Los Upanishads: la corona del alma de la India

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La ofrenda-alma de la India1

La ofrenda-alma de la India es la luz perenne de los Upanishads. Los Upanishads le ofrecen al mundo en toda su extensión, el logro supremo de la vida Hindú despierta e iluminada.

Los Vedas representan la vaca. Los Upanishads representan la leche. Necesitamos la vaca para que nos dé leche, y necesitamos la leche para alimentarnos.

Los Upanishads son también llamados el Vedanta. El significado literario de Vedanta es “el fin de los Vedas”. Pero el significado espiritual de Vedanta es “la crema de los Vedas, lo más selecto del saber interno, el objetivo, la meta de la vida interna”. El Muktika Upanishad nos dice algo bastante significativo:

Tilesu tailavad vede vedantah supratisthitah

Como el aceite en la semilla de sésamo, el Vedanta está establecido esencialmente en cada parte de los Vedas.

Los Upanishads nos dicen que hay dos tipos de conocimiento: un Conocimiento Superior y un conocimiento inferior. Paravidya es el Conocimiento Superior, y aparavidya es el conocimiento inferior. El Conocimiento Superior es el descubrimiento del alma. El conocimiento inferior es el cumplimiento de las incontables demandas del cuerpo.

De acuerdo a nuestra tradición India, en algún momento hubo mil ciento ochenta y ocho Upanishads. Cada uno provenía de una rama, shakha, de los Vedas. De éstos, doscientos Upanishads hicieron su propia aparición, y de estos doscientos, ciento ocho Upanishads son ahora rastreables. Si un buscador quiere obtener algún vislumbre de la Verdad, la Luz, la Paz, la Dicha, debe entonces estudiar asiduamente estos ciento ocho Upanishads. Si un buscador real, un buscador genuino, quiere obtener luz abundante de los Upanishads, debe entonces estudiar trece Upanishads principales. Si estudia los principales Upanishads, y al mismo tiempo quiere vivir la Verdad que estos Upanishads encarnan, entonces podrá ver el rostro de la Divinidad y el corazón de la Realidad.

Los trece Upanishads principales son: Isa, Katha, Kena, Prasna, Mundako, Mandukya, Chandogya, Brhadaranyaka, Taittiriya, Aitareya, Svetasvatara, Kaivalya, y Maitri.

Tad ejati tan naijati tad dure tad vad antike…

Eso se mueve, y Eso no se mueve. Eso está lejos, y Eso mismo está cerca. Eso se halla dentro de todo esto; Eso se halla también fuera de todo esto.

El Isa Upanishad contiene este mensaje especial para nosotros. Para la mente deseosa, este mensaje es insulso, nebuloso, desconcertante y confuso. Para el corazón aspirante, este mensaje es inspirador e iluminador. Para el alma reveladora, este mensaje es colmador e inmortalizador. Brahman, Dios, en Su aspecto absoluto, es inmutable; pero en Su aspecto condicionado, Él está en constante cambio, constante transformación, constante evolución, constante revelación, constante manifestación y constante plenitud.

Además, el Isa Upanishad reconcilia el trabajo y el conocimiento, el Uno y lo Múltiple, el Dios impersonal y el Dios personal, de una manera asombrosa. El trabajo hecho de manera desapegada es conocimiento real. Cuando intentamos ver a Dios conscientemente en todo y en todos, nos ofrecemos fervorosamente a la acción dedicada. Este conocimiento es acción. El Uno y lo Múltiple: necesitamos al Uno para nuestra auto-realización; necesitamos lo Múltiple para nuestra auto-manifestación. El Dios impersonal y el Dios personal: cuando vivimos en el Dios impersonal, vemos la Verdad en su Visión iluminadora; y cuando vivimos en el Dios personal, vemos la Verdad en su Realidad reveladora.

El Hijo de Dios declaró: “Yo y mi Padre somos Uno”. El Chandogya Upanishad hace una audaz afirmación, hasta cierto punto más atrevida, y al mismo tiempo más convincente:

Tat twam asi.

Tú eres Eso.

¿Qué significa? Significa que tú no eres otra cosa que Dios. ¿Quién más es Dios, sino tú?

Un amante de Dios llamó a la Puerta-Corazón de Dios. Dios, desde dentro, dijo, “¿Quién es?”

El amante de Dios dijo, “Soy yo”. La puerta siguió cerrada. El hombre llamó y llamó. Finalmente se marchó.

Al cabo de una hora regresó. Llamó a la Puerta-Corazón de Dios. Dios, desde dentro, dijo, “¿Quién es?”

El amante de Dios dijo, “Soy yo”. La puerta permaneció cerrada. El hombre llamó y llamó a la puerta en vano. Finalmente se marchó.

Al cabo de otra hora, regresó nuevamente y llamó a la Puerta-Corazón de Dios. Desde dentro, Dios dijo, “¿Quién es?”

El amante de Dios dijo, “Mi eterno Amado, soy Vos”. Dios abrió inmediatamente su Puerta-Corazón.

Cuando un buscador siente este tipo de unidad íntima e inseparable con Dios, Dios le abre Su Puerta-Corazón y le ofrece Su Trono mismo.

Los videntes upanishádicos no sintieron necesidad de acudir a algún centro espiritual, ninguna necesidad de ir a un templo, ninguna necesidad de escuchar una charla o un sermón o incluso de estudiar libros. Dios era su único libro externo, y Dios era su único profesor interno. La realización de Dios era su única necesidad, y la manifestación de Dios era su única realidad.

El gran filósofo alemán Schopenhauer exclamó, “En el mundo entero no existe un estudio más beneficioso y más elevador que el de los Upanishads. Ha sido el consuelo de mi vida; será el consuelo de mi muerte. Son el producto de la más elevada sabiduría”.

Los Upanishads nos ofrecen tres lecciones. La primera lección es Brahman. La segunda lección es atman. La tercera lección es jagat. Brahman es Dios, atman es el alma, y jagat es el mundo. Cuando meditamos en Brahman, nuestra vida crece en la Dicha inmortalizadora. Cuando meditamos en el alma, nuestra vida deviene una evolución veloz y consciente. Cuando no rechazamos al mundo, nuestra vida se convierte en manifestación colmadora.

Si estudias los Upanishads, no de una manera superficial o rutinaria, sino con la claridad de la mente, entonces verás que tú y Dios, Dios y tú, sois eternos. Y si estudias los Upanishads con la receptividad de tu corazón, verás que tú y Dios sois iguales. Y finalmente, si estudias los Upanishads con la luz de tu alma, llegarás a descubrir que allá en el Cielo tú eres el Dios esotérico y realizado, y acá en la tierra tú eres el Dios exotérico y manifestado.

Nayam atma balahinena labhyo.

El alma no puede ser conquistada por el débil.

La fuerza interna destrona al ídolo que había sido instalado por el temor y la duda. Cuando tu fuerza interna aflore, el cobarde, el dudador en ti, será transformado en la refulgente luz del alma.

Los Upanishads son el anverso de la moneda cuyo reverso es la conciencia. Existen tres estados de conciencia ordinaria: jagrti, svapna y sushupti. Jagrti es el estado de vigilia, svapna es el estado de sueño, sushupti es el estado de sueño profundo. Existe otro estado de conciencia que se llama turiya, la conciencia pura del Más Allá Trascendental.

El Mandukya Upanishad nos ofrece un regalo sumamente significativo. Nos habla acerca del Alma Universal. El Alma Universal tiene dos aspectos: vaisvanara y virat. El aspecto microcósmico se llama vaisvanara_; el aspecto macrocósmico se llama _virat. Jagrti, el estado de vigilia; vaisvanara, la condición física; y la letra ‘A’ de Aum, el símbolo sonoro de Prakrti, la energía primordial, forman la primera parte de la Realidad. Svapna, el estado de sueño; taijasa, las brillantes impresiones intelectuales; y la ‘U’ de Aum forman la segunda parte de la Realidad. Sushupti, el estado de sueño profundo; prajna, el conocimiento intuitivo; y la ‘M’ de Aum forman la tercera parte de la Realidad. Turiya, el cuarto estado de conciencia, a la vez encarna y trasciende estos tres estados de conciencia. Por un lado, constituye una de las cuatro partes; por otro lado, es el todo culminante, el fin, la Meta misma. Turiya es la Realidad eterna, más allá de todo fenómeno. Turiya es el Brahman Trascendental. Turiya es Sactchidananda –Existencia, Conciencia y Deleite. Es aquí, en turiya, donde un buscador altamente avanzado en la vida espiritual o un Maestro espiritual pueden realmente escuchar el sonido silente, Aum, el secreto supremo del Creador.

La riqueza suprema de los Upanishads es el Ser:

Yato vaco nivartante aprapya manasa saha…

De dónde las palabras, el poder del discurso, regresan con la mente desconcertada, la meta inalcanzada.

Este Ser no puede ser alcanzado por la brillantez mental. Sólo puede ser alcanzado con un corazón aspirante y una vida dedicada.

Este Ser Trascendental está cubierto aquí en el mundo de la relatividad por cinco envolturas distintas: annamaya kosha, la envoltura del físico denso; pranamaya kosha, la envoltura de la fuerza vital; manomaya kosha, la envoltura mental; vijnanamaya kosha, la envoltura del conocimiento avanzado y desarrollado; y anandamaya kosha, la envoltura de la Dicha. Hay tres tipos de cuerpos que corresponden a estas cinco envolturas. Estos cuerpos se llaman sthula sharira, suksma sharira, y karana sharira. Sthula significa ‘físico denso’, y sharira significa ‘cuerpo’. Suksma significa sutil, y karana significa ‘causal’. El cuerpo físico, sthula sharira, contiene annamaya kosha, la sustancia material. Suksma sharira, el cuerpo sutil, contiene pranamaya kosha, manomaya kosha, y vijnanamaya kosha. Karana sharira, el cuerpo causal, contiene anandamaya kosha, el campo de la Dicha.

En una noche oscura y tenebrosa aparecen las luciérnagas. Ofrecen su luz y sienten que son ellas quienes han ahuyentado la oscuridad. Después de un rato, las estrellas comienzan a brillar, y las luciérnagas se dan cuenta de su capacidad insuficiente. Después de un rato aparece la luna. Cuando la luna aparece, las estrellas ven y sienten cuán tenue e insignificante es su luz en comparación con la luz de la luna. Al cabo de unas horas, aparece el sol. Cuando el sol aparece, la alegría y el orgullo de la luna también son destrozados. La luz del sol ahuyenta toda oscuridad, y la luz de las luciérnagas, las estrellas y la luna, palidecen en insignificancia.

Este es el astro sol. Pero cada uno de nosotros tiene un sol interno. Este sol interno es infinitamente más poderoso, más hermoso, más luminoso que el astro sol. Cuando este sol aparece y brilla, destruye la oscuridad de milenios. Este sol brilla a través de la Eternidad. Este sol interno se llama el Ser, el Ser Trascendental.


