Sidharta se convierte en Buda

¿Quién es el propietario: el que salva la vida o el que quita la vida?

Personajes

EL PRÍNCIPE SIDHARTA

DEVADATTA, PRIMO DE SIDHARTA

JUEZ

Escena primera

(El Príncipe Sidharta está paseando en el jardín en estado contemplativo. De repente, un pájaro cae delante de él).

SIDHARTA: ¡Ah, pobre pájaro! Mi corazón está sangrando por ti. ¿Quién te ha hecho esto? ¿Quién te ha lastimado? ¿Quién ha apuntado esta flecha hacia ti? ¡Pobre pájaro inocente! Déjame sacar la flecha de tu cuerpo. (Retira la flecha). Ahora voy a intentar curarte.

(Entra Devadatta).

DEVADATTA: Sidharta, este es mi pájaro. ¿Con qué derecho te quedas con mi pájaro? ¡Dámelo!

SIDHARTA: No, este es mi pájaro, Devadatta.

DEVADATTA: ¡Tu pájaro! Yo disparé a este pájaro. Me pertenece. Esta es mi flecha. Apunté al pájaro y cayó aquí. Es mío, mío, es mi propiedad, mi posesión.

SIDHARTA: Devadatta, si yo no le hubiera sacado la flecha, el pájaro estaría muerto ahora.

DEVADATTA: La cuestión no es si el pájaro habría muerto o no habría muerto. El pájaro está vivo, y es mi posesión. Ha sido mi poder, mi habilidad, mi capacidad lo que ha hecho caer el pájaro a la tierra. No puedes quedártelo. Todos te aprecian y admiran por tu corazón, por tu amabilidad. Pero dejemos que el mundo aprecie ahora mi capacidad, mi habilidad. Tú queda satisfecho con lo que tienes: el amor. Y yo estaré satisfecho con lo que tengo: el poder. Mi poder, mi habilidad en el tiro al arco se merece este pájaro, no tu amor.

SIDHARTA: Oh, Devadatta, tú tienes el poder de matar, y yo tengo el poder de amar. Pero, puesto que yo tengo a este animal, este pobre pájaro inocente, no lo recuperarás.

DEVADATTA: Sidharta, hay un tiempo para escuchar tu filosofía, y hay personas para escuchar tu filosofía. Pero este no es el momento, y yo no soy la persona. Puedes promover tu filosofía a otros que quieran ser como tú, que quieran vivir en el mundo de la luna y no tener ningún sentido práctico. La vida tiene que ser práctica. La vida necesita fuerza, la vida necesita vigor. Pero la tuya es una vida de holgazanería y falsa amabilidad. Deberías ser fuerte. Eres el Príncipe, y pronto tendrás que gobernar tu Reino. Esta clase de falsa actitud no te ayudará de ninguna manera. Lo que yo he hecho hoy, tú lo harás millones de veces más. Yo he estado a punto de matar a un pájaro. Un día tú matarás hombres. En ese momento tu filosofía cambiará.

SIDHARTA: No, Devadatta, mi filosofía seguirá siendo siempre la misma. Mi filosofía es la filosofía de la compasión, y no la filosofía de la destrucción.

DEVADATTA: Tú quédate con tu filosofía, y deja que yo me quede con la mía. Mi filosofía es poder. Tu filosofía es compasión. Me parece muy bien. Ahora dame mi pájaro.

SIDHARTA: Lo lamento, no te lo daré.

DEVADATTA: ¿Estás preparado para ir a la corte a pelear por este pájaro?

SIDHARTA: Sí, estoy completamente preparado.

Escena segunda

(La corte).

JUEZ: Príncipe, ¿por qué se queda un pájaro que pertenece a otra persona? Cierto, usted tiene compasión, tiene amor por el pájaro. Usted tiene amor por todas las cosas. Pero la justicia dice que el pájaro pertenece a Devadatta. Fue él quien lo hizo caer a tierra. Es su posesión.

SIDHARTA: Oh venerable Juez, yo no sé nada sobre la justicia, pero mi corazón me dice que quien salva la vida es el propietario, no quien la quita. Mi corazón estaba sufriendo por el pájaro y lo salvé. Estoy dispuesto a dar mi propia vida por este pájaro.

DEVADATTA: Sidharta, tú sabes hablar. Sabes perfectamente bien que nadie te matará en lugar de este pájaro. No muestres tu falsa compasión.

JUEZ: Devadatta, yo soy el Juez. Déjeme escuchar más lo que dice.

SIDHARTA: Oh señor, siento que este pájaro me pertenece porque he salvado su vida. Devadatta mató prácticamente al pájaro. Por favor, dígame, ¿quién es más importante, el que salva la vida o el que destruye la vida?

JUEZ: Príncipe, estoy de acuerdo con usted. Quien salva la vida es infinitamente más importante que quien la quita. Usted ha salvado al pájaro; en consecuencia, es usted quien puede reivindicar este pájaro. Este pájaro es suyo. Quien salva la vida o da nueva vida es el verdadero propietario, y no quien quita la vida o destruye la vida. Usted ha ofrecido hoy su vida por un pájaro. Llegará el día, puedo preverlo con claridad, en que usted ofrecerá su vida por toda la humanidad. Su corazón llorará por salvar el corazón sangrante de la humanidad. Su corazón clamará por iluminar la mente apagada de la humanidad. Su alma clamará por elevar la conciencia de la humanidad.

DEVADATTA: Sidharta, hoy el poder de tu amor ha ganado la victoria, pero llegará un día en que te conquistaré con mi poder de destrucción. Verás que ese poder conquista al amor.

SIDHARTA: Devadatta, estás equivocado. El amor siempre conquistará, puesto que el Amor es la Fuerza Todopoderosa.

El príncipe Sidharta abandona el palacio

Personajes

EL PRÍNCIPE SIDHARTA

CHANNA, SU COCHERO

UN ANCIANO

UN ENFERMO

UN HOMBRE MUERTO

UN HOMBRE ESPIRITUAL

Escena primera

(Channa, el cochero de Sidharta, está conduciendo al Príncipe por las calles).

SIDHARTA: Channa, estoy muy contento hoy. Por primera vez he salido del palacio. Ahora huelo la verdadera fragancia de la vida. Mira esta vista panorámica. Todo mi ser está en profundo éxtasis.

CHANNA: Oh Príncipe, en tu felicidad está la mía. Estoy siempre a tu disposición.

(De pronto, Sidharta ve a un anciano delante de él).

SIDHARTA: Channa, ¿quién es este hombre? Ni siquiera puede caminar. ¡Qué extraño, su cabello es blanco!. Mi cabello es negro y el tuyo también. Todos tienen cabello negro en el palacio. ¿Qué le pasa al suyo?

CHANNA: Príncipe, es un anciano; por eso está muy débil. Por eso no puede caminar adecuadamente. Los ancianos tienen el cabello blanco. Un día tú y yo también envejeceremos.

SIDHARTA: ¿Yo? ¿Envejeceré? ¡Imposible! Me siento desgraciado por ese anciano. Channa, no creo que yo tenga que envejecer alguna vez.

CHANNA: Príncipe, ¡cómo desearía que nunca envejecieras! Pero, desafortunadamente, nadie puede escapar de la vejez.

SIDHARTA: Channa, me siento realmente desgraciado por ese anciano que está tan delgado y débil. Regresemos al palacio. Espero que mañana no tenga que ver a un anciano.

CHANNA: Oh, no. Mañana te conduciré por otro camino.

SIDHARTA: La sola idea de envejecer en el futuro me está poniendo triste.

CHANNA: A mí también, oh Príncipe.

Escena segunda

(Al día siguiente Channa está conduciendo a Sidharta en el carruaje por un camino diferente).

SIDHARTA: La vida fuera del palacio es realmente bella, Channa. Aquí todo es fresco, encantador y conmovedor.

CHANNA: Me alegra que estés disfrutando tu paseo.

SIDHARTA: Dentro del palacio todo es lujo. Fuera del palacio todo es belleza, belleza de la naturaleza, belleza de la vida.

(De pronto, Sidharta ve a un hombre tirado en la calle).

