Voy afuera, vengo adentro. Vol. 2

Volver al índice

34.

Voy afuera, ¡ay!,
sólo para descubrir
que me he convertido
en mi mente presumida.

Vengo adentro y, ¡he aquí!,
para mi gran satisfacción
me he convertido
en mi vida de humildad.

35.

Voy afuera,
   y me siento con Dios-el-Poder,
en la casa de mi vida.

Vengo adentro
   y me siento a los Pies de Dios-la-Paz,
en el hogar de mi corazón.

36.

Voy afuera
y llego a comprender
que si tengo esperanza
lo tengo todo.

Vengo adentro
y comprendo
que si tengo promesa
pertenezco a todos
y todos me pertenecen.

37.

Cuando voy afuera,
mi mente me dice
que incluso si no deseo el día de hoy,
el mañana viene invariablemente.

Cuando vengo adentro,
mi corazón me dice
que si no aspiro hoy,
¡el mañana quizás no venga nunca!

38.

Cuando voy afuera,
los ladridos de los perros de la duda me asustan.

Cuando vengo adentro,
el enriquecedor perro de la fe me ilumina.

39.

Voy afuera
y multiplico desprevenidamente
mis sueños de deseo.

Vengo adentro
y salvaguardo muy cuidadosamente
mis sueños de aspiración.

40.

Voy afuera
para ganar los favores
de la mente de la humanidad.

Vengo adentro
para recoger los tesoros
del corazón de la Divinidad.

41.

Cuando voy afuera tan solo un poco,
veo a mi Señor derramando amargas lágrimas.
Le pregunto la razón
y mi Señor me dice:
«Hijo mío, lloro porque tu vital
es muy inseguro».

Cuando vengo adentro tan solo un poco,
veo a mi Señor derramando amargas lágrimas.
Le pregunto la razón
y mi Señor me dice:
«Hijo mío, lloro porque tu mente es muy impura».

42.

Cuando voy afuera,
mi Señor mira mi mente siempre marchita
con la mayor simpatía.

Cuando vengo adentro,
mi Señor mira mi corazón siempre verde
con el mayor orgullo.

43.

Cuando voy afuera,
la Paciencia de Dios
aguanta a mi mente siempre inflexible.

Cuando vengo adentro,
el Orgullo de Dios
atesora mi vida siempre entregada.

44.

Voy afuera
para buscar la felicidad en la distancia.

Vengo adentro,
y me convierto en el hálito de la felicidad
justo en mí interior.

45.

Cuando voy afuera,
observo la danza de la autoimportancia
a todo mi alrededor,
e invariablemente participo.

Cuando vengo adentro,
escucho la canción de la importancia de Dios
en los más íntimos rincones de mi corazón,
e inmediatamente participo.

46.

Cuando voy afuera,
las sonrisas de mi propia mente
me confunden.

Cuando vengo adentro,
las lágrimas de mi propio corazón
me iluminan.

47.

Voy afuera
y le digo al mundo exterior
que Dios me ha enviado
para enseñar Su Filosofía.

Vengo adentro
y le digo al mundo interior
que Dios me ha enviado
para estudiar Su Biografía.

48.

Voy afuera y me convierto
en el hambre-tortura
del deseo voraz de mi mente.

Vengo adentro y me convierto
en la comida-satisfacción
de la aspiración veraz de mi corazón.

49.

Cuando voy afuera,
intento liberar mi mente
de la parálisis del miedo.

Cuando vengo adentro,
alimento mi corazón de meditación en Dios
con tremenda confianza.

50.

Cuando voy afuera,
trato de mantener mi mente sintonizada
con el Sonido universal de Dios.

Cuando vengo adentro,
siento y me convierto en
el Corazón-Silencio del Amor Infinito de Dios.

51.

Voy afuera
para buscarme una casa.

Vengo adentro
y descubro
que Dios ha hecho un hogar común
para que vivamos en él los dos.

52.

Voy afuera para disfrutar
la aventura de sonido de mi mente.

Vengo adentro para disfrutar
el peregrinaje de silencio de mi corazón.

53.

Cuando voy afuera,
soy un extraño al mundo-audiencia.

Cuando vengo adentro,
trato de ir en seguida
al Hogar-Dios de mi corazón.

54.

Cuando voy afuera,
mi mente dubitativa se disfraza
de honesto buscador de la verdad y amante de Dios.

