Ahora bien, tú tienes otro ojo que está entre tus cejas y justo un poco por encima de ellas. Es tu ojo interno, tu Tercer Ojo. En mi caso ese ojo está abierto; lo he dejado abierto. Por eso puedo ver a Dios y puedo ver todo lo que hay dentro de los demás. En tu caso, Shannon, igual que no puedes ver nada cuando tus ojos están cerrados, tampoco puedes ver a Dios porque tu Tercer Ojo está cerrado.
Si le rezas a Dios todos los días, algún día este ojo interno se abrirá. Levántate por la mañana temprano y abre tus dos ojos normales y mira a tu padre y a tu madre y a todo lo que está en tu habitación y luego reza a Dios. Un día, como resultado de la oración, verás que tu Tercer Ojo se ha abierto y también tú podrás ver a Dios, igual que ahora estás viéndome a mí.From:Sri Chinmoy,Yoga y vida espiritual. El viaje del alma de la India., Tower Publications, Inc., New York, 1971
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