SIDHARTA: Channa, ¿quién es este hombre? Ni siquiera puede sentarse correctamente. Está tirado en la calle. Está presionando su cabeza con una mano y su estómago con la otra. Sus ojos está profundamente hundidos. Está gimiendo y llorando amargamente. ¿Qué le está pasando? Parece que le está costando respirar.

CHANNA: Príncipe, ese hombre está enfermo. Está sufriendo un severo dolor en su cabeza y en su estómago. Tal vez tenga otras dolencias, también. Príncipe, todo el mundo enferma de vez en cuando.

SIDHARTA: ¡No! Yo jamás he estado enfermo. ¡Siento tanto pesar por ese hombre! ¿Puedo ayudarlo de alguna manera?

CHANNA: No, no puedes ofrecerle ninguna ayuda, Príncipe. Solo un médico puede ayudarle. Estoy seguro de que pronto alguno de sus amigos lo llevarán a un médico. Príncipe, deberíamos irnos de este lugar. Igual que ayer, también hoy tu alegría se ha echado a perder. El mundo está lleno de miseria.

SIDHARTA: Ya veo. Lo ignoraba totalmente. Mañana debemos tomar otro camino y conducir por los alrededores del Reino.

CHANNA: Seguro. Mañana conduciremos por otras calles.

Escena tercera

(Al día siguiente. Sidharta y Channa están en el carruaje. Channa ha tomado un camino nuevo).

SIDHARTA: ¡Belleza, belleza! Hoy veo y siento verdadera belleza en la tierra. Hemos cubierto una larga distancia. Estamos atravesando una serie de lugares hermosos.

(De pronto, Sidharta ve a algunas personas que llevan a un hombre sobre los hombros. Las lágrimas corren por sus mejillas).

SIDHARTA: Channa, ¿qué le pasa a ese hombre? ¿Por qué tienen los otros que llevarle? ¿Y por qué lloran?

CHANNA: Ah, ese hombre está muerto.

SIDHARTA: ¿Qué quieres decir?

CHANNA: No queda nada de vida en él, Príncipe. Su papel en la tierra ha terminado. Todos hemos de morir algún día. Todos hemos de irnos de este mundo. Todos hemos de sufrir la muerte.

SIDHARTA: ¡Yo no! Yo no quiero morir. ¿Mi amada esposa, tiene que morir también? ¿Mi querido Rahul tiene que morir también? No. No puede ser. No podré soportar semejante pérdida.

CHANNA: Príncipe, quienquiera que viva en la tierra ha de morir tarde o temprano. Nadie puede vivir para siempre.

SIDHARTA: Channa, no puedo creerlo. No quiero creerlo. Debo conquistar a la muerte, no solo para mí, sino para todos. Channa, por favor, dime si existe algo más poderoso, más destructivo que la muerte.

CHANNA: No, Príncipe, no hay nada más poderoso y destructivo que la muerte. La muerte conquista a todo el mundo. Todos somos esclavos de la muerte.

SIDHARTA: ¡Yo no!

CHANNA: Todos estamos a merced de la muerte.

SIDHARTA: ¡Yo no! Channa, ahora que he visto a un anciano, a un enfermo y a un muerto, creo que he visto todo lo malo que el mundo puede mostrarme. Pero algo dentro de mí me dice que todavía hay cosas que no he visto. Quiero salir mañana otra vez.

CHANNA: Si quieres salir del palacio otra vez, estaré más que feliz de llevarte, oh Príncipe.

Escena cuarta

(Al día siguiente. Sidharta y Channa están en el carruaje conduciendo por las calles).

SIDHARTA: Channa, hemos cubierto una buena distancia. Hoy todo está bien. Hoy no tengo que ver a un anciano, a un enfermo o a un muerto. Hoy veré y disfrutaré solo la belleza de la naturaleza, el esplendor de la naturaleza, el amor de la naturaleza, el corazón de la naturaleza y el alma de la naturaleza.

(De pronto, Sidharta ve a alguien meditando bajo un árbol).

SIDHARTA: ¿Quién es ese hombre, Channa? ¿Qué está haciendo a los pies de ese árbol? ¿Por qué están cerrados sus ojos? ¿Qué está haciendo con una guirnalda de cuentas?

CHANNA: Voy a responder a tus preguntas una a una, oh Príncipe. ¿Quién es ese hombre? Es un hombre espiritual. ¿Qué está haciendo a los pies del árbol? Está rezando y meditando. ¿Por qué tiene los ojos cerrados? Porque cree que sus plegarias serán más sinceras y su meditación más intensa si mantiene los ojos cerrados. ¿Qué hace con la guirnalda de cuentas? Está repitiendo el nombre de Dios y llevando el número de cantos con las cuentas.

SIDHARTA: Creo en todo lo que dices, pero ¿qué va a conseguir viviendo de esa manera?

CHANNA: Obtendrá la Paz infinita y la Alegría infinita.

SIDHARTA: ¿La Paz infinita? ¿La Alegría infinita? Debo ir a hablar con él. Channa, acompáñame. Vamos a hablr con este hombre tan peculiar.

CHANNA: Ciertamente, es una bonita idea.

(Abandonan el carruaje y se acercan al hombre espiritual).

SIDHARTA: ¿Puedo saber su nombre? ¿Qué hace usted para vivir? (No hay respuesta por parte del hombre espiritual). ¿Sabe que soy el Príncipe Sidharta? Mi padre gobierna este reino; él es el Señor de este reino. Está usted ignorando a su hijo. Yo puedo hacer lo que quiera de usted. Por el amor de Dios, ¡no malgaste mi precioso tiempo!

(No hay respuesta por parte del hombre espiritual).

CHANNA: Príncipe, perdóname. Debo contarte algo. Él es un hombre espiritual. Está rezando a Dios; está meditando en Dios. No deberíamos perturbarlo. ¿Quién sabe lo que está sucediendo dentro de él? Tal vez Dios y él están conversando internamente. Tal vez Dios le está diciendo cómo puede tener la Paz y la Dicha infinitas.

SIDHARTA: Yo necesito eso. Necesito infinita paz e infinita dicha. Channa, ¿crees que alguna vez tendré esa clase de paz y dicha?

CHANNA: ¿Por qué no? ¿Por qué no? Sin falta tendrás Paz infinita y Dicha infinita si rezas y meditas como este hombre espiritual.

SIDHARTA: Channa, entonces mañana comienza una nueva vida para mí. Rezaré y meditaré todo el día y toda la noche. Mi actual vida de lujo ya no es para mí. Daré la bienvenida a la vida de pobreza. Abrazaré la vida del renunciamiento. Pondré fin al sufrimiento en este mundo. Sé que la ignorancia es la raíz de todo sufrimiento. Arrancaré de raíz el enorme árbol de la ignorancia, Channa; lo exterminaré. El primer día vi a un hombre anciano; el segundo día vi a un hombre enfermo; el tercer día vi a un hombre muerto; hoy, el cuarto día, he visto a un hombre espiritual. Ya sea mañana, o bien en el futuro próximo o en un futuro distante, veré a otro hombre, el cual posee Luz infinita, Paz infinita y Dicha infinita. Mi vida no tiene sentido y es inútil sin la Luz de la Eternidad, la Paz de la Infinitud y la Dicha de la Inmortalidad. Lo humano en mí termina hoy su papel, Channa. Se acabó para mí esta vida de placer. Lo divino en mí comenzará su papel mañana. Para mí, de ahora en adelante, únicamente la vida de la Paz universal y la Dicha trascendental.

Sidharta se convierte en Buda

Personajes

SIDHARTA (MÁS TARDE BUDA)

SUJATA, UNA DEVOTA

PRIMER ASCETA

SEGUNDO ASCETA

TERCER ASCETA

CUARTO ASCETA

QUINTO ASCETA

Escena primera

(Sidharta está sentado bajo un árbol en elevada meditación. Entran cinco ascetas).

PRIMER ASCETA: ¡Oh Sidharta! ¡Sidharta! ¡Mirad a Sidharta!

SEGUNDO ASCETA: Estoy seguro de que pronto realizará la Verdad más elevada.

