Escena cuarta
(El Rey Udayan de Kaushambi y su esposa, Magandiya).UDAYAN: Magandiya, ¿por qué hablas siempre mal de Buda?
MAGANDIYA: ¡Lo odio! ¡Lo odio! ¡Lo odio! ¡Me ha insultado! ¡Debo vengarme!
UDAYAN: ¡Qué extraño, qué extraño! ¿Buda, entre todas las personas, te ha insultado? ¿Cómo? ¿Cuándo?
MAGANDIYA: Antes de casarme contigo, yo le amaba profundamente. Pero él rechazó mi amor de manera brutal.
UDAYAN: Me sorprende. Estoy seguro de que rechazó tu amor amablemente y no brutalmente.
MAGANDIYA: Di lo que quieras; para mí Buda no es un hombre de compasión. Para mí es un hombre de crueldad. Crea frustración en los corazones de los demás. Crea destrucción en las vidas de los demás.
UDAYAN: Pero, ahora que te has casado conmigo, ¿no eres feliz conmigo, mi querida?
MAGANDIYA: Sí, lo soy, pero un insulto es un insulto. No puedo olvidar el insulto de Buda ni puedo perdonarle.
(Entra el guardián).
GUARDIÁN (saluda al Rey y a la Reina): Buda y sus discípulos están ansiosos por verle, Su Majestad.
UDAYAN: Por favor hagan entrar a Buda y a sus discípulos. Estoy muy contento de que Buda haya venido a mi palacio por su cuenta.
(Sale el guardián).
MAGANDIAYA: ¡Buda! ¡Buda! Pienso en el demonio y el demonio aparece. No puedo soportar a Buda. ¡No lo soporto para nada! ¡Tú te quedas con tu Buda, pero yo me voy!
(Sale enojada, rompiendo un jarrón).
(Entran Buda y sus discípulos. Udayan le ofrece un fervoroso saludo).
UDAYAN: Buda, por favor toma asiento en este trono.
BUDA: Rey Udayan, prefiero sentarme en el suelo.
(Buda se sienta).
UDAYAN: Si te sientas en el suelo, mi asiento debe estar en el suelo también, Señor Buda. (Se sienta).
BUDA: Hijos míos, siéntense. (Todos los discípulos se sientan). ¿Dónde está la Reina?
UDAYAN: Está extremadamente ocupada. Me temo que no podrá reunirse con nosotros.
BUDA: Comprendo, Rey Udayan. Durante algún tiempo usted estará ocupado escuchando mis enseñanzas espirituales, y ella estará ocupada insultándome y maldiciéndome.
UDAYAN: Oh Buda, nadie puede ocultarte nada. Eres todo conocimiento.
(Buda sonríe).
ANANDA: Oh Señor, ¿por qué vienes a este Reino de Kaushambi en donde la Reina es tan hostil hacia ti? En nuestro camino a palacio, muchas personas se burlaban de ti, te insultaban y te amenazaban. Sabes perfectamente bien que es la Reina quien los ha estado instigando en los últimos años a decirte y hacerte todas estas cosas no divinas.
BUDA: Ananda, mi más devoto discípulo, dime algo: si vamos a otro lugar y allí somos insultados, si somos criticados y amenazados del mismo modo que hemos sido tratados en este Reino, ¿qué sugieres que hagamos entonces?
ANANDA: Señor, deberíamos movernos inmediatamente a algún otro lugar.
BUDA: Y en el nuevo lugar, si también nos encontramos con el mismo problema, ¿qué deberíamos hacer?
ANANDA: Entonces, Señor, deberíamos ir a algún otro lugar.
BUDA: Ananda, si sucede lo mismo una y otra vez en todos los sitios que vayamos, ¿qué harás?
ANANDA: Cada vez que somos criticados e insultados, pienso que deberíamos irnos a un nuevo lugar para respetar nuestro destino.
BUDA: Oh Ananda, hijo amorosísimo, si nos mudamos de un sitio a otro con la idea de encontrar un mejor lugar para manifestar la Verdad, nunca tendremos éxito. La Verdad ha de ser manifestada aquí en donde estamos, y no en otro sitio. Una vez establecida aquí la Verdad, en un abrir y cerrar de ojos la Verdad será constituída en todas partes. O aquí o en ningún otro lugar debe establecerse la Verdad. Una y otra vez debo decírtelo Ananda, la Verdad tiene que ser vista, sentida y realizada dentro, y después manifestada sobre la tierra, dondequiera que estemos, y en ningún otro sitio.