Cuando vengo adentro,
mi corazón de aspiración
hace aflorar mi amor a Dios, mi devoción a Dios
y mi entrega a Dios,
en un abrir y cerrar de ojos.

55.

Cuando voy afuera,
de alguna forma me las arreglo
para olvidar a Dios.

Cuando vengo adentro,
veo claramente que Dios
nunca me abandona.

56.

Voy afuera
y busco el destino-felicidad.

Vengo adentro
y descubro que la felicidad es un viaje
y no un destino.

57.

Voy afuera
con la profunda necesidad
de encontrar a Dios.

Vengo adentro
y, con profundo asombro,
veo que Dios ha estado esperándome
durante mucho tiempo.

58.

Voy afuera
y disfruto la satisfacción-libertad
de mi mente.

Vengo adentro
y me alineo devotamente
con la Voluntad de Dios.

59.

Voy afuera
y disfruto de mi tierra-vacación
de libertad.

Vengo adentro
y disfruto de mi país-aspiración
de unidad.

60.

Cuando voy afuera,
le digo a Dios la creación que me mire
como a mí me gustaría ser mirado.

Cuando vengo adentro,
le digo a Dios el Creador que me mire
de la manera que Él quiera.

61.

Cuando voy afuera,
me convierto en el esclavo
de mi mente autócrata.

Cuando vengo adentro,
me convierto en el príncipe
de mi Absoluto Rey Supremo.

62.

Voy afuera,
únicamente para ser capturado
por la estrechez y el egoísmo
del mundo exterior.

Vengo adentro,
precisamente para ser vigorizado
por el afán y el entusiasmo
del mundo interior.

63.

Voy afuera,
y la vida-sonido del mundo exterior,
prácticamente me paraliza.

Vengo adentro,
y la vida-silencio del mundo interior,
susurrando me inmortaliza.

64.

Cuando voy afuera,
busco la protección de Dios.

Cuando vengo adentro,
obtengo inspiración y determinación
para protegerme de mí mismo.

65.

Cuando voy afuera,
mi mente me pide
que tome una fotografía de Dios.

Cuando vengo adentro,
veo que Dios está esperando
para tomar una fotografía de mi corazón.

66.

Voy afuera,
y mi mente se vuelve toda fantasía-curiosidad
por la visita del hombre.

Vengo adentro
y mi corazón se vuelve todo éxtasis-emoción
por la Visita de Dios.

67.

Voy afuera
para ver únicamente que el mundo exterior
está en una prisa desesperada.

Vengo adentro
y, ¡he aquí!, me transformo
en el equilibrio del mundo interior.

68.

Cuando voy afuera,
inmediatamente quiero jugar
mi juego de supremacía del mundo.

Cuando vengo adentro,
fervorosamente canto
mi canción de autotrascendencia.

69.

Voy afuera,
e inmediatamente vierto lágrimas
por acumular todas y cada una de las cosas cautivadoras que veo.

Vengo adentro
y no vierto lágrimas por ninguna otra cosa
sino por Dios.

70.

Cuando voy afuera,
intento disfrutar inmediatamente
la danza de todas mis aptitudes.

Cuando vengo adentro,
veo inequívocamente
mis llamas ascendentes de aspiración a Dios.

71.

Voy afuera
y, cuanto más cerca me quedo de mi mente-autócrata,
más lejos estoy de Dios.

Vengo adentro
y, cuanto más cerca me quedo de mi amigo-corazón,
más pronto siento que soy de Dios
y para Dios.

72.

Voy afuera
y empiezo a construir la cabaña de mi mente.

Vengo adentro
y veo que Dios mismo está construyendo
el templo de mi corazón.

73.

Cuando voy afuera,
mi Señor me dice,
«Veo que eres sorprendentemente valiente, hijo mío.
Déjame estrecharte la mano
y examinar tu fuerza.»

Cuando vengo adentro,
mi Señor me dice,
»Veo que eres absolutamente puro, hijo mío.
Ven y toca Mis Pies
y recibe Mis infinitas Bendiciones,
Amor y Afecto.»

74.

Cuando voy afuera,
veo que mi mente dubitativa
es peor que un estudiante de tercera
en la Escuela-Amor-Devoción-Entrega de Dios.

Cuando vengo adentro,
veo que mi corazón aspirante
es, de hecho, un estudiante de primera
en la Universidad-Amor-Devoción-Entrega de Dios.

75.

Cuando voy afuera
con una mente de negación de Dios,
el mundo externo me da la mano.