TERCER ASCETA: Sin lugar a dudas.

CUARTO ASCETA: Nosotros también hemos estado implorando nuestra realización. Hemos estado rezándole a Dios y trabajando muy duro en nuestra vida interna. Sin embargo, la realización de Dios está todavía muy alejada para nosotros. Me siento feliz de que al menos una persona realice a Dios.

QUINTO ASCETA: Al menos Sidharta alcanzará la Verdad más elevada. No importa quién sea el primero en alcanzar la Verdad; quiero que la gente se libere de la ignorancia.

PRIMER ASCETA: No lo molestemos. Está en meditación profunda, en trance. No molestemos al pobre Sidharta. Que Dios lo bendiga. No ha estado comiendo nada. Solo bebe agua. Está muy débil, muy débil. ¡Pobre compañero! ¡Una vida tan dura, tan austera! Estoy seguro de que Dios le concederá pronto la iluminación.

SEGUNDO ASCETA: Él podría haber disfrutado de todos los placeres del mundo. Era el Príncipe, y en todos los aspectos podría haber tenido una vida de placer.

TERCER ASCETA: Él sabe que la vida de placeres no puede brindarle la satisfacción duradera.

CUARTO ASCETA: Pero es muy difícil vencer los movimientos vitales, el placer vital.

QUINTO ASCETA: Dios tiene algo especial que hacer con la vida de Sidharta. Puedo verlo claramente.

(Entra Sujata, que se inclina ante Sidharta y coloca ante él un tazón de dulces. Sidharta abre los ojos y acepta la comida de Sujata).

SUJATA: Oh Sabio, estoy muy agradecida de que haya aceptado mi comida. No ha comido nada durante días. Su cuerpo se ha vuelto muy débil, muy delgado. Ahora le traeré comida con regularidad. Usted reza a Dios; yo le serviré. Estoy muy contenta y muy agradecida de que acepte mi devoto servicio.

SIDHARTA: He llegado a comprender que el ayuno total no es lo correcto. El sendero extremo no es el camino correcto. El sendero intermedio es el mejor con diferencia. Para alcanzar la Verdad más alta no es necesario dejar de comer por completo. Se ha de tomar una cantidad moderada de alimento. Uno debe tomar el alimento necesario para la salud, para mantener el cuerpo capaz. Pero, al mismo tiempo, no hay que ser un comedor voraz. Cuando realice la Verdad más elevada, el mío será el sendero intermedio.

PRIMER ASCETA: ¡Qué vergüenza! ¡Qué vergüenza! ¡Miren a Sidharta! ¡Está comiendo!

SEGUNDO ASCETA: ¡Miren quién le está sirviendo! ¡Una muchacha muy bella!

TERCER ASCETA: Bueno, ¿qué pueden esperar? ¿Durante cuánto tiempo se puede controlar la vida vital?

CUARTO ASCETA: Ay, Sidharta ha caído.

QUINTO ASCETA: No merece nuestro aprecio y admiración. Ha comido los dulces de esa muchacha tan bella. Está sirviendo a sus sentidos y está alimentando su cuerpo. Vean, la vida de placer ya ha comenzado. Una mujer es suficiente para destruir la aspiración de un hombre, no importa lo sincero, lo devoto que sea. Una bella mujer es suficiente para apartar incluso a un aspirante tan grande del sendero de la Verdad. Vámonos.

PRIMER ASCETA: ¿A quién culpamos? ¿A la muchacha o a Sidharta?

SEGUNDO ASCETA: Yo culpo a la muchacha. Ella ha arruinado la aspiración de Sidharta.

TERCER ASCETA: Yo culpo a Sidharta. ¿Quién le pidió ser tan débil? Si hubiera estado fuerte en su mente podría haberla rechazado.

CUARTO ASCETA: Bien, debemos recordar que es una tarea difícil la de conquistar los movimientos negativos del plano vital.

QUINTO ASCETA: Es difícil también rezar a Dios, meditar en la Verdad.

CUARTO ASCETA: Pero dado que hizo un intento para realizar Lo Más Elevado, debería haber continuado.

QUINTO ASCETA: Siento pena por él. Además, siento que no nos puede ser útil ahora. Pensé que él podría iluminarnos en cuanto obtuviera su propia iluminación.

TERCER ASCETA: Yo pensé lo mismo. Pero ahora es imposible. Vámonos, vámonos. Sidharta ha fracasado. Sidharta ha caído.

(Salen los cinco ascetas).

(Durante todo este tiempo Sujata está alimentando a Sidharta y mostrándole su amorosa y fervorosa gratitud. Lágrimas de gratitud están fluyendo de sus ojos).

SIDHARTA: Sujata, no les prestes atención. Son personas ignorantes. De las personas ignorantes solo podemos esperar ignorancia. Tú has venido a alimentarme, y te estoy agradecido. Sentirás siempre mi bendita alegría.

SUJATA: Oh Sabio, no presto ninguna atención a esos ascetas. Son tontos. Ellos no ven tu máxima sinceridad. No ven tu ardiente clamor por la Verdad, por Dios. Les llevará miles de años el realizar a Dios, pero veo claramente que tú alcanzarás muy pronto tu meta. Veo que el día de tu realización se acerca rápidamente.

SIDHARTA: Ellos vinieron, y ahora se han ido. Vieron algo en mí, y por eso querían quedarse. Pero cuando me vieron aceptar tu comida, se fueron. Se fueron simplemente porque sus mentes son todavía impuras, simplemente porque sus vitales necesitan mayor purificación, simplemente porque no pudieron identificar sus vidas con mi conciencia aspirante y tu conciencia dedicada. Tu conciencia dedicada supo y sintió la profundidad de mi aspiración. Y mi aspiración siente la profundidad de tu dedicación. Sujata, te bendigo con todo mi corazón y alma. Aquí me sentaré, a los pies del árbol Bodhi. Aquí realizaré la Verdad. No me moveré más de este lugar. Incluso si padezco de frío, hambre, sed, o cualquier otra cosa, no me moveré. Aquí, en este mismo lugar debe tener lugar mi iluminación. Y pondré fin a la aflicción.

(Sujata se inclina ante Sidharta y se va. Sidharta canta)

```

Hihāsane shushyatu me sharirām

Twagasthi māngsam pralayancha jātu

Aprāpya bodhing vahukalpa durlabhām

Naivāsanāt kayamatah chāilishye

```

```

Aquí, en este asiento, puede marchitarse mi cuerpo;

piel, huesos y carne pueden ser destruidos.

Sin tener la suprema Sabiduría

alcanzable únicamente con dificultad

en miríadas de eras,

decididamente no me moveré de este asiento.

```

(Sidharta medita. Está teniendo visiones de la vida.

La vida de placer, los movimientos vitales, las fuerzas del sexo, están intentando penetrar en él).

SIDHARTA: Ah, estos movimientos del vital inferior están tratando de entrar en mí. No, no se lo permitiré. Yo poseo mi fortaleza interna, mi fortaleza indomable. Lucharé contra ellos.

(Sidharta medita con tremenda determinación. De pronto, su ser entero se inunda de luz. Comienza a cantar).

```

Ya no sollozará o sufrirá más mi corazón.

Mis días y noches se disuelven en la propia Luz de Dios.

Por encima del gran esfuerzo de la vida, mi alma

es un ave de fuego volando en lo Infinito.

He conocido al Uno y a Su Juego secreto,

y he cruzado allende el mar del sueño-ignorancia.

En armonía con Él, retozo y canto,

poseo el Ojo dorado del Supremo.

Embriagado de Inmortalidad,

soy la raíz y las ramas de una inmensa vastedad.

Mi forma he conocido y realizado.

El Supremo y yo somos uno —a todo sobrevivimos—.

```

(Repentinamente el cuerpo de Sidharta comienza a irradiar una luz dorada y se convierte en el Iluminado, el Buda).

