiendo esto, debemos estar siempre conscientes de esta verdad: que no existe la muerte. En el Bhagavad-Gita se dice: «Al igual que una persona desecha su vieja ropa y se pone otra nueva, el alma se deshace de su cuerpo físico y toma uno nuevo». Cuando sabemos que la persona que va a morir tan sólo está dejando su viejo cuerpo antes de aceptar otro nuevo, y la persona moribunda tiene el mismo conocimiento, ¿cómo puede haber miedo alguno?

No sabemos lo que es realmente la muerte; por ello, deseamos permanecer en la tierra el mayor tiempo posible. Pero la verdadera muerte no es la disolución del cuerpo físico. La verdadera muerte, la muerte espiritual, es otra cosa.

Guru, un amigo mío que falleció hace sólo seis semanas, el día antes de a su muerte, anunció a su padre que moriría al día siguiente, y así ocurrió. ¿Cómo pudo saberlo?

Sri Chinmoy: ¿Por qué no iba a poder? ¿Acaso no es hijo de Dios? A la hora de la muerte, si pensamos constantemente en Dios, podemos recibir un mensaje de nuestro ser interior. Cuando mi propia madre se estaba muriendo, yo estaba en casa de mi tío, a diez kilómetros de distancia. Mi madre padecía de bocio. Por la mañana temprano, había dicho: «Esta mañana abandonaré el cuerpo. ¿Dónde está Madal? Id a buscarlo». Uno de mis primos me trajo el mensaje y regresé. Mi madre me tomó de la mano y me sonrió; fue su última sonrisa. Partió alrededor de un minuto después de mi llegada, como si me hubiera estado esperando. Pero tengo que decir que mi madre era muy, muy espiritual, y practicaba una vida interior en el más estricto sentido del término. En cuanto a tu amigo, debo decir que cientos y miles de personas han sabido de antemano cuándo iban a morir. Y para las personas espirituales es muy fácil; a menudo lo saben algunos meses antes.

Cuando alguien está enfermo y, desde el punto de vista médico, no tiene esperanza de recobrar la salud, ¿está bien decirle que va a morir y ayudarlo a prepararse para la partida?

Sri Chinmoy: Es un asunto muy complicado; cada caso debe considerarse por separado. La mayoría de las personas quiere vivir; no quieren morir, porque no saben lo que es la muerte. Creen que la muerte es un tirano que las torturará de mil maneras y, finalmente, las destruirá. Cuando el karma de una persona se ha agotado y el Supremo desea que abandone el cuerpo, si la persona tiene hambre vital y deseos insatisfechos, aunque el alma no tenga estos deseos, la persona querrá permanecer en la tierra. No querrá obedecer la Voluntad del Supremo. ¿Qué hacer en este caso? Si le dices que Dios no quiere que permanezca ya en la tierra, que ha tenido todas las experiencias necesarias en ese cuerpo, no te comprenderá. Responderá: «Dios no desea que abandone mi cuerpo; eres tú quien lo quiere». Pensará que eres cruel y despiadado. Por esta razón, si sabes que la Voluntad del Supremo es que esta persona abandone el cuerpo, lo mejor es hablar en silencio a su alma e intentar inspirarla para que se atenga a la Voluntad de Dios. Pero si la persona es muy espiritual y aspira sinceramente, dirá por sí misma a sus parientes y seres queridos: «Rezad a Dios para que me conduzca. He terminado mi juego aquí en la tierra. Leedme libros espirituales -- las Escrituras, la Biblia, el Gita. Permitidme oír sólo cosas divinas, cosas espirituales que me ayuden a empezar mi viaje». En la India, muchas personas, cuando sienten que sus días están contados, dicen: «Cuanto antes Él se me lleve, mejor». Cuando mi madre se moría, leía constantemente el Gita durante sus últimos días con la actitud: «Ahora voy hacia el Padre Eterno; deja que me prepare». Un paciente de esta clase recibe una alegría mayor conociendo la Voluntad del Supremo y obedeciéndola.

¿Puede usted posponer con su fuerza de voluntad el momento de la muerte?

Sri Chinmoy: Ciertamente

¿Puede posponerlo indefinidamente?

Sri Chinmoy: Los Maestros espirituales pueden posponerlo indefinidamente, si esa es la Voluntad de Dios. Una persona espiritual obtiene este poder cuando alcanza la Perfección espiritual, porque entonces está completamente entregada a Dios. Un discípulo acude a un Gurú y se somete enteramente a él. Del mismo modo, un Gurú debe someterse absolutamente a Dios el Infinito. En esta sumisión, se vuelve uno con Dios. No rompe la Ley de Dios; él sólo trata de cumplirla. Si Dios le dice: «Quiero que abandones tu cuerpo ahora», él lo hace. Pero si ve que algunas fuerzas hostiles lo están atacando y causando su muerte prematuramente, entonces emplea su poder, porque Dios quiere que viva en la tierra para ayudar a la humanidad. Poseer este poder no sirve para nada si sólo se quiere permanecer en la tierra doscientos o trescientos años para vivir una vida animal ordinaria. Una tortuga vive cientos de años, pero no significa que sea mejor que un ser humano. Lo que necesitamos es la iluminación directa, el conocimiento de la Verdad, el conocimiento de la Luz y el conocimiento de Dios. No son los años, sino los logros, lo que cuenta.

¿Ha tenido que enfrentarse alguna vez a las fuerzas de la muerte para salvar la vida de alguien?

Sri Chinmoy: Precisamente este domingo vine muy tarde a la meditación de la mañana. La mayoría pensabais que estaba durmiendo y roncando, ¿que le voy a hacer? Pero estaba peleando con tres fuerzas mortales que querían arrebatar a tres de mis discípulos cercanos. Con dos tuve mucho éxito, pero con el tercero no estaba seguro en absoluto de lo que iba a pasar. No fue hasta el día siguiente que tuve la garantía de que el tercero sobreviviría también. De lo contrario, esa noche habríais visto a alguien del Centro de Nueva York arrebatado. Él iba a tener un ataque al corazón. Y lo más divertida de la historia es que esa persona estaba allí, en la meditación de la mañana, mientras yo peleaba con las fuerzas de la muerte.

Trabajo en un hospital donde se trata el cáncer y los pacientes mueren con frecuencia. A veces, cuando están muriendo veo en su rostro una cualidad o una expresión muy parecida a algo que veo en tu rostro. ¿Puedes explicarme por qué?

Sri Chinmoy: Cuando estoy unido con la Conciencia Universal, estoy en todos. Hay muchas personas en la tierra que no son mis discípulos, pero son, sin embargo, buscadores sinceros. Y las almas realizadas de primer orden percibirán cuando los buscadores sinceros rezan a Dios a la hora de su muerte o cuando tienen los días contados. Te lo aseguro, cuando rezan a Dios, a Cristo o a algún otro, si están llamando a la puerta de Dios con verdadera sinceridad, pueden ver irradiando allí mi rostro, el rostro de Buda, el rostro de Krishna debido a nuestra Conciencia Universal.

No sabría decir quienes son estas personas. Hay cientos y miles que no son mis discípulos directos. Sin embargo, llaman a la puerta de la Conciencia Universal y reciben mi Luz y mi Compasión. Es por eso que ves mi rostro en el suyo. Ellos me ven y obtienen la ayuda de mi compasivo ser interno. En ese momento, una parte iluminada de mi ser, de mi existencia interna acude a ellos para darles algún consuelo, alguna pequeña iluminación, de forma que puedan tener una mejor existencia en el mundo de las almas y puedan regresar de nuevo para aspirar. Si observas a una persona moribunda y ves mi rostro, sabrás que esa persona es un buscador. No es necesario que sea mi discípulo. Si tiene una aspiración sumamente sincera, debido a mi Conciencia Universal, yo puedo estar allí.

Hay ocasiones en que mis discípulos meditan muy profundamente en mí y se identifican conmigo hasta tal punto que otros discípulos verán en ellos mi rostro. Su poder de concentración en mí es tan sincero, tan devoto, tan agudo y fervoroso, que justo en su rostro los discípulos verán el mío, incluso en el caso de mujeres. Esto ha sucedido varias veces.

A veces, algunas personas se queman vivas para protestar contra la guerra. ¿Qué se consigue con esto desde el punto de vista espiritual?

Sri Chinmoy: En una familia, a menudo los hermanos se pelean. La madre dice entonces: «Si no paráis, me voy a suicidar». Sé de muchos casos en que los padres se han suicidado cuando les resultó imposible mantener la armonía en la familia. Entonces los hijos cambiaron inmediatamente. Cuando vieron que sus padres murieron a causa de sus enfrentamientos, empezaron una nueva vida. Pero esto no duró y pronto estaban peleándose otra vez.

Ahora bien, desde el punto de vista espiritual, el suicidio no sirve de nada. La madre se ha sacrificado en vano por sus hijos. Y aunque pensó que crearía la armonía mediante su sacrificio físico, en el mundo vital no habrá escape ni perdón para ella. Por su estupidez se dirigirá al mundo vital y permanecerá allí. ¿Por qué no tuvo la sabiduría de ver que los hijos no eran sus hijos, sino los hijos de Dios? Dios es quien le dio esos hijos. ¿Por qué, entonces, no ha implorado a Dios para iluminar su conciencia? ¿Por qué no ha rogado a Dios por su armonía y su paz?

El mundo permanecerá ignorante a menos y hasta que el Supremo ilumine su conciencia. Sacrificando nuestras vidas individuales para causar la paz, nunca se resolverán los problemas del mundo. Numerosos mártires, aspirantes y personas espirituales se han quitado la vida pero ello no resolvió los problemas del mundo. Estos problemas sólo se resolverán por medio de la aspiración, de la oración a Dios para que ilumine el mundo mientras estamos aquí en la tierra. Nuestra muerte individual jamás podrá transformar la faz del mundo. Pero si invocamos la Bendición de Dios, la Gracia de Dios y el atento Cuidado de Dios, los problemas podrán, entonces, resolverse.

¿Puede alguien que se suicida realizar a Dios en una encarnación futura?

Sri Chinmoy: Es posible realizar a Dios tras haber cometido suicidio o haberse matado violentamente. Pero Dios sabe cuántas encarnaciones serán necesarias. Sólo en el caso de los Maestros espirituales es permisible el suicidio. A veces lo hacen; llegan a estar tan disgustados con el mundo que abandonan consciente y deliberadamente el cuerpo, antes que lo hubieran hecho en el curso normal de los acontecimientos. Pero en este caso, el Supremo lo permite porque ya Le han realizado y han trabajado muy duro para Él.

Su filosofía afirma que el alma progresa continuamente. Pero ¿cómo conciliar esto con el hecho de que cuando alguien se suicida, su alma cae?

Sri Chinmoy: En realidad, el alma de un suicida no cae sino que permanece en un lugar particular y es cubierta por infinitamente más velos de ignorancia. Llega a quedar completamente cubierta, capa sobre capa, por la ignorancia. Es la conciencia del individuo lo que se degrada y regresa al punto de partida, casi hasta la conciencia mineral, donde no existe evolución. El alma queda eclipsada por abundante ignorancia, es decir por infinitas capas de ignorancia. Anteriormente quizás tenía diez, pero ahora cuenta con innumerables capas de ignorancia y debe volver a empezar a retirarlas, una a una. Es evidente que se hace infinitamente más difícil para el alma llevar al individuo hacia la perfecta perfección, la liberación o la salvación. Pero si el Supremo quiere actuar sobre un ser humano que se ha suicidado, en muy, muy raras ocasiones, Él pide a los Maestros espirituales que tienen la capacidad, cuidar de esa alma y no permitir que sea envuelta de abundante ignorancia. En estos casos, lo que el alma ya posee es suficiente para atraer la Gracia y la Compasión del Supremo, y Éste no permitirá que un solo velo recubra el alma más de lo habitual. Pero esto se produce sólo en muy raras ocasiones. Generalmente, para un suicida, la evolución se detiene indefinidamente -- por cien, doscientos, quinientos, seiscientos años o más. No puede avanzar, y cae sobre sus hombros la más pesada de las cargas. El proceso de su evolución se detiene. Al haber violado las leyes del juego cósmico, debe sufrir el castigo cósmico. No puedes decir a las fuerzas cósmicas: «He cometido un error, pero eso no os incumbe. Alcanzaré mi objetivo, cuando me apetezca». Has salido del juego cósmico intencionadamente, sin el permiso de Dios y contra Su intención. El no te ha permitido abandonar el juego, pero tú Le has desafiado activa y abiertamente, y has intentado estropearlo. Para esta errónea acción, el castigo es de lo más severo. Es tan intenso que no podemos sentirlo con nuestro corazón humano, ni imaginarlo con nuestra mente humana.

¿Cuál es la diferencia entre la cremación y el entierro normal?

Sri Chinmoy: La diferencia exterior ya la conocéis: en un caso el cuerpo es quemado y en el otro, es enterrado en un ataúd. Los indios en especial, son adoradores del fuego. Sienten que el fuego no sólo consume todo, sino que además lo purifica todo. Así que, para el fuego, tenemos un dios cuyo nombre es Agni. Rezamos a Agni por la purificación y el autoconocimiento y también entregamos nuestros muertos a él.

Desde el punto de vista espiritual, sabemos que el cuerpo ha venido a la existencia a partir de cinco elementos: tierra, agua, aire, éter y energía. A partir de cinco elementos la envoltura física accedió a la existencia y, con la ayuda del fuego, volverá a los cinco elementos. Con la cremación, el cuerpo físico se disolverá con la máxima purificación, que aquí significa transformación.

Por otro lado, quienes en occidente prefieren el entierro, también tienen su propia interpretación espiritual. Surge una especie de compasión espiritual porque el cuerpo nos ha servido tan fielmente, y decimos: «Oh, utilicé este cuerpo durante muchos años y nunca le di descanso. Ahora el alma ya no está; el ave ha volado lejos, pero el cuerpo sigue ahí. Déjame ponerlo en un ataúd y darle la oportunidad de descansar». Los que se interesan por la cremación, sienten que el cuerpo, que ha hecho tantas cosas estúpidas y malas en esta vida, necesita purificación. Los que prefieren el entierro, quieren darle al cuerpo un descanso confortable.