UPA 1. Universidad de Princeton, Princeton, NJ, 22 octubre 1971

La revelación de la luz de la India2

Cada Upanishad es el despliegue del Conocimiento Supremo que, una vez alcanzado espiritualmente, nunca se pierde. Conforme a los Upanishads, el universo entero de la acción, con sus medios y fines efímeros, vive en las redes de la ignorancia. Es el conocimiento del Ser supremo lo que puede destruir la ignorancia humana de milenios e inundar la conciencia terrestre con la Luz y el Deleite del Más Allá siempre-trascendente y siempre-manifestante.

Así como nosotros tenemos el corazón, la mente, el vital, el cuerpo y el alma, también los Upanishads tienen un corazón, una mente, un vital, un cuerpo y un alma. El corazón de los Upanishads es la auto-realización, la mente de los Upanishads es la auto-revelación, el vital de los Upanishads es la auto-manifestación, el cuerpo de los Upanishads es la auto-transformación, y el alma de los Upanishads es la auto-perfección.

Lo que es de capital importancia en este momento es la auto-realización. Para la auto-realización sólo necesitamos cuatro cosas. Primero, necesitamos la ayuda de las escrituras, luego un guía espiritual, luego las disciplinas yóguicas, y finalmente, la Gracia de Dios. Las escrituras le dicen al buscador, “Despierta, levántate, ya es hora de que despiertes. No duermas más”. El Maestro espiritual le dice al buscador, “¡Hijo mío, corre! ¡Corre a toda velocidad! Yo estoy inspirándote. Ya he encendido la llama de la aspiración en ti. Ahora puedes correr a toda velocidad”. Las disciplinas yóguicas le dicen al buscador, “Estás practicando la vida espiritual, y te estamos concediendo el resultado de tus prácticas. Hemos despejado el camino para ti. Ahora puedes correr a toda velocidad sobre un camino despojado de peligro”. Entonces, se requiere de algo más, y eso es la Gracia de Dios. Uno puede correr a toda velocidad, pero quizás uno no alcance la Meta incluso cuando no hay ningún obstáculo en el camino, porque los seres humanos muy a menudo se cansan. Antes de alcanzar la Meta sienten que están completamente exhaustos. En ese momento, lo que se requiere es la Gracia de Dios. Sin la Gracia de Dios, uno no puede completar la travesía. La Gracia de Dios le dice al buscador, “¡Mira, la meta ha sido alcanzada!”.

Con seguridad, la Gracia de Dios comienza desde el principio mismo. Cuando estudiamos las escrituras, la Gracia de Dios ya ha amanecido en nosotros. Si no hubiese habido la Gracia de Dios, en primer lugar ni siquiera podríamos habernos embarcado en el camino espiritual. Y si no hubiese habido la Gracia de Dios, no podríamos haber encontrado a nuestro Maestro espiritual. Es por Su infinita Magnanimidad que Dios lleva a un buscador hasta el Maestro. Entonces el buscador y el Maestro deben desempeñar sus papeles respectivos. El Maestro hará descender la Compasión de Dios, pero el buscador deberá practicar las disciplinas espirituales. Su tarea consiste en aspirar, y la tarea del Maestro consiste en hacer descender la Compasión.

En el mundo interno, una cosa que todo el mundo debe tener es aspiración. Aquí en la tierra, el árbol nos ofrece un ejemplo de esta aspiración. Permanece en la tierra con sus raíces en el barro, pero su objetivo es alcanzar lo Altísimo. Tenemos miedo de quedarnos en la tierra. Sentimos que si nos quedamos en la tierra, no podremos alcanzar lo Altísimo. Pero el árbol nos muestra cuán absurdo es esto. Su raíz está bajo el suelo, pero su rama superior está aspirando a los Cielos. En los Upanishads, nos encontramos con un árbol llamado el ashwathva. Diferente de los árboles terrestres, este árbol tiene sus raíces arriba y sus ramas abajo. Tiene dos tipos de ramas. Unas entran en las redes de la ignorancia y luego comienzan a luchar, a pelear, tratando de salir nuevamente al fulgor de la Luz. El otro tipo de rama siempre intenta permanecer en la Luz. Su movimiento es ascendente; su aspiración es ascendente.

Aquí en la tierra, cada ser humano tiene capacidad. Un ser humano ve la ignorancia dentro y fuera, pero tiene la capacidad de permanecer más allá de los confines de la ignorancia. ¿Cómo? A través de la aspiración. ¿Por qué? Porque necesita satisfacción constante. Y la aspiración es lo único que puede darnos la satisfacción constante. ¿Por qué aspiramos? Aspiramos por el Deleite, Ananda. El Deleite es auto-creación y auto-experiencia. El Deleite en lo Más Elevado, en lo absolutamente Más Elevado, es conocido como Anandapurusha. Allí, el Deleite es Infinitud, Eternidad e Inmortalidad. Existe otro tipo de deleite llamado anandatma, cuando desde el Deleite infinito, el Deleite toma cuerpo y forma. En la conciencia ligada al plano terrestre, el Deleite es llamado anandatma.

Cuando el deleite gradualmente desciende a la naturaleza oscura, impura, no-iluminada, e imperfecta del hombre para transformar la naturaleza humana, encuentra resistencia constante. Entonces vemos que el deleite pierde su poder a causa de la pletórica ignorancia, y el placer, el efímero placer, cobra importancia. En lo Más Elevado, la triple conciencia —Satchidananda_— Existencia, Conciencia y Deleite, marchan juntas. Pero cuando desean manifestarse, tienen que hacerlo sólo a través del Deleite. Cuando el Deleite desciende, el primer peldaño que pisa se llama la Supermente. La Supermente no es algo un poco superior a la mente. No. Es infinitamente más elevada que la mente. No es “mente” en absoluto, aunque se emplee esta palabra. Es la conciencia que ya ha trascendido las limitaciones de lo finito. Allí, la creación comienza. La forma comienza un peldaño más abajo. Este peldaño se llama la Sobremente. Aquí la forma comienza, la multiplicidad comienza de una manera individual. El siguiente peldaño es la mente intuitiva. Con la mente intuitiva vemos la multiplicidad de una manera creativa. Con la intuición lo vemos todo de un vistazo. Podemos ver muchas cosas al mismo tiempo; vemos la forma colectiva. Desde la mente intuitiva, el deleite entra en la mente propiamente dicha. Esta mente ve cada objeto por separado. Pero aunque lo vea todo por separado, no intenta dudar la existencia de cada objeto. A continuación, el deleite entra en la mente física –es decir, la mente que está gobernada por el físico. Esta mente ve cada objeto por separado, y además duda de la existencia de cada objeto. La verdadera duda comienza aquí, en la mente física. Tras haber descendido a través de todos los niveles de la mente, el deleite entra en el vital. En el vital, vemos la fuerza dinámica o la fuerza agresiva. La fuerza que vemos en el vital interno o sutil es dinámica, y la fuerza que vemos en el vital externo es la agresiva. Desde el vital, el deleite entra en el físico. Existen dos tipos de físico: el físico sutil y el físico propiamente dicho. En el físico sutil, el deleite está todavía descendiendo, y aún podemos estar conscientes de ello. Pero en el físico sutil no podemos poseer o utilizar la verdad; sólo podemos verla, como un mendigo mirando a un multimillonario. Finalmente, al llegar al físico denso, no hay deleite en absoluto. El deleite desciende, pero no vemos siquiera una pizca de ello en el físico denso. ¿Qué podemos hacer en ese caso? Podemos entrar en nuestra alma con la fuerza de nuestra aspiración, y el alma nos transportará conscientemente hasta el plano más elevado, hasta _Satchidananda –Existencia, Conciencia y Deleite. En ese momento, nuestro viaje puede hacerse consciente. Hemos entrado en la triple conciencia, y podemos empezar a descender conscientemente en la Supermente, la Sobremente, la mente intuitiva, la mente propiamente dicha, la mente física, el vital, y el físico. Cuando tenemos éxito en el físico, es decir, cuando podemos traer el Deleite desde el plano más elevado y el físico puede absorber y utilizar este Deleite, la vida del placer termina. En ese momento, nos damos cuenta de la diferencia entre la vida del placer y la vida del Deleite. La vida del placer va siempre seguida de la frustración y destrucción. La vida de Deleite es continuo crecimiento, continua plenitud, continuo logro y continua manifestación de Dios a la propia manera de Dios.

El Mundaka Upanishad nos ha ofrecido dos aves. Un ave está sentada en la copa del árbol de la vida, y la otra en una rama más abajo. El ave sentada en la rama inferior come tanto frutas dulces como amargas. Las frutas dulces le dan al ave la sensación de que la vida es placer; las frutas amargas le dan al ave la sensación de que la vida es miseria. La otra ave, sentada en la copa del árbol, no come frutas dulces ni amargas. Sencillamente se sienta calmada y serena. Su vida está inundada de paz, luz y deleite. El ave que come las frutas dulces y amargas del árbol de la vida se siente desilusionada y disgustada; desilusionada porque el placer es transitorio, efímero y fugaz; disgustada porque la frustración termina en destrucción. Inequívocamente desilusionada y completamente disgustada, esta ave vuela hacia lo alto y se pierde en la Luz-Liberación y el Deleite-Perfección del ave en la copa del árbol de la vida. El ave en la copa del árbol es el Ser Cósmico y Trascendental, y el ave debajo es el ser individual. Estas dos hermosas aves son conocidas como Suparna.

En algunos de los Upanishads vemos una rivalidad continua entre los dioses y los demonios. Aquéllos que son auto-resplandecientes son los dioses; y aquéllos que son auto-indulgentes son los demonios. Los dioses y los demonios son los descendientes de Prajapati, el Creador. Cuando los dioses logran la victoria, la luz del alma reina suprema. Cuando los demonios logran la victoria, la noche del cuerpo reina suprema. Originalmente, los dioses y los demonios eran los órganos de Prajapati. Los órganos que fueron energizados por la Voluntad divina, iluminados por la Luz divina e inspirados por la Acción divina se convirtieron en dioses. Los órganos que fueron instigados por los pensamientos inferiores y estaban ansiosos por vivir en el mundo sensual y disfrutar de la vida del placer, y apuntaban a metas inferiores y destructivas, se convirtieron en demonios. No hace falta decirlo, es infinitamente más fácil alcanzar las metas inferiores que alcanzar la Meta Suprema. Ésta es precisamente la razón por la que los demonios fueron mucho más numerosos que los dioses. Pero nosotros, los buscadores de la Luz y la Verdad eternas, necesitamos la calidad de los dioses y no la cantidad de los demonios.

"En una ocasión, los dioses hicieron la ferviente petición al órgano del habla, a la nariz, a los ojos, a los oídos, a la mente, y a la fuerza vital de que cantasen himnos para ellos. Todos cantaron exitosamente. Los demonios se dieron cuenta inmediatamente de que los dioses, sin falta, lograrían la supremacía sobre ellos a través de estos cantores, así que de manera secreta y exitosa los contaminaron con el flagrante mal del fuerte apego a los objetos de los sentidos y a la vida de placer. Lo consiguieron inmediatamente con el órgano del habla, con la nariz, con los ojos, los oídos y la mente. Pero perdieron crudamente ante la fuerza vital. La fuerza vital los hizo pedazos y los lanzó en todas las direcciones. La fuerza vital logró la victoria para los dioses. Su existencia fue inundada con la Luz eterna de la divinidad. Ellos se convirtieron en sus seres verdaderos. El embrollo de los envidiosos demonios quedó expuesto, y su orgullo fue aplastado."