Cuando vengo adentro
con un corazón de afirmación de Dios,
el mundo interno me abraza.

76.

Cuando voy afuera,
mi Señor me pide someramente que entre.
Él me dice: «Primero lo primero.
Debes aspirar a realizarme.»

Cuando vengo adentro,
mi Señor me ordena imperativamente que salga
y Le manifieste.
Él dice: «Hijo mío, deja que el mundo reciba
todas Mis Bendiciones, Amor y Compasión
a través de ti.»

77.

Cuando voy afuera,
Dios me ayuda a escapar
de las corrientes de duda de mi mente.

Cuando vengo adentro,
Dios me ayuda a nadar
en el mar de fe de mi corazón.

78.

Voy afuera,
y veo, para mi extrema tristeza,
que el Ojo de Justicia de Dios
no es accesible.

Vengo adentro
y descubro, para mi enorme alegría,
que el Corazón de Perdón de Dios
es accesible en todo momento.

79.

Cuando voy afuera,
el Ojo de Compasión de Dios
me bendice secretamente.

Cuando vengo adentro,
el Corazón de Unidad de Dios
me abraza abiertamente.

80.

Cuando voy afuera,
la humanidad se ríe
de mis débiles pasos de servicio a Dios.

Cuando vengo adentro,
Dios sonríe
a mis débiles intentos de aspiración a Dios.

81.

Voy afuera
y veo de inmediato
que el secreto de mi vida de éxito
es mirar adelante.

Vengo adentro
y descubro de inmediato
que el secreto de mi corazón de progreso
es profundizar dentro.

82.

Cuando voy afuera,
no sé como hacer frente
a los altibajos de mi vida.

Cuando vengo adentro,
veo que mi existencia de aspiración a Dios sobre la tierra
está mucho más allá de los altibajos de mi vida.

83.

Cuando voy afuera,
temo ver a Dios-el-Poder.

Cuando vengo adentro,
temo perturbar a Dios-el-Silencio.

84.

Voy afuera
y veo de inmediato
que las incesantes quejas de mi mente sobre el mundo
están trabando amistad conmigo.

Vengo adentro
y veo de inmediato
que los abundantes elógios de mi corazón al mundo
están trabando amistad conmigo.

85.

Voy afuera
para proteger el templo de mi mente
del huracán de la duda.

Vengo adentro
y veo que Dios mismo está protegiendo
el altar de mi corazón
del diluvio de la impureza.

86.

Cuando voy afuera,
mi mente de libertad
significa mucho para mí.

Cuando vengo adentro,
mi corazón de entrega
significa mucho para Dios.

87.

Voy afuera
y, ¡ay!, veo a mi mente hambrienta
luchando con sus propias preguntas.

Vengo adentro
y, para mi enorme alegría,
veo a mi corazón y sus respuestas
disfrutando de un banquete de manifestación de Dios.

88.

Cuando voy afuera,
mi mente y yo tratamos juntos
de inventar a Dios.

Cuando vengo adentro,
mi corazón y yo tratamos juntos
de descubrir a Dios.

89.

Cuando voy afuera,
veo que hay una distancia astronómica
entre los deseos de mi mente y la Voluntad de Dios.

Cuando vengo adentro,
veo que hay la más corta distancia posible
entre la aspiración de mi corazón
y la Aprobación de Dios.

90.

Cuando voy afuera,
el mundo exterior
espera mis saludos.

Cuando vengo adentro,
me inclino fervorosamente
al mundo interior.

91.

Cuando voy afuera,
veo inequívocamente que hay muchas realidades
que ni siquiera he tocado.

Cuando vengo adentro,
veo claramente que Dios tiene una miríada de Sueños
que aún no ha manifestado.

92.

Voy afuera
con la esperanza de tener
una entrevista muy breve con Dios.
Pero, ¡lástima!,
Dios dice que no tiene tiempo.

Vengo adentro
con la esperanza de tener
una entrevista muy breve con Dios.
Dios, sonriendo me dice: «Hijo mío,
tómate todo el tiempo que quieras.
No tengo prisa.
Estoy a tu completa disposición.»

Nota del editor para la primera edición

Ilustraciones de Radha Honig

Una anterior edición de este libro, con el mismo título, se publicó el 19 de febrero de 1997. Contiene los primeros 33 poemas.

Traducciones de esta página: Slovak , Bulgarian , Hungarian
Esta colección de libros puede ser citada utilizando la clave goc-2