Los Vedas: Primer llamado de la Inmortalidad

El ave védica de la iluminación1

Queridas hermanas y hermanos, ofreceré siete charlas sobre los Vedas en los Seven Sister Colleges. Resulta interesante advertir que el Rig Veda mismo habla de siete hermanas especiales. Nos dice que existe una carroza divina con una sola rueda, y que esta carroza es arrastrada por un caballo con siete nombres. Siete hermanas entonan cánticos espirituales paradas frente a la carroza. Al cantar, las siete hermanas revelan el mensaje escondido de la Liberación de la vida y de la perfección de la humanidad.

Siete es un número oculto. En el mundo espiritual el número siete tiene un significado muy especial. En el pasado remoto, hubo siete grandes sabios indios que vieron la Verdad, vivieron la Verdad, y se convirtieron en la Verdad.

Hay siete ríos de importancia en la India. Río significa movimiento; agua significa conciencia. El movimiento de la conciencia es un progreso continuo hacia el más remoto Más Allá.

Hay siete notas en la escala musical. Cada nota tiene en sí misma un valor especial. La música es la lengua materna de la humanidad. Dios es el Músico Supremo. Es a través de la música que podemos entrar en la armonía universal. Es a través de la música que la Belleza de Dios es manifestada en Su todo-amorosa Creación.

Hay siete colores en el arco iris. Estos colores indican los estadios de nuestra travesía espiritual hacia la Meta última. Todos sabemos que un arco iris es símbolo de buena suerte y progreso futuro. En el mundo espiritual, cada color del arco iris es el precursor de un nuevo amanecer.

Existen siete mundos superiores y siete mundos inferiores. Un ser humano aspirante entra en uno de los siete mundos superiores y progresa en la vida interna. Como un ave, su conciencia aspirante viaja de un mundo a otro, hasta que finalmente se encuentra en el séptimo mundo, Saccidananda, el mundo de la Existencia, Conciencia y Dicha. Allí deviene consciente e inseparablemente uno con el Piloto Supremo. Pero cuando un ser humano deliberada y conscientemente hace cosas malas, cosas infames, se ve obligado a entrar en uno de los siete mundos inferiores, que son los mundos de oscuridad, esclavitud e ignorancia.

La Madre India es un árbol aspirante. Este árbol aspirante tiene a los Vedas como única raíz. La raíz es la Verdad, el árbol es la Verdad, la experiencia del árbol es la Verdad, la realización del árbol es la Verdad, la revelación del árbol es la Verdad, la manifestación del árbol es la Verdad.

Los videntes védicos vieron la Verdad con sus almas, en sus visiones Celestiales y en sus acciones terrenales.

> Satyam eva jayate nanrtam

> Sólo la Verdad triunfa, no la falsedad

Esta Verdad nos enseña cómo ser verdaderos hermanos de la humanidad, conscientes y devotos amantes de Dios, y perfectos amos de la naturaleza.

Las enseñanzas védicas son universales. En el Yajur Veda observamos claramente que las enseñanzas de los Vedas son para todos –los Brahmins, los Kshatriyas, los Vaishyas, los Sudras, e incluso los Chandalas, que son los degradados y los abandonados. Tanto los hombres como las mujeres pueden estudiar los Vedas. Dios es para todos. Los Vedas son para todos. En la iglesia védica nadie es superior, nadie es inferior; todos son iguales, todos son hijos de Dios. Estos hijos de Dios pueden vivir en el corazón de la Verdad y convertirse en el orgullo verdadero de Dios.

Cada vidente védico es un poeta y un profeta. En el caso de un poeta ordinario, sus poemas se basan muy a menudo en la imaginación. La imaginación da nacimiento a su poesía. En el caso de los poetas védicos, fue la intuición lo que dio a luz sus poemas. Esta intuición es el conocimiento directo de la Verdad. En cuanto al profeta, muy a menudo vemos que la profecía de un profeta ordinario se basa en una especie de misterio desconocido. Pero en el caso de los profetas védicos, no fue así. Sus profecías se basaron en su conocimiento completo y consciente de la Verdad directa e inmediata. Ellos simplemente hicieron emerger esta Verdad dinámica para que operase en la manifestación cósmica.

El mundo de hoy cree que la mente puede ofrecer la experiencia más elevada posible de la realidad. Los videntes védicos le dieron a la mente su debida importancia. Pero nunca consideraron la mente como la fuente de la experiencia más elevada posible de la realidad.

Los Vedas tienen la sabiduría eterna. Es para nosotros. Los Vedas están más que dispuestos a iluminarnos si nos atrevemos a escuchar su mensaje.

> Srnvantu visve amrtasya putrah

> Prestad atención, hijos de la inmortalidad.

Ésta es su generosa invitación.

Cuando vivimos en la mente y no queremos salir de los confines de la mente, quedamos atados en los impedimentos del cuerpo. Permanecemos en cautiverio. Sólo la Luz desde dentro y la guía desde arriba nos pueden liberar de la fecunda ignorancia que nos ha envuelto. Cuando vivimos en la mente, vivimos en la trama de la forma. Cuando vivimos en el alma, entramos en lo sin-forma y finalmente vamos más allá tanto de la forma como de lo sin-forma. Nos convertimos, en ese momento, en el alma individual universalizada y en el Alma Universal individualizada.