BUDA: ¡La conozco, al fin conozco la Verdad! Conozco el camino. Conozco la manera de terminar con la aflicción, de exterminar el árbol del sufrimiento. Desde hoy serviré a la humanidad con mi luz interior. He visto la Verdad, y todos los seres humanos en la tierra alcanzarán esta Verdad. Mi Verdad es para todos. Mi amor es para todos. Mi realización es para todos. Soy para todos. Esta vida mía, esta dedicada vida mía, es para el uso de la humanidad. Ahora que tengo la Luz Trascendental dentro de mí, saldré al mundo para enseñar a otros.

(Buda sale).

Escena segunda

(Los cinco ascetas están meditando. Entra Buda).

BUDA: Ahora he llegado a Benarés, un lugar sagrado. (Ve a los cinco ascetas). ¡Ahhh! Aquí están los cinco ascetas que acudieron a mí y me abandonaron.

PRIMER ASCETA: Miren, aquí está Sidharta otra vez.

SEGUNDO ASCETA: Pero esta vez no puede engañarnos.

TERCER ASCETA: Ciertamente no. Ya no nos puede engañar más.

CUARTO ASCETA: Pero, mírenlo. Parece diferente.

QUINTO ASCETA: Veo algo en él, algo extraño.

PRIMER ASCETA: Bueno, me parece ver algo de luz en él.

TERCER ASCETA: Todo su rostro está resplandeciendo.

CUARTO ASCETA: ¿Su rostro? ¡Todo su cuerpo resplandece!

QUINTO ASCETA: ¡Está iluminado, totalmente iluminado!

(Buda se acerca hasta ellos. Uno por uno, tocan los pies de Buda. Buda, con su compasiva sonrisa, los bendice).

SEGUNDO ASCETA: Sidharta, tú ya no eres más Sidharta.

TERCER ASCETA: Eres el Iluminado.

PRIMER ASCETA: Oh Buda, nos estamos bañando en el mar de tu Luz.

CUARTO ASCETA: Oh Buda, somos tus primeros discípulos.

TODOS JUNTOS: Con nosotros comienza el viaje de tu manifestación. Con nosotros comienza tu misión.

(Buda les brinda una sonrisa de compasión, alegría y orgullo).

BUDA: Tienen mi Compasión. Tienen mi Luz. Tienen mi Bienaventuranza, mis niños, mis dulces niños.

Padre, dame mi parte, por favor

Personajes

BUDA

DISCÍPULOS DE BUDA

RAHUL, HIJO DE BUDA

Escena primera

(Buda con sus discípulos. Entra Rahul, su hijo. Los discípulos están todos emocionados al ver al joven hijo de Buda).

RAHUL: ¿Padre?

BUDA: ¿Sí, hijo mío?

RAHUL: Madre dice que has dado alegría a cientos de personas. Ahora yo también quiero obtener alegría de ti.

BUDA: Hijo mío, dime qué clase de alegría quieres de mí.

RAHUL: Quiero mi parte de tu riqueza, tu propiedad. Todos se han hecho ricos con tu riqueza. Ahora yo quiero ser rico también.

BUDA: Hijo mío, la mía es un tipo diferente de riqueza. No tengo nada de dinero. No tengo ninguna riqueza material. Solo tengo riqueza interna, que es Paz, Luz y Dicha.

RAHUL: Padre, lo sé. Madre me ha hablado de tu riqueza. Tú tienes Paz infinita, Amor infinito, Alegría infinita, Dicha infinita. Yo quiero tener mi parte. Soy tu hijo. Quiero seguir tu camino.

BUDA: Pero eres un niño; eres un jovencito. ¿Cómo puedes aceptar el camino ahora mismo?

RAHUL: Padre, ¿qué hay de malo? ¿Es tu espiritualidad únicamente para los adultos y no para los niños? ¿Es la Verdad que has alcanzado únicamente para los mayores? ¿No es para todos la Verdad? ¿No es Dios para todos, Padre?

BUDA: ¡Magnífico, mi niño; magnífico, hijo mío! Acepto mi derrota. La Verdad es para todos. Y mi Amor, mi Paz, mi Luz, puedes compartirla como ya la comparten otros. Comparto contigo mi Alegría, mi Paz, mi Iluminación.

RAHUL: Padre, ¿me has aceptado como discípulo tuyo?

BUDA: Sí, te he aceptado con todo mi corazón y toda mi alma, hijo mío.

RAHUL: Entonces tienes que aceptar también a otro. Hay otro buscador que tienes que aceptar como discípulo tuyo.

BUDA: ¿Quién? ¿A quién tengo que aceptar, hijo mío?

RAHUL: A mi madre. Mi madre quiere ser tu discípula.

BUDA (hace una pausa): Hijo mío, no acepto mujeres como discípulas mías, discípulas verdaderas.

RAHUL: Padre, ¿por qué no? ¿No sirven las mujeres para realizar la Verdad más elevada? Tu corazón es grande. Todos dicen que el corazón de Buda es tan vasto como el océano infinito. Si tu corazón es tan grande, ¿cómo vas a negarle entonces a las mujeres la Verdad que has realizado? Padre, eso es injusto. Tienes que aceptar a mi madre. Y el día que la aceptes, debes aceptar a todas las mujeres.

BUDA: Hijo mío, estoy verdaderamente orgulloso de ti. Eres todavía un niño, aún no has visto once veranos, pero tu conocimiento interno es profundo. Hijo mío, tu conocimiento de la Verdad me ha dado enorme alegría y orgullo. El mundo me escucha. Tengo cientos de discípulos y ellos me escuchan con devoción. Yo te escucho con el orgullo de mi corazón y la alegría de mi alma. Ve y dile a tu madre que también la he aceptado como mi verdadera discípula. Hoy os llevo a los dos a la sangha, mi comunidad espiritual.

Buda necesita unas pocas semillas de mostaza

Personajes

BUDA

GAUTAMI KRISHNA, UNA DISCÍPULA

DAMA

HOMBRE

NIÑA

Escena primera

(Buda se halla en profunda meditación con sus ojos bien abiertos. Entra Gautami Krishna, cargando a su hijo muerto. Coloca a su hijo ante los pies de Buda).

GAUTAMI: Oh Sabio, oh Maestro, oh Señor, oh Luz del mundo, por favor te lo ruego, devuélvele la vida a mi hijo. Es mi único hijo.

BUDA: Gautami, no grites, no llores. Tan solo haz lo que digo.

GAUTAMI: Oh Maestro, haré cualquier cosa que quieras, inmediatamente. Tan solo devuélvele la vida a mi hijo.

BUDA: Gautami, deseo que me traigas unas pocas semillas de mostaza. Pero han de provenir de una familia que no haya sido visitada por la muerte. Recuerda, debes traerme las semillas de mostaza únicamente de una casa que no ha sido visitada por la muerte.

GAUTAMI: Oh Maestro, eso es muy fácil. Me iré y te traeré las semillas de mostaza. ¿Podrás entonces curar a mi hijo?

BUDA: Sí, Gautami, podré hacerlo si puedes traerme semillas de mostaza de una casa donde no haya habido ninguna muerte

Escena segunda

(Gautami está yendo de puerta en puerta).

GAUTAMI: Oh Madre, por favor deme algunas semillas de mostaza. Mi único hijo ha muerto y Buda me ha dicho que si le llevo algunas semillas de mostaza le devolverá la vida a mi hijo.

DAMA: No te preocupes. Te las traeré.

GAUTAMI: Oh venerable dama, espere por favor. Dime primero, ¿ha muerto alguien en tu familia?

DAMA: ¿Cuándo?

GAUTAMI: En cualquier momento.

DAMA: Justo el año pasado perdí a mi esposo. (Comienza a llorar).

GAUTAMI: Entonces no puedo tomar sus semillas de mostaza.

(Gautami derrama amargas lágrimas y se va hacia otra casa. Un hombre abre la puerta).

GAUTAMI: Mi Señor, por favor deme unas pocas semillas de mostaza. Las necesito con urgencia.

HOMBRE: Seguro, le daré semillas de mostaza. Se las conseguiré.

GAUTAMI: Primero, dígame por favor, ¿ha muerto alguien en su familia?

HOMBRE: Ah, justo la semana pasada perdí a mi esposa, lo más querido para mí en la tierra.

GAUTAMI: Ah, entonces no puedo tomar de usted las semillas de mostaza.

