El Nirvana es el camino de la negación. Quienes lo siguen quieren permanecer en la Beatitud última, o podrías llamarlo extinción. Pero no deberíamos utilizar el término «extinción»; es la Beatitud última. Estas personas no quieren volver a encarnar. Cuando entran en el Nirvana, el viaje termina para ellos. El alma siente que ya no caminará o correrá más allá. No quiere involucrarse en actividades terrenales. Nadie puede obligar al alma a reencarnar, excepto el Supremo; pero aunque pueda, no lo hace. El Supremo no obliga a nadie a hacer algo.
Pero hay determinadas almas que quieren asumir un papel consciente en el Juego divino o Lila de Dios. Saben que la reencarnación es absolutamente necesaria para quienes desean servir a Dios aquí en la tierra. Es necesario realizar a Dios en la tierra; no puede haber realización en ningún otro planeta o en ningún otro plano. Tras la realización, prometen que regresarán, como Swami Vivekananda y Sri Ramakrishna; ambos dijeron que, aunque no quedase más que una sola persona sin realizar en la tierra, estaban dispuestos a regresar. En mi caso también, iré y vendré si puedo hacer algún servicio al Supremo en la humanidad.From:Sri Chinmoy,Muerte y reencarnación: El viaje de la Eternidad, Agni Press, 1973
Obtenido de https://es.srichinmoylibrary.com/dr