El mundo externo es sinónimo de la mente. El mundo interno es sinónimo del corazón. El mundo del eterno Más Allá es sinónimo del alma. El mundo externo tiene pasado, presente y futuro. El mundo interno tiene el futuro radiante y colmador. El mundo del Más Allá tiene sólo el eterno Ahora. Cuando vivimos en el mundo externo, el ‘yo’ ignorante nos destruye. Cuando vivimos en el mundo interno, el ‘yo’ iluminado nos satisface. Cuando vivimos en el mundo del Más Allá, el ‘Yo’ Infinito afectuosamente nos encarna, nos revela y nos colma. Cuando vivimos en la mente, no podemos ir más allá del juicio del destino. Nuestra voluntad humana está a los pies del destino. Cuando vivimos en el alma, tenemos libre albedrío. Este libre albedrío es la Voluntad del Supremo. Es la voluntad del alma, que constantemente se identifica con la Voluntad del infinito Más Allá.

Ya sea que los demás lo crean o no, los amantes de los Vedas saben perfectamente bien que los Vedas son una significativa contribución al mundo de la literatura. Estas sublimes escrituras literarias no son solamente de interés nacional, pues tienen inspiración internacional y aspiración universal. Precisamente porque son internacionales y universales, fascinan e iluminan a los buscadores sinceros en diferentes países en todos los tiempos.

Los mantras védicos, o encantamientos, nos ayudan a desarrollar la fuerza de voluntad en medida ilimitada. Incluso aunque no nos tomemos el trabajo de aprender y repetir los mantras, sólo con estudiar los Vedas devotamente cultivamos cierta fuerza de voluntad. La pregunta primordial es cómo vamos a usar esta fuerza de voluntad: para dominar al mundo, o para servir a Dios en el universo. Si vivimos en el cuerpo, para satisfacer los placeres del cuerpo, querremos dominar el mundo. Pero si vivimos en el alma para la transformación y la iluminación del cuerpo, entonces serviremos a Dios, amaremos al hombre y colmaremos tanto a Dios como al hombre.

Decir que los Vedas están peligrosamente infectados de ascetismo y alejamiento del mundo es traicionar nuestra propia ignorancia. Los Vedas son divinamente prácticos y su mensaje es de un valor práctico constante. No hace falta decir que muchos de los videntes védicos eran cabezas de familia, y la mayoría de sus alumnos, al final de su formación, regresaban a casa y se convertían en hombres de familia. Los profesores en los videntes enseñaron a sus estudiantes el secreto de la vida eterna y no el secreto de la muerte interminable, el cual aprendemos de algunos de los profesores de la ciencia amantes de la destrucción.

Los Vedas no encarnan depresión, represión, auto-mortificación, conciencia del pecado o conciencia del infierno. Los Vedas encarnan la labor divina de la vida terrenal y la belleza siempre-creciente de la vida celestial. Los videntes védicos aceptaron el corazón de la vida para fundar la Realidad última sobre la tierra. Los videntes védicos aceptaron el cuerpo de la muerte para llevarlo a la tierra de la Inmortalidad. Gustaron de la inspiración de la mente clara. Amaron la aspiración del corazón puro. Se convirtieron en la realización del alma segura.


TV 1-es. Wellesley College, Wellesley, Massachusetts, 14 noviembre 1972

La conciencia radiante de la verdad védica2

En los tiempos védicos las personas vivían con la naturaleza y jugaban con la intuición. El mundo moderno vive con el árido desierto de la mente y juega con la frustración del cuerpo y la destrucción del vital. En aquellos días la vida era simple, y el acercamiento de la vida hacia la Meta era directo. Ahora, la vida del hombre es compleja, y el hombre tiene dos nombres: ‘máquina inerte’ y ‘ruido fuerte’.

La intuición espontánea fue la sabiduría del pasado. La sospecha constante es la sabiduría del presente. En la edad Védica, la gente conocía el arte divino de la auto-abnegación y la auto-dedicación así como hoy conocemos el arte humano de la auto-glorificación y la destrucción del mundo. Ellos se preocuparon primero por la auto-perfección y luego por la perfección del mundo. Nosotros no nos preocupamos para nada por la auto-perfección; sólo nos preocupamos por la perfección del mundo. Ellos estaban convencidos de que la auto-disciplina los liberaría. Nosotros sentimos que la auto-disciplina nos limitará. Ellos sabían que la auto-disciplina no era el fin, sino un medio hacia el fin, y que el fin era Ananda, el Deleite. Nosotros también sabemos que la auto-disciplina no es el fin, sino un medio hacia el fin. Pero, para nosotros, ¡ay!, el fin fatal es la auto-destrucción. Los videntes védicos necesitaban libertad. Nosotros también necesitamos libertad. Para ellos, la libertad era la dedicación de sí mismos a la Vida Divina y al siempre-trascendente Más Allá. Para nosotros, la libertad es la imposición de nuestra propia realidad-poder sobre los demás.

Existen cuatro Vedas: el Rig Veda, el Sama Veda, el Yajur Veda, y el Atharva Veda. El Rig Veda contiene 10,552 mantras. Mantra significa encantamiento o sencillamente verso. El Sama Veda tiene 1,875 mantras, el Yajur Veda tiene 2,086, y el Atharva Veda tiene 5,987. Un buen número de los versos del Rig Veda también son encontrados en los otros tres Vedas. La mayoría de los mantras en los Vedas están en forma de lúcida poesía, excepto algunos que están escritos en una prosa rítmica e invocadora del pensamiento. Los Vedas albergan la más temprana literatura poética y prosaica del alma humana buscadora, luchadora y aspirante. Quien piensa que la poesía védica es primitiva y la literatura védica insignificante, carece indudablemente de iluminación mental. ¿Cómo puede la poesía primitiva ofrecer una sabiduría tan sublime y duradera al mundo en general?

