Pregunta: Desde un punto de vista espiritual, ¿comer pescado es tan perjudicial como comer carne?

Sri Chinmoy: Comer pescado es peor que comer carne. Los animales, por naturaleza, son agresivos, pero al mismo tiempo la sangre-vida animal es muy fuerte y poderosa. Hay un cierto empuje dinámico hacia adelante en la conciencia animal. Puede no ser dirigido y ser salvaje, pero al menos existe un empuje dinámico hacia adelante. Un animal corre de aquí para allá; no quiere quedarse satisfecho. Esta cualidad dinámica puede energizarnos hasta cierto punto, pero cuando entra en la conciencia humana, también crea problemas. Su intranquilidad perturba nuestra pureza, nuestra paz mental.

El tipo de carne menos perjudicial para comer es el cordero. El cordero es bastante manso, mientras que otros animales son más agresivos. De la misma forma, el pollo no será tan perjudicial como la carne roja. No es bueno comer ningún tipo de carne, pero si uno no se puede detener, es mejor comer carne que pescado.

Espiritualmente, los peces están menos evolucionados que los animales. Un animal corre de aquí para allá; no permanece satisfecho. Pero un pez es una criatura de pereza, inercia, inactividad, impureza e inconsciencia. La inercia es su satisfacción, la mezquindad es su satisfacción, y cerca de la mezquindad se encuentra el mundo de la muerte. Cuando nos encontramos atados por la mezquindad, la muerte viene de inmediato a nosotros y nos ata aún más. La conciencia de un pez entra inmediatamente en el barro de la inconsciencia y la carencia de vida. Aunque puedas sentir que un pez es inocente, humilde y manso, estas cualidades solo están en la superficie. Sus cualidades internas son la mezquindad, la inercia, la pereza y la oscuridad mismas. En el pez no hay ningún sentimiento de progreso.

Si deseas o si debes comer pescado, intenta por favor comer peces pequeños, mejor que peces grandes. A veces, los peces pequeños desean abrirse consciente o inconscientemente a la luz. Pero los peces grandes nunca desean abrirse a la luz, ni consciente ni inconscientemente; ellos desechan la luz.