¿Podría hablarnos del tipo de muerte y de renacimiento que se produce en la vida espiritual?

Sri Chinmoy: Si aceptamos la vida espiritual de todo corazón, sinceramente y sin condiciones, podremos sentir que ello representa la verdadera muerte de la ignorancia, de los deseos y de las limitaciones; es la muerte de nuestra conciencia vital limitada, asfixiante, incompleta y oscura. El vital, y no el físico, es el que ansía colmar toda clase de deseos; por ello, esta muerte se produce en el plano vital. Cuando nos comprometemos verdaderamente con la vida espiritual, atravesamos una muerte interior. Ésta es la muerte de nuestro pasado, de la forma de ser que ha creado nuestro pasado.

Construimos el edificio de la Verdad sobre nuestra aspiración, no sobre nuestros deseos y preocupaciones, temores y dudas. El pasado quiso mostramos la Verdad a su manera, pero ha fracasado; por ello, somos actualmente lo que somos. No sabemos si el presente nos mostrará o no la Verdad; pero creemos que la descubriremos, ya sea en el presente inminente, o bien en el futuro próximo, en el futuro que emana del hoy inmediato.

Uno de los misterios en la vida espiritual es que a cada momento estamos muriendo y renovándonos. A cada instante vemos que una nueva conciencia, un nuevo pensamiento, una nueva esperanza, una nueva luz naciente en nosotros. Cuando algo nuevo amanece, vemos que lo antiguo ha sido transformado en algo más elevado, más profundo y más significativo. Así, en la vida espiritual superior podemos ver en cada momento la denominada muerte de nuestra conciencia limitada y su transformación en una conciencia nueva, más luminosa.

Estaba pensando más en términos de renacimiento ¿Cómo puedo volver a ser como un niño y conseguir este renacimiento espiritual?

Sri Chinmoy: Este renacimiento debe tener lugar en la mente, el cuerpo y el vital, estas partes inmersas en la ignorancia, la imperfección y la limitación. Cuando este renacimiento espiritual se desarrolla y sientes en ti el nacimiento de una nueva conciencia, intenta, si quieres, convertirte en esta conciencia y ofrecérsela a tu Maestro y a Dios, como si fuese una flor. Al ofrecer esta flor, trata de sentir que no es cualquier cosa que hayas cogido de un árbol o en un prado, sino que es toda tu existencia la que depositas a los Pies de Dios. Entonces, verás cómo esta flor se abre pétalo a pétalo y se desarrolla como un niño con tu perfume interior. En lo profundo de ti, irá creciendo un niño y tu edad exterior disminuirá. Pero esto sólo se producirá cuando tu aspiración consciente haya adquirido el pleno dominio de tu cuerpo, tu vital, tu mente y tu corazón, y haya transformado toda tu existencia en una flor ofrecida a los Pies del Supremo. Es inevitable para cada ser que ha entrado en la vida espiritual, tener un renacimiento espiritual en esta vida. Cada uno debe sentir que es un instrumento consciente y dinámico, un niño del Divino. Cada uno debe sentir esta Verdad y devenir en esta Verdad. Cuando esto se produce, el niño ya no permanece como niño; se convierte en la Divinidad misma. Entonces la Realización de Dios ya no sólo es posible, sino inevitable. Únicamente un niño tiene el derecho de estar en el regazo del Padre, quien, a su vez, está deseoso de tener al niño en su regazo. Se siente orgulloso de tener al niño y el niño de tener al Padre.

¿Puede decir algo sobre la eternidad y la vida eterna?

Sri Chinmoy: Siendo un hombre espiritual puedo decir, en virtud de mi propia realización interior, que el alma no muere. Sabemos que somos eternos. Hemos venido de Dios, estamos en Dios, crecemos en Dios y colmaremos a Dios. Vida y Muerte son como dos habitaciones; ir de la vida a la muerte es como ir de una habitación a otra. Ahora estoy en mi habitación de hablar, mirarte y meditar contigo. Aquí, tengo que mostrar mi cuerpo físico; tengo que trabajar, ser activo y mostrar mi vida. Luego, hay otra habitación que es mi dormitorio. Allí descanso y duermo. Allí no tengo que mostrar mi existencia a nadie; allí sólo estoy para mí mismo.

Venimos de la Vida Infinita, la Vida Divina. Esta Vida Infinita permanece en la tierra por un corto espacio de tiempo, digamos cincuenta o sesenta años. En ese momento, tenemos dentro de nosotros la vida ceñida a la tierra, pero dentro de ella está la Vida sin límites. Después de un tiempo, esta vida atraviesa de nuevo el pasaje de la muerte por cinco, diez, quince o veinte años. Cuando entramos en este pasaje, el alma abandona el cuerpo y regresa a su región, para tener un descanso más o menos largo. Allí, si la persona era espiritual, el alma recuperará la Vida Eterna, la Vida Divina que existía antes del nacimiento y que existe entre el nacimiento y la muerte, en la muerte, y a la vez, más allá de la muerte.

Ahora, mientras estamos viviendo en la tierra, podemos situarnos en el reino de la Vida Eterna a través de nuestra aspiración y meditación. Pero el mero hecho de entrar en la Vida sin fin, no quiere decir que la poseamos; hemos de crecer en ella conscientemente. Cuando entramos en la vida de la meditación, con el tiempo debemos llegar a ser parte integral de la meditación; y cuando somos capaces de meditar veinticuatro horas al día, estamos constantemente respirando en la Vida infinita. En nuestra conciencia interior habremos llegado a unirnos con el alma. Cuando vivimos en el alma, no hay nada llamado muerte. Sólo hay una constante evolución de nuestra conciencia, de nuestra vida aspirante. Pero cuando vivimos en el cuerpo, hay muerte todo el tiempo. En cuanto el miedo entre en nuestra mente, morimos de inmediato. En cuanto algunas fuerzas negativas vienen, morimos. ¡Cuántas veces morimos al día! El miedo, la duda y la ansiedad están constantemente matando nuestra existencia interior.

II. ¿Es la muerte el final?

¿Es la muerte el final? 1

La muerte no es el final. La muerte nunca puede ser el final.

La muerte es el camino. La vida es el viajero. El alma es el guía.

Cuando el viajero está cansado y agotado, el guía le instruye para que se tome un descanso más o menos largo, y después su viaje comienza otra vez.

En la vida ordinaria, la verdadera victoria de la muerte ocurre cuando la persona sin aspiración disfruta en el lodazal de la ignorancia. En la vida espiritual, cuando el aspirante no implora por una luz, dicha y poder más elevados, ese es el nacimiento de su muerte.

¿Qué podemos aprender de la vida interior, la vida que desea la extinción de la muerte? La vida interior nos enseña que la vida es conmovedoramente preciosa, que el tiempo es fructíferamente precioso. La vida sin la aspiración del tiempo está desprovista de sentido. El tiempo sin la aspiración de la vida es inútil.

Nuestra mente piensa en la muerte. Nuestro corazón piensa en la vida. Nuestra alma piensa en la inmortalidad. La mente y la muerte pueden ser trascendidas; el corazón y la vida pueden ser expandidos; el alma y la inmortalidad pueden ser colmadas.

Cuando la mente y la muerte sean trascendidas, el hombre tendrá un nuevo hogar: la Luz, la Luz del Más Allá. Cuando el alma y la inmortalidad sean colmadas, el hombre tendrá una nueva meta: el Deleite, el Deleite trascendental.

Hoy, el hombre piensa que la muerte es una necesidad inevitable. Mañana, sentirá que la inmortalidad es una realidad inequívoca.

Por desgracia, la mayoría albergamos concepciones equivocadas sobre la muerte. Pensamos que la muerte es algo extraño, algo destructor. Pero debemos saber que, ahora mismo, es algo natural, normal y, hasta cierto punto, inevitable. El Señor Krishna le dijo a Arjuna: «Oh Arjuna, segura es la muerte para el que ha nacido, y seguro el nacimiento para el que ha muerto. Por consiguiente, lo que es inevitable no debería ser una causa para tu tristeza».

El Chandogya Upanishad nos enseña algo significativo: «¿Qué debemos hacer cuando se acerque la hora de la muerte? Debemos refugiarnos en tres pensamientos sublimes: somos indestructibles; nunca podemos ser quebrantados; somos la esencia misma de la vida». Cuando la hora de la muerte se acerque, si sentimos que jamás podremos ser destruidos, que nada puede quebrantarnos y que somos la esencia misma de la vida, ¿dónde está entonces la tristeza, dónde el miedo, dónde la muerte? No hay muerte.

Sarada Devi, la consorte de Sri Ramakrishna, dijo algo muy significativo: «La diferencia entre la persona espiritual y la persona común es muy sencilla, fácilmente distinguible. Una persona común llora y vierte amargas lágrimas cuando la muerte se le aproxima; por el contrario, una persona verdaderamente espiritual reirá abiertamente a su llegada, porque para él la muerte es una diversión, nada más».

Aquí tenemos que decir que la persona espiritual entra en el juego cósmico; deviene en un instrumento consciente del juego cósmico. Por eso sabe que la muerte no es una extinción, sino sólo un descanso más o menos largo.

Una y otra vez tendremos que regresar al mundo. Tenemos que trabajar para Dios aquí en la tierra. No hay escapatoria. Tenemos que colmar a lo Altísimo en la tierra. Dios no nos permitirá malgastar y dilapidar las facultades y posibilidades del alma. Imposible.

Las palabras inmortales de Kipling proclaman:

> Regresarán, regresarán de nuevo,

> mientras la roja Tierra dé vueltas.

> Él nunca ha malgastado una hoja o un árbol.

> ¿Creen que desperdiciaría almas?

Cada encarnación nos está conduciendo a una vida más elevada, a una vida mejor. Todos nos encontramos en un proceso de evolución; cada encarnación constituye un peldaño en la escalera de la evolución. El hombre está progresando consciente e inconscientemente; pero si progresa conscientemente en cada encarnación, está acelerando su evolución espiritual. La realización se producirá mucho antes para él que para quienes están progresando inconscientemente.

Sabemos que nuestro viaje comenzó en la vida mineral y luego entró en la vida vegetal. Después en el reino animal. Desde allí hemos llegado al mundo humano; pero éste no es el final: todavía tenemos que transformarnos en seres divinos. Mientras no nos hayamos transformado y divinizado, Dios no estará satisfecho con nosotros. Él sólo puede manifestarse en nosotros y a través de nosotros cuando estamos totalmente transformados e iluminados. Por ello, cuando pensamos en nuestra evolución, interior y exterior, deberíamos experimentar abundante alegría. No perdemos nada, absolutamente nada, en esta denominada muerte.

Jalalu’d-din Rumi nos habla de la evolución en palabras hermosas y conmovedoras:

> Como piedra morí y resurgí de nuevo como planta.

> Como planta morí y me levanté como animal.

> Animal morí y nací como humano.

> ¿Qué debería temer? ¿Qué he perdido con la muerte?

¿Qué es la muerte después de todo? La muerte es un niño dormido. ¿Y qué es la vida? La vida es un niño que juega, canta y danza en todo momento ante el Padre. La muerte es el niño dormido dentro del corazón del Piloto Interno. La vida es inspiración. La vida es aspiración. La vida no es la mente intelectual. La vida no es un juego de frustración. ¡No! La vida es el mensaje del la divinidad en la tierra. La vida es el canal consciente de Dios para colmar la divinidad en la humanidad sobre la tierra.

Hay mucha verdad en estas palabras de Confucio: «No conocemos la vida, ¿cómo podemos conocer la muerte?» Pero me gustaría decir que podemos conocer la vida. Si realizamos que la vida es la plasmación de la Verdad, la Luz, la Paz y la Dicha de Dios, sabremos lo que la vida verdaderamente es y podremos reconocer la muerte como un mero descanso, necesario en nuestro estado actual de evolución.

Llegará un día en que el descanso no será necesario en absoluto. Únicamente la Vida reinará suprema -- la Vida del Más Allá, la Vida del siempre trascendente Más Allá. Esta vida no es ni puede ser el monopolio de un sólo individuo. Cada ser humano ha de estar rebosante de esta Vida del Más Allá siempre trascendente, porque es en esta Vida Divina donde Dios se manifestará sin reservas, aquí, aquí en la tierra.


DR 24. El 9 de noviembre de 1970, durante su primera gira de conferencias en Europa, Sri Chinmoy dio esta charla en la Universidad de Kent, Canterbury, Inglaterra.

III. Un relato del Más Allá

Un relato del Más Allá 2

Quisiera decir algunas cosas sobre el fallecimiento de Buddy [VG]. El día en que abandonó su cuerpo, sus sobrinos pequeños me preguntaron: «¿Dónde está nuestro tío Buddy?». «Él está en el Cielo con Dios», les dije. Entonces preguntaron: «¿También podemos ir nosotros allí?». «Ciertamente», respondí, «podéis ir, pero sólo cuando vuestro Padre, vuestro Padre eterno, os invite. Cuando vuestro padre físico os pide acudir a él, vosotros vais corriendo; pero cuando él está en alguna otra habitación y no os llama, no vais. Igualmente, cuando Dios, el Padre eterno, llama a un hijo en particular, éste acude».

Entonces preguntaron: «¿Por qué no podemos ir?». «No podéis porque ese lugar está muy, muy, muy lejos y necesitáis un billete especial», les dije. «Cuando quieres ir de un sitio a otro, compras un billete y vas. Para ese lugar hay un billete especial y un dinero especial, entonces, cuando los tienes, puedes ir allí». «¿Está él pensando en nosotros?», preguntaron. «Él piensa en vosotros constantemente. Piensa en vosotros y os bendice, y su alma os ayudará y os guiará».