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El cuerpo de la poesía védica es sencillez.

El vital de la poesía védica es sinceridad.

La mente de la poesía védica es claridad.

El corazón de la poesía védica es pureza.

El alma de la poesía védica es luminosidad.

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Hay dos maneras de estudiar los Vedas. Cuando estudiamos los Vedas con la mente, somos constantemente amonestados por la estricta vigilancia de la conciencia. Cuando estudiamos los Vedas con el corazón, somos incesantemente inspirados por la fluida espontaneidad de conciencia radiante. El logro de la mente es un erudito de los Vedas. El logro del corazón es un amante de los Vedas. El erudito intenta satisfacer al mundo sin estar satisfecho él mismo. El amante alimenta al mundo con la Luz de la manifestación iluminadora y el deleite de la perfección colmadora.

Hay dos palabras en los Vedas que son tan importantes como los Vedas mismos. Estas dos palabras son satya y rta, la Verdad eterna y la Ley eterna. La Realización y la Verdad se encarnan mutuamente. La Manifestación y la Ley se colman mutuamente. Si no vivimos la Verdad, no podemos alcanzar la Meta. Si no seguimos la Ley, no podemos crecer hacia la Meta.

Los videntes védicos aceptaron las leyes de los demás no sólo con la franqueza de sus corazones, sino también con la unidad de sus almas. Ellos vieron al Uno en lo múltiple y a lo múltiple en el Uno. Para ellos, el Absoluto no era su monopolio exclusivo.

> Satyam eva jayate nanrtam

> Sólo la Verdad triunfa, no la falsedad

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Asato ma sad gamaya

Tamaso ma jyotir gamaya

Mrtyor manrtam gamaya

Condúceme de lo irreal a lo Real.

Condúceme de la oscuridad a la Luz.

Condúceme de la muerte a la Inmortalidad.

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La irrealidad es falsedad, y la Realidad es Verdad. Satya es invocada por el corazón puro. Rita es invocada por el vital valiente. El amor a la Verdad nos saca de la oscuridad. El amor al orden divino nos lleva del cuerpo humano a la vida divina.


TV 2-es. Radcliffe College, Cambridge, Massachusetts, 14 noviembre 1972

El fuego-revelación interior3

¿Por qué apreciamos las enseñanzas de los Vedas? Apreciamos las enseñanzas de los Vedas porque nos inspiran a levantarnos e ir más allá de la conciencia corporal. El Rig Veda nos inspira a hacer el mundo grande y perfecto. El Sama Veda nos inspira a volvernos uno con la melodía divina y el ritmo cósmico. El Yajur Veda nos dice: “ Puedan nuestras vidas triunfar mediante el auto-sacrificio. Pueda nuestro aliento de vida prosperar mediante el auto-sacrificio”. El Atharva Veda nos inspira a avanzar a lo largo del camino del progreso continuo. Nos dice que Brihaspati, el Guru de los dioses cósmicos, está conduciéndonos y guiándonos.

Los videntes védicos vieron miedo en el mundo externo. Sintieron libertad en el mundo interno. Ellos querían hacer emerger la libertad del mundo interno a través de la aspiración. En el Atharva Veda, los videntes nos han ofrecido una significante oración: “Que no tengamos miedo de quienes no conocemos y de quienes conocemos”.

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El miedo a la oscuridad es miedo a lo desconocido.

El miedo a la Luz es miedo a lo conocido.

El miedo a lo desconocido es estupidez.

El miedo a lo conocido es absurdo.

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Lo que necesitamos es la voluntad-alma. La voluntad-alma es la Libertad-Dios.

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Uru nas tanve tan

Uru ksayaya nas krdhi

Uru no yamdhi jivase

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La ardiente declaración del Rig Veda significa: “Libertad para nuestro cuerpo. Libertad para nuestro hogar. Libertad para nuestra vida”.

El modo de vida védico no puede ser separado del ritual. En los tiempos védicos, los rituales eran parte integral de la vida. Realizando rituales, los buscadores en la edad védica lograron un progreso notable. En el Rig Veda, sin embargo, vemos más énfasis en la filosofía mental e interna que en el ritual. Esta combinación de ritual y sabiduría filosófica es la riqueza de la cultura védica. La devoción y la dedicación cobran mucha importancia en el ritual. La aspiración y la meditación cobran mucha importancia en la sabiduría filosófica. En aquellos días, el ritual disciplinó y reguló la vida. La filosofía interna iluminó y liberó la vida. En el corazón de la filosofía, la Luz fue descubierta. En el cuerpo del ritual, la Luz fue manifestada.

Los Vedas hablan específicamente de tres mundos: prithivi, la tierra; antariksa, el firmamento; dyauh, la región celestial. En la tierra, la materia lo es todo. En el firmamento, la actividad divina lo es todo. En el Cielo, la percepción consciente lo es todo.

La poesía y la filosofía corren lado a lado en los Vedas. La filosofía iluminó las mentes de los videntes védicos. La poesía inmortalizó sus corazones. El filósofo es un poeta en la mente. El poeta es un filósofo en el corazón. El filósofo gusta de la religión externa y la ciencia interna. El poeta gusta del arte externo y la literatura interna. El filósofo le dice al poeta, “Te doy mi preciada riqueza: la sabiduría, que es el instrumento consciente y constante de la intuición”. El poeta le dice al filósofo, “Te doy mi preciada riqueza: mi devota unidad con la vida de la luz”.

