17.

Esta mañana acusé a Dios
de haber hecho el Cielo superior a la tierra.

Él negó mi acusación y dijo:
“Ofrezco por igual Mis Bendiciones
al Cielo y a la Tierra.


El Cielo está conmigo y en Mí.
Por eso el Cielo es eternamente divino.
La tierra es de Mí y para Mí.
Por eso la tierra está evolucionando eternamente
    hacia Mi Perfección transcendental.”