(Gautami derrama amargas lágrimas otra vez y se va a otra casa. Una niña abre la puerta).

GAUTAMI: Mi niña, eres muy hermosa. Por favor, tráeme unas pocas semillas de mostaza. Por favor, ve y dile a tu madre que me dé algunas semillas de mostaza.

NIÑA: Sé donde mi madre guarda semillas de mostaza. Se las traeré.

GAUTAMI: Por favor dime qué hace tu padre.

NIÑA: ¿Mi padre? (Comienza a sollozar). Mi padre está en el Cielo. Justo hace dos meses, mi padre murió de repente.

GAUTAMI: Mi niña, no puedo tomar tus semillas de mostaza.

(Sollozando, Gautami va a otra puerta).

Escena tercera

(Gautami regresa a Buda).

GAUTAMI: Oh Maestro, he estado en muchos lugares. Cada familia ha perdido a alguien. Me parece que no hay ninguna familia que no haya sufrido por la muerte.

BUDA: Gautami, estás en lo cierto. Ninguna familia en la tierra puede decir que no la ha visitado la muerte. Tú estás sufriendo, y como tú muchos, muchos otros están sufriendo. Muchos han sufrido y muchos sufrirán. No tan solo muchos, Gautami, todos. Cada cual ha de sufrir con la muerte. Vinimos de la Luz y regresaremos a la Luz.

GAUTAMI: Pero, Padre, era mi único hijo. ¿Cómo puedo consolarme? ¿Quién me dará consuelo?

BUDA: ¿Quién te dará consuelo, Gautami? Yo te daré consuelo.

GAUTAMI: Por favor, dame consuelo, Padre. Tú eres el único que puede hacerlo.

BUDA: Gautami, mientras haya vida, habrá también muerte. El nacimiento está destinado a que la muerte le siga, y la muerte está destinada a que le siga el nacimiento. Ahora bien, Gautami, te diré la causa de la aflicción. Tú has perdido a tu único hijo. Tu vida está abrumada por la pena. Pero la causa de tu pena no es la muerte. La causa de tu pena es el deseo. El día en que conquistes el deseo, conquistarás también la pena. Reza y medita. Conquistarás el deseo y, en ese momento, verás que la Luz y el Deleite habrán llegado a ser tus amigos constantes.

GAUTAMI: Oh Sabio, eres mi Maestro. Hoy te conozco. No tengo a nadie en la tierra, a nadie. No tengo esposo, no tengo hijo —a nadie excepto a ti—. Eres mi todo. Me has consolado. Ahora lo que necesito de ti es iluminación interna. Dedicaré mi vida entera a ti incondicionalmente, con todo mi corazón. Por medio de mi servicio dedicado a ti, Maestro, alcanzaré mi iluminación.

BUDA: Gautami, estás en lo cierto, absolutamente en lo cierto. Hija mía, tu vida está destinada a entrar en el reino de la Dicha eterna. Medita en Dios. Medita en la Verdad. Alcanzarás la Paz, la Alegría y la Dicha.

El lugar de encuentro de la existencia y la no-existencia

Personajes

EL REY PRASENJIT KSHEMA, UN GRAN DISCÍPULO DE BUDA

Escena primera

(El Rey Prasenjit y Kshema se hallan en el palacio del Rey).

REY: Kshema, tú eres un gran discípulo de Buda. Él está orgulloso de tu sabiduría y yo estoy fascinado por tu percepción espiritual. Has estado en mi palacio por unos pocos días y les has brindado mucha sabiduría a todos los miembros de mi familia real. Te ofrezco mi gratitud más profunda.

KSHEMA: Oh Rey, estoy sumamente feliz de haber podido servir a mi Señor Buda en su familia real.

REY: Kshema, cuéntame en pocas palabras acerca de la filosofía de Buda. Has de perdonarme, pero no dispongo de mucho tiempo. Mi trabajo en el Reino, sencillamente, me está matando. Estoy agobiado, pero estoy profundamente interesado en la filosofía de Buda. Explícamelo en unas pocas palabras.

KSHEMA: Su Majestad, la enseñanza de Buda es muy simple. Él nos da el mensaje de la renuncia. Él nos da el mensaje de la compasión. Es a través del renuncia y la compasión como uno puede entrar en el Nirvana.

REY: Una cosa más, oh Kshema.

KSHEMA: Dígame.

REY: ¿Por qué Buda no ha hablado acerca del alma? Nosotros los hindúes, todos creemos en la existencia del alma. Nada puede hacerse sin el alma.

KSHEMA: Es cierto, él no ha hablado del alma, pero ha hablado de la Luz interna. ¿Qué es la Luz interna sino el alma? Él no ha usado el término alma, pero a lo que se refiere cuando habla de la Luz interna no es otra cosa que el alma.

REY: Él no ha usado el término «Dios». Nosotros los hindúes creemos en Dios.

KSHEMA: Cierto, no ha usado el término «Dios». Pero ha usado el témino «Verdad». ¿Qué es la Verdad? La Verdad es Dios. Dios es la Verdad. En el momento en uno realiza la Verdad más elevada, realiza a Dios el Infinito.

REY: Me parece que Buda no ha hablado sobre la vida después de la muerte o sobre de la vida después del Nirvana.

KSHEMA: Es cierto, Buda no ha hablado sobre la vida después de la muerte y la vida después del Nirvana, pero nos ha dicho por qué existe la muerte, y nos ha contado un poco acerca del Nirvana. Nos ha dado el mensaje de la paz. La muerte existe cuando no hay paz. Cuando tienes paz, no hay muerte. Respecto a la vida después del Nirvana, primero tenemos que saber lo que es el Nirvana. Nirvana es Deleite infinito. ¿Qué puede haber después del Deleite infinito?

REY: No entiendo tu filosofía Kshema.

KSHEMA: Permítame que se lo aclare. ¿Puede ver el Ganges desde su palacio?

REY: Sí.

KSHEMA: Puede ver la arena en la orilla del Ganges. Ahora envíe a quien quiera de su reino a que cuente el número de granos de arena. O envíe a alguien a medir el peso del océano. ¿Puede alguien de su reino hacerlo, Su Majestad?

REY: Lamento decir que no creo que nadie pueda contar los granos de arena que hay en la orilla, o medir el peso del océano.

KSHEMA: Cierto. Nadie puede contar los granos de arena en la ribera del Ganges o pesar el agua que hay en el océano. De manera similar, cuando uno entra en el Nirvana, allí la Dicha es infinita. No puede medirse ni pesarse ni contarse. Es insondable. En esa altísima esfera de Dicha vemos el lugar de encuentro de la existencia y la no existencia. Allí, la no existencia y la existencia son inseparables, indescriptibles.

Aquí y en ningún otro lugar

Personajes

BUDA

VARIOS DISCÍPULOS

ANGULIMAL, UN BANDIDO

EL REY PRASENJIT

EL REY UDAYAN DE KAUSHAMBI

MAGANDIYA, SU ESPOSA

GUARDIÁN

ANANDA, EL DISCÍPULO MÁS QUERIDO DE BUDA

Escena primera

(Buda con sus discípulos. Un discípulo se pone en pie).

DISCÍPULO: Oh Señor, deseo predicar tus enseñanzas.

BUDA: Ciertamente puedes, pero primero me gustaría hacerte algunas preguntas. Estoy seguro de que podrás responderlas.

DISCÍPULO: Es por tu gracia que podré responderlas.

BUDA: Dime, si alguien habla mal de ti, ¿qué harás?

DISCÍPULO: Mi Señor, me quedaré callado.

BUDA: Dime, si te golpea, ¿qué harás?

DISCÍPULO: No levantaré mis manos, mantendré silencio.

BUDA: Si quiere matarte, ¿qué harás?

DISCÍPULO: Mantendré silencio. Sé que la muerte es inevitable. Todos han de morir. También yo tendré que morir algún día. No invocaré a la muerte y, al mismo tiempo, no eludiré la muerte.

BUDA: Estoy sumamente complacido con tus respuestas. Puedes predicar mi filosofía. Tienes mis bendiciones. (A todos los discípulos). Hoy me gustaría caminar en el bosque. Quienes quieran seguirme pueden venir.