Muchos videntes han visto la Verdad, pero cuando revelan la Verdad, muy a menudo sus revelaciones no son idénticas. Lo que es realmente deplorable es que en diferentes ocasiones, bajo diferentes circunstancias, sus propias revelaciones de la misma Verdad resultan ser cualquier cosa excepto idénticas. En este caso debemos saber que las diferencias existen sólo en la realización y la revelación de la Verdad. No puede haber diferencia en la Verdad misma. ¿Por qué ocurren estas diferencias? Las diferencias ocurren porque la individualidad y la personalidad humana no ven la Verdad como ha de ser vista. Cuando la personalidad y la individualidad humana son disueltas, la Verdad sigue siendo una en la realización y una en la revelación. No hace falta decir que los Vedas son la revelación directa de la iluminación de los videntes, y no obsequios de los desconocidos cielos allá en lo alto.

Hay personas que creen que los Vedas sólo tratan con la espiritualidad y no con la ciencia. Se equivocan. Buscadores avanzados y Maestros espirituales opinan que en el Yajur Veda hay muchas verdades científicas que la ciencia moderna aún no ha descubierto o reconocido. El conocimiento científico del Atharva Veda tampoco puede ser menospreciado. Los videntes védicos eran conocedores del proceso de la formación de las nubes. Eran completamente conocedores de las diferentes estaciones. Conocían la ciencia de la aritmética, y trabajaban con cifras de millones, billones y trillones. En el Yajur Veda hay algo incluso más sorprendente. Allí encontramos evidencia de la existencia de aeroplanos. Los videntes védicos solían hacer verdaderos vuelos de cientos de millas sin interrupción. También conocían los secretos de la geología, la medicina y otras ciencias. ¡Todo esto, hace cuatro mil años!

Los Vedas han sido traducidos a muchas lenguas, y admirados y apreciados por muchos extranjeros. El gran filósofo alemán Schopenhauer consideraba los Upanishads el consuelo y la iluminación de su vida. Sabemos que los Upanishads son los muy poderosos y muy iluminadores hijos de los Vedas. Pero hay mucha verdad cuando se dice que una traducción no puede estar plenamente a la altura del original. En el caso de los Vedas esto es ciertamente válido. Muchas personas han traducido los Vedas, pero no importa cuán sincera o devotamente trabajaron, una cantidad considerable de la belleza védica se perdió.

Existen cuatro Vedas: el Rig Veda, el Yajur Veda, el Sama Veda, y el Atharva Veda. El Rig Veda trata principalmente sobre las formas de oración. El Yajur Veda trata sobre las fórmulas de sacrificio. El Sama Veda trata sobre la música. El Atharva Veda trata sobre la medicina, la ciencia y las fórmulas mágicas. En el Rig Veda, el mensaje de la evolución humana comienza. El Rig Veda nos explica el significado de la existencia, y de la contribución del hombre al mundo. El Yajur Veda nos enseña cómo efectuar los sacrificios correctamente, y cómo controlar el universo. Este Veda concede más importancia a la parte mecánica de los sacrificios que a su aspecto espiritual. El Sama Veda nos enseña cómo la música divina puede elevar nuestra conciencia aspirante hacia el más elevado reino de la Dicha, y hacernos canales conscientes de Dios el Músico Supremo, para la transformación de la oscuridad humana en luz divina, la imperfección humana en perfección divina, las imposibilidades humanas en inevitabilidades divinas, y los sueños humanos en realidades divinas. El Atharva Veda nos enseña cómo controlar los espíritus y deidades menores, y cómo protegernos de espíritus malévolos y seres destructivos.


TV 3-es. Vassar College, Poughkeepsie, N. Y., 15 noviembre 1972

El Rig Veda4

El Rig Veda es el más antiguo de todos los Vedas. La mayoría de los estudiosos de los Vedas opinan que el Rig Veda es el más inspirador, el más fervoroso y el más fructífero. Este Veda encarna el monumento más temprano de la aspiración y la realización de la India. La poesía de la India, la filosofía de la India, la literatura de la India, la religión de la India y la ciencia de la India, todas deben su existencia misma al Rig Veda, el cual fue su fuente.

Cuando es cuestión de elegir entre calidad y cantidad, los sabios anhelan la calidad y los ignorantes imploran por la cantidad. La calidad más elevada y la cantidad más grande casi nunca van juntas. Pero para nuestra gran alegría, el Rig Veda supera de la manera más asombrosa a los otros tres Vedas, tanto en cantidad como en calidad. El Yajur Veda, el Sama Veda y el Atharva Veda han tomado prestada una considerable cantidad de riqueza del Rig Veda.

En el Rig Veda, los dioses son vistos como personificaciones del poder de la naturaleza. Los videntes invocaron a los dioses cósmicos con las oraciones de su corazón y con la dedicación de su vida. Estos dioses fueron supuestamente treinta y tres en total. Cada dios tenía su propio origen; todos no comenzaron su existencia al mismo tiempo. Se dice que al principio aceptaron una encarnación humana y fueron mortales, como nosotros somos ahora. Pero bebiendo Soma, el Néctar, se volvieron inmortales. En el plano físico sutil, ellos están reteniendo la quintaesencia de sus formas físicas y su apariencias terrenales. Algunos son guerreros, mientras otros son sacerdotes. Indra es el líder campeón de los guerreros, y Agni es el líder campeón de los sacerdotes.

Tienen poder. Son poder. Algunos tienen el poder del silencio y la paz, mientras que otros tienen el poder de la luz y el deleite. Incesantemente lucharon contra las formidables fuerzas del mal, y finalmente ganaron la victoria.

