En el caso de una persona corriente, no aspirante, el efecto kármico es inevitable. La ley del karma siempre se cumple; se enrosca a su alrededor como una serpiente. Debe pagar la cuota, el impuesto, la ley del karma es despiadada. Pero, por otro lado, existe lo que se llama Gracia divina. Fui ignorante y cometí malas acciones; pero si vierto amargas lágrimas e imploro el perdón, la Compasión de Dios despertará en mí. Cuando una persona entra en la vida espiritual, su karma puede ser anulado fácilmente, si esa es la Voluntad de Dios operando a través de un Maestro espiritual. La Gracia infinita de Dios puede anular los resultados de su mal karma y acelerar los de su buen karma. Si un buscador no sólo quiere la vida espiritual, sino que también la practica sinceramente cada día, puede estar por encima de la ley del karma, porque Dios será llamado a verter Su Gracia ilimitada sobre la cabeza y el corazón devotos del aspirante. Evidentemente, no puedo continuar perpetrando una acción no divina y creer que Dios me perdonará siempre. ¡No! Pero si Dios ve el clamor de mi alma surgiendo desde dentro, si Él ve que soy sincero y aspirante, y quiero liberarme de las redes de la ignorancia, no sólo me perdonará, sino que además me dará la fuerza necesaria para no repetir el mismo error.
Cuando regresemos en nuestra encarnación siguiente, naturalmente tendremos que empezar nuestro viaje conforme a los resultados de nuestro karma pasado. Si hemos cometido muchas malas acciones, no podemos esperar realizar la Verdad más elevada en nuestra próxima encarnación. Pero si se halla Gracia de Dios, podemos neutralizar fácilmente las malas acciones ya cometidas durante esta vida.From:Sri Chinmoy,Muerte y reencarnación: El viaje de la Eternidad, Agni Press, 1973
Obtenido de https://es.srichinmoylibrary.com/dr