La fuerza vital es llamada syasya angirasa. Significa la esencia de las extremidades. La fuerza vital fue victoriosa. Fue igualmente gentil, comprensiva y generosa.
"Llevó al órgano del habla más allá del dominio de la muerte. Al haber trascendido la región de la muerte, el órgano del habla se ha convertido en fuego, y este fuego brilla mucho más allá de la muerte.
  La fuerza vital llevó a la nariz más allá de la muerte. Entonces, la nariz se convirtió en aire. Al haber trascendido los confines de la muerte, el aire sopla más allá de la muerte.
  La fuerza vital llevó a los ojos más allá de la muerte. Los ojos se convirtieron en el sol. Al haber trascendido la región de la muerte, el sol brilla perpetuamente.
  La fuerza vital llevó a los oídos más allá de la muerte. Entonces se convirtieron en las direcciones. Estas direcciones, al haber trascendido la muerte, permanecieron más allá de su dominio.
  La fuerza vital llevó a la mente más allá de la muerte. La mente entonces se convirtió en la luna. La luna, al haber trascendido la muerte, resplandece más allá de su dominio."

El Upanishad Brhadaranyaka, o ‘gran bosque’, ofrece a la humanidad una oración sin igual:

Asato ma sad gamaya
Tamaso ma jyotir gamaya
Mrtyor mamrtam gamaya.

Condúceme de lo irreal a lo Real.
Condúceme de la oscuridad a la Luz.
Condúceme de la muerte a la Inmortalidad.

Lo irreal es el ceño de la muerte; lo Real es el canto de la Inmortalidad. La oscuridad es el orgullo colosal de la muerte; la Luz es la vida del poder iluminador y perfeccionador de la Inmortalidad. La muerte es el mensaje de la inexistencia. La Inmortalidad es el mensaje de la unidad liberada de la humanidad con la Altura Trascendental de la divinidad.


UPA 2. Universidad de California, Berkeley, CA, 7 noviembre 1971

La belleza y el deber del alma de la India3

Esta belleza no es tentadora.
Esta belleza es iluminadora.

Este deber no es auto-impuesto.
Este deber es ordenado por Dios.

Vislumbres de los Vedas y los Upanishads4

Nalpe sukham asti bhumaiva sukham.

En lo finito no hay felicidad.
Sólo lo Infinito es felicidad.

Cualquier cosa que sea finita no puede encarnar felicidad, y mucho menos Deleite duradero. Lo finito encarna el placer, que no es verdadera felicidad. Lo Infinito encarna la verdadera felicidad divina en medida infinita y, al mismo tiempo, revela y ofrece al mundo en general su propia Verdad, su propia Riqueza.

Lo Infinito se expresa en formas infinitas y en tamaños infinitos en el mundo de la multiplicidad; igualmente, este Infinito disfruta de sí mismo de una manera divina y suprema en el Plano Trascendental más elevado de su propia conciencia. Aquí en el mundo de la multiplicidad, lo Infinito se expresa de tres maneras principales. La creación es el primer aspecto de lo Infinito. El segundo aspecto es la preservación. El tercer aspecto es la disolución o destrucción.

Estos términos –‘creación’, ‘preservación’ y ‘destrucción’– son términos filosóficos y religiosos. Desde el punto de vista espiritual, la creación existió, existe, y está siendo preservada. Cuando usamos el término ‘destrucción’, hemos de ser muy cuidadosos. En la Visión interna del Supremo, la destrucción no es sino transformación. Cuando perdemos nuestros deseos, sentimos que han sido destruidos. Pero no han sido destruidos – sólo han sido transformados en una visión más amplia, que es la aspiración. Comenzamos nuestra travesía con el deseo, pero cuando nos embarcamos en el camino espiritual, el deseo le cedió el paso a la aspiración. La conciencia no-iluminada que vemos bajo la forma del deseo puede ser transformada y será transformada por la aspiración dentro de nosotros. Lo que, con nuestro conocimiento y nuestra visión limitada, llamamos destrucción, desde el punto de vista espiritual es la transformación de nuestra naturaleza no-iluminada, impura y oscura.

Ekam evadvitiyam.

Sólo el Uno-sin-segundo.

Desde este Uno vinimos a la existencia, y al cierre final de nuestro viaje debemos regresar al Uno Absoluto. Este es el viaje del alma. Si lo tomamos como un viaje externo, estamos equivocados. En nuestro viaje externo, tenemos un punto de partida y un destino final. Puede llevarnos unos pocos años, o muchos años, el llegar a nuestra meta destinada, pero el punto de partida está en un lugar y el destino está en otro lugar. Pero el viaje interno no es un viaje como tal, con el origen aquí y la meta en otro sitio. En nuestro viaje interno profundizamos en nuestro interior y descubrimos nuestra propia Realidad, nuestro propio Ser olvidado.

¿Cómo descubrimos nuestro Ser olvidado? Lo hacemos por medio de la meditación. Hay varios tipos de meditación: meditación sencilla, que todos conocen; meditación profunda, que el buscador espiritual conoce; y meditación superior o más elevada, que es la meditación del alma, en el alma, con el alma, para el ser entero. Cuando un buscador ordinario medita, lo hace en la mente. Si está un poco avanzado, medita en el corazón. Si está muy avanzado en la vida espiritual, puede meditar en el alma y con la ayuda del alma para la manifestación de la Divinidad en la humanidad.

Los Maestros espirituales meditan en el físico, el vital, la mente, el corazón y las almas de sus discípulos. Estos Maestros también meditan simultáneamente en lo Infinito, lo Eterno y lo Inmortal. Éstos no son términos vagos para los verdaderos Maestros espirituales. Son realidades dinámicas, pues en su conciencia interna, los verdaderos Maestros espirituales nadan en el mar de la Infinitud, la Eternidad y la Inmortalidad. Fácilmente pueden concentrarse, meditar y contemplar en estas tres Realidades divinas que representan a lo Absoluto.

Los Upanishads han llegado a existir a partir de cuatro Vedas: el Rig Veda, el Sama Veda, el Yajur Veda, y el Atharva Veda. Cada Veda tiene algo único que ofrecer a la humanidad. El primero y más famoso de los Vedas es el Rig Veda. Comienza con un dios cósmico, Agni, el Dios Fuego. Fuego significa aspiración. La aspiración y el mensaje de los Vedas son inseparables. Este fuego es el fuego del despertar interno, la llama interna ascendente. Este fuego no contiene humo. Este fuego no quema nada; únicamente ilumina y eleva nuestra conciencia. El dios fuego es el único dios cósmico que es un Brahmín. Agni, el fuego, se expresa en siete formas y tiene siete nombres internos significativos: Kali, la negra; Karali, la terrible; Manojava, pensamiento veloz; Sulohita, rojo-sangre; Sudhumravarna, coloreado de humo; Sphulingini, destellos esparciéndose; Vishvaruchi, el todo-hermoso.

Kali, la negra, no es de hecho negra. Kali es la fuerza o el fuego divino en nuestro interior, que lucha contra fuerzas hostiles no-divinas. La Madre Kali lucha contra los demonios en el campo de batalla de la vida. En el plano vital, la vemos como una Diosa oscura, tenebrosa, pero en el plano de conciencia más elevado ella es dorada. Vemos su forma terrible cuando pelea contra las fuerzas hostiles, pero ella es la Madre de la Compasión. Entendemos mal sus cualidades dinámicas –las tomamos como cualidades agresivas. La Madre Kali tiene compasión en medida ilimitada pero, al mismo tiempo, ella no tolerará ningún tipo de pereza, imperfección, ignorancia, o letargia en el buscador. Finalmente, la Madre Kali es belleza sin paralelo. Esta no es una belleza física. Esta es belleza interna, que eleva la conciencia humana hasta el más elevado plano del Deleite.

El Sama Veda nos ofrece la música de Dios, la música del alma. Además, nos ofrece la religión de la India, la filosofía de la India, y la política de la India. Todos estos impactantes logros de la India provienen del Sama Veda. La Música es de importancia capital en el Sama Veda. No es en absoluto como la música moderna; es la verdadera música que conmueve al alma. El grandísimo sabio del pasado, Yagnavalkya, dijo, “La morada de la música es el Cielo”. Es el Sama Veda el que contiene esta música celestial –la música que conmueve al alma, la música que energiza la vida.

La mayoría de vosotros habéis leído el Bhagavad Gita, el Canto Celestial del Señor Krishna. Allí, el Señor Krishna dice, “Yo soy el Sama Veda”. Él no dice ser el Rig Veda, el Yajur Veda o el Atharva Veda. No, Él dice ser el Sama Veda. ¿Por qué? Porque en el Sama Veda Krishna encontró la música del alma, que es la suya propia. Un gran santo-filósofo indio, Patañjali, comienza su filosofía con el Sama Veda precisamente debido a su música interna. Si la música es retirada de la Creación de Dios, será entonces una Creación vacía. Dios el Creador es el Músico Supremo, y Su Creación es Su único Deleite. Es en Su música donde Dios siente el Deleite, y es a través de la música como Él se ofrece a Sus hijos aspirantes y no-aspirantes.

Del Sama Veda hemos recibido el más significativo de los Upanishads, el Chandogya Upanishad. Este Upanishad es igual al Brhadaranyaka Upanishad. Es con diferencia el más extenso y, según muchos, no es sólo el más extenso sino también el mejor. Asimismo, hay quienes opinan que el Isa Upanishad, que es corto, muy corto, es el mejor –no por su tamaño, sino por su profundidad. Algunos dirán que el Svetasvatara o el Katha o el Kena Upanishad es el mejor. Cada uno debe expresar su sentimiento sincero acerca de la esencia de un Upanishad en particular.

El Chandogya Upanishad, que se deriva del Sama Veda, dice algo sumamente significativo a los buscadores sinceros. Una pregunta formulada muy a menudo a los maestros espirituales es, “¿Por qué necesitamos un maestro? ¿No podemos realizar a Dios por nosotros mismos?” En el Chandogya Upanishad hay un modo específico de convencer a los que dudan y a los seres humanos no-aspirantes que discuten por el simple hecho de discutir.