Los dioses del Rig Veda son amables y compasivos. Con su amabilidad y compasión ilimitadas, satisfacen los deseos del mundo amante de la materia, y las aspiraciones de la vida invocadora del espíritu. Viven en diferentes hogares: el Cielo, el aire y la tierra. El Cielo es el hogar de Vishnu, Varuna, Surya, Mitra y algunos más. La región atmosférica es para Indra, Rudra, los Maruts y otros. Agni y Brhaspati son bien conocidos entre los que son considerados dioses terrestres.

En el Rig Veda vemos la presencia pura de la devoción y la presencia segura del conocimiento. La devoción nos dice cuán dulce y compasivo es Dios. El conocimiento nos dice cuán alto y grande es Dios. La devoción y el conocimiento sólo encuentran su completa satisfacción en el servicio. El servicio es concentración. La devoción es oración. El conocimiento es meditación. Sólo un servicio concentrado, una oración devota, y una meditación iluminada, pueden hacernos divinamente grandes y supremamente perfectos.

Según los Vedas, la acción es una parte sumamente esencial de la vida. La acción es la aceptación consciente de nuestra existencia terrenal. La acción necesita del cuerpo, que es su templo y fortaleza. La acción necesita de la vida, que es su inspiración y aspiración. Un hombre de acción es un héroe ideal en el campo de batalla de la vida. Él vive con el cuerpo humano de Dios, la tierra, y trabaja para la vida divina de Dios, el Cielo. La acción es sacrificio externo y unidad interna. El Rig Veda nos ofrece un secreto supremo en cuanto al tipo de sacrificio que podemos hacer en virtud de nuestra unidad. En la acción vemos la presencia universal de Dios. En la acción encarnamos el espíritu y revelamos la forma. En el espíritu se encuentra Dios el Absoluto. En la forma se encuentra Dios el Infinito. El Rig Veda habla de Dios el Poder:

> Tvam Indra balad adhi sahaso jata ojasah…

> Oh Dios, Tu existencia descansa sobre la fuerza, el valor y la energía.

> Oh Poderoso, Tú eres la Fuerza misma.

A fin de manifestar a Dios considerablemente sobre la tierra, el buscador debe vivir una larga vida.

> Aum bhadram karnebhih srnuyama devah…

> Oh dioses cósmicos, que podamos escuchar con nuestros oídos lo que es bueno y auspicioso.

> Que podamos ver con nuestros ojos lo que es bueno y auspicioso…

Pero el mero hecho de vivir una larga vida careciendo de divinidad no es otra cosa que rigurosa ignorancia.

Los videntes del Rig Veda consideran a Dios como el Padre, la Madre y el Amigo eterno. También sienten que Dios es su Amado. Dios tiene muchos aspectos, pero un vidente devoto prefiere el aspecto de Dios como Señor. Él reza a su Señor por la Compasión y la Bendición. Ha llegado a comprender que si tiene el Amor de Dios y a Dios el Amor, entonces no necesita nada más de la tierra ni del Cielo.

Los videntes del Rig Veda son los profesores de la humanidad. Los dioses del Rig Veda son los salvadores de la humanidad. Los profesores le están enseñando al mundo el mensaje de la Luz y la Verdad. Los salvadores están sanando al mundo no-aspirante, ciego y sordo, y protegiendo a los buscadores genuinos. Los videntes rig-védicos son los constructores de la cultura Hindú y de la civilización Hindú. Representan el amanecer de la inspiración hindú y el mediodía de la aspiración Hindú. Ellos ofrecen al mundo en toda su extensión el significado último de la religión. Para ellos, la religión es el código de la vida interna. En cada religión se encuentra la rama-amor del Árbol-Verdad. Los dioses del Rig Veda nos dicen que aceptemos la vida con amor, que gocemos la vida con renunciación, y que colmemos la vida con entrega a la Voluntad del Absoluto.

Los Vedas nos dicen que somos el ganado de los dioses. Desafortunadamente, ahora estamos obligados a sentir que somos esclavos de la máquina. Aspiremos. Nuestra aspiración nos hará una vez más ganado de los dioses. Posteriormente, nuestra realización nos hará corderos de los dioses. Finalmente, nuestra manifestación nos hará leones del Supremo Absoluto.

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Aspiración tenemos.

Realización necesitamos.

Manifestación Dios y nosotros juntos necesitamos.

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Con amorosa gratitud dedico esta charla a mi hermano mayor, Hriday Ranjan Ghose, quien es un gran amante de la sabiduría del Rig Veda, y un erudito exponente de los cuatro Vedas.

TV 4-es. Barnard College, New York, N. Y., 17 noviembre 1972

La canción del Infinito5

Los Vedas son las escrituras más antiguas en la biblioteca de la humanidad en consciente evolución. Para nuestra propia evolución consciente, el estímulo de Max Müller puede inspirarnos a leer los Vedas: “Tengo la convicción de que para todos aquéllos que se preocupan por sí mismos, por sus ancestros, por su historia, por su desarrollo intelectual, el estudio de la literatura védica es indispensable”.

Los Vedas encarnan visiones intuitivas, experiencias divinas y realidades iluminadoras de la vida. Desde el mar-ignorancia tenemos que entrar en el mar-conocimiento. El Rig Veda nos inspira diciendo, “Los navíos de la Verdad llevan a los hombres de buenas acciones a través del océano de ignorancia”.