El primer día que Buddy tuvo el ataque fatal, su madre, Karuna, me telefoneó de madrugada. Me concentré en él y al momento descubrí que su muerte estaba tan sólo a unos minutos. De inmediato, entré en mi conciencia trascendental más elevada e invoqué al Supremo y a Su Gracia descendente. Después, esa tarde, sobre las seis en punto, el periodo crítico habría pasado y él se salvaría. A esa hora en concreto, mientras meditaba, vi a su alma entrando en mi habitación y me dijo: «Sálvame, sálvame». Le respondí: «Ya estás salvado. El Supremo te ha salvado».

«Fue salvado en ese momento, pero podéis preguntaros, ¿cómo es que ahora, un mes después, ha abandonado el cuerpo?». Mi respuesta es que hay un Plan cósmico y Dios tiene derecho a cambiar este Plan cósmico según Su Voluntad. Primero, el alma de Buddy estaba luchando con voluntad férrea por permanecer en la tierra, y nosotros nos identificamos con su alma. Con nuestra oración, nuestra concentración, con la fuerza que pusimos en el físico, con el clamor de nuestra alma, él permaneció en la tierra. Pero su alma vio que, después de haberse curado, su cuerpo físico no iba a ser capaz de completar la elevada misión que él estaba poniendo ante sí. Cuando su alma hizo emerger esta alta, altísima visión justo delante de su nariz, su cuerpo al principio estaba temeroso de aceptar esta visión y realidad. Pero el alma convenció al cuerpo de que, no con este cuerpo, sino con otra forma, con otro cuerpo, él se colmaría a sí mismo, a Dios y a la humanidad. Esa mañana, a las 10:15, el Supremo y su alma tomaron la decisión de que él abandonaría el cuerpo. Inmediatamente después, entré en el mundo oculto y lo galardoné con la bendición, el afecto de mi alma y todo mi amor y dulzura. Aproximadamente una hora después, su alma salió volando de la jaula.

Dos o tres días antes, su madre sintió que Buddy estaba despidiéndose. Lo sintió porque su cuerpo, mente corazón y alma estaban totalmente unidas con su hijo. La decisión fue tomada exactamente a las 10:15 de la mañana, pero el corazón de la madre vio la verdad antes incluso de que existiera. Debido a su unidad psíquica con Buddy, su sentimiento intuitivo se lo hizo saber antes incluso de que Dios tomara la decisión.

Si actúo como cualquier ser humano corriente que no se identifica con la Voluntad del Supremo, estoy preparado para decir, desde lo más profundo de mi corazón, que la muerte de Buddy fue una terrible derrota. Perdemos en el campo de batalla de la vida, donde cada segundo es una oportunidad para el alma de lograr, materializar y manifestar aquí en la tierra. Porque me identifiqué con él, lloré y lloré desde lo más profundo de mi corazón. Creedme, personalmente puedo estar en mi conciencia más elevada y también en la más baja. Cuando estoy en el físico, sufro. Lo primero que dije fue: «Es mi derrota, porque puse tanta concentración, tanta fuerza en él...». Pero, desde el punto de vista espiritual, esta pérdida, esta derrota, no fue tal. Cuando estamos identificados con la Voluntad del Supremo, sentimos que Su Voluntad es todo compasión y todo satisfacción. En el momento en que todos nos hubimos rendido a la Voluntad del Supremo, Buddy dejó el plano físico. Su madre, su hermana, él y yo, entramos todos en la Voluntad del Supremo y dijimos: «Que se haga Tu Voluntad».

Ahora, ¿por qué no nos rendimos al principio a la Voluntad del Supremo? En primer lugar, en este mundo estamos identificados con lo físico. Tratamos de poseer a nuestro ser querido tanto como podemos. Y en segundo lugar, sentimos que quizá la Voluntad de Dios sea que él viva, para que su alma pueda obtener más experiencias internas en el campo de la manifestación. Pero nuestro Ser más elevado es siempre uno con el Supremo, y desde allí vemos la Visión eterna y la Realidad eterna. Cuando somos uno con el Supremo, sentimos la eternidad como nuestra. Buddy estuvo en la tierra cuarenta y dos años, pero su nombre espiritual, Asim, significa vida eterna, ilimitada, infinita. Es la vida infinita la que el alma posee y atesora.

Cuando vi a Buddy en el hospital antes de morir, me dijo: «Ayúdame a salir del hospital vivo». Le dije que sin duda él iba a estar bien. No fue falsa compasión, sino mi sentimiento genuino, y ese sentimiento era mi visión. Dios es todo amor; Dios es todo sabiduría. Y aunque la decisión de Dios es definitiva, Él puede cambiar Su Voluntad y tomar otra decisión. Más tarde, unas tres horas después de abandonar el cuerpo, él me dijo: «Estoy más vivo que nunca».

¿Qué significa «vivo», en este caso? Para gente corriente, para quienes no creen en Dios, es absurdo. Se burlarán de mí. Pero aquellos que han entrado en la vida interna, sentirán que Buddy está viviendo ahora en la Vida eterna. Anteriormente estuvo en la vida ligada a la tierra por cuarenta y dos años. En ese tiempo tuvo muchas, muchas experiencias, pero en comparación con las experiencias que está teniendo ahora en un solo segundo fugaz, esas experiencias terrenales no son nada. En un fugaz segundo, él está teniendo miles y millones de experiencias en el mundo interno, y estas experiencias son de las que nos llenan dentro y fuera. Cuando Buddy murió, el alma de mi madre física descendió del mundo de las almas y llevó su alma hasta el mundo vital. Luego, mi amigo más cercano, mi mayor admirador, mi hermano espiritual Jyotish, que falleció hace tres años, vino y llevó a Buddy a descansar en un mundo muy elevado. Fui allí a visitarle. Está muy feliz. Me senté junto a él y ¿qué me dijo? Dijo que su cuerpo físico era chatarra. «¿Querías que me quedara con ese cuerpo?». ¿Y qué podía yo decirle? «¡Chatarra!», esa fue su palabra. Quiso que me quedara con él un rato y me hizo sentar. Entonces hicimos todo tipo de bromas divinas y me contó algunos secretos, que he compartido con los miembros de su familia. Puedo decir algunas cosas sobre su preocupación por sus seres queridos, pero no puedo decir los secretos más profundos. Dijo que los niños deben comer más en los próximos tres meses. Luego, anoche vino a mí y me dijo: «Oh, diles a mi madre y a mi hermana, que a partir de ahora no sólo estaré dentro de ellas, sino también para ellas, para ellas, para ellas».

Ayer, su sobrina Holly, me preguntó: «¿Toman comida en el Cielo?». «Desde luego que sí», le respondí. Ahora, estoy seguro de que todos sabéis que aquí en la tierra comemos. Pues bien, también lo hacemos en el Cielo y en el mundo vital. Es un alimento diferente del nuestro. Es como diminutas partículas de azúcar, que tienen un color muy grisáceo. Hace unos diecisiete años, una de mis hermanas, que me tenía mucho cariño, murió. La primera vez que entré en ese mundo vital, ella me dio esa comida. «No puedo comerla», le dije, «es todo hueso; no quiero comer hueso». Ella rió y rió, y me hizo comer. Justo anoche, Buddy me dio esta comida, y junto a él estaban mi madre, mi amigo y algunos amigos suyos. Estábamos todos sentados, cenando. Así pues, quienes creen en la vida interior, la vida espiritual, creerán inmediatamente que este mundo interior es un mundo de realidad. Allí hablamos, comemos, hacemos todo.

Más tarde, los niños preguntaron: «¿Cómo podemos hablar con él?». Les respondí: «Aquí en la tierra, aunque estemos muy lejos de una persona, podemos hablar con ella por teléfono. De un modo similar, hay otro tipo de teléfono para hablar con las personas en el Cielo». Este otro teléfono es la capacidad de la unidad del alma. Todos nosotros, no sólo en la tierra de los sueños o el mundo del espíritu, sino también en este mundo de realidad, podemos entrar en nuestros difuntos mientras meditamos, pero desafortunadamente no lo hacemos. Vivimos en lo físico y no vamos más allá de los límites de lo físico. Por esta razón, no sentimos a nuestros seres queridos, una vez que se han marchado. Pero si profundizamos en nuestra meditación, podremos verlos concretamente, justo delante de nuestros ojos.

Ahora mismo, el alma de Buddy está en el mundo de la luna, que es considerado una de las esferas más elevadas en el mundo espiritual. Hay gran cantidad de mundos, pero este mundo de la luna está lleno de purísima alegría, deleite y tranquilidad. Pronto Buddy estará con nosotros de nuevo. En pocos años lo veremos en un cuerpo diferente, y podré deciros que su alma ha encarnado en una forma diferente. Le dije que su madre, hermana, hermano, padre y todos sus seres queridos quieren verlo. Él dijo: «¿Verme? Me tendrán». De modo que lo tendrán en una forma diferente, un cuerpo diferente.


DR 25. En otoño de 1968, uno de los discípulos de Sri Chinmoy murió. Esta es una charla espontánea que Sri Chinmoy dio en el Centro de Nueva York poco después de la muerte de este discípulo.

IV. Muerte y vida: dos hermanas inseparables

DR 26-27. Los siguientes aforismos, escritos por Sri Chinmoy en India en 1962, han sido extraídos de su libro «El Aliento de la Eternidad».

Muerte

La muerte es natural.

Nada natural puede ser perjudicial.

La muerte es descanso.

El descanso es fortaleza disfrazada para una nueva aventura.

En el presente estadio de la evolución humana, conquistar la muerte puede ser imposible.

Pero vencer el miedo la muerte no sólo es factible sino inevitable.

La muerte es generalmente la señal de que el alma, bajo las circunstancias particulares, ha agotado sus posibilidades de progreso en un cuerpo determinado.

Cuando la fuerza de la posibilidad pierde ante la fuerza de la imposibilidad, se le llama muerte.

Una vida inútil es una cordial invitación a la muerte.

La muerte es el guión entre el miedo creciente del hombre y sus menguantes energías de vida.

Quien prefiere la muerte a la vida, tan sólo tiene que escalar el Árbol.

Pero quien prefiere la vida a la muerte, no sólo tiene que subir sino también descender de nuevo para hacer el trabajo de Dios.

Cuando la muerte se acerca a una persona, su existencia psíquica le dice: «Muerte, espera, déjame ver lo que deseo ejercitar en el próximo nacimiento».

La muerte le dice: «¡Tú quieres vida, crecimiento evolutivo.

Lo siento, no estás pidiendo el favor a la persona adecuada.

Un segundo de retraso por mi parte puede añadir algo a tu experiencia!».

La muerte dice que es inmortal.

Las hazañas del hombre dicen: «Muerte, tienes razón.

Pero la verdad del asunto es que nosotros brillamos permanentemente sobre tu pecho mismo.

Y no sólo eso, brillamos por siempre en ti, a través de ti y más allá de ti».

Vida

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La vida es amor.

El amor es vida.

La vida colma a Dios a través del amor.

El amor colma a Dios en la vida.

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La vida tiene una puerta interior.

La aspiración abre esta puerta.

El deseo la cierra.

La aspiración abre la puerta desde dentro.

El deseo la cierra desde fuera.

La Vida tiene una lámpara interior.

Esta lámpara es llamada aspiración.

Y cuando mantenemos nuestra aspiración encendida, sin falta, trasmitirá su brillo fulgurante a toda la creación de Dios.

La vida tiene una Voz interior.

Esta Voz es la Luz del Supremo.

La vida es protección, la vida es perfección, la vida es plenitud cuando nos abrimos a esta Luz del Supremo.

Dios está en la Vida.

Pero la Vida debe despertar a la Luz de Su Presencia, a Sus Pies Trascendentales.

Cada día es la renovación de la vida.

Cada día es el renacer de nuestra certeza interior de que todo individuo es el instrumento elegido por el Supremo para revelar y colmar al Divino infinito aquí, en la tierra.

La vida que va hacia fuera, no encuentra sino problemas, tortura, miseria y frustración.

La vida que fluye hacia dentro descubre el Océano de paz y deleite.

Para iluminar nuestra vida necesitamos pensamientos puros.

Cada pensamiento puro es más precioso que todos los diamantes del mundo, ya que el Respirar de Dios reside sólo en los pensamientos puros del hombre.

¿Cómo empezar el viaje interior de la vida?

Con la idea simple, el pensamiento espontáneo, de que la Realización de Dios es nuestro derecho innato.

¿Dónde comenzar?

Aquí, desde dentro.

¿Cuándo comenzar?

Ahora, antes de que nazca otro segundo.

La Vida está siempre trabajando.

Está siempre activa y dinámica.

Intenta ayudar al alma a completar su tarea todavía inacabada, la Misión divina.

El alma necesita la ayuda de la vida para revelarse plenamente.

La vida necesita la ayuda del alma para colmarse tanto física como espiritualmente.

La melancolía y el desaliento son los peores adversarios para matar la vida en toda su divina aspiración.

No más tristeza, no más desaliento.

Tu vida se volverá la belleza de una rosa, la canción del amanecer, la danza del crepúsculo.

El nacimiento y la muerte juegan, juegan juntos.

Su juego es el juego de la armonía. Y se juega siempre en el seno infinito de la vida.

V. La vida después de la muerte: los mundos superiores e inferiores

¿Determinan las circunstancias de la muerte de una persona su destino tras abandonar el cuerpo?

Sri Chinmoy: Depende principalmente de la conciencia del individuo, y esta conciencia es el logro acumulado gradualmente a lo largo de su vida. Mis buenos discípulos, irán inmediatamente hacia un plano muy elevado, si pueden pensar en mí a la hora de la muerte. Si una madre es asesinada mientras protege a su hijo, su alma irá a un lugar elevado. Si un soldado muere mientras defiende a su patria cuando ha sido atacada, irá a un mundo elevado. En la India, hubo una época en que las viudas se arrojaban a la pira funeraria de sus maridos. Se puede decir que se trataba de un suicidio y, hay que admitirlo, lo era; pero, en su caso, las viudas no iban a los mundos inconscientes inferiores, donde se encuentran generalmente los suicidas. Estas esposas tenían inmenso amor y devoción a sus maridos y sentían su unidad con ellos; Dios bendecía sus cualidades divinas y les otorgaba la gracia de ir a los mundos donde, de hecho, habrían de dirigirse según el desarrollo de sus almas. Por otra parte, había otras esposas que eran forzadas a hacer esto por ley. Lo hacían por temor, por necesidad, pero no por un sentimiento de amor o de unión. Para ellas, el trato en el mundo interior tampoco era el mismo que para quienes intencionadamente cometen suicidio. Igualmente, se dirigían a los lugares respectivos conforme al desarrollo de sus almas. Pero las que entregaron sus vidas por alegría y unidad crearon naturalmente una fuerte conexión con sus maridos que será mantenida en vidas futuras.

