176.

Los barcos del amor a Dios
y de la devoción a Dios
navegan despacio y seguros
hacia el Destino.
El barco de la entrega a Dios
aún duerme profundamente.
Pero en el Nuevo Milenio
estos tres barcos navegarán
con increíble rapidez
hacia la Ribera Dorada,
para la transformación de la vida humana,
la perfección del corazón humano
y la manifestación
de la Luz y el Deleite de Dios
en cada rincón del globo.