Pregunta: En Occidente somos educados para no aceptar nada a menos que haya sido probado. ¿Deberíamos tener una mente que acepte las cosas sin cuestionarlas y sin pensar?
Sri Chinmoy: Cuando le dices a tu hijo: «Soy tu padre», ¿por qué te acepta como su padre? Simplemente porque te cree. Cuando venimos al mundo, nuestro primer paso es creer. Cuando un padre le dice a su hijo: «Esto es fuego, esto es un cuchillo. No los toques porque te harán daño», el niño le cree. El padre no necesita demostrarle al niño que esas cosas le pueden lastimar. El niño no tiene necesidad de pedir pruebas. La fe sencilla que tiene un niño es la cosa más feliz. Las discusiones comienzan cuando su mente empieza a desarrollarse. Entonces puede empezar a dudar su propia existencia.Pero en la vida espiritual, la fe no es mera creencia. Es la unidad de la verdad. Cuando tenéis fe, el Maestro no tiene que demostrar nada, porque sentís la verdad esencial de lo que dice, tal como en el mundo físico no tenéis que demostrar vuestra existencia a los demás porque ellos mismos pueden veros y sentiros. Su existencia se vuelve espontáneamente una con la vuestra, y no hay necesidad de ninguna otra prueba. En la vida exterior tenéis que demostrar lo que estáis diciendo. Pero en el campo de la conciencia, la verdad prueba su propia existencia. En la vida exterior, la verdad no prueba su propia existencia. Esto se debe a que nos relacionamos con el mundo exterior con nuestros sentidos externos. Por lo tanto, la verdad tiene que ser demostrada por algún tipo de percepción. Pero también tenemos sentidos internos. La mente tiene un pie en el mundo interno y otro en el mundo externo. Como sentido interno es inadecuada, y como sentido externo es incompetente. Así que ignoremos la mente y tratemos con el alma. Cuando permanecemos en el alma, la existencia misma de la verdad es su propia prueba.