Cumbre de Compasión y Luz de Justicia

“Mi Señor Supremo, Tú eres al mismo tiempo la Cumbre de Compasión y la Luz de Justicia. Dime, por favor, cual de las dos consideras qué es mejor”.

“Hijo mío, si eres valiente, la Luz de Justicia es infinitamente mejor. Si eres débil, entonces la Cumbre de Compasión es infinitamente mejor. Pero, deseo decirte que a la larga, tanto la Cumbre de Compasión como la Luz de Justicia alcanzan el mismo destino. Ambas cumplen el mismo propósito.

“En el Juego Cósmico, Me veo a veces obligado a emplear la Luz de Justicia. De lo contrario, si empleo siempre la Cumbre de Compasión, el progreso del buscador en ti se demorará indefinidamente. Si el buscador en ti puede hacer frente a la Luz de Justicia, entonces conseguirás progresar del modo más rápido. Pero esta Luz de Justicia ha de ser tomada con alegría, con devoción y con fervor; sólo entonces servirá a su propósito. Si se toma la Luz de Justicia con disgusto, con miedo, o simplemente porque la necesidad lo exige, y si hay una resistencia interna y una actitud rebelde, entonces la Luz de Justicia fracasará en su propósito.

“Cuando muestro la Luz de Justicia, tienes que sentir hijo Mío, que se trata de Mi Interés disfrazado; Mi Interés por tu perfección está saliendo a la superficie. Cuando muestro la Cumbre de Compasión, sin duda es un proceso más lento. Por otro lado, cuando el buscador en ti no te perdona aunque Yo te haya perdonado ya, si sientes arrepentimiento y decides con firme voluntad no cometer el mismo error, entonces con Mi Cumbre de Compasión puedes correr rapidísimo. Volviéndote infinitamente más consciente y cauteloso, siendo brutalmente sincero contigo mismo y cargándote plenamente de determinación divina, puedes correr rapidísimo.

“Utilizo más la Cumbre de Compasión que la Luz de Justicia hijo Mío, porque sé que todo ser humano en la Tierra es débil. Por tanto, elijo el proceso lento. Si pudiera utilizar todo el tiempo la Luz de Justicia, el progreso sería muy rápido, pero existe el riesgo de que el recipiente pueda ceder. Por eso soy reacio a utilizar la Luz de Justicia tan a menudo como la Cumbre de Compasión. Así pues, cuando empleo la Cumbre de Compasión, debes esmerarte para ser sumamente estricto, despiadadamente estricto contigo mismo. Tú eres quien tiene que ser estricto con tu vida para poder ser un mejor, más iluminador y más colmador instrumento Mío.

“Cuando utilizo la Luz de Justicia, tómala con alegría, devoción y fervor. Cuando utilizo la Cumbre de Compasión, tómala con tu océano de gratitud y tu cielo de gratitud y, al mismo tiempo, sumérgete profundo en tu interior y vuélvete infinitamente más estricto contigo de lo que ya has sido. Entonces no puedes cometer ningún desatino. La Luz de Justicia y la Cumbre de Compasión son una, inseparablemente una. Pero, según lo exija la necesidad, hijo Mío, utilizo la Luz de Justicia o la Cumbre de Compasión.

“Tú, como buscador que eres, buscador genuino, buscador incondicional, debes quedar siempre contento, tanto si empleo contigo la Cumbre de Compasión como la Luz de Justicia. Si es la Luz de Justicia, usa tu felicidad de una manera muy constructiva; y si es la Cumbre de Compasión, sumérgete profundo en tu interior y haz emerger tu corazón de gratitud. Entonces, recarga tu cuerpo, tu vital, tu mente y tu corazón con la voluntad firme de no volver a repetir el mismo error deplorable.

“La Cumbre de Compasión es la lluvia, la lluvia de bendición desde lo alto. La Luz de Justicia es el brillo radiante del sol, el calor abrasador. Necesitamos ambas por igual para recoger la abundante cosecha de la realización, que germina despacio, firme e inequívoca, desde la semilla de la aspiración, conforme a la Voluntad de Mi Visión interna y Mi Realidad externa”.

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4 de julio, 1977
Jamaica High School Track
Jamaica, Nueva York