La vida humana del día de hoy no es otra cosa que un desaliento sin fin. Salir de la trampa del desaliento es casi imposible. El Yajur Veda nos ofrece una solución: “Quien ve toda existencia en el Ser y el Ser en toda existencia, no cae en la trampa del malogrante y debilitador desaliento”.

Los Vedas son universales; por lo tanto, Occidente puede reclamarlos tanto como Oriente. El gran filósofo norteamericano Thoreau dijo algo sumamente significativo acerca de los Vedas: “Cualquier pasaje de los Vedas que he leído cae en mí como la luz de una luminaria más elevada y más pura, que traza un curso más sublime a través de un estrato más puro, libre de particulares, simple, universal. Los Vedas contienen una sensible descripción de Dios”. Indudablemente es así.

The firm belief of Sir William Jones is challenging and at the same time illumining:

La firme creencia de Sir William Jones es desafiante y al mismo tiempo iluminadora: “Puedo aventurarme a afirmar, sin la intención de cortar ni una hoja de los inmarcesibles laureles de nuestro inmortal Newton, que la totalidad de su teología, y parte de su filosofía, puede encontrarse en los Vedas”.

El mandamiento védico para el físico humano es saucam. Saucam significa ‘pureza’ –pureza en el cuerpo y pureza del cuerpo. Sin la pureza del cuerpo, nada divino en nosotros puede expandirse; nada divino en nosotros puede ser permanente.

El mandamiento védico para el vital humano es ahimsa. Ahimsa significa ‘no-violencia’ –la no-violencia en el vital y la no-violencia del vital. Es de la no-violencia de donde el hombre obtiene su mayor oportunidad para sentir que no pertenece a una pequeña familia, sino a la familia más grande de todas: el universo. La filosofía india de la no-violencia fue puesta en práctica en primer lugar por el compasivo Señor Buddha y sus seguidores, y por el Señor Mahavir y los seguidores del Jainismo. La no-violencia de Gandhi fue un regalo sumamente precioso para la humanidad de hoy amante de la vida.

El mandamiento védico para la mente humana es satyam. Satyam significa ‘verdad’ o ‘veracidad’. Sólo la veracidad en la mente y la veracidad de la mente pueden guiarnos hacia una vida superior, una vida de Divinidad iluminadora e Inmortalidad colmadora.

El mandamiento védico para el corazón humano es Isvarapranidhana. Isvarapranidhana significa amorosa devoción del corazón por el Señor Supremo. Cuando tenemos devoción pura y espontánea por el Señor Supremo, sentimos nuestra unidad inseparable con Él, con la Eternidad de Su Espíritu, con la Infinitud de Su Cuerpo, y con la Inmortalidad de Su Vida.

En los Vedas, el concepto de sacrificio adquiere mucha importancia. Sacrificamos a Dios lo que tenemos: la ignorancia. Dios nos sacrifica lo que Él es: la Perfección. El sacrificio de Dios es siempre incondicional. Nuestro sacrificio es en ocasiones condicional y en ocasiones incondicional. En el sacrificio condicional, luchamos y ganamos la batalla. En el sacrificio incondicional, no tenemos que luchar en absoluto, porque la Victoria ya está ganada. La Victoria es nuestro derecho de nacimiento; es para siempre nuestra.

Sacrificio es auto-ofrecimiento. Auto-ofrecimiento es auto-plenitud. La auto-plenitud es la manifestación del amor y la perfección de la Verdad. A través de nuestro sacrificio externo devenimos una parte divina de la Madre Tierra. A través de nuestro sacrificio interno devenimos una parte inmortal de nuestro Padre Cielo. Hacemos el sacrificio externo cuando salimos del dominio de los deseos subyugantes y entramos en el dominio de la aspiración liberadora. Hacemos el sacrificio interno cuando intentamos manifestar a Dios en el mundo de la ignorancia después de haber logrado la realización de Dios. El sacrificio externo requiere la fuerza de un héroe. El sacrificio interno requiere el poder de un ejército. Con nuestro sacrificio externo vemos la Verdad. Con nuestro sacrificio interno devenimos la Verdad.


TV 5-es. Mount Holyoke College, South Hadley, Massachusetts, 28 noviembre 1972

Luz-intuición de los Vedas6

Tanto eruditos como estudiantes discrepan sobre el origen de los Vedas. Encuentro esta controversia ridícula. Los Vedas son tan antiguos como la aspiración consciente del universo. Pero el universo está evolucionando consciente o inconscientemente hacia la perfección, mientras que los Vedas contienen el comienzo de la perfección inspiradora y el fin de la realización iluminadora.

Cuando decimos que los Vedas son eternos, no queremos decir que las cuatro escrituras no tengan comienzo ni fin. Lo que queremos decir es que el significado real de los Vedas, que es el conocimiento de Dios, no tiene comienzo ni fin. Los Vedas son las experiencias y revelaciones directas de los rishis del pasado remoto. Estas experiencias pueden ser vividas por cualquier buscador sincero de la Verdad, en cualquier tiempo y en cualquier lugar.

A diferencia de otras escrituras, los Vedas tienen el corazón sincero y valiente para decir que no son indispensables; no, ni siquiera importantes. Nos dicen que lo realmente importante y supremamente indispensable es la realización del Brahman, el Uno-sin-segundo. No obstante, si queremos estudiar los Vedas, debemos estudiar con la ayuda de un maestro iluminado. Los Vedas mismos instruyen al buscador para que se acerque a un Maestro. También dicen que tenemos que aproximarnos al Maestro con un corazón de humildad y una vida de servicio dedicado.

