La ciencia es esa cosa tan preciada en la Tierra que está propulsada por una imaginación resplandeciente y atraída por su propia experiencia creciente. La espiritualidad es esa cosa preciosa en la Tierra que es llevada dentro por la colmadora aspiración y sacada luego a la luz, donde puede devenir en una con Dios-el-campo-de-experiencia, Dios-la-experiencia y Dios-el-experimentador.
Dentro de nuestra memoria viva hemos visto avanzar muy rápido a la ciencia, mientras que la felicidad humana ha estado decreciendo a un índice alarmante. El mundo de hoy está viendo una fluctuante llama de espiritualidad, pero el mundo de mañana será inundado por la luz de la espiritualidad. Esto está destinado y decretado.
La ciencia trata ahora mismo con el mundo material principalmente. ¿Y qué es al fin y al cabo el mundo material? Es el mundo que no cree en la posibilidad y la inevitabilidad de una vida divina. La espiritualidad trata ahora mismo con el mundo interno principalmente. ¿Y qué es el mundo interno? El mundo interno es el que dice que la posibilidad de una vida divina sobre la Tierra es indudablemente irreal en el día de hoy, pero será posible mañana, será practicable pasado mañana y será inevitable justo al día siguiente.
La ciencia tiene la capacidad de mostrarle a la humanidad el pleno desarrollo de la vida mental. La espiritualidad tiene la capacidad de mostrarle a la humanidad la posibilidad y la inevitabilidad de la vida más allá de la mente, la vida supramental.
El progreso externo y el descubrimiento del mundo siguen velozmente a la fructífera imaginación en el mundo de la ciencia. El progreso interno y el autodescubrimiento siguen alegremente a la fervorosa aspiración en el mundo interno, el mundo de la espiritualidad.
La ciencia y la vida moderna son sencillamente indispensables la una para la otra. La vida moderna es el ojo; la ciencia es el poder de la visión. La espiritualidad y la vida futura de la humanidad serán indispensables la una para la otra. La vida futura de la humanidad será la conciencia plenamente despierta; la espiritualidad será su luz de guía y su alma colmadora.
La ciencia misma ha devenido en un arte, y este arte debe ahora colocarse junto a las otras artes. Ningún arte puede tener su expresión más completa en el mundo moderno sin la ayuda de la ciencia. La espiritualidad es el arte supremo de la transformación de nuestra naturaleza. Dios-el-Artista-Supremo utiliza la espiritualidad para revelar al mundo la Realidad divina y la Verdad trascendental encarnada en el hombre.
Para colmar sus necesidades externas prácticas, el hombre amargamente clama a la ciencia. Para colmar sus necesidades internas personales, el hombre indefensamente clama a la espiritualidad.
La sombría desesperación de la despiadada destrucción y el éxtasis incomparable de la plenitud humana externa, tienen una amiga común: la ciencia. La certeza esperanzada de una creación nueva y pura, y el deleite de la plenitud interna y divina, que fortifica, nutre, transforma y colma la vida, tienen una amiga común: la espiritualidad.
Ciencia y espiritualidad deben estar unidas. Se necesitan mutuamente. Sin la una, la otra está incompleta. Juntas, no sólo son supremamente completas sino también divinamente fructíferas. La ciencia es el Cuerpo de Dios. La espiritualidad es el Alma de Dios. La ciencia es también Dios el Cuerpo. La espiritualidad es también Dios el Alma. Dios el Cuerpo necesita a Dios el Alma para realizarse a Sí Mismo, a Su Individualidad. Dios el Alma necesita de Dios el Cuerpo para colmarse a Sí Mismo, a Su Personalidad.
El Alma de Dios y Dios el Alma Le dicen a Dios en silencio: «Te hemos amado antes, y Te amaremos siempre».
El Cuerpo de Dios y Dios el Cuerpo proclaman: «Dios, Te amamos ahora, y este amor nuestro perdurará por siempre.»
En el mundo de la noche y de la lucha, la ciencia le dice a la espiritualidad: «¡Eres una necia! ¡Eres un perfecto estorbo!»
En el mundo de la noche y de la lucha, la espiritualidad le dice a la ciencia: «¡Eres una bribona! ¡Está por debajo de mi dignidad hablar con una roca muerta!»
En el mundo de la luz y del deleite, la ciencia le dice a la espiritualidad: «Hermana, necesito tu sabiduría.»
En el mundo de la luz y del deleite, la espiritualidad le dice a la ciencia: «Hermana, necesito tu capacidad.»
EL 26. Hunter College, Nueva York, Nueva York, 6 de marzo de 1970↩
From:Sri Chinmoy,Luz oriental para la mente occidental, Agni Press, 1973
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