41.

Cuando voy afuera tan solo un poco,
veo a mi Señor derramando amargas lágrimas.
Le pregunto la razón
y mi Señor me dice:
«Hijo mío, lloro porque tu vital
es muy inseguro».

Cuando vengo adentro tan solo un poco,
veo a mi Señor derramando amargas lágrimas.
Le pregunto la razón
y mi Señor me dice:
«Hijo mío, lloro porque tu mente es muy impura».