He oído decir que el hecho de ver las lágrimas de los parientes y amigos produce una gran alegría al alma cuando está partiendo de esta vida. ¿Es cierto?

Sri Chinmoy: En general, hay tres clases de almas humanas: primero, las que podemos llamar más corrientes, no iluminadas; luego, las almas buenas pero corrientes; por último, las grandes almas extraordinarias. Cuando una persona corriente muere, mira a su alrededor para ver si sus seres queridos lloran por ella. Si ve que nadie se lamenta, se desanima terriblemente y se dice: «Toda mi vida les he ayudado de diferentes maneras. ¡Y ahora mira qué ingratitud!» Estas almas corrientes se encuentran tan apegadas a sus amigos queridos y al mundo que se sienten descorazonadas si en ese último momento estos no reconocen su amor y sacrificio anteriores. Hay, incluso, algunas almas no iluminadas que adoptan una actitud malvada hacia los parientes que no lloran por ellas y, tras abandonar el cuerpo, vuelven bajo una forma desencarnada para asustarlos. Si hay niños en la familia, el difunto puede asumir la más fea de las formas y aparecer ante ellos para atemorizarlos.

La segunda clase de personas ha sido amable, dulce y extremadamente servicial con los miembros de su familia; y cuando está a punto de morir, siente que debería existir un lazo de afecto y apego que dure para siempre. Este tipo de persona no quiere abandonar la escena terrestre. Siente que sólo el apego puede mantener la conexión entre este mundo y el otro; por eso intenta atraer el mayor afecto, simpatía e interés por parte de sus seres cercanos y queridos. Si ve que éstos no expresan ninguna simpatía o pena por su pérdida, o no lloran amargamente por ella, experimenta una terrible angustia en su existencia interior. Siente: «Estoy tratando de establecer un vínculo permanente, pero no obtengo ninguna ayuda o cooperación por parte de los miembros de mi familia». Sin embargo, no es el denominado amor humano, no es el apego humano, lo que podrá crear un lazo divino eterno entre el alma que ha partido y las almas en el reino de los vivos. El amor que enlaza a los seres humanos es parecido a una cuerda de arena; nunca puede durar. Sólo el amor divino puede trascender todas las barreras.

Entonces, llegamos a las grandes almas, es decir, a los Maestros espirituales. Cuando un Maestro abandona su cuerpo y ve que sus discípulos lloran amargamente su pérdida, se siente afligido porque sus discípulos no lo reconocen plenamente como un verdadero Maestro espiritual. Una persona espiritual, una que ha realizado a Dios, vive en todos los planos; su conciencia penetra todos los mundos. Si sus discípulos lloran amargamente por él, sintiendo que ya no lo verán más, están poniendo a su Maestro en la misma categoría que la gente ordinaria. Es como un insulto. El Maestro sabe que aparecerá ante los discípulos que le están rezando sinceramente, o que están meditando y aspirando sinceramente. Él sabe que estará siempre guiándolos, formándolos y moldeándolos. Sabe que podrá entrar en ellos y ellos podrán entrar en él. Por eso se siente muy triste si sus discípulos toman esta actitud: «Ahora el Maestro se ha ido y ya no le oiremos nunca. Nuestras plegarias a él serán en vano; así que es inútil rezar. Vayamos a ver a otro Maestro o busquemos otros medios para progresar espiritualmente». Así pues, los Maestros espirituales se sienten afligidos cuando sus seres queridos lloran o vierten amargas lágrimas por ellos, mientras que a las personas ordinarias eso les proporciona alegría.

Sí, por un rato, los discípulos pueden sentirse tristes porque han perdido a su Maestro, porque ya no lo verán en la forma física. Pero esta tristeza no debe durar, porque la alegría, el amor intenso y la solicitud todo abarcadora del alma ha de entrar en los discípulos que han aceptado sinceramente al Maestro como el único Piloto de sus vidas.

¿Por qué conserva la gente el cuerpo del difunto durante algunas horas o, incluso, días, después de haber partido el alma?

Sri Chinmoy: Puedes decir que es porque los parientes del difunto quieren ver sus restos mortales. Se sienten afligidos porque este cuerpo, esta persona les ayudó o amó durante su vida. El padre no ve el alma de la madre durante su vida, pero ve su cuerpo, por lo que está apegado a su aspecto físico. Por eso, cuando ella muere, él desea conservar su cuerpo físico tanto como sea posible. Una vez que el alma se ha ido, el cuerpo es inútil. Es como un viejo vestido sucio que se tira a la basura. Si se trata de un alma corriente, después de abandonar el cuerpo, ronda por los alrededores -- la casa, el patio o lugares cercanos. Dios le da una oportunidad para ver si su familia realmente sentía cariño por ella y el alma le da a la familia una oportunidad para mostrar si realmente se preocupan por su muerte. Entonces, al cabo de unas horas, generalmente unas once horas, aunque puede ser más tiempo, el alma se marcha y ya no regresa.

Aunque un buscador no haya realizado a Dios en la tierra, ¿verá su alma a Dios o realizará a Dios, después de haber abandonado el cuerpo?

Sri Chinmoy: Cada alma verá sin duda a Dios, porque procede directamente de Él. Tras abandonar el cuerpo, el alma se dirige sucesivamente al mundo vital, al mundo mental, al mundo psíquico y, por último, al mundo propio del alma. Allí, descansará durante un tiempo. Entonces, antes de descender para su siguiente encarnación, tendrá una entrevista con Dios. El alma ha de presentarse ante el Supremo y decirle cuánto ha conseguido en su encarnación pasada. Verá las posibilidades de su próxima encarnación y hará unas promesas al Supremo. Los objetivos e ideales que el alma expresa para su papel en el mundo de la revelación y la manifestación han de ser aprobados por el Supremo. A veces, el mismo Supremo dice: «Espero esto de ti. Trata de lograrlo en la tierra por Mi bien». El alma que ve a Dios y conversa con Él es un desconocido para nosotros, porque la mayoría no hemos visto el alma en la tierra. A menos que tengamos libre acceso al alma, a menos que escuchemos su voz e intentemos seguir sus directrices interiores, nos es sencillamente imposible realizar a Dios. Después de abandonar el cuerpo, cada alma verá a Dios del mismo modo que yo os veo porque estoy frente a vosotros. Pero cuando alguien realiza a Dios en el plano físico aquí en la tierra es totalmente distinto. En este caso, toda la conciencia –la conciencia física, la conciencia individual– se funde en la Luz y la Dicha infinitas. Cuando leemos libros espirituales o escuchamos a otras personas, tal vez creemos que Dios nos pertenece. Pero nuestra unión consciente con Él es otra cosa. Cuando sentimos conscientemente que Dios nos pertenece, sentimos Paz sin límites en todo momento en nuestra vida interior, en nuestra existencia interior. Exteriormente, puede que estemos excitados o hablando, pero en nuestra vida interior, somos un océano de Luz, Paz y Deleite. Cuando este océano de Luz, Paz y Deleite entra en nuestro ser físico, en nuestra conciencia física, nuestra divinidad interior puede manifestarse en la Tierra. En el Cielo no podemos manifestar nada, ni podemos realizar nada. Si el alma no realiza a Dios mientras está aquí en la tierra en las trabas de lo finito, no realizará a Dios en su propio mundo. La Realización sólo puede alcanzarse a través del plano físico.

¿Guru, te veremos en el momento en que abandonemos el cuerpo?

Sri Chinmoy: Si eres mi verdadero discípulo, me verás al abandonar el cuerpo, puedes estar seguro. Si eres mi discípulo real, no podrás morir sin mi conocimiento y conformidad. En ese momento, estaré ante ti y te llevaré en mi carroza. Te llevaré en una carroza de oro, plata o bronce, ya lo verás. Esta es la promesa que hacen los grandes Maestros espirituales: vendrán y conducirán las almas de sus discípulos.

¿Te veremos después de que abandones el cuerpo?

Sri Chinmoy: Puede que me veáis en un sueño por un minuto o dos. Maestros espirituales, cuando dejan el cuerpo, a menudo abren el tercer ojo de sus discípulos durante unos minutos.

¿Te veremos todos en el mundo interior después de morir?

Sri Chinmoy: El reino de las almas es un lugar grande y vasto. La tierra es también un lugar vasto. Si tú no hubieras venido a mi Centro, no te habría visto. En el mundo interior me desplazo de un lugar a otro. Si mi sede principal está en un plano donde se encuentra determinada persona, ésta me verá, ciertamente. Tendremos allí un grupo de personas que me aman verdaderamente y están sinceramente dedicadas a mí. Habitaremos juntos en el mismo plano. Pero quienes no se interesan por mí, quienes no saben nada sobre mí ni tienen una conexión conmigo, no me verán, a menos que sea la Voluntad expresa del Supremo. Verán a otros que se encuentran en su mismo nivel de desarrollo y habitarán con aquellos a quienes amaban.

Una de mis amigas, una mujer muy espiritual, falleció recientemente. ¿Acudirán sus amigos a encontrarse con ella en un hermoso Cielo?

Sri Chinmoy: Si sus amigos eran también espirituales y muy desarrollados, naturalmente acudirán a recibirla, si aún están en el Cielo. Pero si sus amigos abandonaron el cuerpo mucho antes que ella, ¿quién sabe dónde se encontrarán ahora? Pueden estar en la región del Cielo o bien deambulando todavía en el plano vital, o pueden haber tomado ya una encarnación humana. Sin embargo si ya han atravesado el mundo vital, el mundo mental y otros mundos más, y están ahora gozando del descanso dichoso del Cielo, si las almas mantienen todavía su mismo dulce sentimiento hacia tu amiga, entonces irán naturalmente a recibirla y a ayudarla a disfrutar una vida de dicha en el Cielo.

Me gustaría hablaros de mi propia madre, quien fue una mujer muy, muy espiritual. Cuando estaba abandonando su cuerpo, uno de mis parientes más cercanos vio en un sueño que los amigos de mi madre llegaban en una carroza dorada para recibirla. Cuando murió mi padre, uno de mis tíos que se hallaba fuera en la ciudad, vio a otro de mis tíos y algunas personas más venir a llevar a mi padre en un barco dorado. Fueron muchos a recibir a mi padre y a mi madre, porque ambos, y muchos de sus amigos y parientes, era muy espirituales.

En el caso de la mayoría de las personas religiosas y espirituales, los parientes acuden. Para las personas espirituales es más fácil venir, porque tienen un acceso casi libre a este mundo. Por el contrario, cuando personas corrientes, no espirituales ni aspirantes, abandonan el cuerpo, no se dirigen inmediatamente a Dios. Quedan primero en el mundo vital y sufren mucho. Cuando el padre de un discípulo mío murió, fue al mundo vital donde no fue bien tratado. Estaba teniendo bastantes problemas allí, hasta que uno de los seres vitales le pregunto si había conocido a alguna persona religiosa o espiritual en su vida. Él dijo: «Sí, conozco al amigo de mi hija» -- que resultaba ser yo. Cuando pronunció mi nombre, inmediatamente los seres vitales supieron con quien estaba él conectado y fue liberado en seguida. Entonces pudo abandonar el mundo vital, el mundo de tortura, e ir a un mundo superior muy bueno.

Cuando el padre de otro de mis discípulos murió, fue a un mundo muy elevado, pero no estaba satisfecho allí. Sólo me había visto una vez, en Canadá, pero cuando ocurrió, su cuerpo entero estuvo emocionado de pies a cabeza con indescriptible alegría. Entonces, cuando abandonó el cuerpo y no estaba satisfecho con el lugar donde se hallaba, su alma acudió a mí y dijo: «Quiero ir a un mundo superior». Así que llame a uno de mis amigos, Jyotish, para que lo llevase al plano donde él estaba. Ahora él es sumamente feliz allí, en ese muy alto mundo. A veces viene a mí y expresa su profundísima alegría. Cuando tome su siguiente encarnación lo sabré. Probablemente lo hará en una familia italiana, pero depende enteramente de la Voluntad del Supremo. Y por supuesto, habrá un poquito de interferencia por mi arte si él quiere ir a algún lugar que yo no apruebe. Algunas veces las almas cometen errores al decidir sobre su siguiente encarnación. Si las almas son muy cercanas a mi corazón, no permitiré que lo hagan. Ahora mismo, mientras hablo con vosotros, creedme, estoy recibiendo una vibración interna de su padre que quiere venir en la familia de uno de mis discípulos. Por primera vez ahora, él ve un lazo interno. Antes quería venir en una familia italiana, pero ahora, mientras estoy hablando, me está enviando el mensaje en el mundo interior de que quiere venir en la familia de uno de mis discípulos. Nada nos dará más alegría que tenerle entre nosotros. Y veamos lo que hará el otro padre tras tomarse un poco de descanso.

¿Puede el alma tener determinadas experiencias en los mundos a los que va tras dejar el cuerpo?