Karma, que significa ‘trabajo’ o ‘servicio’, y jnana, o conocimiento, son las enseñanzas principales de los Vedas. A través de jnana realizamos la Verdad absoluta, y a través de karma manifestamos nuestra realización.

Según los Vedas, hay cuatro importantes estadios en la vida: la vida de estudiante, la vida matrimonial, la vida de retiro y la vida de renunciación. La vida de estudiante es auto-disciplina. La vida matrimonial es auto-control y auto-regulación. La vida de retiro es paz y tranquilidad. La vida de renunciación es el ofrecimiento de lo que uno tiene y lo que uno es al Supremo Absoluto.

> Ekam sad vipra bahudha vadanti

> La Verdad-existencia es una.

> Los sabios la llaman por varios nombres.

Esta Verdad-existencia es experimentada y realizada de diferentes maneras por cada buscador de la Verdad infinita según su propio desarrollo interno. Debido precisamente a este sublime mensaje de los Vedas, el corazón religioso de la India es amplio y cosmopolita. El corazón espiritual de la India sabe aceptar otras religiones, apreciar otras religiones y admirar otras religiones. El corazón espiritual de la India se ha dado cuenta de que por cada nueva religión, hay una nueva aproximación a la Meta. Cada camino es correcto e indispensable para sus propios seguidores.

A fin de realizar la Verdad más elevada, necesitamos tres cosas: inspiración, aspiración e intuición. La inspiración nos pide que corramos hacia la Meta. La aspiración nos pide que volemos hacia la Meta. La intuición nos pide que veamos y sintamos la Verdad directamente y crezcamos en la esencia misma de la Verdad.

La palabra sarama simboliza la intuición. Sarama es el sabueso del Cielo que entra en el mundo de la inconsciencia y descubre sus tesoros escondidos: la luz y el deleite. Sarama es el amanecer de la Verdad en un cuerpo dedicado, un vital dinámico y un corazón aspirante. Sarama y el camino recto van juntos. Sarama sigue el camino recto y soleado y arriba a la Verdad. El camino del miedo y la duda, el error y el terror, Sarama nunca lo sigue. Sarama, secreta y cautelosamente, entra en el corazón de la iluminación, y abierta y valientemente camina en la vida de la revelación, de manera que las fuerzas hostiles no puedan bloquear o destruir su progreso. Para que la Verdad-conciencia pueda ser realizada en su totalidad por todos los buscadores, Sarama viaja entre el llanto de la tierra y la sonrisa del Cielo. Sarama es el buscador que busca la Verdad-conciencia. Sarama es el amante que ama el ascenso consciente de la tierra y el descenso iluminador del Cielo. Sarama es el jugador que juega con la visión del vidente en el mundo interno, y juega a las escondidas con la aspiración del principiante en el mundo externo.

Los Vedas son simultáneamente el firmamento de Luz y el mar de Deleite. El firmamento-Luz es la vastedad de la Verdad. El mar-Deleite es la inmensidad de la Verdad. Luz y Deleite son corredores perpetuos. A veces la Luz precede al Deleite. A veces el Deleite precede a la Luz. Cuando la Luz toca la conciencia de la tierra, la tierra es transformada divinamente. Cuando el Deleite toca la conciencia de la tierra, la tierra se ve supremamente colmada.

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La Luz es el nacimiento de Dios.

El Deleite es la vida de Dios.

La Luz es la sonrisa de unidad universal.

El Deleite es la sonrisa de perfección trascendental.

Luz es lo que Dios tiene.

Deleite es lo que Dios es.

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TV 6-es. Smith College, Northampton, Massachusetts, 28 noviembre 1972

El sol-sabiduría de la verdad védica7

Cuando estudiamos los Vedas, deberíamos ser conscientes de dos cosas diferentes: las interpretaciones esotéricas de los Vedas hechas por Maestros espirituales iluminados, y la conclusiones mentales hechas por académicos e historiadores. Cada interpretación esotérica de un Maestro está basada en una visión intuitiva directa de la Verdad, mientras que cada conclusión mental de un académico o historiador está basada en el análisis mental no-iluminado y la investigación dudosa, incierta.

Los videntes del pasado remoto vieron la Verdad y revelaron la Verdad. Buscadores de todas las épocas sienten la Verdad y usan la Verdad. Pero la mayoría de los académicos no se interesan por la realización de la Verdad; sólo se interesan por la manifestación de la Verdad. Se interesan más en la forma que en el espíritu de los Vedas. La mayoría de los historiadores sitúan las verdades menores mencionadas en los Vedas, aquéllas relativas al sistema de castas y a las fórmulas mágicas, en la vanguardia de sus discusiones, y prestan poca atención a la Verdad más elevada, al conocimiento del Brahman. No tienen tiempo para conocer fervorosa y devotamente los mensajes energizadores de la vida y colmadores de la vida que los Vedas contienen en realidad. Los mensajes de los Vedas, donadores de vida y reveladores de la vida, no parecen interesarles. El nacimiento de los Vedas, el crecimiento externo de los Vedas, y el declive de la influencia védica en India son más que suficiente para satisfacerles.

Los Vedas están hechos para los amantes del Tiempo eterno, no para los amantes del fugaz tiempo terrenal. Los Vedas están hechos para los que aman a Dios, la Verdad, y no para los que aman meramente el cuerpo de la oscura historia, que encarna la vida de la complicación y la confusión.