El Chandogya Upanishad dice que te consideres un viajero. Has perdido tu camino, y un ladrón te ataca. Se lleva todas tus riquezas, y te tapa los ojos. Luego te lleva a un lugar alejado y allí te abandona. Originalmente tenías visión, y podías moverte, pero ahora tu destino es deplorable. No puedes ver, no puedes caminar, estás llorando como un niño indefenso, pero no hay ningún rescate. Ahora supón que alguien viene y destapa tus ojos y se va. En ese momento podrás de ver todos los caminos a tu alrededor, pero no sabrás cuál es el adecuado para ti; e incluso si lo supieras, no podrías seguir ese camino pues tus piernas y tus brazos todavía están atados. Ésta es la condición del buscador que quiere realizar a Dios por sí mismo. Pero supón que alguien viene, te desata completamente, y te muestra el camino que te llevará a casa. Esta persona te ha hecho verdaderamente un favor. Si tienes fe en esa persona y confianza en ti mismo, entonces alcanzarás tu destino rápida y seguramente. Si tienes fe en ella, pero no tienes confianza en tu propia capacidad de alcanzar la meta, entonces irá junto a ti para ayudarte. El mismo maestro que te liberó de tu ceguera y te mostró el camino, avanzará contigo, en tu interior, para inspirarte. Actuará como tu propia aspiración para guiarte hacia tu meta destinada.

Si obtienes este tipo de ayuda de un Maestro espiritual, entonces tu vida puede ser significativa, puede producir frutos, y tú podrás correr con la mayor velocidad hacia la Meta. De lo contrario, hoy caminarás en este sendero, mañana en aquel sendero, y el día siguiente en algún otro. Puede que tengas la capacidad de caminar, pero regresarás una y otra vez a tu punto de partida, frustrado y desilusionado. Junto con la capacidad, si conoces el camino correcto y si tienes un verdadero Maestro que te ayude, ¿quién puede impedirte alcanzar tu Meta destinada? Una vez alcanzas tu Meta destinada, alcanzas las Alturas de Dios y comienzas a manifestar la Luz de Dios aquí en la tierra. Estás colmado –multiplicidad colmada en el abrazo de la Unidad.


UPA 4. Universidad Fairleigh Dickinson, Teaneck, Nueva Jersey, 30 noviembre 1971

La corona del alma de la India5

En las silenciosas cavidades del corazón de los Upanishads vemos y sentimos una combinación espléndida de la espiritualidad del alma y el sentido práctico de la vida. En el mundo de la imaginación, en el mundo de la aspiración, en el mundo de la realización, en el mundo de la revelación, y en el mundo de la manifestación, el alma de los Upanishads tiene la divina insolencia de asumir el liderazgo soberano, porque ese es su rol natural. Su entendimiento abarca todas las flaquezas de la débil humanidad. Su amor universal es el canto del auto-ofrecimiento.

Los Upanishads son al mismo tiempo el llanto-aspiración del corazón y la sonrisa-experiencia del alma. Ellos tienen la visión de la Unidad en la multiplicidad. Ellos son la manifestación de la multiplicidad en la Unidad.

El mensaje de los Upanishads es la vida divina, la vida de la humanidad transformada, y la vida de una conciencia terrestre iluminada. Los Upanishads nos dicen que la renunciación a la vida del deseo es el disfrute colmador de la existencia terrenal. Esta renunciación no es ni auto-negación ni auto-rechazo. Esta renunciación exige la trascendencia del ego para inhalar libremente la energía-vida del alma y sin embargo vivir una vida dinámica y activa en el mundo donde uno puede alcanzar la Altura de la Infinitud, el Deleite de la Eternidad, y la Luz de la Inmortalidad.

Cada uno de los principales Upanishad es un explorador en el bosque de la experiencia que abarca la vida humana. Cada uno de los principales Upanishad nos ofrece el conocimiento intuitivo y el valor interno para encontrar nuestro camino a través del laberinto de curvas y callejones sin salida, dudas y subterfugios. Llegamos a comprender que la vida es una gloriosa aventura del corazón aspirante, la mente buscadora, el vital en lucha constante, y el cuerpo despierto. Exploramos los lugares escondidos de la individualidad iluminadora y de la personalidad colmadora. Pasada está la oscuridad de nuestra mente. Pasada está la pobreza de nuestro corazón. Pasada está la impureza de nuestro vital. Pasada está la insinceridad de nuestro cuerpo. El tren de la Luz ha llegado. El plano del Deleite ha venido.

Los Upanishads enseñan al buscador que el Deleite es la manifestación del Amor divino, la Conciencia es la manifestación de la fuerza-alma, y la Existencia es la manifestación del Ser. En el Deleite, Brahman es la Realidad. En el Amor, Brahman es la Divinidad. En la Conciencia, Brahman contempla en la Visión de la perfecta Perfección. En la fuerza-alma, Brahman deviene el logro de la perfecta Perfección. En la Existencia, Brahman es el Amante Eterno. En el Ser, Brahman es el Eterno Amado.

Para la realización de Dios necesitamos un Guru. El Katha Upanishad dice: “Un buscador no puede encontrar su camino hacia Dios a menos que otro le haya hablado de Dios”. El Mundaka Upanishad dice: “Un buscador debe acercarse a un conocedor del Ser para su Iluminación interna”. El Prasna Upanishad dice: “Oh Padre, tú nos has conducido hasta la Ribera Dorada”. El Katha Upanishad dice: “¡Levanta, despierta! Escucha y sigue a los grandes”.
El Mundaka Upanishad dice: “Un Guru es aquél cuyo conocimiento externo es el Veda y cuyo conocimiento interno es la contemplación del Brahman”.

Un buscador que estudia los Upanishads y lleva una vida de auto-indagación y auto-disciplina no es ni puede ser un simple jugador en el escenario de la vida, sino que es más bien un director artístico espiritual y un verdadero productor divino. Más aún, él tiene dos hombros anchos, y no le importan las cargas del mundo. Siente que es su obligación aliviar el corazón sangrante de la humanidad. Su vida es la independencia del pensamiento y el espíritu. El servicio dedicado de su corazón recibe las ricas recompensas de lo alto. Ha logrado la maestría en su propia filosofía de vida, que es complacer a la Divinidad en la humanidad.

Taccaksur devahitam sukram uccarat pasyema saradah Satam.

Que podamos ver, por cien otoños, aquél Ojo lustroso, comandado por Dios, levantarse ante nosotros.

Vivir cien años no es tan solo dilatar nuestra existencia aquí en la tierra. Uno tiene que pelear contra la ignorancia. Vagos esfuerzos no pueden llevarnos hasta Dios. Lleva tiempo realizar a Dios. Lleva más tiempo revelar a Dios. Lleva aún más tiempo manifestar a Dios. Por ese motivo los Videntes de los Vedas rezaban por una salud sólida, una vida larga, una vida más allá de los cien otoños. También nos advirtieron que cualquier cosa que sea nociva para nuestra salud ha de ser evitada.

Uru nas tanve tan
Uru ksayaya nas krdhi
Uru no yamdhi jivase.

Para nuestros cuerpos, concédenos libertad.
Para nuestra morada, concédenos libertad.
Para nuestra vida, concédenos libertad.

Vivekananda, el gran Vedantín de coraje indomable, exclamó, “La libertad –libertad física, libertad mental y libertad espiritual– es la consigna de los Upanishads”.

A fin de lograr la libertad, necesitamos energía, poder y espíritu. Y para ello, he aquí la oración más poderosa:

Tejo si tejo mayi dhehi
Viryam asi viryam mayi dhehi
Balam asi balam mayi dhehi
Ojo si ojo mayi dhehi
Manyur asi manyur mayi dhehi
Saho si saho mayi dhehi

Tu espíritu ardiente invoco.
Tu vigor masculino invoco.
Tu poder y tu energía invoco.
Tu furia de batalla invoco.
Tu mente conquistadora invoco.

Los Upanishads sostienen siempre la visión intrépida de la vida. Progreso, progreso constante, es la característica de la era védica y upanishádica.

"Prehi, abhihi, dhrishnuhi.
  ¡Avanza, no temas, lucha!"

¿Luchar contra qué? Las ataduras, la ignorancia y la muerte. La vida es nuestra. La victoria debe necesariamente ser nuestra también. Cualquier cosa que se interponga en el camino del buscador debe ser desechada sin vacilación. Su vida es aquélla que no conoce compromiso alguno.

El anhelo principal de los Upanishads es por la Verdad Última. Esta Verdad puede ser lograda por un buscador genuino que tenga muchas cualidades divinas, y cuyo amor por Dios sea preponderante sobre cualquier otro amor. El buscador necesita tres cosas: vrata, auto-dedicación; kripa, gracia; y sraddha, fe. Encarnadas estas tres cualidades, satya, la verdad, es inequívocamente alcanzada.

¿Quién quiere permanecer sólo? Nadie, ni siquiera el altísimo, el primogénito, Virat. Llegó un momento en que Él sintió la necesidad de proyectar a los Dioses cósmicos. Proyectó al Dios Fuego, Agni, el único dios brahmín, desde Su boca. Indra, Varuna, Yama, Isana, y otros, fueron proyectados desde Sus brazos. Éstos son los dioses kshatriya. Luego, Él proyectó a los Vasus, los Rudras, los Maruts, y otros, desde sus muslos. Éstos son los dioses vaishya. Proyectó a Pusan desde Sus pies. Pusan es el dios shudra.

Un brahmin encarna conocimiento. Un kshatriya encarna fortaleza. Un vaishya encarna prosperidad. Un shudra encarna el secreto de la auto-dedicación. Estos cuatro hermanos son las extremidades del Ser cósmico. Aunque son distinguibles externamente gracias a su cualidad y su capacidad, en espíritu son uno inseparablemente.

Brahman, o el Ser Supremo, es el descubrimiento más grandioso de los Upanishads. Ningún alma humana sabe ni sabrá jamás cuándo entró en nosotros la ignorancia, pues el mismo tiempo terrestre es creación de la ignorancia. No obstante, un hombre que nada en el mar de la ignorancia no tiene por qué ahogarse. Los Videntes del pasado remoto, los conocedores del Brahman, en términos inequívocos nos dicen que todos los seres humanos pueden y deben salir de los grilletes de la ignorancia. Los conocedores de la Verdad Trascendental también nos dicen que el alma individual es en realidad idéntica al Ser Supremo. El único problema es que el individuo no recuerda su Naturaleza Trascendental verdadera. Finalmente nos dicen que “conocer al Ser es devenir el Ser”. Con la fuerza de su realización directa, un conocedor del Brahman declara, “Aham Brahmasmi”, “Yo soy Brahman”.

El poder-mente, el poder-corazón, y el poder-alma de la conciencia upanishádica son ilimitados. En el campo de la filosofía, Shankara encarna el poder-mente; en el campo de la espiritualidad dinámica, Ramana Maharshi, el gran sabio de Arunachala, encarna el poder-mente. Cristo, Buddha, y Sri Chaitanya de Nadia, Bengala, encarnan el poder-corazón. Sri Krishna y Sri Ramakrishna encarnan el poder-alma. En Sri Aurobindo, la visión del poder-mente alcanzó su zenit, y la realización del poder-alma encontró su colmadora manifestación en la tierra. Éstos y otros gigantes espirituales conducen el bote-salvavidas de la humanidad hacia la Morada Trascendental del Supremo.


UPA 5. Universidad Harvard, Boston, MA, 3 diciembre 1971

El Brahman de los Upanishads6

El corazón de los Upanishads es sumamente significativo y fructífero porque encarna la Vida del Brahman. Brahman es la Realidad en la existencia; Brahman es la existencia de la Realidad. La Verdad eterna del Brahman está en lo finito, más allá de lo finito, en lo Infinito, y más allá del siempre-trascendente Infinito.

