Mi cuerpo

Oh cuerpo mío, eres un regalo del Supremo. Un potencial inagotable posees en tu interior. Malentenderte significa malentender al instrumento elegido por Dios.

Tú no quieres, no debes, ni puedes, conquistar lo largo y ancho del mundo con tu fuerza física. Ofrece tu corazón creciente a los corazones lejanos y cercanos. Ofrece tu alma radiante a las almas a tu alrededor, arriba y abajo. Solo así devienes el conquistador y poseedor del universo entero de Dios.

Oh cuerpo mío, invoca siempre a tu alma para que te guíe. ¡Invócala! Nunca te azotará la monotonía de una vida pobre en acontecimientos. Con la velocidad del rayo, tuya será la marcha incesante... arriba hacia lo más alto, adentro hacia lo más Profundo, adelante hacia lo más lejano.

¡Canta, canta la canción del Gozo en la Inmortalidad! ¡Respira, respira el hálito de la Conciencia en la Inmortalidad! ¡Vive, vive la vida de la Existencia en la Inmortalidad!

¿Muerte? Tú no debes morir. Porque tu muerte será una gran pérdida para la humanidad y, con gran diferencia, una mayor pérdida para la Divinidad. Lucha, oh cuerpo mío, lucha con la ignorancia hasta el más amargo final. Jamás permitas que la ignorancia te envuelva, tu capa externa. Tus tremendos esfuerzos se verán coronados por el éxito.

Oh cuerpo mío, viaja próspero por la Eternidad. Que cada uno de tus años terrenales contenga un trillón de años colmadores.

Dios el Soñador Eterno está soñando a través de ti, contigo. Dios la Realidad Eterna está viviendo para ti, contigo y en ti.

From:Sri Chinmoy,Cantos del alma, Herder and Herder, 1971
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