Pregunta: ¿Es el tercer ojo el mejor lugar para enfocar la atención durante la meditación, o puede ocasionar problemas?

Sri Chinmoy: Debes rezarle a Dios para que te conceda la visión interior sólo cuando Él sienta que es necesario, no antes. Si la visión interior aparece cuando no hay suficiente sabiduría, puede haber serios problemas. Es como tener un caballo al que no puedes mantener bajo control. Déjame darte un ejemplo. Supón que ves a alguien matar a una gallina justo delante de ti. Tu visión exterior no te permite identificarte con la conciencia o el aliento de vida de la gallina. Pero si tienes la visión interior y descubres que tú mismo fuiste una gallina hace muchas, muchas encarnaciones, inmediatamente te identificarás con la gallina y sentirás que están matándote. Estarás sobrecogido por el horror. Cuando la visión interna aparece, te haces uno con la realidad que ves. Y si es una experiencia aterradora, tal vez sufras durante años. Muchos decís, “¡Ah, si tuviera mi tercer ojo abierto!” Sí, y si tu tercer ojo te muestra que en tu encarnación pasada fuiste el peor de los malhechores, ¿qué harás entonces? La visión interna debería abrirse cuando haya madurez interior y cuando ni el pasado ni el futuro te perturben.

Supón que has descubierto que tu amigo más querido va a morir, o que va a ocurrir alguna catástrofe que eres incapaz de evitar. El tercer ojo te puede decir lo que ocurrirá, pero el tercer ojo no puede impedirlo. Sólo el clamor interior, la aspiración, escala hasta lo Altísimo y toca los Pies del Supremo; y sólo es el Supremo quien puede anular la ley cósmica. Si ves que una catástrofe va a ocurrir, tienes que referir el asunto al Supremo. Pero si es la Voluntad de Dios, no puedes evitar que ocurra. Cuando un gran buscador espiritual ve que algo va a ocurrir en su familia cercana—digamos que alguien va a morir—entonces se identificará de inmediato con la Voluntad de Dios. Pero sólo un buscador que se encuentra en un nivel muy elevado de aspiración puede identificarse consciente y espontáneamente con la Voluntad de Dios sin ninguna dificultad. Los verdaderos Maestros espirituales siempre son uno con la Voluntad del Supremo; nunca pueden tener su propia voluntad individual. Se pueden sentir apenados cuando ven que algo está a punto de ocurrir, pero su ser interior permanece impasible.

En el caso de un Maestro espiritual o de alguien que está al borde de la realización, si su tercer ojo está abierto no le causará dificultades. Pero para un buscador ordinario que acaba de embarcarse en el sendero espiritual, si intenta abrir su tercer ojo cuando su naturaleza no ha sido purificada y no hay mucho desarrollo espiritual, habrá entonces gran peligro. Muchas veces el recipiente no está listo, pero a fuerza de la tremenda determinación del buscador, éste logra abrir el tercer ojo. El resultado es entonces de lo más desalentador y dañino.

En tu caso, en lugar de abrir el tercer ojo, deberías meditar en el corazón e intentar sentir allí la Presencia de Dios todo el tiempo. Tienes que querer solamente estar dentro del Corazón de Dios, y mantenerlo a Él dentro tu corazón. Entonces Dios te dará sólo lo que es mejor para ti. No te dará ni un ápice de algo que sea innecesario en tu vida. Intenta atraer a tu ser interior la paz, la alegría y el amor de Dios. Si entras en el corazón, podrás entrar en tu sol interior. Si entras adecuadamente, verás que es todo luminosidad. Ninguna ignorancia puede ponerse delante del sol interior. De inmediato, este sol ilumina o bien transforma nuestra noche-ignorancia. Por lo tanto si quieres realizar al Altísimo y colmar al Altísimo en tu vida, intenta aspirar en el corazón.

Si estás meditando en el ajna chakra o tercer ojo, deberías practicar también la concentración en el corazón. Obtendrás todo alegría y todo amor en el corazón, mucho más allá de tus expectativas. Aquí te harás inseparablemente uno con la Conciencia Universal. Cuando hayas logrado alegría y amor, y hayas llegado a establecerte bien en tu meditación, tal vez quieras entonces tener la visión y sabiduría del tercer ojo.

Hay personas que han abierto este centro entre las cejas sin antes haber abierto su centro del corazón, y, por la Gracia del Supremo, no han cometido ‘errores’. Pero la mayoría de las veces, a menos y hasta que no hayas abierto el centro del corazón y la parte emocional de tu naturaleza esté totalmente purificada, si abres el tercer ojo, serás víctima de la despiadada tentación. Intentarás ver algo interiormente, y en seguida lo contarás a la gente, o intentarás entrar en alguien para ver lo que está ocurriendo en su naturaleza. Hay mil y una cosas que tarde o temprano te llevarán lejos, lejos del sendero de la espiritualidad.

Las mujeres, sin excepción, deberían intentar meditar en el centro del corazón, el anahata chakra. Para ellas es más fácil abrir el centro del corazón que para los hombres. Para los hombres, es más fácil abrir el ajna chakra o tercer ojo. Pero ambos, hombres y mujeres, han de abrir los dos centros finalmente. Hay otros centros también, pero por ahora pensemos en estos dos. Al meditar, concéntrate primero en el centro del corazón, y luego en el centro ajna.