Escena cuarta

(Al día siguiente. Sidharta y Channa están en el carruaje conduciendo por las calles).

SIDHARTA: Channa, hemos cubierto una buena distancia. Hoy todo está bien. Hoy no tengo que ver a un anciano, a un enfermo o a un muerto. Hoy veré y disfrutaré solo la belleza de la naturaleza, el esplendor de la naturaleza, el amor de la naturaleza, el corazón de la naturaleza y el alma de la naturaleza.

(De pronto, Sidharta ve a alguien meditando bajo un árbol).

SIDHARTA: ¿Quién es ese hombre, Channa? ¿Qué está haciendo a los pies de ese árbol? ¿Por qué están cerrados sus ojos? ¿Qué está haciendo con una guirnalda de cuentas?

CHANNA: Voy a responder a tus preguntas una a una, oh Príncipe. ¿Quién es ese hombre? Es un hombre espiritual. ¿Qué está haciendo a los pies del árbol? Está rezando y meditando. ¿Por qué tiene los ojos cerrados? Porque cree que sus plegarias serán más sinceras y su meditación más intensa si mantiene los ojos cerrados. ¿Qué hace con la guirnalda de cuentas? Está repitiendo el nombre de Dios y llevando el número de cantos con las cuentas.

SIDHARTA: Creo en todo lo que dices, pero ¿qué va a conseguir viviendo de esa manera?

CHANNA: Obtendrá la Paz infinita y la Alegría infinita.

SIDHARTA: ¿La Paz infinita? ¿La Alegría infinita? Debo ir a hablar con él. Channa, acompáñame. Vamos a hablr con este hombre tan peculiar.

CHANNA: Ciertamente, es una bonita idea.

(Abandonan el carruaje y se acercan al hombre espiritual).

SIDHARTA: ¿Puedo saber su nombre? ¿Qué hace usted para vivir? (No hay respuesta por parte del hombre espiritual). ¿Sabe que soy el Príncipe Sidharta? Mi padre gobierna este reino; él es el Señor de este reino. Está usted ignorando a su hijo. Yo puedo hacer lo que quiera de usted. Por el amor de Dios, ¡no malgaste mi precioso tiempo!

(No hay respuesta por parte del hombre espiritual).

CHANNA: Príncipe, perdóname. Debo contarte algo. Él es un hombre espiritual. Está rezando a Dios; está meditando en Dios. No deberíamos perturbarlo. ¿Quién sabe lo que está sucediendo dentro de él? Tal vez Dios y él están conversando internamente. Tal vez Dios le está diciendo cómo puede tener la Paz y la Dicha infinitas.

SIDHARTA: Yo necesito eso. Necesito infinita paz e infinita dicha. Channa, ¿crees que alguna vez tendré esa clase de paz y dicha?

CHANNA: ¿Por qué no? ¿Por qué no? Sin falta tendrás Paz infinita y Dicha infinita si rezas y meditas como este hombre espiritual.

SIDHARTA: Channa, entonces mañana comienza una nueva vida para mí. Rezaré y meditaré todo el día y toda la noche. Mi actual vida de lujo ya no es para mí. Daré la bienvenida a la vida de pobreza. Abrazaré la vida del renunciamiento. Pondré fin al sufrimiento en este mundo. Sé que la ignorancia es la raíz de todo sufrimiento. Arrancaré de raíz el enorme árbol de la ignorancia, Channa; lo exterminaré. El primer día vi a un hombre anciano; el segundo día vi a un hombre enfermo; el tercer día vi a un hombre muerto; hoy, el cuarto día, he visto a un hombre espiritual. Ya sea mañana, o bien en el futuro próximo o en un futuro distante, veré a otro hombre, el cual posee Luz infinita, Paz infinita y Dicha infinita. Mi vida no tiene sentido y es inútil sin la Luz de la Eternidad, la Paz de la Infinitud y la Dicha de la Inmortalidad. Lo humano en mí termina hoy su papel, Channa. Se acabó para mí esta vida de placer. Lo divino en mí comenzará su papel mañana. Para mí, de ahora en adelante, únicamente la vida de la Paz universal y la Dicha trascendental.

Sri Chinmoy, Sidharta se convierte en Buda, Sky Publishers, New York, 1973