Sri Chinmoy: Tan pronto como el alma abandona el cuerpo físico, éste se disolverá en la materia. El cuerpo entra en la envoltura física, el vital en la envoltura vital y la mente en el plano mental propiamente dicho. El alma atraviesa el plano físico sutil, el vital, el mental y el psíquico para llegar, finalmente, a su propia región. A medida que pasa por cada uno de esos planos, el alma absorbe la esencia de todas las experiencias que ha tenido en la tierra. El alma tiene diversos tipos de experiencias sutiles en esos otros planos, pero esas experiencias no van a manifestarse en esos mundos. Si el alma tiene alguna experiencia aquí en la tierra, la experiencia está destinada a manifestarse, ya sea hoy o mañana. El alma puede aspirar en cualquier mundo. En los mundos superiores sólo tendrá aspiración, y esta aspiración finalmente tomará la forma de experiencia. La aspiración es en sí misma una experiencia. Pero en la tierra, cuando el alma observa sufrimiento, alegría o las actividades del mundo, las experiencias que obtiene aquí la conducen constantemente hacia una manifestación más plena de la Divinidad.

Ha dicho que el alma entra en la esfera vital cuando abandona el cuerpo tras la muerte. ¿Qué es la esfera vital?

Sri Chinmoy: La esfera vital, o el plano vital, es simplemente un mundo, y este mundo está también dentro de nosotros. Así como tenemos el mundo físico, tenemos también el mundo vital, el mundo mental, el mundo psíquico, el mundo del alma y otros mundos más. Cuando entramos en nuestro interior, el mundo vital aparece inmediatamente después del mundo físico. Este vital actúa en nosotros todos los días. A veces, nuestra conciencia física entra en el vital; en otras ocasiones, el mundo vital entra en el físico. Entramos muy a menudo en el mundo vital a través de nuestros sueños. Cuando el alma pasa de un plano de conciencia a otro en nuestros sueños, entra en primer lugar en el plano vital después de dejar el físico. Y en el momento en que el alma abandona el cuerpo y la persona muere, la primera etapa en el viaje hacia su lugar de descanso, su destino, es el mundo vital. Algunas almas sufren allí, mientras que otras no. Es como visitar un país nuevo y desconocido. Algunas personas tienen la fortuna de poder mezclarse libremente con la gente del nuevo país y comprender su cultura en seguida, mientras que otras no son tan afortunadas. El vital que encarnamos aquí en este físico es algo sólido. No podemos ver el vital con nuestros ojos físicos, pero en nuestros sentimientos, en nuestra percepción interna, podemos distinguirlo. Con nuestros ojos humanos podemos, de hecho, ver los movimientos y actividades del vital aquí en la tierra. Este vital puede tomar, y ha tomado a veces, la forma real de un cuerpo sutil. Cuando el alma abandona el cuerpo y éste deja de funcionar, esta forma se hace informe; la forma vital que teníamos en vida se integra en la esfera vital. El vital que tenía forma se desvanece en el vital informe. Allí, descansa o se desintegra, mientras el alma viaja de vuelta a su propia región.

¿Qué aspecto tiene el mundo vital?

Sri Chinmoy: En el mundo vital que está inmediatamente después del mundo físico, reina un tremendo caos e inquietud, así como inseguridad, oscuridad, descontento y una sensación de inconclusión. Sin embargo, un poder formidable está actuando en y a través de todas estas fuerzas. Este mundo es una parte del pasaje a través de cual las almas vienen al mundo físico antes del nacimiento y regresan a los mundos superiores tras la muerte. Ese mundo vital es muy caótico; si vamos allí, veremos numerosas cosas rotas y deformes, como si un ciclón hubiera devastado la región. En ese mundo vital en particular, los seres que lo atraviesan no suelen sentirse felices. Sólo se alegran después de haberlo atravesado y llegado a un mundo vital superior, donde un objetivo consciente y un impulso ascendente son palpables.

¿Es el infierno en realidad un lugar dentro de los mundos vitales, o es un estado de conciencia?

Sri Chinmoy: En el nivel físico-mental, el infierno es un lugar. Es para la experiencia del alma. Si llevas una mala vida, tendrás que ir allí, donde hay tortura real, tortura inimaginable. Especialmente para quienes cometen suicidio, la tortura es infinitamente peor que freírse vivo en aceite. El sufrimiento por el que los suicidas pasan en el plano físico sutil y el vital sutil es inimaginable, insoportable. Ellos no tendrán otra encarnación durante mucho tiempo. Entonces, después de sufrir en el mundo vital durante muchos años, cuando finalmente tengan otra encarnación, serán defectuosos: ciegos, paralíticos, mongólicos y todo este tipo de cosas. Además, no será durante una sola encarnación. Si no son perdonados por un Maestro espiritual o por la Gracia de Dios, esto continuará durante unas cuantas encarnaciones más. No sólo eso, sino que desde el comienzo crean una perturbación para toda la familia en la que nacen. Por ejemplo, si un suicida se encarna y está loco, causará serios problemas para la familia entera. También, a menudo estas almas incrementan su propio mal karma porque continúan de la misma manera y no cambian. Pero si actúa la Gracia de Dios, o interviene un Maestro espiritual, el alma es auxiliada. El infierno es, pues, verdaderamente un lugar, cuando vivimos en la densa conciencia física o en la conciencia corporal. Pero en el nivel espiritual más elevado, debemos saber que el infierno, así como el Cielo, es un plano de conciencia. Tanto el Cielo como el infierno nacen en la mente. En cuanto tenemos buenos pensamientos, rezamos, meditamos e intentamos ofrecer la luz interior que hemos obtenido de nuestra meditación y de nuestras plegarias, empezamos a vivir en el Cielo. En el momento en que pensamos mal de alguien, criticamos o despreciamos a alguien, entramos en el infierno. Creamos el Cielo y creamos el infierno: con nuestros pensamientos divinos creamos el Cielo; con nuestros pensamientos malvados, estúpidos y no-divinos creamos el infierno en nosotros. El Cielo y el infierno son planos de conciencia situados en el fondo de nuestra existencia. Cuando profundizamos en nuestro interior, vemos que allí se encuentra el universo entero. Dentro de este cuerpo físico se encuentra el cuerpo sutil, y en el interior del cuerpo sutil, en el corazón, hallamos la existencia del alma. Desde allí, si profundizamos más aún en nosotros mismos, observamos el universo entero.

VI. La reencarnación: el gran peregrinaje

¿Cuál es el propósito de la reencarnación?

Sri Chinmoy: En el transcurso de una vida en la tierra, no podemos hacerlo todo. Si permanecemos en el mundo del deseo, nunca seremos capaces de colmarnos. De pequeños teníamos millones de deseos; incluso cuando llegamos a los setenta vemos que un deseo en particular no ha sido satisfecho y nos sentimos desgraciados. Cuantos más deseos satisfacemos, más deseos tenemos. Queremos una casa, luego dos casas; un coche, luego dos coches, etcétera. No hay límite para este proceso. Una vez que nuestros deseos son colmados, vemos que todavía nos sentimos insatisfechos y entonces nos volvemos víctimas de otros deseos o de deseos mayores.

Pero, actualmente, Dios es lo más querido para nosotros. ¿Creéis que Dios nos va a permitir permanecer insatisfechos? ¡No! El propósito mismo de Dios es colmar a cada individuo y a Sí mismo a través de nosotros. Nos hará regresar una y otra vez a la tierra para realizar nuestros deseos. Si alguien desea ávidamente llegar a ser millonario en esta encarnación, y al término de su viaje ve que no lo ha conseguido, si su deseo es verdaderamente intenso, tendrá que seguir regresando hasta lograrlo. Pero, al hacerse millonario, se dará cuenta de que sigue siendo un mendigo en cierto sentido, porque no tendrá paz mental. Sin embargo, si entra en el mundo de la aspiración, tal vez no tenga dinero, pero tendrá paz mental, y ésta es la verdadera riqueza.

Si vamos a través de los deseos, veremos que éstos forman una procesión sin fin. Pero si vamos a través de la aspiración, podremos observar el todo, fundirnos en el todo y, por último, convertirnos en el todo. Sabemos que si podemos realizar a Dios, encontraremos todo en Él, porque todo existe en Dios. De este modo, abandonamos finalmente el mundo del deseo y entramos en el mundo de la aspiración. Allí, reducimos nuestros deseos y pensamos más en la Paz, la Dicha y el Amor divino. Obtener un poco de Paz, una gota de néctar, puede llevar años y años. Pero una persona espiritual está dispuesta a esperar indefinidamente la Hora de Dios para colmar su aspiración. Y su aspiración de lograr esta Paz, Luz y Dicha no será en vano.

Ahora bien, si nuestro objetivo es fundirnos con lo Más Elevado, con lo Infinito, lo Eterno, lo Inmortal, naturalmente, el breve período de una vida no es suficiente. Por otra parte, Dios no nos permitirá quedar insatisfechos. En nuestra próxima encarnación proseguiremos nuestro viaje. Somos viajeros eternos, debemos continuar, continuar hasta alcanzar nuestra Meta. La Perfección es el objetivo de cada aspirante. Intentamos perfeccionamos en un mundo imperfecto. Y esta Perfección última nunca podemos obtenerla en una sola vida.

A través de la aspiración y la evolución, el alma desarrolla la plena posibilidad de realizar lo Altísimo y satisfacer al Divino. En primer lugar, el físico, lo humano en nosotros, debe aspirar a unirse con el alma, lo Divino en nosotros. Actualmente, el cuerpo no sigue los mandatos del alma. Es decir, la mente física se rebela. Las operaciones de la mente encubren el propósito divino del alma, y ésta no puede pasar a primer plano. En el estadio actual de la evolución, la mayoría de las personas no es consciente o ignora los deseos y las necesidades del alma. Tienen deseos, ansiedad por triunfar, tensiones y excitación. Todo esto se deriva del vital o del ego, mientras que todo lo que es hecho con la conciencia del alma está siempre lleno de alegría. A veces, oímos los dictados del alma o el mensaje de nuestra conciencia y, aún así, no hacemos o decimos lo correcto. No, la mente física es débil; somos débiles. No obstante, si empezamos a aspirar con la mente, y luego vamos más allá de ella hacia el alma, podremos fácilmente oír sus dictados y obedecerlos.

Llegará un día en que el alma se halle en posición de ejercer sus cualidades divinas y hacer sentir al cuerpo, a la mente y al corazón que necesitan descubrirse a sí mismos. El físico y el vital querrán escuchar conscientemente al alma y ser instruidos y guiados por ella. Entonces, aquí, en lo físico, tendremos una naturaleza inmortalizada, una vida inmortal, porque el alma estará total e inseparablemente unida al Divino en la tierra. Será el momento de ofrecer al mundo entero nuestra riqueza interior y manifestar las potencialidades de nuestra alma.

Muy a menudo sucede que la realización tiene lugar en una encarnación, pero para la manifestación el alma debe descender repetidas veces a la tierra. Mientras no revelemos y manifestemos la altísima Divinidad que hay en nosotros, nuestro juego no habrá terminado. No hemos finalizado nuestro papel en el Drama cósmico; por ello debemos regresar al mundo una y otra vez. Pero en el transcurso de la evolución, en una de sus encarnaciones, el alma realizará y manifestará plenamente al Divino en el físico y a través del físico.

¿Llegará este mundo finalmente a ser un lugar mejor, como resultado de la evolución que se produce a través de la reencarnación?

Sri Chinmoy: El mundo está constantemente evolucionando y progresando, sea consciente o inconscientemente. Es como una minúscula semilla que está germinando como planta y luego convirtiéndose en un árbol. Hubo un tiempo en el que estuvimos en el mundo mineral, luego en el vegetal y, más tarde, en el animal. Ahora somos humanos; pero si somos lo bastante sinceros, nos daremos cuenta de que, aunque tengamos una mente consciente y desarrollada, no hemos desechado todavía nuestras cualidades y propensiones animales. Somos aún medio animales que disputan, se enfrentan y pelean. Pero llegará un día en que habrá seres divinos en la tierra. Los veremos igual que ahora estamos viendo seres humanos delante de nosotros.

¿Cómo puede un Maestro espiritual como tú convencer a quienes no creen en la reencarnación, de que es realmente cierta?

Sri Chinmoy: Si alguien me pidiera convencerlo de que ha tenido otras vidas anteriores, aunque esa persona no creyese en la reencarnación, podría demostrárselo. Le pediría que meditase conmigo durante unos minutos y entraría en ella para hacer emerger su encarnación inmediatamente anterior. Le traería al frente la imagen de una o dos de sus actividades pasadas, hasta el punto de que lo que fue en su anterior encarnación se volvería totalmente vívido para ella. Lo he hecho bastantes veces en Nueva York. Sin embargo, a veces no es adecuado para la persona el conocer sus encarnaciones pasadas, en cuyo caso no se lo digo.

Uno de mis discípulos más devotos me preguntó un día sobre su encarnación pasada. Le dije que fue un barquero en Japón y que podría profundizar en sí mismo para verlo. Ni siquiera había completado mi frase cuando él vio que había sido un barquero. Pero para quienes son arrogantes, para quienes no van a creerlo (y hay gente que no creerá cuando hablas de reencarnación), hemos de ver si merece la pena convencerlos sobre su pasado. Porque si están satisfechos con su propia noción de que no hay reencarnación, dejémoslos estar satisfechos. Después de todo, ¿quién pierde?

Un muchacho, que no era discípulo mío, me preguntó en cierta ocasión acerca de su vida previa. Le dije que había vivido en Alemania y muerto en un aeroplano que se estrelló. Inmediatamente dijo que desde los tres años de edad había sido un gran admirador de Hitler. Podía leer libros y poesía en alemán desde los tres años. Pero esta información no ayudó espiritualmente al chico para nada. Sólo tenía curiosidad y yo alimenté esa curiosidad, no su espiritualidad. De modo que, en la mayoría de los casos, no diré a una persona nada acerca de sus encarnaciones pasadas.

Si alguien lleva una vida buena y alcanza el Nirvana, ¿significa que no reencarnará otra vez?.

Sri Chinmoy: La reencarnación no significa que si alguien hace cosas buenas y divinas no regresará y si hace cosas malas y erróneas sí regresará. No, cada uno deberá regresar a este mundo; pero el que hace cosas buenas tendrá naturalmente una vida mejor en su próxima encarnación que quien hace cosas malas.

