Un alma que ha realizado a Dios es la que quiere complacer a Dios a la manera propia de Dios. Puesto que Dios quiere que yo realice un servicio para los seres humanos aspirantes, eso es lo que me da la mayor alegría, y no el permanecer en mi conciencia más elevada, lo cual podría hacer fácilmente. Muy a menudo muestro esa conciencia a mis discípulos y estudiantes durante nuestras meditaciones. Ellos lo han visto a menudo. Pero si permanezco en esa conciencia todo el tiempo, ¿quién derivará de mí algún beneficio? Eso sería actuar como egoístamente. Tengo la riqueza, pero la guardo toda para mí, entonces ¿qué beneficio es ese para el mundo necesitado? Si la empleo para los demás que la necesitan desesperadamente, solo entonces estará Dios complacido conmigo. Esas personas necesitan a Dios, y Dios también las necesita. Yo soy el intermediario. Yo acudo a Dios con las manos juntas porque Él tiene algo que ofrecer. Yo tomo lo que Él tiene y con las manos juntas se lo ofrezco a la humanidad. La humanidad también tiene algo para ofrecer. Está ofreciendo su ignorancia. Yo sencillamente intercambio la ofrenda de Dios: la Luz, por la ofrenda del hombre: la ignorancia.
>El verdadero trabajo, si hubiese alguno, de un Guru, es mostrarle al mundo que sus hechos están en perfecta armonía con sus enseñanzas.
>—Sri ChinmoyFrom:Sri Chinmoy,Las cumbres de la conciencia divina: Samadhi y Siddhi, Agni Press, 1974
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