En el ámbito de la realización, Brahman es el Soberano Absoluto. En el ámbito de la revelación, Brahman es la Realidad Omnipresente. Y en el ámbito de la manifestación, Brahman es la Perfección inmortalizadora.

Brahman el Creador es la Luz-Conciencia; Brahman el Colmador es el Deleite-Conciencia. Brahman es el Alma interna de todo y la Meta única en todo.

El Mantra Gayatri7

Aum bhur bhuvah svah
Tat savitur varenyam
Bhargo devasya dhimahi
Dhiyo yo nah pracodayat.

Meditamos en la gloria trascendental de la Deidad Suprema, que está dentro del corazón de la tierra, dentro de la vida del firmamento, y dentro del alma del Cielo. Que Él estimule e ilumine nuestras mentes.

El Mantra Gayatri es el mantra más sagrado de los Vedas. Es la madre de todos los mantras. Mantra significa encantamiento. Un mantra puede ser un monosílabo o varias palabras, una oración o varias oraciones. El Mantra Gayatri puede ofrecerle al buscador sincero la Luz de lo Infinito, el Deleite de lo Eterno, y la Vida de lo Inmortal.

El Mantra Gayatri tiene cuatro pies. El primer pie está constituido por la tierra, el firmamento, y el cielo. El segundo pie está constituido por el Rig Veda, el Yajur Veda, y el Sama Veda. El tercer pie está constituido por prana, apana y vyana. El cuarto pie está constituido por el Sol, el ser solar.

Un buscador de la Verdad infinita debe meditar en el Mantra Gayatri El resultado que obtendrá es incalculable.

Bhumir, tierra; antariksa, firmamento; y dis, Cielo, componen el primer pie del Mantra Gayatri. Quien realiza el significado del primer pie, gana todo lo que se encuentra en esos tres mundos.

Rcah, yajumsi y samani componen el segundo pie del Mantra Gayatri. Quienquiera que realiza el segundo pie del Gayatri, gana el mar-conocimiento de los tres Vedas.

Prana, apana y vyana, las tres formas de la fuerza vital, componen el tercer pie del Mantra Gayatri. El conocedor de este pie gana todas las criaturas vivientes que existen en el universo.

Turiyam, el cuaternario, el Ser Solar Trascendental que brilla por sí solo, es el cuarto pie. Quien realiza este cuarto pie resplandece con magnificencia infinita.

Sutil es el sendero hacia moksha, la liberación. Arduo es el sendero hacia la liberación. Pero un buscador genuino puede alcanzar la Meta con solamente meditar en el Mantra Gayatri Cuando uno es liberado de las cadenas de la ignorancia, uno se convierte en la gloria excelsa del Ser Trascendental. La liberación puede ser lograda, debe ser lograda, mientras el alma del buscador se encuentra en el cuerpo. No lograr realizar a Dios en la tierra es nadar en el mar de ignorancia con otros dos nadadores: el nacimiento ignorante y la muerte desvergonzada. Alcanzada la liberación, las ataduras de la aflicción son destruidas. Antes de la liberación, como Buda, tenemos que proclamar: “Este mundo fugaz es la morada de la tristeza”.

La fecunda noche-deseo que ha ocupado el corazón del buscador ha de ser necesariamente expulsada por la resplandeciente luz-aspiración. Hecho esto, el buscador alcanza al Brahman. Se vuelve un Inmortal. La Luz Eterna es su nuevo nombre. Hoy el buscador siente que el Mantra Gayatri es la inspiración de su mente. Mañana sentirá que el Mantra Gayatri es la realización de su alma.

Con la inspiración un buscador ve la Verdad.
Con la aspiración un buscador realiza la Verdad.
Con la realización un buscador deviene en la Verdad.

La inspiración es poder.
La aspiración es luz.
La realización es vida.

La inspiración corre.
La aspiración vuela.
La realización se sumerge.

La inspiración es la Sonrisa de Dios.
La aspiración es el Llanto de Dios.
La realización es el Amor de Dios.

El Mantra Gayatri es divino conocimiento eterno. Cuando este conocimiento alborea en el corazón aspirante del buscador, éste ya no tiene que buscar nada más, ni en la tierra ni en el cielo. Él revela lo que logra. Él manifiesta lo que revela.

En los Vedas hay dos palabras sumamente significativas: satyam y ritam. Satyam es la Verdad en su existencia pura. Ritam es la Verdad en su movimiento dinámico. Existe otra palabra, brihat, que significa vastedad en forma. Lo que llamamos la creación es la manifestación del No-manifiesto, asat. De acuerdo a nuestras escrituras, la manifestación tuvo lugar con el anahata dhvani, el sonido silente, Aum.

El Mantra Gayatri está dedicado a Savita, el Creador. La raíz de la palabra Savita es su –‘crear’ o ‘desprender’. Este mantra se conoce también como Mantra Savitri pues Savitri es la shakti de Savita. Este mantra fue visualizado por Vishvamitra, el gran rishi. Savita es considerado como Brahma, Vishnu y Shiva. Brahma, el Creador, con Brahmani como su shakti; Vishnu, el Preservador, con su shakti, Vaishnavi; y Shiva o Rudra, el Destructor, con su shakti, Rudrani, visitan regularmente al Brahman. El Águila es el ave-vehículo de Vishnu. El Cisne es el ave-vehículo de Brahma. El Toro es la bestia-vehículo de Shiva.

El Mantra Gayatri es la aguja magnética divina. La aguja magnética señala hacia el norte, por tanto el barco no pierde su dirección. El Mantra Gayatri siempre señala hacia la Altura Trascendental del Supremo, por tanto el buscador no pierde su Meta: Existencia, Conciencia, Dicha.


UPA 7. Universidad Columbia, Nueva York, NY, 10 Dieciembre 1971

El comienzo de la travesía, el cierre de la travesía8

Vida y muerte, Atman y Paramatman9

Los Upanishads provienen de los Vedas. Contienen los registros de Verdades eternas. Estas Verdades fueron descubiertas por varios videntes, en épocas diferentes, y transmitidas luego a la humanidad.

La vida es un problema. Así también la muerte. Los aspirantes Arios del pasado remoto querían resolver estos dos problemas. Pronto se dieron cuenta de que sus sentidos no podrían servirles casi de ninguna ayuda en la resolución de estos dos problemas mayores. También se dieron cuenta de que únicamente el conocimiento de la Realidad última puede resolver, de una vez por todas, los problemas de la vida y la muerte.

Súbitamente, aparecieron dos soldados divinos. Nadie sabe de dónde vinieron. Ellos eran la Inspiración y la Aspiración. El primer soldado, la inspiración, les ordenó: “Abandonad el estudio del cuerpo”. Inmediatamente ellos lo hicieron. El segundo soldado, la aspiración, les ordenó: “Emprended el estudio del alma”. E inmediatamente lo hicieron. He aquí, el Rey y la Reina de la Ribera Dorada del Más Allá galardonaron a los buscadores, a los videntes, y a los conocedores de la Luz y la Verdad.

¿Qué es lo que los Upanishads dicen realmente? Si le preguntas a un buscador occidental, él inmediatamente dirá, “Muy sencillo. Siéntate a los pies del Maestro y aprende”. Si le preguntas lo mismo a un buscador oriental, él dirá tranquilamente, “Muy difícil. Transforma la oscuridad humana en Luz divina”. Tanto el buscador occidental como el oriental están perfectamente en lo cierto. Sin Maestro, no hay ningún descubrimiento de la Realidad trascendental. Sin la transformación de la oscuridad, no hay manifestación de la Divinidad en la tierra.

¿Quién necesita la Verdad? Un buscador. ¿Cuándo logra la verdad? Logra la Verdad cuando se convierte en el amante entregado y divino.

Su primer logro es Dios el Creador.
Su segundo logro es Dios el Preservador.
Su tercer logro es Dios el Transformador.
Su cuarto logro es: Tú eres Eso.
Su quinto logro es: Yo soy Eso.
Su sexto logro es: Él y yo somos uno.
Su séptimo logro es: Él soy yo.
En el Creador él ve.
En el Preservador él siente.
En el Transformador él deviene.

El corazón de los Upanishads es el Purusa. La vida del Purusa es el mensaje de los Upanishads. ¿Quién es el Purusa? El Purusa es el habitante real en el cuerpo del universo. El Purusa es triple: el atman externo, el Atman interno, y el Paramatman.

El atman externo es el cuerpo físico denso. El atman externo es aquello que crece en el cuerpo, con el cuerpo, y para el cuerpo. El atman externo es la identificación del propio cuerpo con el aspecto denso de la vida. Aquí vivimos, somos lastimados, lastimamos a los demás, disfrutamos del placer de los demás, ofrecemos placer a los demás. Este atman existe, cambia, se desarrolla, y finalmente se marchita.

El atman interno es el Ser discriminatorio. El atman interno se identifica con la conciencia terrestre aspirante. Se identifica con el aire, el éter, el fuego, el agua, y la tierra. El atman interno es el pensador, el hacedor, y el mensajero directo de Dios. El atman interno manifiesta su realización interna a través de la experiencia externa.

El Paramatman se revela a través del proceso de Yoga. No ha nacido, ni muere. Está más Allá de todas las cualidades. Lo penetra todo, es inimaginable e indescriptible. Es la Realidad de la Eternidad, y la Divinidad de la Realidad.

Cada Upanishad es una poderosa gota de la fuente de la Vida eterna. Esta gota puede fácilmente curar los fecundos males de la vida humana. El Poder infinito de esta gota nos puede liberar de la rotación sin fin del nacimiento y la muerte humanos.

La mente, asistida por el cuerpo, crea esclavitud. El corazón, asistido por el alma, ofrece liberación. La mente no-aspirante piensa pensamientos inútiles y se viene abajo. Piensa demasiado y se hunde demasiado rápido. El cuerpo ciego está constantemente cavando su propia tumba. El corazón quiere amar y ser amado. Dios le da al corazón la vida de la unidad. El alma quiere revelar a Dios. Dios colma al alma, y al hacerlo, Él hace descender el mensaje de la perfección en la divinidad de la Realidad manifestada.


UPA 6. Universidad Brown, Providence, RI, 9 febrero 1972

La existencia, la no-existencia y el origen10

Sat y asat son dos términos en la filosofía india con los que nos cruzamos a menudo. Sat significa ‘existencia’, y asat significa ‘no-existencia’. La existencia es algo que deviene, crece y colma. La no-existencia es algo que niega su propia realidad y su propia divinidad. La existencia está por doquier, pero la existencia sólo tiene su valor o su significado cuando la divinidad es visible en ella. Si la divinidad no adquiere importancia en la existencia, entonces esa existencia es inútil. La divinidad es el soplo de vida de la existencia. La divinidad colma nuestra conciencia aspirante y revela nuestra propia inmortalidad aquí en la tierra, sólo cuando vemos la divinidad como algo infinito y eterno.