(Todos los discípulos siguen a Buda fervientemente).

Escena segunda

(Buda y sus discípulos están en el bosque. De pronto entra un bandido llamado Angulimal).

ANGULIMAL: ¡Alto! ¡Alto!

BUDA: Ya me he detenido. Eres tú quien no se ha detenido. Has matado a cientos de personas. Llevas una guirnalda de pulgares alrededor de tu cuello. Yo ya me he detenido; estoy estacionado en la Conciencia infinita para siempre. Pero tú estás todavía vagabundeando en el mundo de los deseos vitales e intentando destruir el mundo. No has llegado a un alto todavía. En mi caso, estoy ya en el silencio estático de lo Inefable.

(Angulimal saca un cuchillo e intenta apuñalar a Buda,

pero la luz de Buda lo atrapa. Cae a los pies de Buda).

ANGULIMAL: Oh Buda, perdóname. Perdona mi ignorancia. Perdóname por lo que he hecho al mundo, y por lo que iba a hacerte ahora mismo.

BUDA: Te he perdonado. He perdonado tu pasado; he perdonado tu presente.

ANGULIMAL: Si es cierto que has perdonado mi pasado y mi presente, desearía que lo demuestres.

BUDA: ¿Cómo quieres que lo demuestre?

ANGULIMAL: Acéptame como discípulo tuyo. Si me aceptas como discípulo, entonces creeré que me has perdonado realmente, oh Señor.

BUDA: Eres mi discípulo, Angulimal. Te acepto.

Escena tercera

(Buda con sus discípulos. Entra el Rey Prasenjit).

PRASENJIT: Maestro, lamento mucho no haber podido venir hasta ti durante tan largo tiempo. Mi cuerpo permanece en el palacio, pero mi corazón permanece contigo.

BUDA: Sí, hijo mío, lo sé. Tu corazón de dedicación y aspiración está aquí, pero tu cuerpo físico es necesitado en tu Reino.

PRASENJIT: Maestro, el mundo está muy corrupto. Pero tu sueño será algún día colmado, y este mundo no tendrá ningún sufrimiento. Un día el mundo llegará a saber que la causa del sufrimiento es el deseo. Ahora las personas están todavía discutiendo, peleando y matándose unos a otros. Tengo algunas noticias tristes para ti: justo la semana pasada un miembro de la familia real fue apuñalado hasta morir por Angulimal, el bandido. Estoy seguro de que has oído hablar de Angulimal. Arrancó el pulgar derecho de mi pariente y ahora lo está llevando alrededor de su cuello. ¡Mis soldados están duramente intentando capturarlo! Pero ese criminal jamás será atrapado. Estas son noticias muy tristes para mí. Maestro, te ruego que hagas algo por mi pariente en el mundo interno.

BUDA: Por supuesto que haré algo por él.

PRASENJIT: Estoy seguro, Maestro, de que llegará el día en que incluso un asesino como Angulimal será transformado por tu luz y compasión.

(Angulimal es ahora discípulo. Está sentado entre los demás discípulos, escuchando esta conversación.

Está pulcramente afeitado y usa la vestimenta común y sencilla de un mendicante).

BUDA: Prasenjit. La transformación de Angulimal ya se ha producido.

PRASENJIT: ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Dónde?

BUDA (señalando a Angulimal): Allí está Angulimal.

PRASENJIT: ¿Este es Angulimal? ¿El que ha asesinado a cientos de personas? ¿Este es Angulimal? ¿Este es el asesino? ¡Veo luz alrededor de su cara! ¿Cómo puede ser?

BUDA: Su transformación ya se ha producido.

Escena cuarta

(El Rey Udayan de Kaushambi y su esposa, Magandiya).

UDAYAN: Magandiya, ¿por qué hablas siempre mal de Buda?

MAGANDIYA: ¡Lo odio! ¡Lo odio! ¡Lo odio! ¡Me ha insultado! ¡Debo vengarme!

UDAYAN: ¡Qué extraño, qué extraño! ¿Buda, entre todas las personas, te ha insultado? ¿Cómo? ¿Cuándo?

MAGANDIYA: Antes de casarme contigo, yo le amaba profundamente. Pero él rechazó mi amor de manera brutal.

UDAYAN: Me sorprende. Estoy seguro de que rechazó tu amor amablemente y no brutalmente.

MAGANDIYA: Di lo que quieras; para mí Buda no es un hombre de compasión. Para mí es un hombre de crueldad. Crea frustración en los corazones de los demás. Crea destrucción en las vidas de los demás.

UDAYAN: Pero, ahora que te has casado conmigo, ¿no eres feliz conmigo, mi querida?

MAGANDIYA: Sí, lo soy, pero un insulto es un insulto. No puedo olvidar el insulto de Buda ni puedo perdonarle.

(Entra el guardián).

GUARDIÁN (saluda al Rey y a la Reina): Buda y sus discípulos están ansiosos por verle, Su Majestad.

UDAYAN: Por favor hagan entrar a Buda y a sus discípulos. Estoy muy contento de que Buda haya venido a mi palacio por su cuenta.

(Sale el guardián).

MAGANDIAYA: ¡Buda! ¡Buda! Pienso en el demonio y el demonio aparece. No puedo soportar a Buda. ¡No lo soporto para nada! ¡Tú te quedas con tu Buda, pero yo me voy!

(Sale enojada, rompiendo un jarrón).

(Entran Buda y sus discípulos.

Udayan le ofrece un fervoroso saludo).

UDAYAN: Buda, por favor toma asiento en este trono.

BUDA: Rey Udayan, prefiero sentarme en el suelo.

(Buda se sienta).

UDAYAN: Si te sientas en el suelo, mi asiento debe estar en el suelo también, Señor Buda. (Se sienta).

BUDA: Hijos míos, siéntense. (Todos los discípulos se sientan). ¿Dónde está la Reina?

UDAYAN: Está extremadamente ocupada. Me temo que no podrá reunirse con nosotros.

BUDA: Comprendo, Rey Udayan. Durante algún tiempo usted estará ocupado escuchando mis enseñanzas espirituales, y ella estará ocupada insultándome y maldiciéndome.

UDAYAN: Oh Buda, nadie puede ocultarte nada. Eres todo conocimiento.

(Buda sonríe).

ANANDA: Oh Señor, ¿por qué vienes a este Reino de Kaushambi en donde la Reina es tan hostil hacia ti? En nuestro camino a palacio, muchas personas se burlaban de ti, te insultaban y te amenazaban. Sabes perfectamente bien que es la Reina quien los ha estado instigando en los últimos años a decirte y hacerte todas estas cosas no divinas.

BUDA: Ananda, mi más devoto discípulo, dime algo: si vamos a otro lugar y allí somos insultados, si somos criticados y amenazados del mismo modo que hemos sido tratados en este Reino, ¿qué sugieres que hagamos entonces?

ANANDA: Señor, deberíamos movernos inmediatamente a algún otro lugar.

BUDA: Y en el nuevo lugar, si también nos encontramos con el mismo problema, ¿qué deberíamos hacer?

ANANDA: Entonces, Señor, deberíamos ir a algún otro lugar.

BUDA: Ananda, si sucede lo mismo una y otra vez en todos los sitios que vayamos, ¿qué harás?

ANANDA: Cada vez que somos criticados e insultados, pienso que deberíamos irnos a un nuevo lugar para respetar nuestro destino.

BUDA: Oh Ananda, hijo amorosísimo, si nos mudamos de un sitio a otro con la idea de encontrar un mejor lugar para manifestar la Verdad, nunca tendremos éxito. La Verdad ha de ser manifestada aquí en donde estamos, y no en otro sitio. Una vez establecida aquí la Verdad, en un abrir y cerrar de ojos la Verdad será constituída en todas partes. O aquí o en ningún otro lugar debe establecerse la Verdad. Una y otra vez debo decírtelo Ananda, la Verdad tiene que ser vista, sentida y realizada dentro, y después manifestada sobre la tierra, dondequiera que estemos, y en ningún otro sitio.

