“Hijo mío, estás totalmente equivocado. La vida espiritual, la vida verdadera, no necesita ninguna lucha. Hay dos clases de lucha que se originan o bien dentro o bien fuera de tu existencia. Dentro de ti hay miedo, duda, ansiedad, preocupación, sospecha, inseguridad, impureza, y muchas fuerzas negativas. Estas fuerzas negativas a veces se desatan. Estas fuerzas negativas se encuentran también fuera de la realidad de tu cuerpo, fuera de la realidad de tu propia existencia, y vienen a atacarte. Cuando haces salir tus propias fuerzas negativas, cuando estas fuerzas que vienen de dentro salen al frente, comienza tu lucha. Así mismo, cuando las fuerzas del exterior te atacan, comienza tu lucha. Por tanto, lo que tienes que hacer es iluminar las fuerzas negativas que hay dentro de ti para que lleguen a ser fuerzas positivas. Y las fuerzas que te están atacando desde fuera han de ser desafiadas, combatidas y conquistadas.
“Dices que solo progresas cuando tienes que enfrentarte a luchas. Tal vez creas que la vida de lucha es una oportunidad para progresar. Pero tal vez hay otros factores que no ves en absoluto. Una vida de lucha puede convertirse fácilmente en una vida de revuelta. Luchas para recibir algo, para colmar tu deseo; pero llega el día en que ves que no hay esperanza alguna de satisfacer tu vida de deseo. Entonces te rindes porque estás frustrado, y de la frustración surge la revuelta. Rezas mucho, meditas mucho, haces muchas cosas para complacerme, pero porque no satisfago tu deseo, sientes que no estoy complacido. ¿Entonces, qué haces?: te rindes. Y algo más: te sientes frustrado y quizá incluso te rebeles contra Mi Existencia. Entonces dejarás de rezar y meditar y no intentarás mantener conscientemente ninguna conexión Conmigo”.
Por eso digo a los discípulos que sean cuidadosos. Una vida de lucha no indica una vida de progreso. Hay muchas fuerzas a vuestro alrededor, muchos obstáculos a vuestro alrededor, que no son queridos ni llamados. Así que no hagáis salir vuestras propias fuerzas negativas que toman la forma de lucha. No, no, esa es la manera incorrecta. No agreguéis más fuerzas sin luz y no os creéis más problemas. No, no, simplemente tened la actitud de un niño. Sed espontáneos, sed felices. Para poder conseguir una sonrisa de sus padres, un niño no crea problemas. Lo hace todo espontáneamente, y con su acción espontánea está haciendo felices a sus padres. El Creador y la creación también se comportan así. Cuando la creación le ofrece una sonrisa al Creador, el Creador es alimentado y nutrido. Él siente que lo ha obtenido todo en ese momento.
Cuando el niño sonríe, aunque solo sea una mínima sonrisa, la madre siente que ha conseguido el mundo entero. De modo similar, cuando la madre o el padre sonríen, el niño siente que ha conseguido el mundo entero. La madre está mendigando y el niño está mendigando. Aquí también, Dios el Creador y Dios la Creación son igualmente mendigos. O puedes decir que ellos solo pueden llegar a ser completos, integrales y totales cuando intercambian sus mutuas sonrisas.
Como buscadores, tenéis que ofrecer vuestra sonrisa a través de la acción espontánea, puesto que la acción espontánea misma es la sonrisa. Así pues, creced solo en esa sonrisa. Actuad como el niño: sed espontáneos en todo lo que hagáis y digáis. Dentro de esa espontaneidad veréis vuestra sonrisa, y dentro de la sonrisa veréis vuestra espontaneidad. Vuestra sonrisa y la Sonrisa de Dios se mantienen vivas mutuamente, y así lo harán por toda la Eternidad. Lo que Dios y el hombre necesitan el uno del otro es una sonrisa conmovedora, una sonrisa fructuosa. Dentro de la minúscula semilla de una sonrisa existe íntegro el Árbol cósmico de la Vida. Por tanto, no intentes construir tu vida a través de la lucha. Ese es el camino equivocado. No sigas el camino de la lucha: sigue únicamente el camino de la espontaneidad, el camino de la sonrisa espontánea, que es el único alimento, la única plenitud para Dios y el hombre.
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20 de julio, 1977Centro Sri Chinmoy
Jamaica, Nueva YorkFrom:Sri Chinmoy,Aspiración-Everest. Vol.4, Agni Press , 1977
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