¿Cómo es que tú puedes ver a Dios y yo no?

¡Que pregunta tan bonita! Ahora estás mirándome con tus ojos abiertos. Me estás mirando a mí, Chinmoy, y puedes verme. Ahora (poniendo las manos sobre los ojos de la niña), he tapado tus ojos. ¿Puedes verme? No, no me puedes ver. Cuando tus ojos están cerrados no puedes ver a nadie; pero cuando tienes los ojos abiertos, me puedes ver, puedes ver a tu padre, a tus amigos, a todo el mundo.

Ahora bien, tú tienes otro ojo que está entre tus cejas y justo un poco por encima de ellas. Es tu ojo interno, tu Tercer Ojo. En mi caso ese ojo está abierto; lo he dejado abierto. Por eso puedo ver a Dios y puedo ver todo lo que hay dentro de los demás. En tu caso, Shannon, igual que no puedes ver nada cuando tus ojos están cerrados, tampoco puedes ver a Dios porque tu Tercer Ojo está cerrado.

Si le rezas a Dios todos los días, algún día este ojo interno se abrirá. Levántate por la mañana temprano y abre tus dos ojos normales y mira a tu padre y a tu madre y a todo lo que está en tu habitación y luego reza a Dios. Un día, como resultado de la oración, verás que tu Tercer Ojo se ha abierto y también tú podrás ver a Dios, igual que ahora estás viéndome a mí.

From:Sri Chinmoy,Yoga y vida espiritual. El viaje del alma de la India., Tower Publications, Inc., New York, 1971
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