Entonces descubrió que hay algo llamado nirvana, donde todos los deseos son extinguidos, donde todas las propensiones terrenales son extinguidas, donde todas la limitaciones son extinguidas. Allí uno va más allá de lo físico, y todo es existencia interna. Así que dijo: «Ahora estoy muy, muy cansado. Déjame entrar en ese estado dichoso y descansar». Él decidió dejar que otros soldados divinos vinieran al mundo para luchar por la manifestación plena. Ahora, si un soldado lucha valientemente durante muchos años y luego se toma un descanso, y otro soldado viene después que él y decide seguir luchando hasta que pueda manifestar lo Altísimo, sentimos naturalmente que esa segunda persona está desempeñando su papel con más fuerza, más energía, más aguante. Si uno quiere manifestar después de la realización, naturalmente está llevando a la humanidad un paso más adelante, porque Dios también necesita la manifestación.
Pero decir que la primera persona no desempeñó su papel o que quiso evadirse es un error. Como individuo, Buda desempeñó su papel. Buda alcanzó la realización. Buda logró la revelación. También comenzó a manifestar, pero finalmente no quiso jugar un papel consciente en el ámbito de la manifestación. Él no quiso participar más en el Juego cósmico. Algunos de los seguidores de Buda malentendieron su filosofía y la tergiversaron a su propio y dulce gusto. Como individuo, Buda jamás defendió la huida o la negación del mundo. Lo que él defendió fue la oración y la meditación para entrar en el permanente estado de conciencia dichosa. Puedes decir que abrió otro camino, o puedes llamarlo casa. Aquellos que entran en ese camino o casa en particular no regresan al mundo después de la realización de Dios, mientras que los que entran en alguna otra casa sí regresan al mundo.
No es que si entras en el nirvana quedas allí atrapado. No, si entras en el nirvana, generalmente no vuelves porque no quieres. Pero hay algunos Maestros que van más allá del estado de nirvana y regresan al mundo. No se quedan en la casa. El dinámico impulso del Supremo compele a estos Maestros a regresar al mundo una vez más para trabajar por Su manifestación, incluso después de haber vivido una vida como alma que ha realizado a Dios.From:Sri Chinmoy,Las cumbres de la conciencia divina: Samadhi y Siddhi, Agni Press, 1974
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