El Nirvana es el camino de la negación. Quienes lo siguen quieren permanecer en la Beatitud última, o podrías llamarlo extinción. Pero no deberíamos utilizar el término «extinción»; es la Beatitud última. Estas personas no quieren volver a encarnar. Cuando entran en el Nirvana, el viaje termina para ellos. El alma siente que ya no caminará o correrá más allá. No quiere involucrarse en actividades terrenales. Nadie puede obligar al alma a reencarnar, excepto el Supremo; pero aunque pueda, no lo hace. El Supremo no obliga a nadie a hacer algo.

Pero hay determinadas almas que quieren asumir un papel consciente en el Juego divino o Lila de Dios. Saben que la reencarnación es absolutamente necesaria para quienes desean servir a Dios aquí en la tierra. Es necesario realizar a Dios en la tierra; no puede haber realización en ningún otro planeta o en ningún otro plano. Tras la realización, prometen que regresarán, como Swami Vivekananda y Sri Ramakrishna; ambos dijeron que, aunque no quedase más que una sola persona sin realizar en la tierra, estaban dispuestos a regresar. En mi caso también, iré y vendré si puedo hacer algún servicio al Supremo en la humanidad.

¿Puede el alma reencarnar en otros mundos tras la muerte?

Sri Chinmoy: El alma que ha tomado o entrado en un cuerpo humano no puede ni va a reencarnar en otros mundos. El alma puede recorrer otros planos, las esferas físicas, vitales, mentales y psíquicas. Las atraviesa para dirigirse a su propio mundo, a partir del momento en que abandona el cuerpo. Pero allí el alma no reencarna; sólo atraviesa esos lugares que forman parte de su viaje de descubrimiento. Los visita, pero no reencarna allí. El alma sólo reencarna en el mundo físico en la tierra; sólo aquí tiene que manifestar su divinidad. Existen siete mundos superiores y siete inferiores, y todas las almas viajan por ellos durante el sueño o la meditación. Pueden atravesar un mundo tras otro para dirigirse al mundo más elevado, y pueden igualmente atravesar los mundos inferiores. Una persona corriente no es capaz de ver el alma o percibir sus movimientos, pero un gran aspirante espiritual o un Maestro espiritual pueden saber lo que el alma está haciendo y en que plano se encuentra. Pero la reencarnación sólo tiene lugar aquí en la tierra, en este mundo.

¿Necesita siempre el alma de unos padres físicos para reencarnar?

Sri Chinmoy: Ahora mismo, el cuerpo físico debe proceder de unos padres físicos. Pero, llegará un día, dicen la mayoría de las autoridades espirituales, en que los padres no serán necesarios para traer un alma a la tierra en un cuerpo físico. Será hecho en un plano oculto. Las almas entrarán a la existencia con un cuerpo luminoso. El mundo está evolucionando gradualmente hacia ese punto.

He leído que cuando el alma reencarna en el mundo es como si entrara en un campo de batalla. ¿Es cierto?

Sri Chinmoy: Cada vez que volvemos al campo de la manifestación y entramos en el mundo, es como si fuésemos a una batalla. Aquí el buscador espiritual, el soldado divino, debe combatir el miedo, la duda, la ansiedad, las preocupaciones, las limitaciones, la esclavitud y, su peor enemigo, la muerte. Está en lucha constante contra la ignorancia, y la muerte es hija de la ignorancia. Lucha y, o bien pierde el combate y muere, o bien conquista todas esas imperfecciones y fuerzas negativas y regresa a Dios victorioso.

¿Qué ocurre con el corazón espiritual, cuando el alma reencarna en un nuevo cuerpo? ¿Va también de una vida a otra, como lo hace el alma?

Sri Chinmoy: Cuando el alma deja el cuerpo, se lleva consigo la quintaesencia de las experiencias que el cuerpo, la mente, el vital y el corazón han tenido en la vida presente. Cuando se va al mundo de las almas, no se lleva el corazón, el vital, ni la mente consigo. Ahora, cuando reencarna en un nuevo cuerpo, el alma, a la que podemos llamar ser psíquico o Purusha, sigue siendo la misma. Todavía conserva las realizaciones y experiencias de sus vidas pasadas, pero acepta un corazón, una mente, un vital y un cuerpo nuevos.

¿Es posible que el alma de un niño que encarna en una familia esté menos desarrollada que la de sus padres?

Sri Chinmoy: A veces, los padres son inferiores, muy inferiores a los hijos; otras veces, son superiores. Pero así como en el mundo exterior los padres intentan hacer a sus hijos sabios y bien educados, en el mundo interior, si los padres oran y meditan por ellos, los niños progresarán y crecerán.

¿Puede el alma decidir a qué entorno volverá y qué cuerpo tomará cuando reencarne?

Sri Chinmoy: Nadie impone nada al alma. El alma misma elige, pero su elección debe ser aprobada por el Supremo. El alma, cuando se halla en lo alto del árbol, siente que si desciende a la tierra será capaz de realizarse. Pero, como sabéis, el mundo está lleno de imperfecciones y limitaciones. Pero cuando el alma alcanza el pie del árbol, siente que allí sólo hay fuerzas oscuras, fuerzas malvadas, intentando capturarla y devorarla. Por ello, tras haber hecho su elección, a veces el alma siente que el entorno que ha escogido es malsano, y es posible que abandone de nuevo el cuerpo.

¿Podría usted ayudarme a abandonar el cuerpo lo antes posible y a reencarnar en un lugar muy elevado y frío, cubierto de nieve y de niebla?

Sri Chinmoy: Tengo la capacidad de hacer lo que me estás pidiendo. Pero si me dirigiese al Supremo con tu petición, Él se reiría de mí inmediatamente y diría: «¿Qué clase de discípulo tienes que, cuando apenas comienza a abrir los ojos, quiere cerrarlos de nuevo?» El clima no tiene nada que ver con la realización de Dios. Sri Ramana Maharshi y Sri Aurobindo procedían del Sur de la India, donde el clima es muy caluroso, pero ello no les impidió realizar a Dios. Hay muchos aspirantes viviendo a gran altura en las grutas del Himalaya, en las nieves perpetuas, que no han podido realizar a Dios. El clima no tiene ninguna relación con esto; es el calor interno de la aspiración lo que puede conducir a la realización de Dios, no las condiciones climáticas externas.

Tagore, nuestro poeta más grande, solía escribir seis u ocho poemas cada día. Una vez pensó que si pudiera retirarse a un lugar solitario, podría escribir mucha mejor poesía. Así pues, abandonó su casa y se confinó en un lugar solitario en las montañas. Estando allí, no fue capaz de escribir una sola poesía. Descubrió que no es el entorno lo más importante, sino la inspiración interior.

Dios ha elegido las condiciones bajo las que estás desarrollando tu vida actual. Es como un drama. Se ha montado el escenario y se ha levantado el telón, para que interpretes tu parte y avances en el camino espiritual. Tus condiciones presentes, son las mejores posibles para tu avance. Y ahora, quieres abandonar tu cuerpo y tomar uno nuevo, en una encarnación futura, con el fin de poder estar en un entorno que crees que te convendrá más. Pero ese tipo de vida sería peor que la presente, porque habría sido escogida por ti, mientras que tu vida actual fue escogida por Dios.

Si tus acciones pasadas de esta encarnación te molestan, me gustaría decirte que mi filosofía es: «el pasado es polvo». Lo que hayas hecho hace años, o incluso ayer, no te debería concernir. El pasado no es importante. Lo que hagas a partir de ahora es lo que puede acelerar tu progreso. Ahora tienes un Maestro espiritual en un cuerpo físico para ayudarte. Son el presente, y el futuro fluyendo hacia el presente, los que pueden darte la liberación.

¿Es todo sufrimiento un resultado del mal karma, ya sea de esta vida o de una vida pasada?

Sri Chinmoy: No necesariamente. Sucede, en ocasiones, que aunque no hayamos hecho nada mal, nuestra alma desea tener alguna experiencia del sufrimiento. Nuestra alma quiere penetrar en el fondo del dolor, sólo para saber lo que es el dolor. Supón que una persona muy espiritual siente necesario pegar a un individuo. ¿Qué hace entonces? Inmediatamente entra en la persona a la que golpea y se identifica con ella. Y la intensidad con la que siente esta experiencia es mucho mayor que la de la persona que está de hecho siendo golpeada.

Muchas veces realizamos acciones malas y obtenemos los resultados antes o después. Pero también, hay momentos en los que sufrimos a causa de las fuerzas cósmicas. A veces, padres sinceros y muy devotos tienen hijos que son absolutamente no espirituales, no divinos e indignos. Podrás decir que, tal vez, los padres fueron igualmente no espirituales en su encarnación pasada e hicieron muchas cosas malas. En ciertos casos, los padres han sido malos en sus vidas previas pero, en otros casos, puede no ser cierto. En ocasiones, los buscadores sinceros son perjudicados por fuerzas hostiles, fuerzas animales que están actuando en el mundo. Cuando estas fuerzas no divinas, hostiles, que están merodeando alrededor se comportan como elefantes enloquecidos, o entran en una persona, la víctima sufre. Es como animales a nuestro alrededor golpeándose, disputando y destruyéndose unos a otros. Un elefante enloquecido, sea cual sea tu sinceridad y tu amabilidad, sencillamente te destruiría. Nunca se sabe cuándo están rondando estas bestias. De manera que, si un buscador sincero sufre, no se puede inmediatamente sacar la conclusión de que hizo algo malo en su encarnación pasada.

Si seguimos continuamente la vida espiritual nos mantendremos en el terreno del Poder divino, que es como una fortaleza. Estamos en su interior protegidos por Dios. Cuando fuerzas malvadas, no divinas, traten de atacamos, la Gracia divina les cerrará el camino. Las personas espirituales intentan siempre ser conscientes de la Compasión de Dios, la Bendición de Dios, la Luz de Dios, porque saben que pueden ser asaltadas por fuerzas no divinas, aunque no hagan nada malo. Y si lo hacen, saben inmediatamente que hay alguien que puede perdonarlos, que puede protegerlos, que puede elevar su conciencia; y este alguien es su Piloto Interno, o Dios.

¿Podría explicar de qué modo nos afecta la ley del karma en esta vida y en la siguiente?

Sri Chinmoy: Llevamos el pasado en nosotros. Es un fluir continuo. «Según siembras, así cosechas». Si actuamos mal, debemos saber que hoy o mañana, en el mundo interior o en el mundo físico, obtendremos los resultados. Si robo constantemente, un día seré atrapado y apresado. Tal vez no me descubran hoy, pero algún día ocurrirá. Si hago algo bueno, si rezo, si medito, si realizo acciones divinas, obtendré igualmente el resultado. A veces, vemos a alguien que, habiendo hecho algo malo, está disfrutando del mundo. Pero, quizás hizo algo extraordinario, maravilloso, en su anterior encarnación, y está obteniendo el resultado ahora, mientras que los resultados de sus malos actos no han empezado todavía a dar resultado. En el ocaso de su vida o en una vida futura, sin duda, será castigado.

En el caso de una persona corriente, no aspirante, el efecto kármico es inevitable. La ley del karma siempre se cumple; se enrosca a su alrededor como una serpiente. Debe pagar la cuota, el impuesto, la ley del karma es despiadada. Pero, por otro lado, existe lo que se llama Gracia divina. Fui ignorante y cometí malas acciones; pero si vierto amargas lágrimas e imploro el perdón, la Compasión de Dios despertará en mí. Cuando una persona entra en la vida espiritual, su karma puede ser anulado fácilmente, si esa es la Voluntad de Dios operando a través de un Maestro espiritual. La Gracia infinita de Dios puede anular los resultados de su mal karma y acelerar los de su buen karma. Si un buscador no sólo quiere la vida espiritual, sino que también la practica sinceramente cada día, puede estar por encima de la ley del karma, porque Dios será llamado a verter Su Gracia ilimitada sobre la cabeza y el corazón devotos del aspirante. Evidentemente, no puedo continuar perpetrando una acción no divina y creer que Dios me perdonará siempre. ¡No! Pero si Dios ve el clamor de mi alma surgiendo desde dentro, si Él ve que soy sincero y aspirante, y quiero liberarme de las redes de la ignorancia, no sólo me perdonará, sino que además me dará la fuerza necesaria para no repetir el mismo error.

Cuando regresemos en nuestra encarnación siguiente, naturalmente tendremos que empezar nuestro viaje conforme a los resultados de nuestro karma pasado. Si hemos cometido muchas malas acciones, no podemos esperar realizar la Verdad más elevada en nuestra próxima encarnación. Pero si se halla Gracia de Dios, podemos neutralizar fácilmente las malas acciones ya cometidas durante esta vida.

Si un discípulo no realiza a Dios mientras su Maestro está en el cuerpo, ¿cómo podría el Maestro ayudar al discípulo en su próxima encarnación, si no hubiera otro Maestro a través del cual pudiese actuar?

Sri Chinmoy: El Maestro no necesita a otro Maestro para actuar a través suyo. Hace cuatro mil años, el Señor Krishna tuvo discípulos mientras permaneció en la tierra y, hasta este momento, un buen número de sus discípulos no ha aceptado otro Maestro. Reencarnan, por ejemplo, en una familia que sigue el camino de Krishna, de manera que éste pueda concederles la liberación a su manera. Ocurre lo mismo con los demás grandes Maestros. Muchos discípulos de Ramakrishna han regresado a la tierra. No han acudido a otro Maestro, sin embargo están siendo colmados. Si desearan ir a otro Maestro, Ramakrishna les diría naturalmente que pueden hacerlo. Algunos discípulos de grandes Maestros han aceptado a otros Maestros. Algunos de mis propios discípulos, de hecho, estuvieron con el Señor Krishna.

