Escena primera
(El Príncipe Sidharta está paseando en el jardín en estado contemplativo. De repente, un pájaro cae delante de él).SIDHARTA: ¡Ah, pobre pájaro! Mi corazón está sangrando por ti. ¿Quién te ha hecho esto? ¿Quién te ha lastimado? ¿Quién ha apuntado esta flecha hacia ti? ¡Pobre pájaro inocente! Déjame sacar la flecha de tu cuerpo. (Retira la flecha). Ahora voy a intentar curarte.
(Entra Devadatta).
DEVADATTA: Sidharta, este es mi pájaro. ¿Con qué derecho te quedas con mi pájaro? ¡Dámelo!
SIDHARTA: No, este es mi pájaro, Devadatta.
DEVADATTA: ¡Tu pájaro! Yo disparé a este pájaro. Me pertenece. Esta es mi flecha. Apunté al pájaro y cayó aquí. Es mío, mío, es mi propiedad, mi posesión.
SIDHARTA: Devadatta, si yo no le hubiera sacado la flecha, el pájaro estaría muerto ahora.
DEVADATTA: La cuestión no es si el pájaro habría muerto o no habría muerto. El pájaro está vivo, y es mi posesión. Ha sido mi poder, mi habilidad, mi capacidad lo que ha hecho caer el pájaro a la tierra. No puedes quedártelo. Todos te aprecian y admiran por tu corazón, por tu amabilidad. Pero dejemos que el mundo aprecie ahora mi capacidad, mi habilidad. Tú queda satisfecho con lo que tienes: el amor. Y yo estaré satisfecho con lo que tengo: el poder. Mi poder, mi habilidad en el tiro al arco se merece este pájaro, no tu amor.
SIDHARTA: Oh, Devadatta, tú tienes el poder de matar, y yo tengo el poder de amar. Pero, puesto que yo tengo a este animal, este pobre pájaro inocente, no lo recuperarás.
DEVADATTA: Sidharta, hay un tiempo para escuchar tu filosofía, y hay personas para escuchar tu filosofía. Pero este no es el momento, y yo no soy la persona. Puedes promover tu filosofía a otros que quieran ser como tú, que quieran vivir en el mundo de la luna y no tener ningún sentido práctico. La vida tiene que ser práctica. La vida necesita fuerza, la vida necesita vigor. Pero la tuya es una vida de holgazanería y falsa amabilidad. Deberías ser fuerte. Eres el Príncipe, y pronto tendrás que gobernar tu Reino. Esta clase de falsa actitud no te ayudará de ninguna manera. Lo que yo he hecho hoy, tú lo harás millones de veces más. Yo he estado a punto de matar a un pájaro. Un día tú matarás hombres. En ese momento tu filosofía cambiará.
SIDHARTA: No, Devadatta, mi filosofía seguirá siendo siempre la misma. Mi filosofía es la filosofía de la compasión, y no la filosofía de la destrucción.
DEVADATTA: Tú quédate con tu filosofía, y deja que yo me quede con la mía. Mi filosofía es poder. Tu filosofía es compasión. Me parece muy bien. Ahora dame mi pájaro.
SIDHARTA: Lo lamento, no te lo daré.
DEVADATTA: ¿Estás preparado para ir a la corte a pelear por este pájaro?
SIDHARTA: Sí, estoy completamente preparado.