Momentos de vacío

Dices que sufres momentos de vacío. ¿Sabes por qué? No es porque no tengas nada que hacer. No es porque no tengas nada de que hablar. No es porque no tengas nada que leer o escribir. No es porque tu mundo esté falto de amigos. No es porque no puedas confiar en el mundo. No es porque no puedas reivindicar a alguien como tuyo en esta inmensa creación de Dios. No, la razón por la que sufres esos momentos de vacío es que no estás jugando en el jardín de tu corazón con el niño de tu corazón, tu alma.

Si juegas amorosa, alegre, devotamente y sin reservas con tu niño-alma, entonces nunca, nunca sufrirás momentos de vacío, no importa lo que el mundo te dé, no importa lo que el mundo te haga, no importa lo que estés haciendo o lo que vayas a hacer para este mundo nuestro.

Los momentos de vacío te asaltarán a menos y hasta que hagas la cosa adecuada, la única cosa, que es disfrutar de tu constante recreo de unidad con el niño de tu corazón, el alma. Y algo más: tienes que comprender el hecho supremo de que una pequeña y fervorosa sonrisa de tu alma es la salvadora de tu vida, la liberadora de tu vida y la colmadora de tu vida. Si puedes sorprender al alma sonriendo, estás destinado a progresar en tu vida interna y a triunfar en tu vida externa. Y cuando sonríes simultáneamente con el alma, devienes en lo que eternamente eres en el mundo interno: la propia Sonrisa de Satisfacción de Dios. No son los momentos de vacío, sino una sonrisa colmada y colmadora, el único propósito de tu realidad-existencia aquí en la Tierra.

7:40
19 de julio, 1977
Jamaica High School Track
Jamaica, Nueva York