¿Cómo puede ayudar un Maestro espiritual a sus discípulos si no se dirigen a otro Maestro? Puede ayudarlos a través de su voluntad consciente, la voluntad de su alma. Yo estoy aquí en la tierra, y aunque no estoy en Inglaterra o Puerto Rico, por medio de mi voluntad consciente, muy temprano, después de las 2 de la madrugada, me concentro en todos aquellos que son mis discípulos allí. Concentrarme durante un fugaz segundo es suficiente, pero empleo más que eso para saber qué está haciendo el alma y cuán lejos ha llegado. De modo que, incluso estando en el plano físico, que es una atadura real, un Maestro puede ayudar a sus discípulos en las diferentes partes del mundo. Luego, cuando abandona el cuerpo, es completamente libre. Desde la otra orilla, el Maestro espiritual actúa a través de la Luz del alma o de la fuerza de Voluntad. La Luz del alma puede ser ofrecida desde cualquier plano de conciencia, desde el plano más elevado hasta el plano terrestre. Así pues, desde los mundos superiores, el Maestro puede fácilmente conectar con el alma aspirante del discípulo, y éste puede responder a su Luz. Así es como el Maestro puede ayudar, ayuda y debe ayudar al discípulo.

Cuando un Maestro acepta a alguien como verdadero discípulo, hace la promesa a Dios, al Supremo, y al alma individual del buscador de que será eternamente responsable de esa alma. Pero son muchos, muchos los que acudirán a nuestro camino, cientos de miles. Podrán permanecer durante diez, veinte, treinta o, incluso, cuarenta años con nosotros, pero sin aceptarnos nunca realmente. Cuando el Maestro abandona el cuerpo, no es responsable de estos denominados discípulos. Los abandonará a su propio destino.

Puede ser que algunos digan: «¿Cómo es que, habiendo estado viniendo al Centro, no nos has aceptado como verdaderos discípulos?». La sencilla razón es que ellos no me han aceptado de todo corazón. Sólo alguien que ha aceptado realmente nuestro camino puede ser considerado un verdadero discípulo. La aceptación debe ser mutua; nadie puede forzarla. Los padres humanos fuerzan pero los padres espirituales no pueden hacerlo.

Externamente, no lo he dicho personalmente a todos aquellos que son mis verdaderos discípulos, pero internamente lo he hecho, y pueden estar seguros de que cuando abandonen el cuerpo no estarán perdidos. Nunca estarán perdidos, ni en esta ni en sus futuras encarnaciones. Los verdaderos discípulos -- aquellos que me han aceptado como suyo y a quienes yo he aceptado como míos- -- van a colmarse y realizarse en esta encarnación, en la próxima, o en muy pocas encarnaciones. Algunos discípulos tal vez tomen veinte encarnaciones o más, debido a su muy pobre comienzo. Algunos que han venido a mí en su primera o segunda encarnación humana, tal vez tomen cientos de encarnaciones. La primera o segunda encarnación humana, es aún medio animal. El animal aún está ahí como un factor predominante, por tanto, ¿cómo pueden lograr la realización de Dios? Incluso en el Centro de Nueva York, hay muchos discípulos que han tenido sólo seis o siete encarnaciones humanas.

Cuando grandes Maestros descienden a la tierra, aceleran considerablemente el progreso de sus discípulos. Pero, ¿hasta dónde pueden llegar, si los discípulos mismos han avanzado tan poco? No obstante, los Maestros intentan librar un combate muy valiente y desafían a la ignorancia. Dicen: «Veamos cuán lejos podemos llegar». También, algunos discípulos que sólo han vivido en la tierra unas pocas encarnaciones, correrán muy rápidamente, debido a su sinceridad, su humildad y sus ganas de correr. No emplean sus previas cualidades oscuras y su mente no ha sido cubierta por millones de pensamientos e ideas. Empiezan a marchar desde el comienzo mismo de su vida espiritual. Nacen en una familia espiritual o, si son lo bastante afortunados, algo los empuja adelante desde dentro para dirigirse hacia la Luz. Existe algo llamado Fortuna Divina. Algunas personas poseen esta fortuna, y, si la utilizan correctamente, todo es posible en una encarnación. De lo contrario, se necesitan cientos de años.

¿Cómo te mantendrás en contacto con nosotros cuando abandones el cuerpo?

Sri Chinmoy: Tendré un teléfono especial con operadores especiales. Déjame contarte un incidente muy encantador. En India, en 1951 más o menos, estaba sentado junto a mi amigo Jyotish fuera de la casa. Jyotish me era muy querido, así que sólo para él hice esto. Él quería tener algunos mensajes de su madre que había fallecido siete u ocho años antes.

Le dije: «Mira, voy a usar mi teléfono. Voy a llevarle a tu madre un mensaje de tu parte. Entonces, obtendré un mensaje de ella y te llegará a ti directamente como respuesta. Le haré una pregunta por ti, pero tú recibirás la respuesta». Hice tres preguntas. Las respuestas llegaron; él las recibió y quedó profundamente conmovido. Primero envié su alma y luego la mía, hasta el alma de la madre. Entonces tuvieron una conversación y de ahí recibió los mensajes.

Ahora, cuando Jyotish tenía unos 25 años, cinco mujeres se enamoraron de él, pero no llegó a casarse con ninguna de ellas.

Debido a un karma anterior, las cinco murieron juntas en un accidente de barco. Él estaba en Burma en el momento del accidente. Estas mujeres estaban ahora también en el mundo del alma con su madre.

Cuando le dije que le traería también un mensaje de sus amigas, preguntó: «¿Cómo vas a saber quienes son, si no te digo sus nombres?». Le dije: «Entraré a través de tu alma y te daré sus nombres. Repite ahora en silencio los nombres de las chicas. Haré una pregunta a cada una y tú recibirás la respuesta». Él era muy astuto y pensó que me engañaría. Para tres de las chicas pensó en los nombres reales, pero para las otras dos pensó en nombres completamente falsos. Yo estaba a punto de decirle esos nombres cuando, inmediatamente, su alma se puso delante de mí y me dijo la verdad. Su alma me protegió. «¡Oh, estás intentando engañarme con estos dos últimos nombres!», le dije, y se echó a mis pies.

Entonces comenzó el chismorreo en el ashram. ¡Desde dónde hasta dónde descendimos ese día! Al día siguiente, Jyotish le preguntó a un amigo mutuo cercano, «¿Tú lo crees?». El amigo le dijo, «Tal vez estabas bebido. Él siempre está bebido. ¡Sólo los borrachos pueden hacer este tipo de cosas. ¿Qué beneficio obtienes de saber acerca de tus amigas?». Interiormente, el amigo lo creyó, pero externamente pretendió que no.

Cuando un discípulo mío murió, le dije a sus sobrinos pequeños que podríamos hablar con su tío en el mundo del alma, igual que por el teléfono. Pensé en hacer un poco de esto para ellos, pero mi ser interno me advirtió de que se asustarían terriblemente y eso crearía problemas, así que no lo hice.

¿La encarnación siguiente de una persona espiritual es diferente a la de una persona corriente?

Sri Chinmoy: Ciertamente. Si es un alma muy avanzada espiritualmente, no tomará una vida corriente, porque ya habrá pasado por ello. Cada encarnación es un peldaño más hacia la última realización de Dios. Cuando alguien ha aspirado conscientemente en su última encarnación, su nacimiento futuro le presentará más ocasiones para su progreso espiritual. Si un buscador ya comenzó su vida espiritual en la encarnación pasada, si era verdaderamente sincero en sus prácticas espirituales durante su vida anterior, naturalmente en esta vida comenzará a aspirar a una edad muy temprana. Nacerá en una familia espiritual, donde será inspirado desde su nacimiento a llevar una vida espiritual, y empezará a aspirar a los diez, doce, catorce o dieciséis años. Sin embargo, puede suceder que las circunstancias sean poco favorables. En ese caso, aunque haya empezado su vida espiritual en la encarnación pasada, sólo progresará lentamente en esta encarnación, porque no obtendrá ninguna ayuda por parte de sus padres o de su entorno. Pero no se trata de un riesgo, sino de un viaje. En el proceso de la evolución, el alma recorre miles de kilómetros internos obteniendo diferentes experiencias, y son esas experiencias las que, finalmente, le dan al alma su realización más plena. Pero si la persona era un gran aspirante a punto de realizar a Dios, entonces es casi seguro que nacerá en una familia espiritual muy desarrollada, donde podrá entrar desde el principio en la verdadera vida espiritual. La mayoría de los verdaderos Maestros espirituales nacen en familias altamente desarrolladas espiritualmente. Dios puede enviar a un Maestro espiritual a una familia no aspirante, ya que no está atado por ningún plan, pero en la mayoría de los casos los Maestros espirituales nacen en familias espirituales.

Acaba de decir que cada encarnación es un peldaño hacia nuestra realización de Dios. ¿Significa que no podremos alcanzar a Dios en esta vida?

Sri Chinmoy: No, en absoluto. Es cuestión de la experiencia y la aspiración en las vidas anteriores. Si uno ha estado aspirando y meditando en vidas previas, no hay razón alguna para que no alcance la realización en la vida actual en virtud de su aspiración. Puesto que todos estamos progresando hacia la realización, ésta va a suceder en una encarnación u otra. Como ya he dicho, depende del desarrollo espiritual del aspirante.

Cuando un buscador muere, ¿cesan todas sus responsabilidades y su trabajo en el período entre su muerte y su renacimiento? ¿O es capaz de trabajar conscientemente, o continuar de algún modo el trabajo que ha empezado, antes de regresar a la tierra?

Sri Chinmoy: Depende del nivel de desarrollo del buscador individual. Supón que un buscador avanzado ha dejado el cuerpo sin poder hacer numerosas tareas que hubiese querido lograr mientras estaba en la tierra. ¿Qué hará? Al abandonar el cuerpo, deberá atravesar el físico, el vital, el mental y otras esferas antes de entrar en el mundo de las almas. Si no es su voluntad regresar al mundo durante diez o veinte años, y tampoco es esa la Voluntad de Dios, su trabajo en la tierra podrá ser ejecutado entretanto por alguien muy querido por él que aún esté en la tierra. Como se trata de un alma avanzada, puede aplicar la voluntad de su alma desde donde está, a través de su ser más querido en la tierra. Pero los seres humanos corrientes no pueden hacer esto. Digamos, por ejemplo, que alguien quiere que sus hijos obtengan un diploma universitario. Después de abandonar el cuerpo, mientras que el alma se encuentre en el plano vital, en la esfera sutil, puede transmitir este tipo de deseos y anhelos corrientes a sus hijos. A través del vital, el alma mantiene todavía algo de contacto físico con la tierra. Deseos terrestres corrientes pueden ser satisfechos o realzados por la voluntad de la persona fallecida que abandonó el cuerpo uno o dos años antes. Pero cuando el alma regresa a los planos superiores, ya no desea ni actúa de esta manera en relación a sus hijos o hijas que viven todavía en la tierra. El alma no se preocupará ya por la satisfacción terrenal de sus hijos, por el logro de sus abundantes deseos terrenales. Sin embargo, si el alma tiene aspiración celestial respecto a sus seres queridos, intentará aumentar la aspiración de estos y ayudarlos de todos los modos posibles desde los mundos superiores. El alma se dirigirá hacia las almas poderosas que se hallan todavía en la tierra y les suplicará que ayuden a sus seres queridos en el mundo espiritual. Pero si el alma está altamente evolucionada y ve que alguien es verdaderamente sincero y aspirante, puede ayudarlo directamente.

¿Está determinada por la aspiración en la encarnación precedente, la cantidad de tiempo que el alma permanece en su mundo entre dos encarnaciones?

Sri Chinmoy: Va en función de la aspiración y de la necesidad. Es posible que tengas la aspiración de hacer algo, pero, al mismo tiempo, Dios puede no sentir la necesidad de que lo hagas. Por tu parte, la aspiración es necesaria. Aspiras a regresar y empezar el juego de nuevo inmediatamente. Es como si hubieras jugado durante media hora, y ahora estás haciendo una pequeña pausa. Entonces, cuando no quieres seguir descansando, dices: «Dame la oportunidad de regresar y terminar el juego». Pero Dios puede responderte: «No, quiero que descanses un poco más». En ese caso, no puedes regresar. Pero si tu aspiración y el deseo de Dios se unen, ciertamente puedes volver.

Algunas almas reencarnan casi inmediatamente, sin siquiera haber ido siquiera al mundo de las almas. Supón que alguien muere prematuramente en un accidente. En este caso, tal vez su alma sólo asciende hasta la esfera vital y desde allí, si una figura espiritual o la Gracia Divina intervienen, en siete u ocho meses toma encarnación en una nueva familia.

La mayoría de las almas corrientes regresan después de una estancia de seis, siete o, como mucho, veinte años en el mundo de las almas. Emplean ese tiempo para asimilar sus experiencias en la tierra. Grandes seres, por ejemplo, grandes científicos o Maestros espirituales, no renacen tan rápido como las personas corrientes. Raramente verás que una gran figura de cualquier ámbito tome muy pronto una nueva encarnación. Algunos permanecen en el mundo del alma durante setenta o más años. En determinados casos, los Maestros espirituales esperan cien o doscientos años antes de reencarnar. Pero no hay una regla establecida; si Dios quiere que regresen a la tierra, deberán hacerlo, aunque no lo deseen. La propia decisión del alma y la aprobación del Supremo son los factores que determinan el tiempo que tardará una persona en volver a reencarnar.

Si alguien posee talento en un área determinado, ¿significa que su alma recibió ese potencial originalmente, o que lo ha conseguido tras muchas vidas intentándolo?

Sri Chinmoy: Todo el mundo tiene el potencial, que es semejante a un pedazo de arcilla. Un alfarero construye una vasija magnífica, otro, una menos bella; pero la esencia de las dos vasijas es la misma: la arcilla. Del mismo modo, todos somos uno en el espíritu. Pero, en el caso del primer alfarero, podemos preguntar: «¿Por qué ha modelado esa vasija de forma tan hermosa?» Hay algo es ese alfarero que llamamos aspiración consciente. En todos los demás aspectos, mi esencia, tu esencia, la esencia de todos, es la misma. Pero mientras ese alfarero en particular está modelando la arcilla, hay algo en él que le da la oportunidad de crear algo único. Así pues, no es que le haya sido concedida desde el principio una facultad específica. No, para cada persona fue destinado recibir una libertad muy limitada que comenzó desde el principio de la creación. Esta libertad significa potencial. Algunos lo utilizan para la vida espiritual, otros, para la música o la poesía, etcétera. Otros no lo utilizan en absoluto. Sin embargo, el potencial no se convertirá en una realidad a menos y hasta que sea destacado y desarrollado por su poseedor.