La existencia es apreciada por la conciencia aspirante y por la propia Realidad más elevada de Dios. La realidad y la existencia tienen que ir juntas. La realidad sin la existencia es un imposible, y la existencia sin la realidad es un absurdo. La Realidad Divina y la Existencia Divina siempre van juntas.

La existencia se expresa sólo a través de la Verdad. Esta Verdad conquista todo lo que es falsedad. La consigna de la India, Satyam eva jayate, significa ‘Sólo la Verdad triunfa’. ¿Qué es esta Verdad? Esta Verdad es a la vez la Profundidad del Corazón de Dios y la Altura de la Cabeza de Dios.

La Verdad es nuestra promesa interna. Nuestra promesa interna, la promesa del alma, es que realizaremos a Dios en esta encarnación, no por las buenas o por las malas, sino bajo la guía capaz de nuestro Maestro espiritual, pues sentimos que esto es lo que el Supremo en nuestro interior quiere. ¿Para qué? Para que podamos servirle a Su propia Manera.

La manera más elevada de percibir esta Verdad, es sentir lo siguiente: “Si Él no quiere que yo Le realice en este encarnación, sino en alguna encarnación futura, estoy completamente preparado para acatar su decisión”. Pero el buscador debe tener un sentimiento dinámico. Si tan sólo dice, “Ah, déjame desempeñar mi papel. Déjame ser amable, sincero, honrado, obediente, y cuando llegue el momento, Él lo hará todo”, entonces viene la relajación. Muy a menudo, cuando decimos, “Déjame desempeñar mi papel, y Dios se hará cargo de mi realización”, efectivamente, Dios se hace cargo de nuestra realización. Pero si sentimos que podemos llegar a estar plenamente realizados lo antes posible, entonces podemos ser de gran ayuda para Dios, entonces estamos destinados a alcanzar nuestra realización más rápidamente.

Sólo cuando tenemos Paz, Luz y Dicha, podemos prestarle verdadero servicio a la humanidad. La idea de la realización de Dios a la hora elegida por Dios debe venir desde lo más profundo de nuestro corazón, y no de nuestro conocimiento mental. Desafortunadamente, por lo general no proviene del corazón, sino que sólo proviene de la mente lista que dice, “He leído en ciertos libros y escuchado del Maestro, que si no quiero nada de Dios, entonces Dios me lo dará todo”. Es mejor orar a Dios para que te conceda paz mental y así puedas ver la Verdad en su totalidad. Pedirle a Dios paz mental no es un crimen. Si no tienes paz mental, dondequiera que estés, ya sea en el metro, en el campo, o en Times Square, no habrá ningún Dios allí para ti. Dios nos ha dado algo de inteligencia. Si en la mañana dices, “Dios, de Ti depende si he de comer o no. Yo sencillamente me quedaré aquí en cama”, Dios no va a poner la comida en tu boca. No, Dios te ha dado la inteligencia necesaria para saber que tienes que hacer un cierto esfuerzo. Tienes que salir de la cama, tomar una ducha y comer por tu propio esfuerzo.

En la vida interna, si quieres pureza, humildad, paz mental, y otras cualidades divinas, entonces tienes que hacer un esfuerzo para obtenerlas. Es cierto que si no rezas a Dios por nada en especial, entonces Él te lo dará todo, pero esta verdad debe ser entendida en su forma más elevada. Si no rezas a Dios, o aspiras por la realización de Dios, o siquiera piensas en Dios, ¿ cómo esperas entonces que Dios te lo dé todo? Él te lo dará todo en virtud de tu fe absoluta en Él combinada con tu sincero llanto interno.

Los Upanishads provienen de los Vedas. Ahora bien, ¿cuál es la diferencia entre los dones que recibimos de los Vedas y los dones que recibimos de los Upanishads? Los Vedas son como un depósito –allí está todo, pero no está guardado en orden adecuado. Además, hay allí unas cuantas cosas que carecen de importancia para el mundo moderno, para la vida del día de hoy, para seres humanos evolucionados, para la mente inteligente o desarrollada. Los Upanishads acuden a nuestro socorro. Ellos toman la inspiración y la aspiración de los Vedas, pero tienen su propia originalidad. Todo lo que es bueno en los Vedas es tomado gustosamente por los Upanishads, y ofrecido de un modo especial.

Sin los Vedas, los Upanishads no existen. Los Vedas son la fuente. Pero la riqueza de los Vedas puede ser ofrecida adecuadamente a la humanidad en general sólo a través de los Upanishads. Los Upanishads tienen la capacidad de entrar en la fuente, y la capacidad de ofrecer la riqueza iluminadora y colmadora de la fuente de una manera que puede ser aceptada y entendida por la humanidad en su conjunto. Son el fin o la crema de los Vedas; son llamados Vedanta. En el plano mental, en el plano espiritual, en el plano psíquico, en el plano moral, todos los logros de la India provienen de la conciencia pulida, desarrollada, aspirante e iluminadora de los Upanishads.

El budismo es una forma de la filosofía Vedanta. Pero la filosofía de Buda enfatiza un aspecto especial del Vedanta. Hablamos de Buda como el Señor de la Compasión. Hablamos de la ética moral de Buda. ¿De dónde vino todo esto? Del Vedanta. Pero al expresar la verdad vedántica o upanishádica, Buda ofreció su propia luz interna de una manera específica. Es por eso que a los seres humanos ordinarios les resulta difícil creer que el Vedanta fue la fuente original de las enseñanzas de Buda.

En el mundo occidental tenemos a Pitágoras y a Platón, dos grandes filósofos. Podemos ver que la filosofía de ambos, y especialmente la de Platón, ha sido fuertemente inspirada por el pensamiento upanishádico. Desafortunadamente, la gente cree que el mundo occidental no aceptó nada de fuentes orientales, pero no es cierto. El sufismo, el misticismo emocional o psíquico de occidente también proviene de la misma fuente, los Upanishads.

El mundo ha recibido muchas cosas significativas de los Upanishads, pero desafortunadamente el mundo no quiere darle reconocimiento a la fuente. Ningún problema. Un niño toma dinero de sus padres y le dice a sus amigos que es su dinero. Los amigos de su misma edad creen que es suyo, pero los adultos dirán, “Él no trabaja. ¿De dónde puede conseguir dinero?” Ellos saben que lo ha obtenido de sus padres. Millones de personas han sido inspirados por el saber upanishádico, consciente o inconscientemente. En la India y en occidente hay muchos caminos, muchas religiones, que han tomado abundante luz de los Upanishads. Pero les resulta difícil darle crédito a la fuente.

Los Videntes upanishádicos residen en nuestro interior. Ellos no necesitan apreciación o reconocimiento alguno. ¿Qué es lo que quieren? ¿Qué es lo que esperan? De los buscadores genuinos y seguidores de la verdad, lo que ellos quieren y esperan es la aplicación de la Verdad que ha sido ofrecida. Si la Verdad es aplicada en nuestra vida diaria, sin importar de dónde haya provenido, la divinidad cobrará mucha importancia en nosotros, y la divinidad le ofrecerá apreciación, admiración y glorificación a la fuente. Incluso Dios no espera o demanda nada más de nosotros siempre y cuando apliquemos la Verdad en nuestras propias vidas, de manera consciente, constante, devota, fervorosa e incondicional.


UPA 10. Universidad de Connecticut, Storrs, Connecticut, 11 febrero 1972

Olas-llamas del Mar-Upanishad, 1ª parte

UPA:11-24. Universidad Rutgers, New Brunswick, NJ, 18 febrero 1972

I. Meditamos en la gloria trascendental…

Transliteración

Aum bhur bhuvah svah
Tat savitur varenyam
Bhargo devasya dhimahi
Dhiyo yo nah pracodayat.

Traducción

Meditamos en la gloria trascendental de la Deidad Suprema, que está dentro del corazón de la tierra, dentro de la vida del firmamento, y dentro del alma del cielo. Que Él estimule e ilumine nuestras mentes.

Comentario

La iluminación es necesitada; aquí está la respuesta. La iluminación trascendental transforma lo animal en nosotros, libera lo humano en nosotros, y manifiesta lo Divino en nosotros.

II. La Infinitud es aquello…

Transliteración

Purnam adah, purnam idam, purnat purnam udacyate.
Purnasya purnam adaya purnam evavasisyate.

Traducción

La Infinitud es aquello.
La Infinitud es esto.
De la Infinitud, la Infinitud ha venido a la existencia.
Cuando de la Infinitud se quita la Infinitud, queda la Infinitud.

Comentario

La Infinitud es el Hálito encubierto del Piloto Supremo.
La Infinitud es la Vida revelada del Barco del Supremo.
La Infinitud es el Cuerpo colmado de la Meta Suprema.

III. Condúceme de lo irreal a lo Real…

Transliteración

Asato ma sad gamaya
Tamaso ma jyotir gamaya
Mrtyor ma amrtam gamaya.

Traducción

Condúceme de lo irreal a lo Real.
Condúceme de la oscuridad a la Luz.
Condúceme de la muerte a la Inmortalidad.

Comentario

Lo irreal en nosotros desea la vida-placer de lo finito. Lo Real en nosotros aspira a la Vida-Dios de lo Infinito.

La oscuridad es la descubridora de la mente dubitativa y frustrada. La Luz es la descubridora del corazón aspirante y dedicado.

Muerte –¿Dónde está el gato? Maullando en ningún sitio. Inmortalidad –¿Dónde está el león? Rugiendo por doquier.