Buddham saranam gacchami

Personajes

GUARDIÁN

DEVADATTA, (PRIMO DE BUDA Y AMIGO CERCANO DE AJATASHTRU)

AJATASHATRU, EL PRÍNCIPE, MÁS TARDE REY

DR. JAIVAKA, (MÉDICO DEL REY AJATASHATRU)

BUDA

DISCÍPULOS DE BUDA

Escena primera

(El palacio del Rey Bimbisara. Entra Devadatta).

GUARDIÁN: ¿Puedo saber a quién quiere ver, señor?

DEVADATTA: Sí, por favor, ve a decirle al Príncipe Ajatashatru que su amigo Devadatta está aquí.

(Sale el guardián).

(Entra Ajatashatru).

AJATASHATRU: Entra, entra. Me alegra mucho verte.

DEVADATTA: Deseo tener una audiencia privada contigo. ¿Puede ser?

AJATASHATRU: Sí, ven a mi despacho, entra a mi habitación. No hay nadie allí.

Escena segunda

(Una habitación sumamente bonita. Entran Ajatashatru y Devadatta).

DEVADATTA: Ajatashatru, amigo mío, dime con franqueza: ¿tienes envidia de alguien?

AJATASHATRU: No lo creo.

DEVADATTA: Yo sí. Tengo mucha envidia de Buda. Pero mi envidia no me ayuda para nada. Ahora él tiene miles de discípulos, mientras que yo solo tengo unos pocos. E incluso estos pocos me están abandonando y se van con él. ¡Lo odio! ¡Quiero matarlo!

AJATASHATRU: Oh, ahora me parece que yo también tengo envidia de alguien.

DEVADATTA: Ah, ¿también tienes envidia de alguien? Por favor, díme de quién.

AJATASHATRU: Tengo envidia de mi padre, el Rey. Todos tocan sus pies; todos lo adoran. Él tiene muchísimo poder y riqueza.

DEVADATTA: Ves, tú tienes tanta razón para tener envidia de tu padre como yo de Buda. Pero podemos resolver tu problema fácilmente.

AJATASHATRU: Si resuelves mi problema, yo también trataré de resolver el tuyo, Devadatta.

DEVADATTA: Ajatashatru, tu padre es anciano. Este es el momento de que se tome un descanso y se retire, pero estos ancianos nunca ceden el paso. Incluso hasta el último momento quieren disfrutar del mundo, quieren gobernar sobre el mundo. Tú has superado a tu padre en todos los sentidos. Tienes fortaleza; tienes poder. Sencillamente mete al anciano en prisión y te convertirás en Rey. Tú puedes gobernar el Reino pacífica y valientemente. ¿Quién va a detenerte? Yo te ayudaré.

AJATASHATRU: ¡Es una idea excelente, una idea excelente! Lo haré. Y cuando llegue a ser Rey, te lo prometo, Devadatta, te ayudaré a matar a Buda.

DEVADATTA: Asegúrate de no olvidar tu promesa, Ajatashatru. Ahora eres el Príncipe, pero pronto serás Rey. Y es gracias a mi consejo que llegarás a serlo.

AJATASHATRU: No soy un tipo mezquino. Recordaré tu ayuda. Quiero llegar a ser Rey, y con tu consejo cumpliré mi deseo. Luego te ayudaré a deshacerte de Buda.

Escena tercera

(Meses más tarde. El Rey Ajatashatru está consultando

a su médico, el Dr. Jaivaka).

AJATASHATRU: ¿Por qué he comenzado a sufrir todo tipo de enfermedades y dolencias desde que llegué a ser Rey? Cuando era Príncipe estaba siempre sano y robusto. Pero ahora he perdido toda mi salud. ¿Se debe a la presión de mi trabajo?

DR. JAIVAKA: No, Rey, no es eso lo que está causando vuestro sufrimiento.

AJATASHATRU: Entonces, ¿por qué estoy sufriendo?

DR. JAIVAKA: Vuestra enfermedad, Rey, es psicológica. Tiene una enfermedad interna.

AJATASHATRU: ¿Qué clase de enfermedad interna? ¿Qué quiere decir con enfermedad interna, Dr. Jaivaka? ¿Cómo va a curarme?

DR. JAIVAKA: Oh Rey, yo no podré curarlo, porque su enfermedad no es física. Su enfermedad es mental, psicológica, espiritual. Solo Buda puede curarlo.

AJATASHATRU: ¿Buda? ¿El Señor Buda? ¿Sabes que Devadatta y yo somos amigos íntimos, amigos muy íntimos?

DR. JAIVAKA: Sí, lo sé. Y sé también que Devadatta le ayudó a convertirse en Rey.

AJATASHATRU: Ciertamente lo hizo. Y yo le prometí que le ayudaría a deshacerse de Buda.

DR. JAIVAKA: También he oído eso. Estoy completamente al tanto.

AJATASHATRU: Entonces ¿por qué dices que Buda puede curarme? Eso es imposible.

DR. JAIVAKA: Oh Rey, ¿quiere que le diga la verdad, o quiere que lo halague? Ningún doctor ordinario puede curarle. Solo el Doctor Buda puede hacerlo. Vuestro corazón es extremadamente puro. Vuestro corazón se siente desgraciado por lo que le hizo a su padre y por lo que ha estado haciendo a Buda, al inocente Buda, la Luz del mundo. Usted una vez hizo rodar una gran piedra hacia él mientras se hallaba meditando en sus discípulos, pero la piedra se desvió antes de alcanzarlo. En otra ocasión, puso a un elefante furioso para destruirlo. Pero Buda sencillamente miró al elefante y éste se inclinó ante él. Instigado por Devadatta, usted ha intentado asesinarlo de varias maneras, pero cada vez ha fracasado, y siempre fracasará. Buda ha realizado la Verdad más elevada. Vuestro corazón está implorando por la Verdad más elevada. Esa es vuestra enfermedad, la enfermedad de vuestro corazón espiritual. Si realmente quiere curarse, acuda a Buda. Él es el Doctor Divino, el Doctor Supremo. Nadie en la tierra puede curarle excepto Buda. Él puede hacerlo y lo hará.

AJATASHATRU: Oh doctor humano, me estás enviando al Doctor Divino. Estoy agradecido. Mi vida de deseo vital ha terminado. Mi vida de aspiración del alma está comenzando con tu divino consejo.

DR. JAIVAKA: Vuestra alma está más que dispuesta para aceptar la luz de Buda. Buda, la infinita luz, transformará a Ajatashatru el Rey de la ignorancia, en Ajatashatru la Luz de la Dicha inmortalizadora.

Escena cuarta

(Buda con cientos de discípulos. Entra el Rey Ajatashatru. Todos los discípulos están excitados. Ajatashatru se postra ante Buda).

AJATASHATRU: Oh Señor del mundo, debido a nuestra formidable ignorancia, mi amigo Devadatta y yo hemos intentado matarte en varias ocasiones, pero hemos fracasado, hemos fracasado estrepitósamente. Hoy me encuentro ante tus augustos pies, para ser matado inmediatamente por tu sol de sabiduría.

BUDA: Oh Rey…

AJATASHATRU: Maestro, yo no soy tu Rey. Tú eres el Rey de mi corazón y mi alma. Tú eres el Señor de mi corazón y mi alma. Yo soy tu esclavo indigno.

BUDA: Tú no eres mi esclavo, eres mi hijo, mi hijo escogido. Mi sol de compasión perdona tu noche de ignorancia. Mi sol de sabiduría ilumina, libera e inmortaliza el llanto de tu corazón.

(Entra Devadatta. Cae ante los pies de Buda).

DEVADATTA: Sidharta, cuando los dos éramos muy jóvenes peleé contigo por la posesión de un pájaro. La fuerza de mi vital indisciplinado y no divino tuvo que rendirse a la fortaleza de tu corazón todo amoroso. Ganaste el pájaro. Te dije que un día, con mi amor vital por el poder, conquistaría el poder de amor de tu corazón. Desde entonces, he probado cientos de maneras para humillarte, para arruinar tu misión y para matarte, pero he fracasado. Tú me perdonaste entonces, oh Sidharta. Ahora, oh Buda, mi desvergonzada vida implora desesperadamente tu perdón.

