Autocontrol: auto-ofrecimiento a Dios

York University, Toronto, Canada
7 de octubre de 1970

Auto-control no quiere decir auto-tortura. Tampoco quiere decir austeridad. Desafortunadamente, en occidente, el auto-control ha sido malentendido. Mucha gente cree que la vida ardua, austera practicada por algunos aspirantes de la India representa el ideal de auto-control. Pero ese tipo de austeridad, que castiga y tortura el cuerpo, no es auto-control real. Es auto-mortificación. Nos conduce a la abismal destrucción en el corazón de la ignorancia. Si alguien quiere realizar a Dios ayunando durante días y meses, será abrazado por la muerte, no por Dios. Una vida normal, natural —el sendero medio— es lo que Dios quiere de nosotros.

Buda nos enseñó a seguir el sendero medio, a no ir a los extremos. Tenemos que estar muy firmemente plantados en la tierra. La raíz del árbol está bajo la tierra, no en otra parte. La raíz está en el subsuelo pero las ramas están creciendo hacia lo más alto. El auto-control está adentro y la manifestación de Dios afuera. El auto-control nos conduce a la auto-transformación. El auto-control de hoy será la auto-trascendencia de mañana.

Para la auto-maestría, el auto-control es de suprema importancia. El auto-control requiere su tiempo. No puede lograrse de la noche a la mañana. Mediante la introspección, el auto-examen y la meditación correcta, se logra el auto-control.

Quisiera hablar sobre un incidente en la vida de Sócrates. En cierta ocasión, Sócrates y un grupo de sus admiradores fueron a visitar a un quiromántico. El quiromántico leyó la mano de Sócrates y le dijo: «¡Qué mala persona eres, desagradable y lleno de problemas en el plano vital inferior! Tu vida está llena de corrupción.» Los admiradores de Sócrates estaban atónitos y querían golpear al quiromántico. ¡Qué descaro tenía para decir tales cosas de Sócrates, que era un hombre verdaderamente piadoso, un santo! Pero Sócrates dijo: «Esperad, preguntémosle si lo ha dicho todo.» Entonces el lector de manos continuó: «No, tengo algo más que decir. Este hombre tiene todas esas cualidades no divinas, sin duda alguna, pero todas están bajo su control. No ha mostrado ni una sola de ellas. Están todas bajo control.»

Antes de alcanzar la iluminación, uno puede ser atacado por todas las fuerzas no divinas del vital inferior. Pero no hay duda de que uno puede dominarlas, como hizo Sócrates. Cualquier aspirante puede conquistar estas fuerzas negativas después de algún tiempo. Uno puede ser atacado innumerables veces por los impulsos vitales, pero cada vez puede poner su pie audaz y bravamente sobre las cabezas de estas fuerzas oscuras. Llegará el día dorado en que la iluminación amanecerá en su vida, y entonces todo será transformado. Los problemas emocionales serán transformados, convirtiéndose en la fortaleza dinámica de lo divino para ser usada por lo divino. Pero hasta entonces el aspirante ha de luchar duro.

Sri Ramakrishna, el gran gigante espiritual, usaba la frase: «Amo de todo, esclavo del sexo». Él veía lo que estaba ocurriendo de hecho en el mundo. La misma triste historia es aplicable hoy en día. La atmósfera del mundo no ha cambiado aún. Pero va a ser cambiada. ¿Quién va a cambiarla? Nosotros, los aspirantes, nosotros, los buscadores de la Luz infinita. Dios nos ha dado esta tarea inigualable, única, y tenemos que aceptarla y llevarla a cabo aquí en la Tierra.

En el mundo externo uno sólo puede ser esclavo de un amo, pero en el mundo interno uno es esclavo de muchos amos. Estos amos son la duda, el temor, la ansiedad, la tentación, la frustración, imperfección, limitación, esclavitud y muerte. El auto-control sólo puede ser logrado cuando dejamos de engañarnos a nosotros mismos. Somos dados a decir que el mundo nos está engañando. Pero si somos sinceros y profundizamos en nuestro interior llegamos a ver, sentir y realizar que somos nosotros quienes comenzamos este juego de engaño. Vinimos de Dios. Podríamos haber continuado nuestro juego en la Luz infinita. Podríamos habernos retirado al cierre de nuestro viaje en la misma Luz infinita. En lugar de eso, entramos en la ignorancia y quedamos enamorados de ella. Amamos la ignorancia y ella nos amó. Finalmente, comenzamos a comer ávidamente los frutos de la ignorancia. El resultado ha sido la autodestrucción. Somos nosotros quienes hemos abierto la puerta de la decepción dentro de nosotros. Cuando las fuerzas de la ignorancia ven que la puerta está abierta de par en par, entran en nosotros, en los más íntimos rincones de nuestro corazón. ¿Cómo podemos sacarlas y retirarlas? Podemos hacerlo a través de la aspiración, a través de nuestra llama interna ascendente. Esta llama iluminará las fuerzas no luminosas en nosotros, despertará a los seres dormidos en nosotros e inundará nuestra vida con la Luz del Dorado Más Allá. La aspiración es la respuesta.

La enfermedad espiritual es una impureza en nuestro corazón. Y esta enfermedad tiene sólo una medicina: la devoción, la devoción al alma, la devoción a la Meta, la devoción al Piloto Interno.

Auto-control. Auto-control quiere decir auto-ofrecimiento a Dios. Hagamos nuestra parte. Demos lo que tenemos. Dios hará su parte. Él nos dará lo que Él tiene. Lo que nosotros tenemos es ignorancia abundante. Lo que Él tiene es Luz infinita. Hagamos el canje.