IV. Más pequeña que…

Transliteración:

```
Anor aniyam mahato mahiyan
Atmasya jantor nihito guhayam.

Traducción

V. He conocido a este Gran Ser…

Transliteración:

Vedaham etam purusam mahantam
Adityavarnam tamasah parastat.

Traducción

He conocido a este Gran Ser, refulgente como el sol más allá de los confines de la tenebrosa penumbra.

Comentario

Antes de nuestra realización, este Gran Ser sació la sed de nuestro corazón.
Después de nuestra realización, nosotros alimentamos el hambre del alma de este Gran Ser.

VI. Sólo la Verdad triunfa

Transliteración

Satyam eva jayate.

Traducción

Sólo la Verdad triunfa.

Comentario

La Verdad es la Corona de Dios, ofrecida a Dios por Dios Mismo.
Realizada la Verdad, Dios es capturado para siempre.

VII. Por amor a los dioses…

Transliteración

Devebhyah kam avrnita mrtyum
Prajayai kam amrtam navrnita.

Traducción

Por amor a los dioses, él (Brihaspati) eligió la muerte.
No eligió la Inmortalidad, por amor al hombre.

Comentario

Brhaspati alberga la vida fluyente de los dioses y atesora el amor resplandeciente del hombre.

VIII. Para nuestro cuerpo…

Transliteración

Uru nastanve tan
Uru ksayaya naskrdhi
Uru no yandhi jivase

Traducción

Para nuestro cuerpo, danos libertad.
Para nuestra morada, danos libertad.
Para nuestra vida, danos libertad.

Comentario

La Compasión de Dios es la libertad de nuestro cuerpo. El Interés de Dios es la libertad de nuestra morada. El Amor de Dios es la libertad de nuestra vida.

IX. Agni es Luz…

Transliteración

Agnir jyotir jyotir Agnir
Indro jyotir jyotir Indrah
Surye jyotir jyotih Suryah.

Traducción

Agni es Luz y la Luz es Agni.
Indro es Luz y la Luz es Indrah.
Surye es Luz y la Luz es Suryah.

Comentario

La Luz es Amor revelado.
La Luz es Vida manifestada.
La Luz es Dios colmado.

X. Del Deleite vinimos…

Transliteración

Anandadd hy eva khalv imani bhutani jayante,
Anandena jatani jivanti
Anandam prayantyabhisam visanti.

Traducción

Del Deleite vinimos a la existencia.
En el Deleite crecemos.
Al cierre final de nuestro viaje, en el Deleite nos retiramos.

XI. El Rostro de la Verdad…

Transliteración

Hiranmayena patrena satyasyapihitam mukham;
Tat tvam, pusan, apavrnu, satya-dharmaya drstaye.

Traducción

El Rostro de la Verdad está cubierto con un brillante orbe dorado. Apártalo, oh Sol, para que yo, que soy devoto de la Verdad, pueda contemplar la Verdad.

Comentario

El Rostro de la Verdad nos despierta.
El Ojo de la Verdad nos alimenta.
El Corazón de la Verdad nos construye.

XII. Que Él nos proteja juntos…

Transliteración

Saha nau avatu, saha nau bhunaktu
Saha viryam karavavahai.

Traducción

Que Él nos proteja juntos.
Que Él nos posea juntos.
Que Él nos conceda vigor y virilidad.

Comentario

Dios, el Guru y el discípulo:
Dios es Compasión y Protección;
el Guru es Interés;
el discípulo es dedicación.
Cuando estos tres trabajan juntos, la perfecta Perfección brilla, y brillará por toda la eternidad.

XIII. ¿Qué he de hacer con las cosas…

Transliteración

Yenaham namrta syam,
Kim aham tena kuryam

Traducción

¿Qué he de hacer con las cosas que no pueden hacerme inmortal?

Comentario

Dios está eternamente orgulloso del hombre porque éste encarna la Inmortalidad de Dios.

XIV. Dulce sea mi partida…

Transliteración

Madhuman me parayanam
Madhumat punarayanam.

Traducción

Dulce sea mi partida de casa.
Dulce sea mi regreso.

Comentario

Mi dulce partida de mi hogar eterno me ha hecho sentir lo valiente que soy.
Mi dulce regreso a mi hogar eterno me hará sentir lo afortunado que soy.

Olas-llamas del Mar-Upanishad, 2ª parte

UPA 25-34. Universidad Fordham, Bronx, NY, 28 febrero 1972

I. Oh Agni, oh Dios Fuego…

Transliteración

Agne naya supatha, raye asman;
Visvani, deva, vayunani vidvan;
Yuyodhyasmaj juharanam eno
Bhuyistham te nama-uktim vidhema.

Traducción

Oh Agni, oh Dios Fuego, guíanos a través del sendero correcto para que podamos gozar de los frutos de nuestras acciones divinas.
Tú conoces, oh Dios, todos nuestros hechos.
Oh Dios, llévate de nosotros todos nuestros pecados no-aspirantes y esclavizantes, y destrúyelos.
A Ti te ofrecemos nuestras fecundas, fervorosas salutaciones y oraciones.

Comentario

La aspiración del corazón es el sendero correcto.
La Compasión de Dios es la guía genuina.
Los frutos de nuestras acciones divinas son la Paz, la Luz y la Dicha.
El pecado es la sonrisa de la esclavitud auto-limitadora.
En nuestras oraciones y salutaciones reside Dios el Salvador iluminador.

II. ¡Despierta! ¡Levanta!…

Transliteración

Uttisthata jagrata prapya varan nibodhata;
Ksurasya dhara nisita duratyaya;
Durgam pathas tat kavayo vadanti.

Traducción

¡Despierta! ¡Levanta!, realiza y alcanza lo Más Elevado con la ayuda de los Maestros que iluminan, guían y colman.
El sendero es tan agudo como el filo de una cuchilla, difícil de atravesar, duro de transitar –así lo declaran los doctos sabios.

Comentario

“¡Levántate! Necesitas a Dios.
¡Despierta! Dios te necesita”.
¿Quién trae este mensaje? El Maestro.
El camino puede ser largo, pero no interminable. La meta no es sólo una vida sin fin, sino un hálito inmortal siempre-energizante. Un docto sabio es aquél cuya vida externa es la manifestación de la vida interna de la Verdad.

III. El Infinito es la felicidad…

Transliteración

Yo vai bhuma tat sukham,
Nalpe sukham asti,
Bhumaiva sukham.

Traducción

El Infinito es la felicidad que satisface.
En lo finito nunca podrá respirar felicidad alguna.
Sólo el Infinito es la felicidad colmadora.

Comentario

La Vida Infinita es el Deleite Infinito.
Lo finito es un extraño para a la Felicidad infinita.
La Infinitud sin el Deleite significa la creación sin Creador. Ciertamente, esto es absurdo.
El Deleite sin la Infinitud significa el Creador sin la creación. Ciertamente, esto es igualmente absurdo.

IV. Allí no brilla el sol…

Transliteración

Na tatra suryo bhati,
Na candra-tarakam,
Nema vidyuto bhanti;
Kuto ‘yam agnih:
Tam eva bhantam anubhati sarvam
Tasya bhasa sarvam idam vibhati.

Traducción

Allí no brilla el sol, ni la luna y las estrellas, ni el relámpago, y menos aún este fuego terrestre.
Sólo cuando la Luz iluminadora brilla, todo lo demás brilla; la Luz auto-reveladora ilumina el universo entero.

Comentario

El sol externo nos pide que veamos, y cuando miramos alrededor vemos todo oscuridad.
El sol interno nos hace ver lo que eternamente somos: la Luz Infinita.

V. Esta alma no puede ser ganada…

Transliteración

Nayam atma balahinena labhyo.

Traducción

Esta alma no puede ser ganada por el débil.

Comentario

Es verdad, un aspirante débil no puede realizar su alma. Por otra parte, ¿quién puede realmente ser fuerte antes de haber realizado su alma?
Un aspirante débil es Dios en Su aspiración perfeccionadora.
Un aspirante fuerte es Dios en Su realización manifestadora.

VI. Ofrecemos nuestras salutaciones supremas…

Transliteración

Yo devo gnau yopsu yo visvam bhuvanam avivesa
Ya osadhisu yo vanaspatisu tasmai devaya namo namah.

Traducción

Ofrecemos nuestras salutaciones supremas a este Ser Divino, que se encuentra en el fuego, en el agua, en las plantas, en los árboles, y que ha entrado y ocupado el universo entero.

Comentario

El fuego es aspiración.
El agua es conciencia.
Una planta es una esperanza trepadora.
Un árbol es una confianza aseguradora.
El Ser Divino es el Hálito oculto y la Vida revelada del universo.

VII. Aquél que conoce y entiende…

Transliteración

Vidyam cavidyam ca yas tad vedobhyam saha
Avidyaya mrtyum tirtva vidyayamrtam asnute.

Traducción

Aquél que conoce y entiende el conocimiento y la ignorancia como uno solo, a través de la ignorancia pasa más allá del dominio de la muerte, a través del conocimiento llega a una Vida eterna, y bebe profundo la Luz de la Inmortalidad.

Comentario

La ignorancia es el conocimiento de la mente física.
El conocimiento es el secreto del alma.
Cuando la mente física entrega su existencia a la iluminación del alma, la muerte muere; la inmortalidad amanece.

VIII. Oh Dioses Cósmicos…

Transliteración

Bhadram karnebhih srunuyama devah,
Bhadram pasyemaksabhir yajatrah;
Sthirair angais tustuvamsas tanubhih,
Vyaséma deva-hitam yad ayuh.

Traducción

Oh Dioses Cósmicos, que podamos escuchar con nuestros oídos humanos todo lo que es auspicioso.
Oh Dioses que sois verdaderamente merecedores de adoración, que podamos ver con nuestros ojos humanos todo lo que es auspicioso.
Que podamos disfrutar nuestra vida recibida de Vosotros, ofreciendo alabanzas constantes con nuestro saludable cuerpo y existencia terrenal a Vosotros.

Comentario

Escuchar algo auspicioso es invocar a Dios la Inspiración y a Dios la Aspiración.
Ver algo auspicioso es sentir a Dios la Luz y a Dios el Deleite.

Trece charlas sobre los Upanishads

Decidí dar trece charlas sobre los Upanishads. Esta de hoy será la treceava charla sobre los Upanishads. Eso significa que hoy llegamos al final de la carrera, la carrera divina. Ya nos acercamos a la meta. Cuando alcancemos la meta ofreceremos nuestra más devota gratitud al Piloto Interno. Además, ofreceré mi gratitud y bendiciones a todos mis discípulos que han hecho los preparativos para yo dar estas charlas en distinguidas universidades. Son ellos quienes están ayudándome a ofrecer la pequeña Luz que tengo al mundo en general.

Filosofía, religión, espiritualidad y yoga de los Upanishads13

La filosofía de los Upanishads.
La religión de los Upanishads.
La espiritualidad de los Upanishads.
El yoga de los Upanishads.

Cuando pensamos en los Upanishads, inmediatamente nuestras mentes entran en esto temas en particular — filosofía, religión, espiritualidad y Yoga.

La filosofía de los Upanishads es la vastedad de la mente.

La religión de los Upanishads es la unidad del corazón.

La espiritualidad de los Upanishads es la inmortalidad del alma.

El Yoga de los Upanishads es la manifestación total de Dios aquí en la tierra.

La vastedad de la mente necesita a Dios, la Conciencia infinita.

La unidad del corazón necesita a Dios, el Amado supremo y eterno.

La inmortalidad del alma necesita a Dios, el Más Allá siempre-trascendente.

La manifestación total de Dios necesita de la constante hambre interna del hombre.

Dios es Pureza en la vastedad de la mente.

Dios es Belleza en la unidad del corazón.

Dios es Vida en la Inmortalidad del alma.

AUM

La filosofía de los Upanishads me dice: “Ve la Verdad”.

La religión de los Upanishads me dice: “Siente la Verdad”.

La espiritualidad de los Upanishads me dice: “Crece en la Verdad”.

El Yoga de los Upanishads me dice: “Deviene en la Verdad”.

Dios me dice: “Tú eres la Verdad”.

Cuando veo la Verdad, conozco lo que la Compasión de Dios es.

Cuando siento la Verdad, conozco lo que el Amor de Dios es.

Cuando crezco en la Verdad, conozco lo que el Interés de Dios es.

Cuando me convierto en la Verdad, conozco lo que la Vida Desinteresada de Dios es, y lo que Su Deber incondicional es.