BUDA: Devadatta, el perdón está concedido.

DEVADATTA: Oh Buda, si en verdad has perdonado a esta criatura inhumana, hazme otro favor por tu infinita bondad. Tu corazón de compasión cuidó de aquel pájaro inocente. Ahora te rezo para que cuides del lloroso, sangrante pájaro que está dentro de mi corazón. Y te rezo también para que cuides de su jaula, que es este cuerpo.

(Devadatta canta tres veces).

Buddham saranam gacchami

dhammam saranam gacchami

sangham saranam gacchami

```

Acudo al Buda en busca de refugio.

Acudo al Dharma en busca de refugio.

Acudo a la Orden en busca de refugio. ```

Sariputra, eres un tonto

Personajes

BUDA SARIPUTRA (UN DISCÍPULO)

Escena primera

(Buda y su discípulo Sariputra).

SARIPUTRA: Oh Señor Buda, estoy seguro que eres el más grande de todos los Maestros espirituales. Nadie antes que tú alcanzó tu altura, y nadie después de ti podrá igualarte. Eres incomparable. Siempre serás incomparable. Nadie se ha aproximado a tu realización, y nadie se aproximará alguna vez a tu realización.

BUDA: Sariputra, ¿cómo sabes que nadie antes de mí ha alcanzado nunca lo que yo he alcanzado? ¿Y cómo sabes que nadie me superará en el futuro? ¿Cómo puedes hacer este tipo de declaración? ¿Sabes algo del pasado? ¿Sabes algo del futuro?

SARIPUTRA: Oh Señor, no sé nada acerca del pasado o del futuro, pero sé todo acerca de ti.

BUDA: Sariputra, eres un tonto. Sabes muy poco sobre mí. Un Maestro espiritual de mi calibre no puede ser totalmente conocido por nadie en la tierra. Tú ves mi historia externa, mi vida externa. Pero no ves mi vida interna, no la puedes ver. En mi vida externa tal vez hago diez cosas al día. En mi vida interna estoy haciendo millones de cosas diariamente. La vida interna de un Maestro espiritual se mantendrá siempre en el misterio. La vida externa del Maestro puede observarse, pero no siempre será entendida. Muy a menudo será malinterpretada. Por tanto, Sariputra, sobre mi vida externa, no sabes prácticamente nada, y sobre mi vida interna, no sabes nada en absoluto.

SARIPUTRA: No sé nada, es verdad. Pero sé quién eres. Eres mi liberación y eres mi Todo.

BUDA: Sariputra, no pienses en el pasado. No pienses en el futuro. Piensa únicamente en el presente. El pasado lo hemos dejado atrás. El futuro aún no ha llegado. Pensar en las cosas que hemos dejado atrás es inútil, y pensar en las cosas que no han sucedido todavía es igualmente inútil. Olvídate del pasado. Olvídate del futuro. Piensa solo en el presente. Es hoy cuando tienes que aspirar. Es hoy cuando tienes que realizar. Es hoy cuando tienes que manifestar. Es hoy cuando tienes que conquistar todos tus deseos. Es hoy cuando tienes que poner de manifiesto toda tu aspiración. Es hoy cuando tienes que llegar a ser lo que eres internamente, la Luz. Es hoy cuando tienes que darle al mundo en general lo que tú eres, la Luz.

Buda y Ananda

Personajes

BUDA

ANANDA, SU MÁS QUERIDO DISCÍPULO

UN GRUPO DE DISCÍPULOS ÍNTIMOS

Escena primera

(Buda y Ananda).

BUDA: Ananda, ahora soy un anciano. Tengo ochenta años. Ananda, durante cincuenta años he estado enseñando y predicando. Ha llegado para mí la hora de partir de este mundo. Estoy débil. Soy un inválido. Todo mi cuerpo está destrozado, Ananda. Este cuerpo ya no puede servir de más aquí en la tierra.

ANANDA (derramando lágrimas): No, Maestro, no. Tienes que quedarte con nosotros mucho más tiempo. Tu presencia misma es una gran bendición para la humanidad. Esta sangha todavía no está bien establecida. Esta sangha necesita de tu presencia física.

BUDA: Ananda, ¿quieres decir que la sangha espera algo nuevo de mí? ¿Quieres decir que no he expresado en términos claros lo que tengo que decir sobre este dharma? No os he ocultado nada. Nunca he mostrado signo alguno de reticencia, ni indiferencia alguna. Además, nunca pensé que yo tendría que conducir y administrar la sangha, y que siempre dependería de mí. Entonces ¿por qué debería quedarme? ¿Por qué debería estar involucrado más tiempo en las actividades de la sangha? Ananda, a partir de ahora sé autosuficiente. Ten fe en ti mismo. Lleva una vida espiritual. Realizarás la Verdad más elevada. Solo quien sigue el dharma, solo quien se refugia en el dharma, entrará en el mundo de la Dicha, nadie más.

ANANDA: Oh Señor Buda, lo que dices es perfectamente cierto, pero nuestros corazones no pueden vivir sin ti. Te necesitamos. Te necesitaremos eternamente.

BUDA: Ananda, tú me necesitas. Yo te necesito. Del mismo modo, la Verdad eterna nos necesita a ambos. La Verdad eterna me necesita en el mundo del Más Allá, y la misma Verdad te necesita a ti aquí en la tierra. Mi vida ha llegado a su fin. Todas las experiencias del mundo se las ofrezco al mundo. Ayer comí en la casa de Chunda. Desde entonces, he estado sintiéndome más débil, pero deseo asegurarte que esta debilidad no es por su comida. Estoy sufriendo, es cierto, pero no es su culpa en absoluto. Él me dio comida con el mayor amor y la mayor devoción. Nadie debe culparle cuando yo muera. Le ofrezco mis bendiciones más profundas. Antes de estar iluminado, antes de convertirme en el Iluminado, la comida de Sujata me ayudó a vivir en la tierra. Su comida me hizo posible meditar. Y ahora la comida de Chunda me está ayudando a entrar en el más alto Nirvana. No veo ninguna diferencia entre la comida de Sujata y la comida de Chunda. Cada una ha tenido su propia finalidad especial.

(Entran algunos discípulos íntimos).

ANANDA: ¡Miren! ¡Miren! Hoy el cuerpo entero de Buda está rebosante de Luz. Nunca hemos visto esta Luz a su alrededor. ¡Qué Luz celestial!

LOS DISCÍPULOS: Sí, Señor, hoy vemos algo totalmente nuevo en ti, algo que no habíamos visto nunca antes. Todo tu rostro está inundado de Luz y Deleite.

BUDA: Ananda, hoy recuerdo mis días al pie del árbol Bodhi. Justo antes de entrar en el Nirvana, este cuerpo tenía la misma Luz, el mismo Deleite. Hoy, una vez más, este cuerpo está inundado de Luz y Deleite. Vosotros lo estáis viendo por primera vez. Pero yo lo estoy viendo por segunda vez. Termina el día, y mi estadía terrenal termina junto con él. Por eso, estáis todos viendo esta Luz en mí y a mi alrededor.

(Ananda rompe a llorar y está a punto de irse).

BUDA: Ananda, quédate aquí. No te alejes. Mi vida puede contarse ahora en minutos. Ananda, no llores por mí. Os digo a todos que no lloréis por mí. Ananda, te he dicho repetidas veces que todo es transitorio en la tierra. No hay nada imperecedero aquí. Todo lo que viene a la vida tendrá que abandonar la vida. Tú me has servido, oh Ananda, con la mayor devoción, con toda tu alma, y por eso te ofrezco mis últimas bendiciones. Prosigue sobre tu fortaleza interna y recibirás la liberación. Tendrás tu liberación a su debido tiempo. Mi viaje espiritual comenzó con la renuncia y la compasión, y hoy, al término final de mi viaje, le ofrezco al mundo el mismo mensaje: renuncia y compasión. Oh Ananda, no te aflijas.

(Buda muere).

From:Sri Chinmoy,Sidharta se convierte en Buda, Sky Publishers, New York, 1973
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