80.

Mi Señor, sé que eres la Amabilidad y la Compasión infinitas, pero ¿dónde estabas antes?
Hace veintiocho años viniste a mí con incontables deseos.
¿Dónde estaban entonces Tu Amabilidad y Tu Compasión?

“Mi niño, tu acusación es falsa.
Yo no me acerqué a ti con un sin fin de deseos.
Eras tú quien quería jugar continuamente con tus hermanos y hermanas sombríos y oscurecedores: los deseos.
No prestabas atención a tus hermanos y hermanas luminosos e iluminadores: las aspiraciones.”

Perdóname, mi Señor Supremo, retiro mi desvergonzada acusación.