Cuando comprendo que yo soy la Verdad, la manifestación completa de la Luz de la Divinidad comienza.

Los Upanishads ofrecen a cada corazón aspirante innumerables mensajes. Hay bastantes mensajes que son sumamente significativos y sumamente colmadores al mismo tiempo. He aquí un estupendo mensaje acerca de la vida y la muerte. Antes de la muerte y después de la muerte, ¿qué ocurre? Éste es el mensaje de los Upanishads:

Antes de la muerte, la vida es un buscador.
Después de la muerte, la misma vida se convierte en un soñador.

Antes de la muerte, la vida lucha y se esfuerza por la Perfección.
Después de la muerte, la misma vida descansa y goza de la Dicha divina con el alma.

Antes de la muerte, la vida es la Promesa de Dios.
Después de la muerte, la vida es la Certeza interna de Dios. Notamos esta Certeza de Dios mientras colmamos a Dios en nuestra encarnación futura.

La vida para cada individuo es un acto de inspiración y revelación. La vida es una experiencia; también lo es la muerte. Nuestra vida humana es la llama sagrada de Dios ascendiendo hacia la Fuente más elevada. La muerte humana, la así llamada muerte, es un juego secreto de la Voluntad de Dios.

AUM

Cuando estudiamos los Upanishads, comenzamos con la concentración de la mente. Esta concentración de la mente es la cosa más difícil que jamás podamos pensar. Sabemos lo que es la mente, sabemos lo que es la concentración, pero cuando se trata de la concentración de la mente, es extremadamente difícil de hacer.

En cierta ocasión, unos aspirantes espirituales se dirigieron a su Maestro y le dijeron, “Maestro, hemos estado muchos años meditando –diez largos años. ¿Cómo es que no podemos controlar nuestras mentes?” El Maestro dijo, “Mis niños, la realización de Dios no es tan fácil. Si fuera fácil, a estas alturas ya habríais controlado vuestras mentes. La realización de Dios es algo extremadamente difícil –he aquí la prueba. Consideramos la mente como nuestro mejor instrumento. La consideramos como la parte más elevada, más desarrollada en nuestra vida humana. Pero mirad su impotencia”. Entonces continuó diciendo, “Todos vosotros estáis parados ante mí. Ahora bien, si alguien se pone sobre los hombros de alguno de vuestros hermanos espirituales, ¿qué ocurrirá? Inmediatamente vuestro hermano se sentirá irritado, se sentirá perturbado. Su prestigio será dañado. Él también es un ser humano. ¿Cómo puede alguien atreverse a colocarse sobre sus hombros? Lo mismo le ocurre a la mente. Cuando la mente está agitada por nuestros pensamientos –pensamientos bajos, no-divinos, inoportunos– no nos permite estar lo suficientemente calmados, quietos y serenos para meditar en Dios”.

El origen de la mente es divino; la mente misma es divina. Pero desafortunadamente, la mente que estamos usando ahora mismo es la mente física, la cual no nos puede ayudar en absoluto en nuestro viaje hacia arriba. Esta mente ha aceptado, consciente o inconscientemente, a tres amigos no-divinos: el miedo, la duda, y la envidia. Al comienzo de esta charla dije que la vastedad de la mente es la filosofía de los Upanishads. Ahora bien, cuando la vastedad quiere aparecer ante la mente física, la mente física es golpeada por el horror. Tiene miedo de la vastedad. Más aún, mira su propia insuficiencia, su propia capacidad limitada, y dice, “¿Cómo es posible? Soy tan débil; soy tan impotente; soy tan insignificante. ¿Cómo puede la vastedad aceptarme como suya?” Primero tiene miedo de la vastedad, y luego duda. Duda de la existencia misma de la vastedad. Luego, por la Gracia infinita de Dios, el miedo abandona la mente, y la duda abandona la mente. Pero, ¡ay!, ahora entra la envidia. La mente mira alrededor y ve que hay algo de satisfacción en la vastedad, mientras que en su propia existencia no hay ninguna satisfacción, no hay ninguna alegría. La envidia comienza. El miedo, la duda, la envidia –estas tres fuerzas no-divinas– atacan a la mente y la hacen fútil, indefensa y desesperanzada, en nuestro viaje hacia arriba. Cuando la mente es atacada por el miedo, la duda y la envidia, algo más entra y alimenta la mente de manera consciente y deliberada, y ese algo es nuestro ego. Con el ego se inicia el comienzo de nuestro final espiritual.

AUM

Tenemos que ir más allá del dominio de la mente física con la ayuda de la filosofía, la religión, la espiritualidad y el yoga. La mente buscadora opera en la filosofía. El corazón implorante opera en la religión. El alma iluminadora opera en la espiritualidad. La Meta colmadora opera en el yoga.

Hay dos aproximaciones a la Meta. Una aproximación es a través de la mente, y la otra es a través del corazón. La aproximación de la mente no es segura; no es confiable. Pero uno puede finalmente alcanzar la Meta. No significa que si te aproximas a Dios a través de la mente, no serás capaz de realizar a Dios. Llegarás a realizar a Dios, pero el camino es arduo. Puedes dudar de tu aspiración, puedes dudar de la Compasión de Dios por ti. En consecuencia, puedes tardar cientos, miles de años en alcanzar la Meta. Pero la aproximación a través del corazón es segura y confiable. Podemos hacer una de estas dos cosas: o bien identificarnos con el sujeto o el objeto –con el Piloto Supremo, el Amado Eterno– o bien podemos entregar en cada segundo nuestra existencia al Piloto Interno. O bien tenemos que llegar a ser completamente uno con la Voluntad del Piloto Interno, o tenemos que entregarnos total e incondicionalmente al Piloto Interno. Cuando nos aproximamos a Dios de cualquiera de estas dos maneras, sentimos de inmediato Su Infinitud, Eternidad, Divinidad e Inmortalidad como propiamente nuestras.

Si seguimos los mensajes de los Upanishads paso a paso, si comenzamos primero con la filosofía, luego con la religión, luego con la espiritualidad, y finalmente con el yoga, entonces la realización de Dios no debe ni puede continuar siendo un clamor lejano. El descubrimiento de Dios es nuestro derecho de nacimiento. Si verdaderamente queremos descubrir a Dios, podemos entonces comenzar justo desde el principio: la filosofía, la religión, la espiritualidad y el yoga. Cuando satisfacemos las demandas de la filosofía, la religión, la espiritualidad y el yoga, Dios colma todas nuestras demandas. Sus demandas son muy simples: aspiración y auto-control. Nuestras demandas son los dones de Dios: la Paz, la Luz, la Dicha y el Poder.

¿Nos interesamos verdaderamente por los dones de Dios? Si nos realmente interesamos por los dones de Dios, entonces Dios nos ofrecerá la capacidad de recibir Su riqueza infinita. En nuestra vida ordinaria, cuando queremos algo de otra persona, esa otra persona no nos va a dar la capacidad para recibirlo. La persona exigirá nuestra propia capacidad. Si tenemos la capacidad, si trabajamos un día, entonces el jefe nos dará el salario. Pero en la vida espiritual, Dios quiere saber si realmente queremos el salario –la Paz, la Luz y la Dicha. Si las queremos, entonces Él Mismo nos energizará y será nuestra aspiración y nuestro auto-control. Él trabajará en nosotros y a través de nosotros. Él trabajará como el buscador dentro de nosotros, y al mismo tiempo trabajará como el Piloto para nosotros. Él mismo será el Empleador y el empleado. Si queremos realmente a Dios, Dios desempeñará ambos papeles al mismo tiempo. Él será el Donador y el receptor. Él será el buscador y el Colmador.


UPA 34. Universidad de Massachusetts, Amherst, MA, 1 marzo 1972

Introducción del editor para la primera edición.

¿Qué tiene la India para ofrecer al mundo, a este dinámico mundo nuestro que ansía al mismo tiempo dinero, poder, fama, paz, amor y satisfacción? A este mundo implorante, India le ofrece su tesoro inexhaustible, su poder todo-amoroso, su gloria perenne, su insondable paz, inefable deleite y eterna plenitud. India ofrece los Upanishad, la ofrenda del alma de la India.

¿Quieres dinero? Los Upanishad te enseñaran a obtenerlo. ¿Te interesan el poder, honor, nombre y fama? Los Upanishad te enseñaran cómo adquirirlos. ¿O prefieres las realidades superiores —paz, luz y deleite interior? Éstas también —especialmente éstas— los Upanishad te enseñaran cómo lograrlas. Ya te intereses por lo temporal o por lo eterno, los Upanishad encarnan el sendero que te llevará a tu objetivo.

Upanishad quiere decir “conocimiento de Brahma” o “el conocimiento de Dios”. Este conocimiento ilumina la oscuridad terrenal y transforma la ignorancia humana. Al final de nuestro viaje espiritual vemos a la oscuridad convirtiéndose en luz y la ignorancia en sabiduría interior.

En este libro, Sri Chinmoy, reconocido filósofo y maestro espiritual de la India, ofrece su iluminadora luz sobre los principales Upanishad a todos los buscadores de la Verdad. Del vasto mar de sabiduría ofrecido en los Upanishad, Sri Chinmoy aísla y expande las verdades más inspiradoras e iluminadoras. De sus trece charlas sobre los Upanishad el lector aspirante puede extraer tremenda asistencia en el entendimiento de los secretos plasmados por los antiguos sabios de la India.

Brahman, el Ser, la naturaleza de la fuerza de vida del hombre, la esencia del sacrificio, el ser y el no-ser, la evolución del alma, el Mantra Gayatri, la vida y la muerte — estos son algunos de los temas con los que trata Sri Chinmoy. Su penetrante visión intuitiva le muestra el corazón mismo de la sabiduría upanishádica, y en su lenguaje sublime y elevador del alma él clarifica problemas filosóficos que pueden confundir a grandes estudiosos y buscadores avanzados.

En Sri Chinmoy sus discípulos, seguidores y admiradores hallan la más sincera atención. Su sabiduría interna y su amor-luz divino sirven y guían a la mente humana buscadora y al corazón humano aspirante. A menudo sucede que uno experimenta la Verdad y otro, sin experimentarla, explica la Verdad. Los sabios indios del pasado lejano experimentaron la Verdad. Después, muy pocos maestros espirituales indios han tenido la experiencia de esa misma Verdad elevadísima. Pero muchos eruditos y escritores indios se han convertido en exponentes de los conocimientos Védico y Upanishádico sin haber tenido ni un ápice de experiencia interna e la Verdad última. Ese no es el caso de Sri Chinmoy, ya que él ha experimentado esta Verdad última. Si comprensión de los Upanishad no proviene de la mera aplicación intelectual, sino de la experiencia personal directa de estas verdades internas.

En Sri Chinmoy los buscadores sinceros no sólo ven la encarnación de la Verdad eterna en su pura vida y alma, sino también su espontánea revelación y conmovedora manifestación.

Los videntes upanishádicos están orgullosos de Sri Chinmoy porque él es. Sri Chinmoy está orgulloso de ellos porque en su existencia interna está siempre con ellos en el resplandeciente Sueño del Supremo que está deviniendo en la manifestadora Realidad del Supremo.

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