Felicidad e infelicidad

Felicidad e infelicidad. Todos sabemos que felicidad e infelicidad son dos realidades opuestas. Son realidades diametralmente opuestas. Pero hay algunas personas que, desafortunadamente, siente que la infelicidad es la verdadera felicidad. Lo que llamamos felicidad, para ellos es infelicidad; y a lo que nosotros llamamos infelicidad, ellos lo llaman felicidad. No están nunca, nunca satisfechos amenos y hasta que son infelices, frustrados y miserables. Cuando están en un estado melancólico, sienten que esa es la verdadera satisfacción.

Para nosotros esto es el colmo del absurdo. Miramos alrededor y vemos que la infelicidad está cantando, bailando, volando por todas partes. La infelicidad, en cierto modo, está desenfrenada. Pero como si esta infelicidad no fuera suficiente para estas personas, ellos quieren añadir más infelicidad a su sistema. No tratan de deshacerse de la infelicidad que ya tienen. En lugar de eso, quieren añadir más infelicidad para obtener satisfacción.

A veces hay calamidades, accidentes y crisis menores en la vida que nos hacen infelices. Pero no debemos pensar que Dios nos manda esas calamidades para purificarnos, o para acelerar nuestro progreso. No, en muy raras ocasiones vemos que gente santa, gente buena, gente espiritual, sufre. Cuando lo hacen, es por varias razones. Si son Maestros espirituales de muy alto calibre, sufren en virtud de la unidad que tienen con sus discípulos, seguidores, y personas cercanas. Por otra parte, a veces Dios quiere mostrar al mundo que incluso los grandes buscadores y Maestros pasan sufrimientos, para que la gente vea que el sufrimiento no es algo fuera de lo común. Él quiere mostrar al mundo que el sufrimiento es inherente a la naturaleza humana. Pero de ninguna manera quiere Dios castigarnos para hacer que nos acerquemos a Él.

Algunas personas van un paso más adelante: creen que si pueden sufrir severamente y luego rezar a Dios, de esta manera Dios escuchará sus oraciones; por tanto, hacen algo mal deliberadamente. Conocen la penalización y están dispuestos a pagarla porque creen que cuando sufren Dios escuchará sus oraciones. Pero eso es absurdo. Es como cortarse las piernas y luego pretender caminar. Es imposible. Es como cegarse los ojos y pretender ver. Es imposible. A fin de complacer a Dios, ningún buscador debería deliberadamente acoger al sufrimiento, que es la causa de la infelicidad, o lo mismo que la infelicidad.

No hagamos el tonto. Siempre tenemos que ver la verdad en su aspecto apropiado. Si es infelicidad, es infelicidad. Si es felicidad, es felicidad. Tenemos que conquistar la infelicidad por medio de la felicidad. Esta es la única manera de avanzar lo más rápido y crear receptividad inmediata y sin límites. Esta es la única manera de complacer al Supremo a Su propia Manera.

21:05
5 de julio, 1977
Martin Van Buren High School
Hollis, New York