El profesor Max Müller indudablemente amaba la India. Escribió considerablemente acerca de las escrituras indias. Pero los que sienten que el amor de Max Müller por la India tenía un motivo secreto, están perfectamente en lo cierto. En sumo secreto, en los rincones más íntimos de su corazón, parece que quería convertir a la India –la mente india y el corazón indio– al cristianismo. Por ejemplo, en 1868 escribió al Secretario de Estado para la India, el Duque de Argyl, lo siguiente:

> La antigua religión de la India está condenada, y si el cristianismo no entra, ¿de quién será la culpa?

Y en 1886 escribió a su esposa:

> Espero que terminaré el trabajo, y estoy convencido, aunque no viva para verlo, de que ésta mi edición y traducción de los Vedas, afectará en lo sucesivo en gran medida el destino de la India y el crecimiento de millones de almas en ese país. Es la raíz de la religión, y el mostrarles lo que es la raíz, estoy seguro, es la única forma de desarraigar todo lo que de ella brotó durante los últimos 3.000 años.

Cuando exaltó a la India hasta los cielos, fue sincero en su elogio. Provenía del fondo de su corazón. Pero su deseo de convertir la India al cristianismo era igualmente sincero. También ese sentimiento, estoy seguro, venía del fondo de su corazón. Su vida era una vida de complejidad.

Si Max Müller no hubiera estudiado los Upanishads, si no hubiera sido iluminado por la luz de los Upanishads, no habría sido aclamado por el mundo entero. Su nombre habría permanecido desconocido en la literatura mundial. Si es verdad que él trajo los Upanishads al mundo en su extensión, es igualmente verdad que el toque de la luz upanishádica le trajo la fama.

Los Vedas y los himnos védicos son inseparables. Cada himno es una invocación a un dios o una deidad en particular. Cada himno es un descubrimiento de un kavi, un rishi o un vipra –un poeta, un vidente o un sabio védico. Cada descubrimiento védico es un don de Dios. Cada don es un destello de Luz. Cada destello de Luz es un logro de Dios en el hombre y un logro del hombre en Dios. El logro último del hombre es la transformación de la naturaleza humana. El logro último de Dios es la perfección de la conciencia terrestre.

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La vida es una idea;

la vida es un ideal.

La vida tiene un alma;

la vida tiene una meta.

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La idea védica de la vida es la idea de la Verdad. El ideal védico de la vida es el ideal de la Dicha. El alma védica es el alma de la multiplicidad en la unidad. La meta védica es la meta de la unificación de la anchura de la tierra y la abundancia del Cielo.

India tuvo a los videntes védicos de la Verdad. India tiene buscadores de la Verdad. La tarea suprema de los videntes fue la de introducir a los dioses y deidades cósmicas en la conciencia terrestre. Ejecutaron su tarea. Ahora, es tarea de los buscadores la de mantener a los dioses y las deidades aquí en la tierra y ayudarles en su juego cósmico. El Supremo vio Sus potenciales y posibilidades infinitas en los videntes. El Supremo ve Su Realidad manifestadora y su Perfección colmadora en los buscadores.


TV 7-es. Bryn Mawr College, Bryn Mawr, Pennsilvania, 29 noviembre 1972

Introduction

En algún momento en el milenio antes de Cristo, apareció en la India una raza de personas conocidas en tiempos posteriores como los Arios, y entre los Arios emergió una raza de sabios, conocedores de Brahman el absoluto. Estos poetas-videntes fueron los compositores de los Veda o “conocimiento”, la más temprana obra literaria del mundo. Todo hindú, no importa cuales sean sus creencias o tipo de práctica espiritual, considera la sabiduría de los Rishis Védicos como la fuente de la espiritualidad hindú, los Vedas como las más sagradas escrituras de su religión y la cultura Védica como el vivero y la forma original de la cultura India. Pero aunque los Vedas son reverenciados y asiduamente estudiados, incluso en India su significado más profundo se ha perdido tanto para los predicadores como para los eruditos. El lenguaje y la imaginería de la poesía Védica, con su simbolismo simultáneamente significante en muchos niveles de conciencia y de ser, ya no es entendido por la mayoría de quienes lo leen. En occidente, la religión de la era Védica es vista como poco más que una forma de adoración de naturaleza poco sofisticada, y debido a que los académicos no lo han reconocido como algo basado en un sistema de yoga plenamente desarrollado, han fracasado en captar el significado verdadero de los mantras Védicos, el sacrificio Védico y los dioses Védicos.

En Sri Chinmoy, la India ha dado a luz en los tiempos modernos a un titán espiritual equiparable en estatura a los más grades de sus pasado gigantes. La plenitud de su realización lo capacita para interpretar los Vedas como sólo un Maestro puede interpretar las expresiones de otro. Aunque familiarizado con los Vedas en su lengua sánskrita original, Sri Chinmoy no hace un enfoque académico, ni habla desde el punto de vista dogmático de la tradición religiosa ortodoxa. Con la intuición de un gran Yogui, va más allá de las formas culturales externas de estas escrituras y penetra en la esencia de la espiritualidad que encarnan. Él mismo posee plenamente la experiencia de los sabios Védicos y se mueve con completa libertad en los planos de conciencia conocidos por ellos. Entrando en el alma de los Vedas, hace emerger de su fondo las más profundas verdades que contienen, y estas verdades las ofrece a los lectores de este libro.

En la mente intuitiva de Sri Chinmoy sentimos las inspiradoras profundidades de los Vedas y en su corazón iluminador vemos las invitadoras cumbres de los Vedas

From:Sri Chinmoy,Los Vedas: Primer llamado de la Inmortalidad
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