Sueño

¿Qué es sueño? Sueño es creación. La creación es división o es unión. ‘División’ es una palabra complicada. Cuando empleamos la división para fragmentar la realidad de la existencia, entramos en el mundo del ego y el predominio del yo. Pero, también, cuando la empleamos para distribuir trabajo, tareas, capacidades, se convierte en una verdadera bendición. Si dividimos, y mediante nuestra división logramos el resultado de una manera sólida y concreta para formar una verdad y una realidad, entonces esa división es buena. Pero cuando dividimos la realidad en partes y damos supremacía a una de las partes sin apreciar o valorar las otras, entonces entonamos el canto de la separatividad. Este tipo de división termina en destrucción, la destrucción del pequeño mundo que reivindicamos como nuestro.

‘Unión’ es también una palabra complicada. Cuando trabajamos juntos es una gran bendición. Cuando nos asociamos es una gran bendición. Pero cuando se trata de la unión de la oscuridad y la luz, cuando se trata de la unión del deseo y la aspiración, es un error deplorable. La vida de aspiración no debe mezclarse con la vida de deseo. Si tiene que mezclarse, ha de hacerlo siempre con la vida de renunciación, la renunciación a las posesiones innecesarias, a las cosas que no son divinas, iluminadoras y perfectas.

Con la vida de aspiración tenemos que iniciar nuestro viaje. Mas luego llega el tiempo en que sentimos que nuestra vida de aspiración se ha desarrollado considerablemente y está preparada ya para entrar en la vida de deseo y transformarla. La vida de aspiración tiene que desempeñar un papel de puente entre la vida de deseo y la vida de realización. La vida de aspiración del buscador entrará en la vida de deseo para la transformación inmediata y total de la misma. La vida de realización del buscador entrará en la vida de aspiración para el perfeccionamiento de ésta y para la manifestación del Absoluto Supremo.

Cada sueño es una creación. Cada creación es aspiración consciente o aspiración inconsciente. Nuestra aspiración entra en la vida de deseo, el hermano pequeño, y le ayuda a limpiar su cuerpo, a purificar su mente y a iluminar su existencia terrenal. Además, cada ápice de aspiración acelera la llegada de la realización. Nuestra aspiración entra en la vida de realización, o trae la vida de realización hacia la vida de aspiración con el objeto de hacer la vida de aspiración completamente perfecta, para el despertar de nuestra realidad física y el florecer de la realidad-alma que está en nosotros y para nosotros.

Un sueño divino es una creación de Dios en el mundo interno. Desde el mundo interno de la aspiración, entramos en el mundo de la realización. Creación y sueño, aspiración y realización –son todos miembros de la misma familia. Si podemos ser conscientes de uno de ellos, podemos tener conscientemente a los otros tres; porque, al fin y al cabo, nuestro sueño es una realidad disfrazada, y una realidad disfrazada no permanece siempre encubierta. Purifica nuestra mente, ofrece dinamismo a nuestro ser vital y ofrece un despertar interno a nuestra realidad física.

La vida es nada menos que el Sueño de Dios y este Sueño no tiene nacimiento ni muerte. Dios completa Su Sueño sin nacimiento ni muerte, en y a través de Su realidad que todo lo abraza y todo lo colma: el hombre.

Me inclino ante el sueño porque es dulce y puro. Me inclino ante la realidad porque no sólo tiene la posibilidad y el potencial sino también la inevitabilidad en medida infinita. Me inclino ante la aspiración, porque tiene amor por nosotros dentro de su existencia sin límites. Pero amo la realización, porque la realización es lo único que necesito para hacer a mi Piloto Interno constante y supremamente feliz.

3:50 p.m.
2 de julio, 1977
Bethpage State Park
Long Island, New York