A veces, mi primo y yo meditamos mirándonos mutuamente a los ojos y, a veces, nos sucede que vemos transformarse el rostro del otro e incluso el pelo toma otro color. Me preguntaba qué puede significar esto.

Sri Chinmoy: Estás viendo su encarnación pasada y él la tuya. Pero esto no es recomendable en absoluto. Imagínate que descubres que has sido un animal hace tres o cuatro encarnaciones, aunque tuvieras un cuerpo humano, como sucede con muchas personas. Si no rezamos o meditamos, apenas valemos más que los animales aquí en la tierra. En Jamaica, en Puerto Rico, en Canadá, en Nueva York, cuando camino por la calle veo personas que han encarnado como seres humanos por primera vez. ¿Qué podemos esperar de ellos? Justo acaban de venir del reino animal. Para dos discípulos, mirarse uno a otro y concentrarse conscientemente en los ojos y hacer emerger el pasado, es muy arriesgado, porque podríais inconscientemente exponer vuestra conciencia animal. En India, conozco a personas que han hecho esto con sus hermanos y hermanas, y las fuerzas no divinas de la encarnación pasada de uno de ellos han entrado en el otro, y viceversa. Mientras que no hayamos realizado a Dios, habrá muchos elementos no divinos en nuestra naturaleza contra los que deberemos luchar, incluso en esta encarnación actual. Por lo tanto, no hagamos emerger el pasado. Ese pasado, como siempre digo, es polvo. ¿Acaso el pasado te ha dado la realización? ¡No! Si lo hubiera hecho, no habrías acudido a mí. Así pues, no es necesario ni recomendable ir al pasado.

¿Nos puede ayudar el saber qué clase de persona o de animal fuimos en nuestras encarnaciones pasadas?

Sri Chinmoy: Cuando entramos en la vida interior y abrimos nuestra conciencia interior, nuestra capacidad interior, obtenemos reminiscencias de nuestras encarnaciones pasadas. En lo profundo de nuestra meditación, podemos fácilmente sentir que hemos tenido vidas anteriores. Y si sabemos que hemos tenido un pasado, que el presente no se ha completado todavía y que no podemos permanecer imperfectos para siempre, el impulso del presente nos conducirá al futuro en el que lograremos nuestra plenitud. Al mismo tiempo, podremos acelerar nuestro progreso si tenemos un Maestro. Si nos consagramos plenamente a la vida interior y tenemos un Gurú, podremos hacer el progreso de veinte encarnaciones en una sola vida.

Supongamos que sabemos que fuimos un ciervo en nuestra última encarnación animal. La única ventaja de esto es que podemos acordamos de nuestra velocidad y decir: «En la encarnación animal corría sumamente rápido, y en esa época no tenía el alma avanzada que tengo hoy. ¡En esta encarnación voy a correr todavía más rápido!». Tan pronto como recordamos que corríamos tan rápido en esa encarnación previa, nos sentimos inspirados a correr rápido en esta también. Si conocemos nuestra encarnación pasada, lo podemos utilizar positivamente; en ese momento la inspiración emerge muy rápido. Si alguien sabe que era un buscador, obtendrá un poco de alegría y confianza: «Comencé mi viaje en una encarnación pasada, pero fue un camino muy largo y arduo. En esta encarnación todavía estoy caminando por el mismo sendero, pero ya no tengo una distancia tan larga que recorrer. Además, es más fácil, porque tengo un poco de ayuda. Tengo la capacidad. Tengo la voluntad. Tengo la experiencia. Con un Maestro espiritual que me guía, alcanzaré fácilmente mi objetivo».

Pero sólo en muy raras ocasiones utilizamos el conocimiento de nuestras encarnaciones pasadas correctamente. La mayoría de las veces apenas nos da algún estímulo. Si sabemos que fuimos un ladrón o algo no divino, ¿va a darnos eso alguna inspiración o aspiración? ¡No! Pensaremos inmediatamente: «Oh, fui un ladrón y en esta encarnación, estoy intentando llegar a ser un santo. ¡Es imposible! Es inútil tratar de volverme espiritual en esta vida». Incluso en esta encarnación, necesitamos largo tiempo para salir de la desesperación si hacemos algunas cosas incorrectas. Pensamos: «Fui tan malo, hice esto, hice aquello… ¿Cómo voy a volverme puro ahora? ¿Cómo voy a realizar a Dios?». Incluso si hemos hecho algo malo hace cuatro años, tal vez todavía nos preocupa.

Por otra parte, supongamos que sabemos que fuimos alguien muy grande en la encarnación pasada, mientras que en ésta no somos nada. Nos sentiremos desgraciados. Maldeciremos a Dios y nos maldeciremos a nosotros mismos. Diremos: «¿Si fui tan grande, cómo es que soy tan inútil en esta encarnación? ¿Qué cosa inconcebible he hecho para merecer este destino? Dios es duro; no se preocupa de mí». Pero malentendemos a Dios. Dios quiere tener una experiencia diferente a través nuestro en esta encarnación, y nosotros pensamos que Él está siendo cruel.

Un aspirante quiere alegría interna, la alegría que le colma y que colma a Dios. Ahora bien, esto nunca lo obtendrá de sus encarnaciones pasadas. Sí entra en alguna encarnación pasada y descubre que fue el Presidente de los Estados Unidos, aún no obtendrá ninguna satisfacción. Verá que su vida como Presidente estaba llena de miseria, frustración y todo tipo de sufrimientos. Para conseguir la alegría real, el aspirante ha de avanzar en la vida espiritual con su propia aspiración y su propio llanto interno, con su propia concentración y meditación.

Lo mejor que se puede hacer es no pensar en el pasado. Nuestra Meta no está detrás, sino delante de nosotros. Nuestra dirección es hacia delante, no hacia atrás. Para una persona espiritual yo siempre digo: «El pasado es polvo». Lo digo porque el pasado no nos ha dado lo que queremos. Lo que queremos es la Realización de Dios. Conocer nuestras encarnaciones pasadas no nos sirve para esto. La Realización de Dios depende enteramente de nuestro llanto interior. Lo importante no es el pasado, sino el presente. Debemos decir: «No tengo pasado. Estoy empezando aquí y ahora, con la Gracia de Dios y con mi propia aspiración. Ahora voy a empezar a correr. Lo lejos que haya corrido en el pasado es irrelevante. Voy a pensar únicamente en lo lejos que quiero correr en esta vida».

De momento, hemos de considerar el pasado como algo totalmente diferente del presente, y el presente como algo totalmente diferente del futuro. Una vez que realicemos a Dios, el pasado, el presente y el futuro se volverán uno. Forman un círculo que es nuestro propio ser interior, nuestra vida entera. En ese momento podremos fácilmente volver la vista a nuestras encarnaciones anteriores y saber qué fuimos.

Si deseas saber sobre tus encarnaciones pasadas, ciertamente Dios te concederá esa capacidad. Pero lo que más importa no son las pasadas o futuras encarnaciones, sino lo que quieres aquí y ahora. Quieres a Dios, y si meditas con toda tu alma, Dios está llamado a concederte ese favor. Lo poseerás a Él y podrás reclamarlo como tuyo.

Quisiera decir una cosa más para mis discípulos. Dejadme ahora presumir un poco y vosotros también podéis alardear. En vuestras encarnaciones pasadas ya llevasteis una vida espiritual. ¿Si no hubieseis tenido alguna preparación, creéis que Dios os habría traído hasta mí? ¡No! Él os habría llevado a algún Maestro que es algo inferior a mí. Los Maestros espirituales de mi calibre reciben discípulos que han intentado o logrado algo en el pasado. Unos han hecho más, otros menos, pero todos habéis hecho algo; de lo contrario, habríais ido a algún otro Maestro espiritual. Dios es amable conmigo y también con vosotros. Al profesor de enseñanza secundaria Dios no le dará estudiantes de jardín de infancia. Dejará esos estudiantes para quienes no pueden enseñar clases superiores. En raras ocasiones, una o dos almas han venido a mí tras sólo unas pocas encarnaciones humanas. Pero estas pocas almas tienen un intenso deseo de trascender su conciencia presente.

Si un buscador está muy avanzado y desarrolla la habilidad de ver sus encarnaciones pasadas, ¿obstaculizará eso su progreso? En otras palabras: ¿es siempre perjudicial descubrir que, por ejemplo, fuiste un ladrón o algo así en el pasado?

Sri Chinmoy: Si meditas muy sinceramente en esta vida, tu fortaleza interior se desarrollará automáticamente y alcanzarás el punto en que no te verás perturbado aunque veas que fuiste el peor de los criminales en una encarnación anterior. Sabes que has venido aquí para transformarte, para ir hacia el Divino. El Señor Buda dio a conocer sus encarnaciones anteriores: él había sido una cabra y muchas otras cosas. Pero como había realizado a Dios y entrado en la Verdad más alta, era fácil para él decir lo que había sido en sus nacimientos pasados. Para él era irrelevante haber sido o no un ser de lo más ordinario en sus anteriores encarnaciones.

Si una persona está muy encariñada con un perro u otro animal y tiene compasión por ese animal, ¿puede esto causar que la persona reencarne como animal? He oído decir que, en India, un gran sabio estaba meditando en el bosque cuando le ocurrió algo a un cordero. El sabio lo tomó bajo su cuidado y se encariñó tanto con él que, como resultado, encarno como cordero en su siguiente vida.

Sri Chinmoy: La escritura más importante de la India, y la más extensa del mundo, se llama el Mahabharata. En el Mahabharata hay numerosas historias sobre personas que encarnan más tarde en un animal. Está la célebre historia de un rey llamado Bharata, que estaba muy apegado a un ciervo y que, al parecer, fue un ciervo en su siguiente encarnación. El gran Maestro espiritual Ramakrishna amaba particularmente a Swami Vivekananda, su más querido discípulo. Solía ir a buscarlo para hablar con él y la gente pensaba que Ramakrishna estaba loco. Por esta razón, Vivekananda le dijo un día: «¿Qué haces? ¿No conoces la historia del Rey Bharata, que estaba tan apegado a un ciervo que se convirtió en ciervo en su encarnación siguiente? Tu destino será parecido, si piensas constantemente en un ser humano corriente como yo». Ramakrishna tomó en serio a Vivekananda y preguntó a la Madre Kali: «¿Es cierto que mi destino será semejante al del Rey Bharata?». Ella respondió: «Eso es ridículo. Tú estás tan encariñado con Naren [Vivekananda] porque estás viendo a Dios en él. No es porque sea bello, o por cualquier otra razón, no; le tienes cariño porque la manifestación de Dios se expresa en él. He ahí por qué te deleitas tanto cuando lo ves». Si muestras compasión por alguien, no significa que vas a convertirte en esa persona. Si un mendigo te pide limosna y tú le muestras compasión dándole algo de dinero o de comida, no significa que vayas a convertirte en un mendigo. Del mismo modo, si tienes un perro, puedes expresarle tu amor porque es sumamente fiel y todo lo demás; pero eso no quiere decir que te volverás un perro porque admiras las cualidades del perro que amas. Puedes tener las buenas cualidades del perro, la lealtad del perro, en tu existencia humana, sin necesidad de tomar una vida animal. No te volverás un animal tan sólo por mostrar apego a él. Has pasado ya por ese estadio. Lo que obtienes son las buenas cualidades del animal.

¿Puede el alma tomar la forma de un animal en su encarnación siguiente, después de haber sido un ser humano en esta?

Sri Chinmoy: El mundo está evolucionando y progresando; nosotros estamos avanzando hacia nuestro objetivo. En el curso de la evolución, una vez que hemos tomado una vida humana, no retornamos ya al reino animal. Como para toda regla, hay excepciones, pero son muy, muy raras. Si alguien desea entrar de nuevo en la vida animal, hemos de saber que ese individuo no es progresivo en absoluto.

Si una persona acaba de entrar en la vida humana, si está en su primera o segunda encarnación como ser humano y su propensión hacia la vida animal es todavía muy fuerte, es decir, si sus deseos impuros no fueron satisfechos en su encarnación pasada en la vida animal, es posible que regrese a la vida animal. Lo que sucede es que, llegado el momento, una parte de su vida animal llega a estar totalmente despierta y quiere entrar en la vida humana, pero hay alguna parte de ella que no está lo suficientemente preparada para esto. Aún así, el alma viene a la vida humana a pesar de ser imperfecta, de no estar lo bastante preparada para ello y entonces, más tarde se ve obligada a regresar a la vida animal, ya que la parte no iluminada en ella no ha sido transformada y tiene muy intensas inclinaciones y deseos animales.

Otra razón es que cuando el vital inferior, el vital insatisfecho y no colmado de una persona común, está causándole dolores y sufrimientos insoportables, si la persona cree que tendrá más ocasiones de gozar del placer físico grosero, del vital más inferior, en el mundo animal, entonces esa alma en particular entra en el reino animal durante algunos meses, para poder tener muy libremente el disfrute más grosero. No es por un año o dos, sino sólo por un breve periodo. Cuando el disfrute ha terminado y la experiencia necesaria se ha llevado a cabo, el alma regresa al mundo humano de nuevo.

El ser humano ha trascendido al animal, pero no por completo. Existe un animal dentro de nosotros. Con nuestra oración y nuestra meditación conscientes, estamos intentando trascenderlo por completo. De los que estamos reunidos aquí, nadie va a ser un animal en vidas posteriores, porque estamos mucho más desarrollados. Para cuando comienza la aspiración, el alma está ya demasiado desarrollada como para regresar al mundo animal. Ni una sola alma de los aquí presentes esta noche tendrá más encarnaciones animales.

From:Sri Chinmoy,Muerte y reencarnación: El viaje de la Eternidad, 1973
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